Una visita inesperada

Un nuevo día y bastante soleado, eran las nueve de la mañana. Hinata estaba ahora sirviendo el desayuno y esperando a su pareja para que pudiera levantarse, al tener aquella plática de ayer. Estaba ahora la atmósfera diferente, parecía que ambos tenían varias cosas en común sin dejar de lado las pequeñas sonrisas. Komaeda estaba feliz, por primera vez y en sus muchos años de vida, tener a Hinata controlado y ya dejando de pelear, fue una de sus mejores decisiones, ambos pudieron por fin, estar tranquilos.

El peliblanco, ya bajaba las escaleras con la misma sonrisa de oreja a oreja, con la que se habia levantando y sorprendiéndose por aquel desayuno, unos huevos revueltos con algunas hojas de orégano y un pequeño plato aparte, que dejaba ver una salsa que solo tenia un toque de dulce, para no hacerla tan picante

Hinata se sentó en la otra silla y empezando a comer con algo de prisa, primera vez que comía asi, ya casi se acababa marzo y venia ya, el mes de cumpleaños de su peliblanco, mientras, Komaeda solo miraba con curiosidad cada accion que provocaba su pareja.

- Bueno, ya me tengo que ir, nos vemos en un rato, no te preocupes si ya no alcanzo después a llegar, tu tranquilo 

Agarraba las llaves del carro y su abrigo, dándole un beso de despedida en su frente y yéndose rápidamente de la casa, cerrando la puerta y dejando a aquel peliblanco, bastante confundido y sin alguna respuesta posible en su mente. Solo pudo suspirar con pesadez y terminando de comer con varios minutos silenciosos en aquella casa y comenzó su rutina: Todo era, limpiar, ordenar, limpiar y ordenar, las mejores rutinas que podían existir para su mente, necesita distraerse de las cosas tan extrañas que hizo Hinata en la mañana. ¿Tanto va a tardar para decir que ya no lo esperara dormido? Los sobre pensamientos llegaban con frecuencia, hasta que se detuvo en sacudir aquellas fotos de su ''Boda tan feliz'' 

Abrió la puerta, mirando con sorpresa que se trataba de Matsuda, aquel sujeto que hace unos meses ni veía , termino por abrir la puerta completamente y dejándolo entrar- Matsuda se termino sentando en aquel sillón y Komaeda, cerrando la puerta nuevamente y sentándose en otro sillón, quedando delante al contrario 

- Komaeda, hace tiempo que no te veo, veo que literalmente, mejoraron entonces las cosas con Hinata, porque si lo siguieras odiando, todas tus citas las hubiera tenido completas, te felicito por el gran logro, pero tampoco es excusa para faltar a sus sesiones

- Lo siento Matsuda. . . . Estoy bastante ocupado ahora, digo, con todo esto de llevarme bien con Hinata y la casa, la cual tengo que limpiar cada dos días, porque el otro lado de Hinata, no para de dejar sus cabellos por todo el suelo como si fuera un perro 

Matsuda sacaba unas risas, que sonaban en toda la sala y levantándose, abriendo la puerta, estaba orgulloso de que en aquel momento y en su consultorio, ellos pudieran arreglar aquellos problemas que tenian en el pasado, donde todos eran golpes y insultos

- Nos vemos entonces, aunque sea, ve a visitar, no puedes quedarte sin tus sesiones en el consultorio, aunque tengas suerte, no te aproveches de eso

Y sin mas que decir, salió de la casa , dejando un Komaeda suspirando con pesadez, pues se sentía algo regañado. Se levanto de aquel sillón y terminando por fin de limpiar aquella pequeña pero feliz casa, fue al cuarto que compartía con Hinata y finalizo su tarde, durmiendo, esperando que Hinata, si llegara a tiempo a casa 

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