Llegó la noche, ambos estaban sentados mirándose uno al otro, todos incómodos.

Voltearon sus miradas a sus platos, mientras Komaeda miraba para todos lados, hinata se la pasaba susurrando muy a lo bajo para el mismo.

— Algo que me esconde. . . ¿Cómo creés que lo puedo descubrir?

"No lo se, eres un idiota por haberle creído semejante mentira"

— Deja de decirme idiota. Me estresas.

"Adivina qué? También me estresas, pero más tú estupidez"

Hinata golpeo la mesa mirando a Komaeda con algo de estrés, Komaeda y izuru se la pasaban jugando con su  mente.

— Komaeda ¿Qué escondes?

— ¿Yo? ¿Qué creés que puede esconder alguién tan patético cómo yo?

— Komaeda, aunque lo tenga que admitir, eres una persona inteligente, eres el suertudo definitivo, tú escondes algo. Ahora el problema es que no me quieres decir.

Komaeda saco un par de risas también golpeando la mesa y con su mirada de "Retame"

— ¿Encerio yo ocultó algo? Oh vaya, pensé que era al revés, tú me escondes algo Hinata. Sí eres lo suficientemente inteligente sabrás a que me refiero.

Se levantó de la mesa subiendo a la habitación, Hinata simplemente se quedó mirando la mesa fijamente.

"Hinata"

— Izuru, como chingas. ¿Qué quieres ahora?

"Tengo una idea, algo que a alguien  tan idiota como tú no se le ha ocurrido"

— ¿Idea? ¿Cómo cuál?

"Manipulalo, de seguro lo que más quiere ese idiota es ser querido, es sentirse amado, tú que tienes esos sentimientos de niño de kinder deberías aprovechar la oportunidad, sí lo tratas bien, el te dira lo que quieras"

Claro, tenía razón, Komaeda de seguro se sentía inconforme con todo esto, sí lo trataba de la manera que el quería, iba a lograr que le dijiera todo.

Hinata simplemente sonrió y empezó lavando los platos y acomodando todo.

Ya después se encargaría de los sentimientos de Komaeda.