Cap5: Un día en pareja

El sonido de la ducha era lo unico que se escuchaba en toda la parte superior de la casa, salia vapor del agua expulsada por esta misma, el cual llenaba el nada pequeño baño donde se encontraba Mael.

El ya mencionado solo dejaba que  el agua caliente  recorriera su cuerpo, tenia los ojos cerrados mientras sus manos limpiaban un poco su cabello. Cuando por fin termino de lavarselo, coloco sus manos en su cuello, dandose un leve masaje en el mismo, al hacerlo noto algo en la pequeña parte que juntaba este con su hombro derecho, cuando llevo su mano derecha a esa zona, noto una pequeña mordida, el habia sentido un leve dolor la noche anterior en esa zona, probablemente Meliodas lo habia mordido accidentalmente durante el vaiven.

No le dio mucha importancia,ya que seguro se quitaria pronto, y continuo su baño.

Al cabo de unos minutos el arcangel alfin salio de ese lugar, envuelto unicamente por una bata de baño.

Cuando salio de este, pudo notar la ausencia del rubio en el cuarto, no escuchaba ninguna ducha asi que no se estaba bañando, extrañado salio de la habitacion principal y bajo las escaleras, al hacerlo pudo escuchar un ruido que venia de la cocina, se dirigio a esta misma para ver de que se trataba.

Al llegar, pudo ver al demonio cocinando, no era raro considerando que ya era algo tarde y ambos se encontraban un tanto hambrientos.

Se acerco al joven con tranquilidad para ver que cocinaba, cosa que no parecio importarle al rubio, quien seguia en lo suyo.

- huele bien

- Espero que sepa igual.

Ambos suprimieron de una pobre manera una risa debido a ese comentario, dicha accion aliviano un poco la tension que aun habia entre los miembros de ambos clanes, quizas este arreglo no seria tan malo despues de todo.

Meliodas no dejo al más alto irse a cambiar, pues ya habia terminado de cocinar y no queria calentar de nuevo la comida, por lo tanto ambos se sentaron a desayunar.

Mael fue el primero en pegarle un bocado a la comida, sin embargo pudo notar que pese a lo bien que olia y se veia esta, tenia un sabor terrible, se tuvo que llevar la mano a la boca para evitar vomitar lo que habia consumido, mientras su rostro se tornaba algo azul,  cosa que pudo ver ofendio al rubio, quien fruncio el seño por aquella accion.

- Mi comida no es tan mala

Seguido a esas palabras, llevo un pedazo a su boca, nada más masticarlo su cara se puso azul y tuvo que levantarse a vomitar.

¿ Como habia podido cocinar algo tan espantoso?

- okay.. las artes culinarias no son lo tuyo...

- no me lo digas.

El de menor estatura bajo su cabeza, avergonzado, a lo que su esposo solo pudo soltar una risilla y desordenar los cabellos del ya mencionado.

- tu vete a bañar, yo me encargo de esto

El rubio inflo un poco los cachetes, se sentia algo humillado por lo de la comida, pero obedecio y se fue a duchar.

Apenas el demonio se fue, el arcangel tiro a la basura la comida hecha por este y se puso a cocinar. En parte debia admitir que le causo ternura el como aquel muchacho de la realeza intentaba hacer el desayuno sin resultados, probablemente no estaba acostumbrado a cocinar, pues no era algo que usualmente los principes hicieran.

Al cabo de unos minutos tuvo la comida lista, la coloco en la mesa y decidio esperar al muchacho de ojos negros, quien bajo casi al instante al oler la comida.

Mael tuvo que aguantar fruncir el seño al  ver la ropa de meliodas, la cual era ese traje blanco con estrellas que suele usar, pues le trajo el recuerdo de la vez que se conocieron.

Decidio mejor tragarse sus comentarios y empezar a comer, su comida la verdad sabia deliciosa, sobre todo a comparación de la de meliodas, y no necesito preguntar a su pareja si le habia gustado, pues basto con el brillo de niño pequeño en los ojos de este para confirmar que tenia la aprovacion de gusto del chico.

Ya al cabo de unas horas, el más alto se encontraba en la playa que habia al frente de su casa, contemplando el mar tranquilamente.

