46- Loveless

A pesar de que la discoteca estaba un poco lejos de mi casa, Thomas hizo que el viaje hasta allí no se sintiera tan largo. Y, por suerte, Julia no siguió hablando sobre Jake ni nada que tuviese que ver con él, por lo cual pude calmar un poco mis nervios hasta que la camioneta estacionó en la puerta de la discoteca, que estaba abarrotada de personas que querían entrar.

El cartel de neón color fucsia con la palabra Loveless brillaba tanto que pude verlo incluso antes de llegar.

Cuando bajé del auto, se me hizo un poco incómodo por el outfit que llevaba puesto. Un vestido rojo pasión corto de látex, pegado al cuerpo con un escote profundo y botas negras de látex que llegaban a mis muslos. Había dejado mi largo cabello lacio suelto que caía pasando mi cintura. Mi maquillaje era un tanto sencillo, aunque remarcaba las partes que más me gustaban, labios rojos y un delineado negro en mis ojos.

En cuanto a mi hermana, tuve que prestarle ropa y, a pesar de que éramos de la misma talla, tenía el mismo problema de siempre y todo le quedaba corto.

─Estúpido vestido ─dijo mientras tiraba de él para bajárselo. Ella tenía un vestido que se suponía era un poco más largo que el que yo tenía puesto, pero aun así le iba corto. Era de terciopelo negro y no tan ajustado al cuerpo y sus botas eran mucho más cortas que las mías. A Julia no le gustaba resaltar, porque ya era suficiente con su altura, así que traté de darle lo más sencillo que tenía en mi closet. Y en cuanto a su cabello, lo llevaba hasta los hombros, que era lo más corto que lo había tenido en su vida.

─Estoy arrepintiéndome de esta elección de vestuario ─expresó Julia, bajándose otra vez el vestido.

─Te recuerdo que fue tu idea el de vestirnos para matar ─le contesté irónicamente.

─Cuando lo dije me refería a ti. Yo no iba incluida maldita sea.

─Mejor deja de quejarte y vamos ─zanjé de una vez.

Ambas nos dirigimos a la puerta de Loveless. Sabía que era la nueva discoteca de moda de la ciudad, pero la verdad es que no salía mucho de fiesta desde que estaba con Mark y esta sería la primera vez en cinco años que salía estando soltera. Bueno, técnicamente estaba de novia con Jake y, ahora tendría que arreglar los tantos, dependiendo de cuán ebrio estuviese.

Julia se encargó de abrirnos paso entre la multitud. Thomas se había ofrecido a acompañarnos, pero le pedí que se quedara en la camioneta. No quería llamar más la atención llevando conmigo a un guardaespaldas.

─¡Muévanse! ¡Muévanse rufianes!

Extrañamente, a pesar de ser bastante delgada, Julia tenía mucha fuerza y empujaba a todo aquel que estaba en su camino, dejándome el camino libre para que yo, que iba detrás de ella agarrada a su cintura, pudiese pasar.

─Hola. Buenas noches ─le grité al grandulón que estaba en la puerta de la discoteca

─Lo siento señora, pero el lugar está lleno. Nadie más puede entrar. ─De más está decir que el hombre me lo dijo de un mondo bastante rudo y despectivo.

─¡¿Señora?! ─exclamé ofendida y un poco envuelta en mi cabeza por lo que me había dicho. ¿Acaso me veía tan mayor?

Julia me empujó un poco y se puso en el lugar donde yo estaba, justo en frente al maleducado.

─Mire señor ─Julia expresó la palabra señor de manera despectiva─. Creo que no se ha dado cuenta, pero esta señorita que está a mi lado es Arabella Jones. ─El maleducado abrió sus ojos como platos─. Bien, creo que se ha dado cuenta de a quién me refiero. ─Él asintió─. Entonces, si no quiere que el lugar y usted tengan una mala crítica, le sugiero que "la" y "me" deje entrar.

De inmediato, el sujeto levantó la cuerda que nos separaba de la puerta y nos dejó entrar.

─Lo siento mucho señorita Jones. No la reconocí, le pido mil disculpas.

El chico se veía realmente arrepentido, pero ni siquiera lo miré cuando pasé por su lado. Me había molestado su actitud porque no importaba quién fuese, nadie merecía ser tratado de esa manera.

Julia me tomó de la mano, mientras ella dirigía el camino.

