47- La espera
¿De verdad había hecho eso? ¿De verdad lo había golpeado? Mis ojos se abrieron tanto de golpe, por la impresión de mis acciones. Lo había abofeteado. No podía creerlo. ¿En qué me había convertido? Yo no era una persona agresiva y, sin embargo, le había pegado a Jake.
Llevé mis manos a mi boca para tratar de tapar el grito que había dado cuando le propiné el golpe, para terminar recordando que lo más probable fuera que no lo hubiese escuchado nadie por el alto volumen de la música.
Él todavía seguía con el rostro dado vuelta y eso sirvió para sentirme todavía peor, por lo que aproveché e intenté emprender mi salida, pero no pude. Apenas me di vuelta y di unos pocos pasos, alguien me tomó de la mano. Me di vuelta y era él, Jake.
─¿Qué haces aquí? ─preguntó, tocándose la mejilla donde había terminado mi mano.
─Podría preguntarte lo mismo ─le espeté malhumorada y sentí cómo un nudo en mi garganta empezaba a formarse. Él todavía seguía agarrando mi mano, pero nunca con fuerza.
Bajó la mirada y se mordió el labio. Llevaba el cigarro en la otra mano, le dio una calada y tiró el humo.
─Ven. Vamos a otro lado donde podamos hablar.
─No pienso ir a ningún lado contigo. Apestas a alcohol y a tabaco, o al menos creo que es tabaco. ─Lo miré enceguecida por la rabia─. ¿Desde cuándo fumas? Ni siquiera sabía que lo hacías. ¿Hay algo más que me hayas ocultado? ¿Como que ibas a salir a beber y bailar esta noche por ejemplo?
Jake se relamió los labios y me dio miedo al ver que parecía otra persona. Nada comparada con el hombre que había conocido hacía unos meses.
─Perdón que me meta. Hola. ─Un chico rubio se acercó a nosotros y lo miré de reojo─. Mucho gusto Ara. Soy Logan, el hermano de Jake. Fui yo quién te llamó.
Logan estaba extendiendo su mano para saludarme, cuando Jake dejó de fumar para parar su saludo.
─¿Tú la llamaste? ─Jake miró a su hermano con ojos que lo perforaban de bronca─. Te dije que quería una noche, solo una noche donde pudiese olvidarme de todas mis mierdas.
─Así que yo soy una de tus mierdas. Qué bueno saberlo.
No le di tiempo para contestar. Agarré a mi hermana del brazo y empecé a buscar la salida.
─¡¿Puedes calmarte un poco Arabella?! ¡Puedo caminar sola maldita sea!
Solté a Julia, pero seguí caminando. Me sentía perdida por lo que acababa de pasar y no podía pensar con claridad. Miraba a mi alrededor, pero no encontraba por dónde salir. Quizás el alcohol que había tomado teniendo el estómago vacío ya estaba haciendo estragos en mí.
─¿Dónde está la salida? ─pregunté, rendida ante la confusión que estaba experimentando.
─Ven, es por allá ─respondió Julia, señalando el cartel con la palabra "salida", que claramente no había visto.
Justo cuando Julia y yo empezábamos a dirigirnos hacía allí, Jake se interpuso en mi camino.
─¡Déjame que te explique por favor! ─La música sonaba tan fuerte que tuvo que gritar para que lo oyera, pero yo no quería nada de él. Solo quería salir de ese lugar.
Negué con la cabeza e intenté continuar caminando. Otra vez, él se acercó hacia mí.
─¡Por favor Ara! Juro que no es lo que piensas ─sus palabras retumbaban en mi oído y hacían que me sintiese peor─. No hice nada más que tomar y fumar. Pregúntale a quién quieras.
En ese momento me salí de las casillas, me había puesto histérica.
─¡No pienso andar averiguando nada de nada! ¡Ya he visto suficiente!
No me había dado cuenta, pero la discusión que estaba teniendo con Jake había empezado a llamar la atención y había gente filmando. Ahí fue cuando me alarmé y puse mis manos sobre mi rostro, tratando de ocultar lo inevitable.
─Salgamos de aquí. ─Julia me tomó de la cintura y también trató de cubrirme con sus brazos y manos, pero era casi imposible. Ahora todos se habían dado cuenta de quién era y me filmaban con sus celulares.
La discoteca se había convertido en un tumulto de gente que me había rodeado y todos me empezaron a aplastar, haciendo que cada vez fuese más y más difícil el respirar. Todo eso, sumado al mareo que llevaba por el alcohol, hizo que no pudiese más y mis rodillas cedieron.
Me había desmayado. Un desmayo tan público como el lío del que ahora hablaban todas las redes sociales. Jake y yo, y una discusión tan pública que me odiaba por haberme expuesto de esa manera.
Tenía ganas de abrir un hoyo en el suelo y desaparecer ahí. Me sentía avergonzada por haber ocasionado tanto drama.
Después de haberme desmayado, Julia me contó que Jake intervino y me sacó de allí en brazos, pegando codazos a todo el que se interpusiera en el camino. Como siempre, Thomas estaba en la camioneta, estacionada en la puerta de la discoteca y apenas vio la situación, salió disparado a ayudar.