En un momento se sintio extrañado al no ver a su esposo por ningun lado, hasta que el ya mencionado llego al lugar, tumbandose en la arena pansa abajo tras poner una toalla, con claras intenciones de dormir con la brisa marina.

El silencio de la playa, unicamente destruido por el agradable sonido de las olas, era reconfortante, y la brisa fresca que provenia del mar la volvia tan relajante.

Mael habia acertado, el atardecer se veia hermoso, aunque a su pareja parecia no importarle el hermoso acto natural enfrente de ambos, ya que ya estaba dormido.

De repente una picason en la zona que unia su cuello con su hombro lo altero, se llevo la mano a la ya mencionada parte, percatandose de que la mordida seguia ahi, tan perfecta como si la acabaran de hacer.

No iba a despertar al rubio que dormia tan placidamente solo por esa marca, por lo que decidio ignorar el tema, quizas este simplemente le habia mordido demasiado duro y ya esta, no debia preocuparse tanto por algo tan insignificante.

Ya unas horas despues, movio un poco al demonio, indicandole que se levantara.

Al principio este se irrito por verse levantado de su placido sueño, pero cuando noto como el arcangel señalaba el cielo, y como este mismo se encontraba en medio de una lluvia de estrellas, esa irritacion se fue, dejando ver la curiosidad del demonio ante aquel bello acto natural.

Estuvo con la mirada pegada al cielo hasta que la lluvia de estrellas paro, lo primero que escucho fue la relajada y serena voz de su marido

- son hermosas ¿no?

- lo son...

- creo que deberiamos entrar, ya es tarde...

El rubio asintio con la cabeza, mientras se levantaba y se sacudia la poca arena que le habia caido encima por la brisa, accion que repitio el arcangel.

Entonces dirigio su mirada al más alto, notando la pequeña mordida que habia en la zona ya tan mencionada, sus mejillas se enrojecieron un poco y desvio la mirada, cosa que estraño al arcangel, quien arqueo una ceja, pero para no incomodarlo no pregunto nada.

Ambos entraron en silencio a la casa y subieron las escaleras en direccion a la habitacion principal.

Meliodas se sentia algo raro, pues segun el las parejas que se casaban de manera arreglada no se dirigian la palabra mucho, ni se trataban de manera amable, pues no se habian casado con la persona que amaban.

Pero Mael era bastante amable con él, le hablaba como si se conocieran de antes, pero no lo presionaba en nada, para él tal trato por parte de un matrimonio arreglado no era común.

Pero no se quejaba, sentia que la tension que le inundaba por ese arreglo disminuia gracias a la amabilidad de su esposo, cosa que agradecia.

Cuando alfin llegaron a la habitacion matrimonial, el rubio fue el primero en acostarse, seguido del peli gris, quien se acosto a su lado, ni muy cerca ni muy lejos, le daba el espacio que la cama matrimonial les permitia para estar comodos.

El sueño sin embargo, no le gano como esperaba, simplemente no logro dormir.

¿Porqué? Simple, el recuerdo de sus hermanos que a esa hora solian ir a su habitacion a desearle buenas noches.

Mael, que tampoco se habia dormido aun, pudo notar como la mirada de su pareja se habia puesto algo triste, ademas de que no parecia tener sueño.

Solto un leve suspiro y movio su cuerpo para quedar cerca del rubio, cosa que extraño al ya mecionado, más aun cuando sintio la mano del peli gris en su cabello, moviendola un poco, creando una sensacion agradable en el más bajo, quien cerro sus ojos para sentir la agradable sensacion.

El arcangel sonrio al ver que habia funcionado, aquello era algo que su hermano mayor solia hacerle cuando estaba estresado y no lograba dormir.

Al cabo de uno o dos minutos noto como el rubio se habia quedado dormido, se veia tan relajado que al miembro del clan de las diosas se le escapo otra sonrisa, mientras apartaba su mano del cabello ajeno.

El sueño tambien empezaba a afectarle, cerro sus ojos para caer dormido placidamente, sin percatarse de que aun estaba casi pegado al más bajo.

Pero que mas daba, total ahora eran pareja.

Y no parecia ser tan malo como imaginaron.

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