22- Escape
Arabella
Entrar en una batalla mediática con mi ahora ex, era lo que menos hubiese deseado, pero el muy maldito no me había dejado muchas opciones después de manchar mi nombre.
Y eso sin mencionar a las redes sociales, las cuales estaban un cincuenta por ciento de mi lado y el otro cincuenta del lado de Shawn.
─Yo dejaría que esto siguiera su curso y lo más seguro es que nadie lo recordará en unas semanas ─sostuvo Jake, evidentemente restándole importancia.
─Sé que ganaste experiencia en el medio en estos años Jake, pero no creas que todo lo que dicen de ti se puede borrar tan fácilmente. Ahora todo queda registrado en las malditas redes por siempre, ¡y no voy a permitir que ese bastardo hable mal de mí! , ¡¿ok?!
─¡Ey! Está bien. Lo comprendo. Solo recuerda que no fui yo quien dijo esas cosas de ti.
Había perdido la cabeza al responderle a Jake y no era mi intención. Todo el asunto con Shawn empezaba a afectarme de una manera que nunca pensé que podría hacerlo. Creía tener experiencia en el medio y estar curtida por los roces con otras personas, y todas las mentiras que alguna vez sacaron en los portales, pero no. Nada te preparaba para una acusación de infidelidad de tu propio ex prometido.
Quería despejar mi cabeza hasta que tuviese noticias de Monica y de la entrevista con TMZ y, por lo visto, a Jake le pareció propicio contarme sobre los comentarios sobre nosotros que tenía su instagram.
─Están comentando en una foto vieja de nosotros que nunca borré y nos felicitan por volver juntos.
Eso solo hizo que la curiosidad me ganara y me pusiera a revisar los comentarios en mi instagram.
Se me hizo un nudo en el estómago cuando leí las cosas horrendas que me ponían y cómo algunos hasta me deseaban la muerte.
Una infidelidad era una infidelidad, eso no lo podía negar. Lo que sí me extrañaba era cómo iban tan fuerte hacia mí. ¿Habría sido distinto si yo fuese hombre?
Traté de alejar esos pensamientos de mi mente y concentrarme en lo que estaba pasando en el momento.
─Será mejor que vengas y veas esto ─me alertó Jake, quien me señaló que lo siguiera hasta el balcón del apartamento de Ingrid.
Intenté acercarme, pero inmediatamente el flash proveniente de otro edificio, me advirtió qué era lo que Jake quería decirme. Reporteros. Los malditos reporteros.
─No puedo creer que nos hayan encontrado otra vez ─sostuve, mientras me deslizaba por la pared del balcón, para esconderme de las fotos y luego salir de allí gateando, para meterme de nuevo en el apartamento, levantarme y cerrar las cortinas.
─Ojalá Monica estuviese aquí para ayudarnos ─agregó Jake, y una lamparita se encendió en mi cerebro.
─No está Monica, pero sé de alguien más que podría hacerlo.
Jake me miró enarcando una ceja, completamente confundido con mi intervención, pero no tenía tiempo para explicarle. Tomé mi teléfono que había dejado en la habitación, busqué entre los contactos y encontré el nombre que necesitaba: Thomas.
De más está decir que la efectividad del chico era increíble, porque en menos de veinte minutos lo tenía en el apartamento de Ingrid, con todo un operativo armado para sacarnos de allí.
Sin embargo, la salida fue caótica por la cantidad de paparazzi que había.
En mi mente solo circulaba el pensamiento de en qué momento quise meterme en este mundo y por qué nunca pensé en el precio que tendría que pagar por ello. Además, ahora Jake también era parte de este mundo y todo por mí; aunque nunca pensé que nuestra pseudo fama llegaría a estos extremos.
Nos metimos en la camioneta y los paparazzi nos rodearon de tal manera que tuvimos que avanzar a paso de tortuga y agacharnos para evitar las fotos.
Luego, Thomas nos contó sobre todo lo que había pasado alrededor de mi relación con Jake, en estos tres años. Clubes fans, shippes, los Jakarella, o como sea que se hicieran llamar y mucha otra gente que odiaba nuestro romance.
