24- Pasión

Esta vez, cuando desperté, mis brazos estaban alrededor de su cintura, su rostro en mi cuello y nuestras piernas entrelazadas. La paz que sentía en ese momento era de otro mundo, había olvidado lo que era sentirse de esta manera. Tan libre, tan relajada de todo lo que venía cargando.

Jake me hacía sentir como si todo pudiese estar bien, aunque mi mundo se cayese a pedazos. Tener esos sentimientos era lindo y temeroso a la vez, porque no era algo que dependiese de mí, sino de con quién estaba en ese momento. Me pregunté si alguna vez podría lograr sentirme así por mí misma.

No tenía idea de qué hora era y tampoco me importaba, lo que sí necesitaba era ir al baño. Apenas me moví un poco, y eso fue suficiente para que Jake se despertara.

─No te vayas ─susurró entredormido.

─Solo voy al baño, ya regreso.

Tomé la camiseta que Jake había tenido puesta y que dejó caer en el piso y me la puse. Parecía como si tuviese un mini vestido ya que, si bien él era alto, yo también lo era.

Estaba a punto de terminar de hacer la pis cuando tocaron a la puerta del baño.

─Espera, ya termino.

Me apresuré a tocar el botón del inodoro y a lavarme las manos, para abrir la puerta.

─¿Te apetece una ducha?

Jake tenía el pelo revuelto, se veía tan sexy, más que de costumbre; pero luego mis ojos continuaron bajando y vi que no llevaba nada encima. Niño travieso.

─Parece que alguien se despertó muy contento esta mañana ─le dije mirándolo a los ojos, pero a la vez señalando su miembro.

Él bajo su mirada para subirla nuevamente y sonreírme de manera pícara.

─Creo que es porque está contento de verte.

─Ah, ¿si? Mira nada más. ¿Y qué piensas hacer al respecto? ─cuestioné, poniendo un dedo sobre su pecho y mirándolo de manera juguetona.

No respondió mi pregunta, simplemente se lanzó hacia mí y pegó sus labios con los míos, introduciendo su lengua de manera salvaje, y levantando la remera que traía puesta sin dejar de trabajar en mis labios.

En un segundo abrió la ducha y me metió en ella. El agua caliente caía por mi cuerpo haciéndome sentir relajada y disfrutando aún más del momento.

─No sabes cómo deseé tenerte aquí conmigo ─susurró Jake en mi oído.

Luego prosiguió a besarme en el cuello. Sus besos eran fuego en mi cuerpo e hicieron que ahora fuera yo la que iba por él. Lo tomé por los hombros y lo besé con la pasión que venía guardando hacía tiempo.

Fui bajando mis manos por sus pectorales, por su abdomen hasta llegar a su miembro. No había mentido cuando le conté a Ingrid sobre su tamaño, era enorme, pero lo mejor era que sabía cómo usarlo. Iba a hacer algo a lo que nunca me había animado, con nadie, pero lo deseaba demasiado, así que fue por ello. Bajé lento, tan lento como pude, sin dejar de tener contacto visual con sus ojos. Él me miraba casi anonadado.

─¿Estás segura? ─me preguntó dudoso.

Yo asentí. Y empecé a hacerlo, con la poca idea que tenía, pero sin dudas. En algún punto debí haber estado haciéndolo bien porque él empezó a jadear, cada vez con más y más fuerza. Ahí fue cuando me tomó por los hombros y me levantó.

─Quiero tenerte en este momento.

Y me llevó de nuevo a la habitación, los dos completamente mojados. Me dejó caer suavemente en la cama y fue a buscar algo en el cajón de su mesa de luz. Era un condón. Se lo puso y en un abrir y cerrar de ojos me penetró, cerrando con un broche de oro las ansias que estaba conteniendo.

