50- Selfie

Una vez que terminamos de bañarnos, nos secamos y Jake me llevó directo a la cama. Su erección completamente a la vista y yo disfrutándola.

Dejamos las toallas en el piso y nos metimos en la cama. Él se puso encima mío y yo abrí mis piernas para darle mejor acceso.

─No sé si este sea el momento adecuado, espero no te asustes, pero... Te amo Ara. Cuando te dije que eras mi sol, lo dije en serio. Iluminas mi vida y quiero estar contigo, quiero apostar por esta relación.

No dejé que siguiera hablando. Encontré su boca y lo besé con toda la pasión que venía guardando. Me había dicho que me amaba, me había declarado su amor. Me sentía en las nubes, como una adolescente a la que le acababan de dar su primer beso.

Seguimos besándonos hasta que ya no aguantó más y me penetró, haciéndome gemir. No fue como las otras veces, se sentió menos impulsivo, más reflexivo, menos salvaje, más tierno. Una nueva forma que me gustaba tanto como las otras.

Sus embestidas se trataban más para complacerme que para su propio disfrute. Se movía buscando las zonas que más me excitaban.

No pude evitar el momento en que me corrí, abrazarlo con fuerza, acercarme a su oído y susurrarle: "yo también te amo".

Después de eso, nos dormimos abrazados, con nuestras piernas entrelazadas y con las sábanas y acolchado en todos lados, menos encima nuestro.

Cuando desperté en la mañana, Jake seguía a mi lado, durmiendo como un bebé. Su barba había crecido un poco más y eso lo hacía parecer mayor. Me gustaba de la forma que fuese. Había entendido que la edad no tenía que ser un límite para amar.

Le di un beso fugaz. Quería disfrutar de ese momento que parecía mágico, pero supongo que ningún momento bueno dura para siempre.

El teléfono de Jake comenzó a sonar, despertándolo y haciéndolo tantear en la mesa de luz hasta que lo encontró.

─¿Ho- Hola? ─contestó entredormido y con la voz más gruesa de lo normal, pero lo que le dijeron debió ser importante, porque al instante sus ojos se abrieron plenamente y el sueño había desaparecido de ellos─. ¿Entonces? ─hizo una pausa y comenzó a asentir─. No estoy en mi casa en este momento. No... No... Estoy en la casa de mi novia.

Novia. Había dicho novia. Sé que no era la mejor ocasión, pero escucharlo decir esa palabra hizo que mi corazón diera un salto triple mortal de la emoción.

─¿Quién era? ─consulté tratando de sacarme la alegría del rostro.

─Era el detective Mills, uno de los que estuvo en mi casa el día del incidente.

─¿Qué quería? ─pregunté inocentemente.

─Cree que pueden tener una pista que los ayude a encontrar a quien irrumpió en mi casa. Necesitan que vaya a la estación de policía para mostrarme lo que tienen.

Levanté mis cejas en señal de asombro.

─Wow. Eso es... Sería impresionante si logran atrapar a esa persona. ─Me había quedado tiesa ante la inesperada noticia y Jake parecía estar igual─. Emm, ¿no deberías... vestirte para ir? ─Fruncí el ceño, no por enfado sino por confusión, porque Jake se había quedado mudo y no se movía para nada.

Estiré mi mano para tocar su hombro y despertarlo de su ensoñación, pero cuando lo hice, se sobresaltó, mirándome como si hubiese visto un fantasma.

─¡Perdón! No quise asustarte ─expresé con la mayor tranquilidad de la que era capaz, ya que yo también me había asustado con su reacción.

─No no. Perdóname tú. No... No sé qué me pasó... Fue como... Si mi mente se hubiese tildado. Hacía mucho que no me pasaba algo así. ─Sus ojos estaban un poco desorbitados y eso hacía que mis alarmas se encendieran.

─Quizás necesitas descansar más. Fueron muchas cosas vividas en el lapso de dos días. ─Intenté que mi consejo sonara lo más amable posible, era evidente que de alguna manera había salido de un estado de shock.

─Sí... Probable... Probablemente debería ─babulceó─. La última vez que tuve estos episodios fue después de la muerte de Mara. Me costaba mucho dormir y cuando dormía tenía pesadillas en las que me despertaba gritando; así que empecé a ocupar todo el tiempo que tenía disponible para no tener que dormir. Resulta que al final terminé casi en un episodio maníaco por la falta de sueño.

»Fueron meses muy difíciles para mí, Ara. Llegué a pensar que no podría superarlo y ahora creo que nunca lo hice.

─Yo...

─No. No digas nada por favor. Solo pretendamos que nada sucedió. Después tendremos tiempo para hablar de esto. Ahora tengo que prepararme para ir a la estación de policía ─Jake se quedó callado unos minutos, como si estuviese debatiendo algo importante─. ¿Podrías ir conmigo? ¿A la policía?

