Tu mirada puede dejarme sin respiración


/Pasado: 2014/

June

Estaba en la comisaría, específicamente en mi oficina comiendo una dona, por cierto estaba como encargada del área C, bueno...digamos que no era la mejor área, pero, ¿por algo era la encargada no?, aunque bueno, realmente mi sueño es poder trabajar en el área A, en ese grupo esta mi hermana, la cual es la jefa y realmente, resuelven casos super interesantes, hace poco me hice amiga de tres chicos super increíbles, llamados Vesper, Vincent y Evangeline, aunque ellos estén en el grupo B, son excelentes amigos y muy buenos resolviendo casos, sería genial que los cuatro en un futuro estemos en el área A.

-Hermana, necesito de tu ayuda- me dice mi hermana Amelia, mi hermana mayor a la que quiero mucho, y aunque hemos tenido uno que otro problema, la quiero, por que al fin de al cabo, es mi hermana.

-No de nuevo- le contesté desganada.

-No es un favor como los de siempre, es más bien, de asignarte un caso muy importante- me comenta y lo me acomodé en mi asiento.

-¡Dime ya!- le dije emocionada.

-Bien, verás, la casa real me pidió a mi, ir al palacio y resolver un caso, sobre unas joyas reales perdidas, pero, yo ahora tengo el caso de un fan de Jeffrey Dahmer, que realmente nos esta llevando mucho trabajo, así que, pensaba en dártelo a ti, ya que eres de confianza y bueno, estás más que familiarizada con la realeza, ¿puedes?- me preguntó con cierto temor de que mi respuesta fuera "No".

-¡Dios!, ¡me encantaría!-expresé emocionada levantándome de mi silla.

-Excelente, aquí esta la información que debes saber, y abajo te espera una limusina de la familia real, ve y mucha suerte, ¡No lo arruines!- me explica y lo último me lo grita porque sale de mi oficina.

-Seguro-contesté minutos después y tome las cosas necesarias y salí de la oficina, para ir hacia la plata baja y subirme a la limusina.

En el camino estuve leyendo la información, que realmente no era mucha, pero supongo que me serviría de algo.

-Señorita, hemos llegado- me dice el chófer, sin entender, retiré mi mirada de la información, y vi al chófer viéndome con duda, para que yo saliera.

-Perdone, claro, gracias- dije y salí del auto, vi que se acercó un señor, de unos 40 años.

-Usted debe de ser la detective Amelia, ¿verdad?- me pregunta el hombre.

-No...soy su hermana, June Casper- le contesté con cierto nerviosismo.

-¡Claro!, perdone, se me olvidó que ella comentó eso, venga, le mostraré el lugar donde desaparecieron las joyas- me comenta el hombre.

-Seguro- contesté y comenzamos a caminar, hacia adentro del palacio, realmente era un palacio donde vive la familia real. (No es el palacio de Buckingham).

Estábamos pasando por un pasillo, con cuadros muy hermosos, en donde estaban pintados algunos miembros de la familia real.

-Señor Chamberlain, ¿sabe usted en donde puedo encontrar a mi padre?- pregunta una voz masculina, retiro mi vista del cuadro donde esta Lady Di, y veo a un hombre apuesto para mis ojos, él cual me sonrió.-¿Y esta bella dama?- le preguntó el Príncipe al hombre que era mi guía.

-¡Oh!, Príncipe William, le presentó a la detective June Casper, ella nos ayudará con el problema de las joyas de su madre- comenta el Señor Chamberlain.

-¡Que bien!, un gusto por cierto, soy William- se presenta el rubio extendiendo su mano.

-Igualmente Príncipe William- le dije formalmente y estrechamos la mano.

-Bien, suerte con encontrar las joyas- me dice el Príncipe, del cual quedé fascinada, realmente era muy apuesto, caballeroso y con una bella sonrisa.