Jake tuvo la intención de venir con nosotras en la camioneta, pero Julia le dijo que sería mejor que me diera espacio y que cuando me sintiera mejor, hablaríamos. Me pareció muy sensato por parte de mi hermana y agradecí que hubiese estado conmigo en ese momento.
Monica, Hector, Ingrid, mis padres y muchos conocidos, se comunicaron conmigo para decirme que sentían mucho lo que había pasado; aunque fue Monica especialmente quien tuvo que ponerse a trabajar para solucionar el caos que se había montado en los medios.
Ella me había mandado un mensaje de audio diciéndome que se encargaría de todo y que no me preocupara por nada, que solo me ocupara de descansar. También me dijo que podía intervenir en mi pelea con Jake, pero le respondí que yo me ocuparía de eso cuando me sintiera mejor.
En cuanto a Jake, no había dejado de bombardearme con mensajes y audios. Le había sacado el visto a mi chat, así que pude escuchar todo sin sentirme culpable por haberle clavado el visto. En cada uno de esos mensajes me pidió perdón una y mil veces, me aseguraba que no había hecho nada con ninguna mujer, que me había sido fiel y que lamentaba haber salido sin habérmelo dicho antes.
No sabía qué pensar al respecto. No quería quedar como la novia controladora, no era un lugar en el que me sintiera cómoda, porque yo no era así. Anoche había salido una parte de mí que, evidentemente existía, pero había trabajado mucho para no comportarme de esa manera. No iba a volver a atrás, por nada ni nadie.
Esa tarde, cuando me sentí mejor del golpe y todo en general, decidí escribirle a Jake.
Hola. Necesitamos hablar.
La respuesta no tardó ni un minuto en llegar.
Solo dime cuándo y dónde.
Le pedí a Julia que se fuera a dar una vuelta, aunque cuando se lo dije no se lo tomó muy bien. Quería la casa sola para cuando Jake llegara. Además, no podía ir a ningún otro lugar; no solo porque no me sentía lo suficientemente bien como para salir, sino porque sabía que algún medio estaría a la orden del día para seguirme. Y lo que menos quería en este momento, era mostrar mi rostro en público.
Jake iba a llegar pasadas las once de la noche. Mientras más tarde y más oscuro mejor. Jackie, mi vecina, nos ayudaría. Ella sería el señuelo para despistar a la prensa. Jake iría hasta su casa, lo más tapado y disimulado posible y Jackie lo haría pasar por el patio trasero y cruzar hasta mi casa. También iría acompañado por su hermano Logan, lo cual podía sumar algo de distracción al plan.
Eran las 10:30 cuando Julia salió de casa. Había hablado con Ingrid para que la recibiera en su casa hasta que yo hablara con Jake, como una forma de entretenerla, puesto que Julia no conocía a nadie más en la ciudad.
Thomas se había quedado custodiando mi casa, pero le pidió a otro compañero que llevara a Julia hasta lo de Ingrid. Con todo lo que había pasado anoche, casi había olvidado que todavía tenía a un loco o loca amenazando mi vida y no sabía hasta qué punto podía llegar. Prefería que mi hermana estuviese lo más cuidada posible, durante el tiempo que estuviese en la ciudad.
Miré el reloj de la cocina y faltaban quince minutos para la hora del encuentro. Yo llevaba puesto mi pijama de unicornios y no tenía deseos de cambiarme o de maquillarme ni un poco. De igual forma, me sentía un poco ansiosa por verlo, casi como si fuese que iba a encontrarme con él por primera vez.
No tuve mucho tiempo más para pensar en los nervios que sentía. Unos golpes en la puerta trasera de la cocina me sobresaltaron e hicieron que regresara a la realidad.
Una figura encapuchada estaba del otro lado de la puerta, podía verla a través de los vidrios de la misma.
Me acerqué un poco termerosa, ya que no podía ver el rostro de quien me esperaba. Abrí y, en ese instante Missy entró corriendo, logrando que pegara un grito del susto. Ahí fue cuando lo vi, había levantado la cabeza y podía apreciar su rostro con claridad. Tenía un ojo morado e hinchado, algunos cortes en el lado del pómulo, cejas y barbilla.
¿Cómo era posible que Jake hubiese terminado así?
Abrí más la puerta para dejarlo pasar. Al estar dentro, esperó a que yo cerrara y cuando me di vuelta lanzó un pequeño discurso.
─Siento mucho haberte echado de mi casa, no debí hacerlo. Me comporté como un imbécil cuando tú solo tratabas de ayudarme. Siento todo lo que pasó. Lo de la discoteca, no haberte avisado que iba, pero más siento que pienses que podría engañarte, porque no lo hice. Juro que no lo hice Ara.
»Te dije que eras mi Sol y, cuando lo dije, fue con toda la sinceridad de mi corazón.
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Holaaa. Espero les haya gustado el capítulo. Estoy tratando de terminar rápido la historia porque tengo varias cosas pendientes de las que necesito ocuparme y no quiero dejar esta historia inconclusa.
Les pido de corazón que si les gusta esta historia la apoyen comentando, votando y siguiendo mi perfil. Me ayuda a crecer y que esta historia y todas las demás que vengo escribiendo, tengan su reconocimiento.
Les mando muchos besos. 😘
Lxs quierx! ❤️
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