Al entrar, nos recibió una joven que tenía una etiqueta en su camiseta. La etiqueta decía "Lola".

─Buenas noches señorita Jones. Mi nombre es Lola y de parte del club Loveless queremos pedirle formalmente una disculpa. Le ofrecemos un sector vip para usted y su amiga...

─Corrección. Soy su hermana ─interrumpió Julia con un tono altanero.

─Disculpe, para usted y su hermana. Tendrá a su disposición lo que quiera beber, lo que sea que esté en la carta, pídamelo y se lo traeré.

Wow. Cómo podían cambiar las cosas cuando mencionabas un nombre y se sabía que tenías algo de presencia en redes sociales. Era increíble lo que se podía lograr. Y yo todavía no terminaba de acostumbrarme porque nunca quise hacer uso de ello, aunque ahora me venía de diez en estas circunstancias.

La discoteca era inmensa. Todo decorado en colores neones que brillaban en la oscuridad. Habían luces en el piso y en el techo y la música electrónica sonaba a tope. Estaba repleto, pero todavía podían caber más personas. Supongo que a eso se refería el chico de la entrada cuando decía que era bastante exclusiva.

Lola nos dejó en el sector vip que por esta noche era nuestro y se fue, dándonos antes la carta de bebidas.

─Bueno a ver, ¿qué te apetece tomar? ─Julia empezó a mirar la carta con detenimiento, cosa que me cayó mal.

─Oye, pensé que venías para ayudarme con lo de Jake. ─Puse mi mano sobre la carta, porque Julia no parecía escucharme.

─¡¿Qué?! ─respondió levantando la voz, porque evidentemente no me había escuchado.

─¡¡¡Me dijiste que venías a ayudarme con Jake!!! ─exclamé con toda la fuerza que me permitieron mis pulmones.

─Agghh. Ya me había olvidado de eso. Maldición. ─Ella dejó la carta de bebidas a la que se había aferrado en cuanto llegamos y se estiró en el sillón de nuestro sector, haciendo que sus largas piernas pasaran por debajo de la mesa que estaba en el medio del sillón circular─. Bueno, ¿al menos te dijo en qué parte estaba? ─Negué con la cabeza─. Escríbele a su hermano. No esperarás que estemos dando vueltas buscando al niño.

─No es un niño, Julia. Es un hombre. ─Me molestó un poco escucharle decir eso, aunque no podía ser cínica y negarme a mí misma que yo también le había llamado de esa manera─. Además, solo yo puedo decirle así.

─¡Oh, disculpe señorita Jones! Prometo no burlarme de nuevo de su niño. ─Ella hizo una mueca divertida que lo único que logró fue que me contagiara la risa.

Le di un pequeño empujón, como para no perder la costumbre y me puse a escribir el mensaje al hermano de Jake.

Recordé que no me había dicho su nombre, así que tipeé el mensaje más genérico posible:

Hola. Soy Arabella. Ya estoy en el club. ¿Dónde están ustedes?

Enviar.

─Supongo que ahora solo queda esperar ─dije un poco apesadumbrada cuando no llegaba una respuesta inmediata.

─Mira, no es porque tengo muchas ganas de tomar alcohol, pero me parece un desperdicio venir hasta aquí, tener un sector vip solo para nosotras y no tomar ni una gota de nada de lo que nos ofrece esta hermosa carta.

Rodé mis ojos, al mismo tiempo pensando en si debería darle la razón a mi hermana. Miré alrededor, esperando divisar a Jake entre la multitud. Miré a mi teléfono y no tenía ningún mensaje como respuesta. Y, por último, volví la mirada a mi hermana.

─Pide lo que quieras ─dije sin importancia, dirigiendo mi mirada nuevamente hacia el celular─. Y un Sex On The Beach para mí.

─¡Sí mi capitán! ─Julia bajó del sillón del sector vip para ir a buscar a Lola. Se veía por de más animada por tomar esos tragos y la verdad no me molestaba.

Me merecía un momento de diversión, aunque fuese con mi hermana que, por cierto, seguía comportándose bastante bien después de todo lo que hablamos en mi casa.

No tardó ni cinco minutos y ya estaba de vuelta.

─Lola ya viene con los tragos. ¿No hay noticias del señorito? ─preguntó con ironía.

─Nada. Empiezo a preguntarme si todo fue una broma de mal gusto. ─Si esa era la verdad de la historia, me iba a molestar muchísimo con quien fuera que estaba metiéndose conmigo.