-Gracias su majestad- le agradecí, y él siguió su camino, y nosotros seguimos con el nuestro, para llegar a la habitación, el Señor Chamberlain, me explicaba sobre la habitación, que en su momento fue de Lady Di, y que hoy en la mañana, mientras el y otra Señora llamada Charlotte realizaban la limpieza correspondiente, se dieron cuenta que las joyas de la Princesa ya no estaban, así que esto, si era un problema serio, por el costo de las joyas y a quien pertenecían, el Príncipe Harry y William no se quedarían con las manos cruzadas, por lo tanto, le pidieron ayuda a Amelia, y claro, tenía lógica, Amelia siempre ah sido muy fanática de este mundo de la realeza, desde niña realmente, y luego de una visita que la familia del Príncipe Carlos tuvieron en Francia, ella tuvo la oportunidad de conocer a los Príncipes y allí comenzaron una pequeña amistad, yo realmente no pude estar en esa ocasión, porque estaba iniciando la universidad, así que estaba corta de tiempo.

-Ya entiendo, gracias por la información Señor, ahora comenzaré con mi trabajo- le explique.

-Claro, tome su tiempo- me dice, para comenzar a retirarse, pero se gira-enviaré a alguien para que le haga compañía, estos días a sido un fastidio para su hermano menor, y creo que un poco de trabajo con su mente, puede ayudarle- me comenta.

-¿A quien se refiere?- le pregunte, para reír un poco.

-Ahora lo verá- me dice, para guiñarme el ojo y marcharse de la habitación.

-Veamos..-dije en susurro mientras miraba con detalle el lugar donde fueron retiradas las joyas, era un cajón blanco, con detalles plateados.-Bueno, creo que esto si tomará su tiempo- contesté colocándome mis guantes blancos quirúrgicos, para no ensuciar el espacio del cajón.

-¿Si podrá resolverlo verdad?- me pregunta de nuevo una voz masculina, giré hacia la entrada, y allí estaba el Príncipe recostado en el marco de la puerta.

-Claro, solo se que tomará un poco más de tiempo- le explique mientras regresaba mi vista hacia el cajón.-¡Ajá!- dije mostrando un pequeño cabello en el fondo de el cajón.

-Ese cabello puede pertenecer a quien sea- me contesta obvio.

-No a todos, es un rubio platinado- le contesté.

-Muchas de las trabajadoras tienen el cabello así- me confirma.

-Como digas- le contesté y lo guardé en una especie de bolsa plástica, para no contaminarla.

-¿Harás una prueba de ADN?- me consulta, estaba comenzando a ser un poco tedioso.

-No, seguiré investigando y si no se quien es la persona, solo haré la prueba- le contesté y seguí visualizando el cajón por 5 minutos más.

-¿Te encuentras bien?- me pregunta acercándose a mi, tocando mi hombro, yo lo vi, y su mirada me dejó sin respiración realmente, era una bella mirada de preocupación.

-Si...solo....estaba visualizando el cajón, es parte de resolver el caso- le contesté y comencé a salir de la habitación.

-¿A donde vas?- me pregunta el chico.

-¿Conoces algún escondite?, como una caja fuerte, alguna librera que en realidad es una puerta, oh algún ladrillo que pueda esconder cosas- le consulté mientras me retiraba los guantes y caminaba, atrás de mi, venía el Príncipe.

-Conozco muy pocos, toda mi familia tiene cajas fuertes, libreras que son puertas, solo 4 y especies de ladrillos o piso, solo el de la habitación de Harry y la mía- me explica.

-Bien, empezaremos por los pisos y ladrillos- le contesté.

-Seguro- me dice y me guía hacia el piso de Harry, tocamos la puerta y abrió el Príncipe Harry la puerta de su habitación.

-¿Si?- pregunta sin entender.

-Buenos días su majestad, estoy en busca de las joyas de su madre y necesito buscar por su habitación- le explique.

-Claro....adelante- dice y me da espacio para ingresar, luego ingresa William.

-¿Y tú desde cuando eres detective?- le pregunta Harry a William.

-No lo soy, Chamberlain dice que te estoy fastidiando mucho, así que me envió a ayudar a la detective Casper- le contesta el rubio.