No me esperaba que quisiera incluirme en ese asunto después de cómo me había echado de su casa el día del incidente. Creo que la verdad no me esperaba nada. Era como si estuviese a la espera de alguna señal. Y al fin había llegado.

─Claro. Sí, por supuesto. Iré contigo ─contesté con la toda la serenidad que me era posible.

Nos levantamos y empezamos a vestirnos tan velozmente como pudimos, los dos todavía cansados. Logan seguía durmiendo como bebé y mi sillón ya estaba lleno de su baba. Respiré profundamente, intentando que ese desastre no me molestara.

Afuera seguía lloviendo a cántaros. El cielo estaba gris y no parecía que el clima mejoraría pronto.

─Toma. Llevemos mi paraguas. ─Le alcancé a Jake el paraguas con el que tiempo atrás, Monica había intentado golpearlo cuando él se escondía en mi baño. Al parecer recordó la situación, porque me miró con una sonrisa amplia cuando agarré el paraguas.

─Gracias ─me susurró suavemente y me dio un beso rápido en los labios─. Vamos.

Thomas estaba, como siempre, estacionado al frente de mi casa. Esta vez también estaba Steven. Steven roncaba como trompeta cuando nos subimos a la camioneta y Thomas se apresuró a sacudirlo para que se despertara.

─Lo siento. Les juro que no suele ser así ─Thomas se apresuró a disculparse por el comportamiento de su compañero, pero tanto Jake como yo no dijimos nada al respecto.

Jake le dio las indicaciones a Thomas de a dónde tenía que llevarnos y, fue cuando arrancó, que Steven se despertó asustado.

─¿A dónde vamos? ─consultó aún adormilado.

─Cállate idiota. Me estás haciendo quedar mal ─le susurró Thomas con claro enojo.

Tuve que contener la risa, tapando mi boca. Jake, en cambio, estaba en otro lado, su mente al menos.

Me hubiese gustado saber en qué estaba pensando, pero al no estar solos no quería exponerlo a ese tipo de preguntas.

Thomas conducía con cuidado. La intensidad de la lluvia impedía que la visibilidad en las calles fuera clara. No obstante, al no haber tráfico por el horario, llegamos pronto.

Jake bajó primero y dio la vuelta para buscarme y cubrirme de la lluvia con el paraguas.

─Espérennos aquí. No creo que tardemos mucho ─le manifestó Jake a Thomas, quien se había quedado discutiendo con Steven.

Cuando entramos en la estación de policía, nos dirigimos a la mesa de entrada para anunciarnos. La señorita nos dijo que esperarámos unos minutos y seríamos recibidos.

Nos quedamos en la sala de espera, en silencio, el cual me estaba volviendo loca. Sentía que había algo que Jake no me estaba diciendo, algo que lo estaba ¿preocupando? Sabía que no era el momento indicado, pero ya no podía aguantar más.

─¿Estás bien? ─No quería quedarme con la espina de que había visto que algo no iba bien con él y no había hecho nada por ayudarle, o tratar de saber qué le pasaba.

Él estaba a punto de decir algo cuando un hombre alto y moreno, que iba de traje, se presentó frente a nosotros.

─Disculpen por la espera. Soy el detective Frank Mills. Por favor síganme hasta mi oficina, allí podremos hablar más tranquilos.

Los dos lo seguimos en silencio, pasando por una sala enorme donde había varios escritorios, muy pocos de ellos ocupados en el momento.

Seguimos caminando y subimos por una escalera, hasta una oficina que estaba justo a la derecha. No era muy grande, pero al menos tenía dos asientos para cada uno, así que nos sentamos mientras el detective cerraba la puerta y luego iba a acomodarse detrás de su escritorio.

─Perdón por llamarle tan temprano señor Ajax, pero me parecía que la información que tenía era importante y debía ser compartida cuanto antes. ─Llevó su mano por debajo del escritorio, abriendo un cajón de donde sacó una carpeta─. Aquí tengo toda la información concerniente a su caso y justamente anoche hicimos un... Hallazgo ─bajó el tono de su voz y la suavizó cuando pronunció la última palabra. Parecía darle un aire de misterio.

─¿Cuál fue ese hallazgo? ─consultó Jake, apretando los brazos de la silla con sus manos.

─Miren. ─Esta vez me incluyó a mí y nos señaló una hoja del informe que contenía una captura de... ¿Mi instagram?

─No entiendo. ¿Qué tiene que ver mi instagram en todo esto? ─Por un momento se me cruzó que me estaba señalando como la posible perpetradora, pero luego mi cabeza volvió a centrarse y decidí dejar al detective explayarse.