─Mírale el lado positivo ─continuó Julia─, si no lo encuentras, nos quedamos igual y pasamos un buen rato en el mejor lugar de la ciudad. Bailando y tomando y bueno, si conoces a alguien más no sería lo peor del mundo.

La miré arqueando una ceja.

─Julia, estoy en pareja... ¡con Jake! Me pidió que fuera su novia y acepté. No voy a ponerme a bailar con nadie. No vine por eso. ─Ahora sí empezaba a sentirme molesta y cuando llegaron los tragos arrebaté uno de la bandeja de la camarera, sin darle tiempo a ponerlos en la mesa.

─¡Oye! ─me gritó Julia─. ¡Ese era el mío!

─Lo siento. Pídete otro ─dije mientras me llevaba el contenido del vasito para hacer fondo banco. Cosa de la cual me arrepentí de inmediato─. ¡¿Qué mierda es esto?! ─logré balbucear, porque la garganta me quemaba.

─Se llama Acapulco Nights y lleva tequila.

Julia me estaba matando con la mirada, evidentemente molesta conmigo por haberle tomado su trago.

─Odio el tequila ─repuse carraspeando.

─Lo sé, pero yo lo amo. Otra cosa más que no tenemos en común hermanita. ─Rodó sus ojos y se levantó, seguramente para pedir otro trago.

Por mi parte, recogí mi Sex On The Beach y tomé un trago. Sé que no debía mezclar y que, probablemente iba a arrepentirme luego, pero qué más daba. No había señales de Jake por ningún lado, aunque no era como si lo hubiese buscado demasiado. Ya había hecho mucho viniendo hasta aquí.

Julia volvió con su trago en mano, ya con una sonrisa de oreja a oreja.

─Escucha, no quiero que te exasperes peroooo...

─¡¿Pero qué?! ─grité por demás pasada de energía.

─Menos mal que te había pedido que no te exasperes. La cosa es que creo que vi a Jake, pero no estoy muy segura. ─Julia bebió un sorbo de su trago y dirigió su mirada hacia mí.

─¿Por qué no estás muy segura? ¿Acaso no llevas puestos tus lentes de contacto?

Ella me miró con los ojos entrecerrados y supe que le había molestado mi pregunta.

─Para tu información, me operé de la vista hace un par de años. Veo perfectamente bien.

─¿Entonces? ─Le estaba dejando muy claro que su vista no me importaba en absoluto en ese momento.

Ella respiró profundamente, tratando de evitar darle importancia a mis malas formas.

─Es que lo vi fumando y... No sé. Pensé que no lo hacía.

─Es que no lo hace ─expresé apenas en un susurro.

Me quedé pensativa, dándole vueltas al asunto. Temerosa de ir a buscarlo y ver algo que no me gustara, pero luego recordé que era una mujer empoderada y ningún hombre me iba a hacer sentir insegura.

Tomé mi trago, me lo bebí tan rápido como pude y me levanté decidida.

─Vamos ─le dije a Julia, tomándola de la mano y haciendo que casi haga caer la copa con su contenido─, dime dónde lo viste.

Ella apuntó el camino con su dedo y la distancia que nos separaba no era muy grande. Cuando terminamos de acercarnos lo vi.

Jake estaba apoyado contra una pared. Un grupo de chicas a su alrededor y un chico a su lado con el que tenía cierto parecido, el cual supuse sería su hermano. Jake se veía hermoso, más de lo que me hubiese gustado admitir.

Llevaba una incipiente barba y su cabello ondulado estaba un poco mojado, quizás por el calor del lugar. Tenía un abrigo negro de cuero, una camiseta blanca y un pantalón también negro.

Lo que más me sorprendió fue que sí, tenía un cigarro en la boca. Y lo peor, una chica bastante voluptuosa le bailaba encima y él no hacía absolutamente nada por decirle que se fuera. Ella le ponía los pechos en la cara y él solo sonreía.

Sentí cómo un fuego se empezaba a apoderar de mí y cómo un dolor en el pecho me traspasaba entera.

También sentí una mano que intentaba detenerme, pero no lo hice. No paré. No hasta que llegué hasta donde estaba él.

Debió percibir mi mirada clavada en la suya, porque el contacto de la suya con la mía fue inmediato. Ahí fue cuando terminé de recorrer la distancia que me quedaba y le di una bofetada.

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