-Jumm...-dije y pase por un espacio de madera, y escuché un ruido extraño, ¡Bingo!, este era uno de muchos escondites, me coloque de cuclillas e iba comenzar a abrir esa parte,pero..

-¡No!- grita el Príncipe Harry, lo vi con duda.

-¿Que sucede?- le pregunté sin entender.

-Juro que no tengo las joyas, es más que obvio, pero no puede buscar allí, es un espacio muy personal- me advierte.

-Su majestad, debo de buscar por todos los espacios que sean, disculpe- dije y comencé a levantar la madera, pero el me detuvo con su mano, estábamos a centímetros, podía sentir su respiración-Si William lo ve, me mata- me susurra.

-¡Harry!- dice el Príncipe William, por cierta molestia.

-Bien, creo que aquí no hay nada- dije y me levanté, retirando lentamente mi mano y con ciertos nervios.

-Bien, vamos Detective- me dice William y yo estaba apunto de salir por la habitación como lo hizo el Príncipe.

-Gracias Señorita- me agradece Harry.

-Lo que tienes allí...es..-pregunté tocando mi nariz como si tuviera harina en ella, el Príncipe solo ascendió con la cabeza.-Entiendo, confíe en mi, no diré nada- le di confianza.

-Muchas gracias nuevamente- me dice y yo sonríe, para luego seguir al Príncipe.

-Ahora podemos ir a mi habitación..-me dice, pero yo solo pensaba, ¿Por qué el Príncipe Harry necesitaba drogarse?, lo tenía todo....no...no lo tenía todo...no tenía a su madre..-¿Me escucho Señorita?- me pregunta William, yo salí de mi trance.

-Si, disculpe, estaba pensando- le contesté.

-¿Sobre mi hermano?- me preguntó y yo lo vi con cierta sorpresa- se lo que Harry hace, por eso es que quiero distraerlo, para que no se quedé en su habitación todo el tiempo, realmente me preocupo por él, pero mi padre simplemente no entiende el dolor que sigue sintiendo mi hermano- me comenta el Príncipe, como si fuéramos amigos de años.

-Entiendo...yo..lamento saber eso, pero confíe en que no diré nada- le contesté y seguimos caminando.

-¿Alguna vez a perdido a una persona importante en su vida?-me pregunta William.

-Por el momento no, y realmente espero que nunca pase eso- le contesté y seguimos caminando.-No quiero pensar en ese momento, siento que no estaré preparada jamás- le contesté.

-Realmente nadie esta preparado para eso, con mi madre, fue como si me apuñalaran el corazón- me expresa.

-Entiendo....su madre fue una gran persona, no olvide eso, en realidad, no olvide los recuerdos buenos, eso siempre nos dará paz y alegría y dejará descansar a nuestros muertos en paz- le contesté.

-Eres la primera persona que me dice algo así, gracias- me contesta, sonriendo, yo le devolví la sonrisa-llegamos a mi habitación- me dice, señalando la puerta de en frente, él la abrió e ingrese a la habitación, era muy linda y bien decorada.

-Adivinaré, su color favorito es el rojo- expresé mirando algunos autos de colección de color rojo, algunos cuadros con toques rojos y la cama con sábanas rojas.

-¿Cómo lo sabe?- preguntó entre sorprendido y gracioso.

-Bueno..-dije- señalando las cosas que vi con anterioridad.

-Entiendo, no por nada es detective- comenta con cierta gracia.

-Realmente siempre eh visto cosas que otras personas no ven, así que decidí explotar esa capacidad, con este trabajo- le expresé, y me coloque de cuclillas, para comenzar a retirar la madera del piso, en un espacio que obvio era el escondite.

-¿Cómo lo encontró tan rápido?- pregunta sorprendido.

-Es porque el ruido es diferente al resto del piso de madera, fácil- le contesté y miré las cosas que habían allí- ¿Una foto de Cindy Crawford?- pregunte graciosa.