─No es su instagram en sí, señorita. Es lo que hay en los comentarios de la última foto que subió, lo que nos llamó la atención.

Ok. Bien. Esto había dado un giro inesperado.

La foto era la selfie donde estábamos Jake y yo, la cual utilicé para oficializar nuestra relación.

Había un comentario de la publicación que estaba resaltado con rojo en el papel:

!TE DIJE QUE LO DEJARAS! ¡TE LO ADVERTÍ! NO SE ESPERAN LO QUE VIENE 🔪🔪🔪🩸

No sabía cómo reaccionar. Era la primera vez que veía un comentario como ese en mi post y no podía entender cómo Hector no lo había eliminado.

─Veo por su reacción señorita Jones, que no tenía idea de esto.

Negué con un movimiento de cabeza ante mi imposibilidad de articular palabras.

─¿Qué es lo que quiere decirnos con esto? ─Jake se veía impaciente, demasiado. Tocaba su cabello y repiqueteaba los dedos en el brazo de la silla.

─Tenemos mucha seguridad de que la persona que está detrás de ese comentario es quien ha estado amenazando a la señorita Jones.

Abrí mis ojos y mi boca con la sorpresa propia de la información que había escuchado. Miré a Jake y él estaba igual.

─Entonces... ¿Ya saben quién es? ─interrogué con más emoción de la que pretendía.

─Ahí es donde esto se pone complicado. Esta persona utilizaba una cuenta falsa, una cuenta que se hacía pasar por un club de fans de usted señorita Jones.

Mi corazón se detuvo por un instante, incapaz de seguir escuchando lo que decía el detective.

─Necesito... Necesito salir un momento ─expresé con apenas una línea de voz.

─¿Quieres que te acompañe? ─Jake ya se había levantado de la silla, dispuesto a ir conmigo.

─No. Quédate y termina de escuchar lo que el detective tenga que decirte. Yo iré hasta el baño. Estaré bien.

Jake asintió, no muy seguro, pero volvió a su asiento. Yo salí de la oficina, sintiéndome un poco mareada, en busca de un baño donde pudiese refrescarme.

Cuando lo encontré, fui directo hacia uno de los cubículos, puse la traba y casi sin darme tiempo, vomité en el inodoro.

Me sentía fatal. Más de lo que hubiese imaginado. Todo esto era mi culpa. Si yo no hubiese sido famosa nada de esto pasaría y si Jake no hubiese entrado a mi vida, él no estaría en peligro ahora.

Pensar en eso solo hizo que me descompusiera otra vez. Y otra vez. Y otra vez.

No sé cuánto tiempo estuve allí, solo sé que un golpe en la puerta me alertó y luego la voz de Jake.

─¿Ara? ¿Estás aquí?

Por un segundo pensé en no contestarle y dejar que se fuera. No quería causarle más problemas. No obstante, fue en ese momento que volví a descomponerme y él lo escuchó, haciendo que entrara e identificara el cubículo donde me encontraba.

─¿Ara? ─su voz denotaba intranquilidad─. ¿Estás bien? ¿Qué pasa?

─Nada Jake. No me encuentro bien. Eso es todo. Las noticias me cayeron mal y me descompuse. Ya se me pasará. Necesito un momento. ─Quería llorar y evidentemente había empezado a hacerlo, porque Jake oyó mis sollozos.

─Por favor abre la puerta. Quiero ayudarte.

─No quiero que me veas así.

─No me importa si estás cubierta en vómito, quiero estar contigo. ¡Abre la puerta por favor!

No quería causar más drama de lo que ya lo estaba haciendo, así que me arrastré hasta la puerta y saqué la traba.

No era un espacio muy grande para que entraran dos personas, y aun así Jake se metió y se agachó para abrazarme.

─Cuando te dije que te amaba, lo dije en serio. Eso va para todos los aspectos de la vida, incluso si piensas que no puedo verte porque estás descompuesta. Eres mi sol. Recuérdalo.

Eran momentos como este los que me hacían conservar la esperanza de que podríamos superar lo que fuese que viniera contra nosotros, porque en los brazos de Jake, todo parecía posible.
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Esta historia va llegando a su final. Capítulo 50. ¿Quién lo hubiese imaginado? Yo seguro que no 😂, porque empecé esta historia en 2020 como una historia corta y 3 años después la leo en la compu y veo que quizás tenía potencial para novela. Unos meses después, aquí estamos.
Qué recorrido! Increíble realmente. Esta historia marca mi regreso a la escritura y mi regreso a Wattpad. Las cosas de la vida me habían alejado de esto que tanto amo, así que les agradezco muchísimo a lxs que se quedaron y siguen leyendo esta historia con cada capítulo que subo.
Les agradezco tanto tanto tanto. Desde lo más profundo de mi ser.
Lxs quierx! ❤️

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