No sé qué hora habrá sido cuando desperté por segunda vez en el día, pero Jake seguía a mi lado profundamente dormido. Me sentía exhausta. No podía seguir el ritmo que él tenía. No eran mucho años de diferencia, pero su energía era inmensa y no se cansaba. Aunque tampoco podía negar lo increíble que me hacía sentir y todo lo que despertaba en mi cuerpo cada vez que simplemente me tocaba.

Me moví con cuidado para no despertarlo y tomé mi teléfono que había quedado en el piso, en medio de la locura que estaba viviendo desde la noche anterior. Tenía muchísimas notificaciones y llamadas, de Monica, Ingrid, Hector y de un número desconocido.

Empecé a abrir las aplicaciones para ver las notificaciones. Ahora entendía por qué era tal el alboroto. Ya se había lanzado la campaña completa de Dirty y la gente estaba enloquecida. Los comentarios eran igual de positivos que cuando Giovanni publicó la primera foto, aunque siempre habían uno que otro negativo:

"Recién se separa de su novio y hace este tipo de cosas. Solo busca atención".

"Ahora que perdió a la gallina de los huevos de oro tendrá que buscar otro millonario que la mantenga".

"¿Será verdad que dejó a su novio por este chico? Si es así, acabo de perder el respeto que tenía por ella".

Wow. La gente sí que podía ser cruel cuando quería. Ver comentarios así me angustiaba, no estaba acostumbrada al hate, aunque sí sabía que eventualmente podría suceder, no me creía inmune. Ser una figura pública venía con sus riesgos y lo comprendía bien, solo que nunca estás del todo preparada cuando viene el golpe.

Abrí los mensajes de whatsapp y vi mensajes en el grupo que compartía con Monica y Hector.

Monica: No puedo creer el éxito de la campaña. ¡Se hizo viral al igual que la primera foto!

Hector: Y como para no serlo. Ese chico está muuuuy bueno. Las chicas deben estar locas por él. Es carne nueva en el mercado y lo nuevo vende.

Monica: Creo que sería bueno si pudiésemos representarlo, sería una buena adquisición para nuestra agencia.

Hector: Coincido. No creo que Arabella tenga problemas con eso, ¿o si? @arabella

Hector me había etiquetado en la conversación y ahora no había forma de hacerme la desentendida, porque ya les aparecería que había visto los mensajes.

No estaba muy segura si quería que Jake perteneciera al mismo mundo que yo. Nunca había salido con alguien del medio, pero sabía que no debía ser algo fácil de llevar. Todas esas chicas escribiendo cosas sobre él, diciendo que les gustaba, me hacían sentir un tanto insegura; aunque sabía que era trabajo y no podía quitarle el derecho a decidir por sí mismo. Él necesitaba el dinero para sus estudios y para pagar la renta de su apartamento.

Suspiré profundamente y empecé a escribir en el grupo de WhatsApp.

Hola chicossss. Perdón por contestar recién. Me había tomado una pastilla y dormí hasta recién.

Me parece genial la idea de que Jake forme parte de la agencia. Creo que sería un adición interesante❤️

Envié el mensaje sin total convencimiento de lo que había puesto, pero ya estaba hecho, ya no había vuelta atrás.

La respuesta del grupo no tardó en llegar:

Monica: SIIIIIII. Qué alegría! Gracias dulzura ☺️❤️

Hector: 👏🏻👏🏻👏🏻 Ey chica! Dile a Jake que ponga su perfil de Instagram público. Esas solicitudes de seguimiento deben estar por las nubes.

Monica: Lo llamaré apenas pueda para hablar con él y proponerle sumarse a la agencia y que yo sea su representante.
Besos!

Besosss.

Respondí secamente. Apenas había comenzado algo con Jake, algo que no sabía cómo definir, era tan reciente.

Solo esperaba estar a la altura de las circunstancias y que mis celos no me jugaran una mala pasada, porque todo lo que había dicho sobre nuestra diferencia de edad quedaría en el piso y yo, como una maldita inmadura.

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