-¡Hey!- me advierte- Era mi amor platónico de la adolescencia, apuesto a que tu también tenías uno- me contesta.

-Robert Pattinson- le contesté, para luego reír un poco.

-¿El actor que apareció en Harry Potter?- me pregunta con cierta sorpresa.

-Si, de echo, cuando vi la cuarta película, el Cáliz de fuego, quedé enamorada de Cedric Diggory, aún viendo el final, pero, cuando actuó en Crepúsculo, mi amor/admiración por él, se fue marchando poco a poco- le explique, él ríe un poco.

-Si...bueno, algunas quedaron más enamoradas- me contesta y negué riendo.

-¿Así que Cindy Crawford?- le pregunté subiendo y bajando las cejas.

-Si..de echo, mi madre la invito en una ocasión aquí, en el Palacio de Kensington, y pude conocerla, realmente estaba nervioso y feliz- me comenta.

-Puedo imaginar lo nervioso que estabas- le comenté y reí un poco.

-En definitiva, pero a la que debo agradecer eso, es a mi madre, ella siempre procuraba hacernos felices, aunque no lo estuviera ella...-me expresa, realmente no quería causarle dolor o tristeza.

-De echo, tengo un amigo que es así, se llama Vesper, y me sorprende, que aunque estemos de lo peor ese día, el nos ayuda en sacarnos una sonrisa, aunque él este peor- le comenté.

-Personas así, son muy pocas las que se conocen- me comenta.

-Si, en definitiva, aquí no hay nada que nos ayude, aunque bueno, tal vez, este juguete de Oruga y la foto de Cindy Crawford nos den más contexto de la situación- le expresé y nos echamos a reír.

-Tu risa es muy contagiosa- me comenta el Príncipe.

-Suelen decirlo- le contesté y negué riendo un poco, dejé las cosas en su lugar y cubrí el escondite.

-¿Sabes si en las cocinas hay escondites?- le pregunté el rubio.

-¿Cómo sabes?- preguntó sorprendido.

-No lo sabía, estaba preguntando- le contesté, y el ascendió la cabeza.

-Si, hay dos de echo- me contesta y nos dirigimos hacia las cocinas, vi como dos chicas en especifico estaban tensas por nuestra presencia.

-No queremos interrumpir sus labores, pero, necesito buscar algo que perdí- comenté mirando por todas las direcciones, pero vi como las dos chicas, miraron de manera rápida, atrás de una pintura que estaba en ese lugar.

-Claro Señorita, pase adelante- me invita la jefa de la cocina.

-Gracias Señora Rose- le agradece el Príncipe y luego le agradecí yo, comencé a caminar por la cocina, hasta que, luego de que las dos chicas fueran a la otra cocina, yo me coloque en frente de la pintura.

-Su majestad, ¿me ayuda en retirar el cuadro?- le pregunte.

-Seguro- me contesta William y los dos retiramos el cuadro y allí estaba un escondite, metí mi mano, hasta que sentí una bolsa, no dude en tomarla y comenzar a traerla hacia mi, hasta que la saque, y eran las joyas.

-¡No puede ser!- expresa el Príncipe sorprendido.

-Y ya se quienes fueron- le confirme con cierta lástima.

-Quienes- preguntó en susurro.

-Las dos chicas que están en la otra cocina- le contesté.

-¿Estás segura?- pregunta.

-Si, vi lo nerviosas que estaban, además, de ver a la pintura y marcharse de aquí- le contesté.

-Bien, vamos a decirle a Chamberlain- me contesta el Príncipe y colocamos el cuadro en su lugar.

-Gracias Rose- le agradece el Prínicipe.

-De nada su majestad- le contesta la mujer y salimos de las cocinas.

-¡Por fin los encuentro!, ¿ya encontraron algo?- pregunto el hombre y le mostré la bolsa en donde estaban las joyas.-¡por el amor de Dios!, ¿en donde estaban?- preguntó el mayordomo.

-En las cocinas, al parecer dos chicas planearon esto- le contesté.

-Habla de Clara y Roxana- le contesta el Príncipe.