No pasó mucho tiempo hasta que tuvimos que desviarnos de donde fuera a donde se suponía que íbamos, porque Jake mencionó que tenía guardia en el hospital. Por alguna razón, no se lo creí. Su expresión era rara y era evidente que escondía algo, pero no quise discutirle al respecto y simplemente asentí y lo despedí con un beso. Un beso que me dejó un sabor amargo, aunque no tanto como el mensaje que me llegaría después.
Jake
Traté de ayudarla y apoyarla lo mejor que podía, pero simplemente parecía que cada paso que daba era en falso, porque todo la alteraba.
Los dos teníamos puntos de vista distintos sobre cómo proceder en un asunto tan delicado como en el que se había visto envuelta Arabella, pero era verdad que era muy distinto cuando el nombre que tocaban era el tuyo. Hasta ahora, mi nombre solo había sido dicho al pasar y no tenía demasiado hate en mis redes; más bien podría decir que la mayoría de mis seguidores estaban felices de que Arabella y yo estuviésemos juntos de nuevo, aunque no lo hubiésemos confirmado así. De hecho, ni siquiera lo habíamos hablado entre nosotros. Aun así, el hype por nuestra "reconciliación" era grande.
─Deberías ver la cantidad de comentarios positivos, todos felices porque estamos juntos otra vez ─expresé con una sonrisa amplia.
─Ojalá los míos fuesen iguales. La mayoría me llama perra rastrera, mentirosa, zorra, que jugaba a dos puntas, y ya ni recuerdo qué otras cosas más. Si fuese por mí, cerraría esa maldita cuenta, pero Monica me mataría.
─Tranquila sol, verás que las cosas se calmarán con el paso de los días.
Tuve que tragarme mis palabras porque todo fue de mal en peor.
El asedio de la prensa era incontrolable. Quisimos irnos del apartamento de Ingrid, pero para lograrlo, tuvimos que acudir nuevamente a la ayuda de Thomas y su equipo.
Cuando llegó, él y dos hombres más, subieron al apartamento.
─No se preocupen. Tendremos todo bajo control. Tengo otra equipo que nos harán de escoltas en otra camioneta y nos seguirán durante el trayecto ─expresó Thomas, tratando de transmitirnos seguridad.
Y a partir de allí empezó la locura total.
Nos escoltaron hasta una camioneta negra con vidrios polarizados y pude divisar a unos pocos metros, otra camioneta de igual modelo.
Nos metimos en la camioneta y cerramos las puertas con traba. Los flashes en la ventana de la camioneta, impidiéndonos arrancar e irnos.
─Todo estará bien, lo prometo. Manténganse agachados para que no obtengan ninguna foto ─nos ordenó Thomas y, muy obedientemente, lo escuchamos.
─No puedo creer que esto esté pasando ─susurró Arabella en mi oído─. ¿De verdad somos tan famosos? Porque sino no entiendo el maldito interés en nosotros.
─Tú ya eres famosa cuando te conocí, ahora lo eres mucho más ─contesté con la certeza de que el interés de la prensa era por eso mismo.
─En realidad hay mucho hype por la pareja que ustedes forman. No saben la cantidad de clubes de fan que tienen en redes sociales. ─La intervención de Thomas me sorprendió por demás─. Lo siento, mil disculpas. No debí entrometerme. Estuvo fuera de lugar.
─No, de hecho... ─dijo Arabella─, me gustaría saber más al respecto si es que puedes contármelo por favor.
Thomas asintió y ese fue el comienzo del conocimiento de un mundo del que no tenía la más mínima idea, porque en mi mente lo único que pensaba era cómo volvería al trabajo después de todo este lío.
─Necesito que me dejen en el hospital. Tengo guardia en media hora y no puedo llegar tarde. ─Era mentira, pero necesitaba salir de la locura en la que me había metido.
Dios solo sabe que había esperado mucho tiempo para estar con Arabella, pero en ese preciso instante, lo único que deseaba era escapar.
Arabella me miró extrañada, como no creyendo mis dichos del todo, pero no los contradijo. Simplemente me dio un beso fugaz en los labios y me despidió.
La culpa fue más grande de lo que pensaba al dejarla sola con todo el lío que se había armado, pero todavía faltaba algo para lo que no estaba preparado.
Parado en la puerta del hospital, un mensaje de WhatsApp llegó a mi teléfono. Era de Monica.
Prepárate cariño. Tenemos la entrevista con TMZ y tú también formarás parte.
Rayos.
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