-¿Sabes sus nombres?- le pregunte al rubio.

-Si, parte de ser aspirante al trono británico, es conocer a cada empleado- me comenta William.

-Claro, entiendo- le confirme.

-Bien, muchas gracias por su servicio Señorita, lamentamos lo poco que le damos por su ayuda, pero nuevamente gracia- me dice el mayordomo dándome un sobre.

-Nada que agradecer, sabe que estamos para apoyar siempre a la familia real, sin nada más que decir, paso a retirarme, gracias su majestad por el tiempo que se tomó en apoyarme- le dije primero al mayordomo y luego al Príncipe.

-Gracias a usted, realmente despejó mi mente estas horas, gracias por su tiempo también- me responde amable el Príncipe  y nos despedimos con un apretón de manos, me despedí luego del mayordomo y comencé a caminar hacia la salida, escoltada de un guardia de seguridad, estaba por salir por la puerta principal, donde los otros dos guardias, abrieron por mi, cuando escuché pasos apresurados.

-¡Detective Casper!- dicen mi apellido, y giré para ver quien me llamaba, era el Príncipe William.-Perdone, pero no puedo contenerme, ¿le apetecería almorzar conmigo?- me invito ¡Me invito el Príncipe!.

-Yo...-dije nerviosa-seguro, me gustaría- le contesté echa un manojo de nervios.

-Excelente, ¿nos vamos?- me dijo, señalando la salida, segundos después, salí de mi trance.

-Si, perdone- respondí y salimos del palacio.

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Estábamos en un restaurante, cómodo eh de decir, aunque en ocasiones se sorprendían por ver al Príncipe, en un lugar como este, pero era uno de mis restaurantes favoritos, porque servían comida exquisita.

-Créame, esta chuleta, es lo mejor que podrá comer en su vida- le explique, para luego llevarme un trozo de chuleta a la boca.

-Jumm...veremos que tan cierto es- responde el rubio y también se lleva un trozo de carne a la boca- Mmmm....la mejor chuleta que eh probado, tienes razón, es delicioso- me expresa el Príncipe, degustando la carne.

-Se lo dije- le contesté riendo un poco.

El almuerzo fue muy cómodo y lindo, me la pase bien, conversamos mucho y de temas muy triviales, sentí una conexión especial.....pero no sabría decir que tipo de conexión, me comentó que le gustan las películas, como a mi, también que le gusta jugar tennis, como a mi, y que le gusta el helado de chocolate....como a mi.

Teníamos mucho en común, aunque nuestros mundos eran de cierta manera distintos.

-Muchas gracias por el almuerzo, me la pase bien con usted- le agradecí amable.

-Nada que agradecer Señorita Casper, gracias a usted por aceptar- me contesta y besa mi mano con caballerosidad, sonreí un poco.

-Nos vemos su majestad- me despedí.

-Nos vemos detective- me responde el rubio y yo comencé a caminar hacia la entrada de la comisaría.-¡Detective Casper!- me grita, y yo gire, estaba cerca de mi.-Perdone, no suelo hacer esto siempre, bueno, nunca lo eh hecho, pero...¿me daría su número de teléfono?- preguntó nervioso, sorprendida, respondí.

-Claro...-contesté sorprendida y anoté mi número en su teléfono.

-Ya no la molesto más, tenga buena tarde- se despide, mientras se dirige a la limusina, se sube en ella y se marcha, suspire con una sonrisa del lado, para ingresar a la comisaría.









continuará..............................


¡Uy!, ¡Mi pareja favorita de esta bilogía!.

Ya sé, estoy publicando seguido, pero realmente no puedo cortar la inspiración, porque enserio, no quieren ver cuando tenga un bloqueo de escritora, llego a  actualizar a cada 6 meses....hablo enserio jsjsj.

¿Qué opinan sobre como se conocieron?.

Ya saben, si tienen alguna idea que creen que debería agregar, pueden comentar, y yo puedo colocarla o modificarla de cierta manera ;)

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