—Bienvenido a nuestro nuevo hogar—dijo Lucía señalando a la casa grande que estaba frente a ellos.

—¿Es de nosotros? —preguntó sorprendido.

—Si, era la casa de mi abuelo y ahora nos pertenece gracias a la herencia, así que entremos para alojarnos.

—¿Escuchaste eso Jake? —dijo Alex señalando al pequeño perro que estaba aún lado de él, por cierto, el cual Lucía no toleraba para nada.

Entraron a su nueva casa, él se sorprendió al ver aquella casa, no era una mansión, pero si era lo suficiente grande para que dos personas y un perro vivieran en ella. Alexander se sentó en sofá blanco que estaba en la sala de estar y tras el Jake, puso sus pies en la mesa que estaba frente y cerró los ojos, pero una voz que odiaba hizo que no pudiera descansar.

—¿No piensas ayudarme con las maletas? —dijo Lucía tirando las maletas al suelo.

—Ya voy—respondió a levantándose del sofá y tomando las maletas—. ¿En dónde las pongo?

—En el primer cuarto que está en la segunda planta.

¿En serio él tenía que subir todas sus cosas? ¿no había alguien más que lo hiciera por él? Sí, Alexander era un total idiota, que estaba acostumbrado a un estilo de vida diferente y Lucía haría que su estadía en su casa fuera la peor de todas.

Como un matrimonio normal los primeros días todo estaba bien entre ellos, pero pasaron los días y el ambiente comenzó a ponerse demasiado tenso, Alex dejaba su ropa sucia en toda la casa, no trabajaba, no limpiaba las atrocidades su perro y no hacia absolutamente nada, todo esto molestaba demasiado a Lucía, ella le recriminaba las cosas constantemente, pero Alex la ignoraba. A Lucía le desagradaba la actitud egocéntrica de Alex, a Alex le desagradaban los constantes reclamos por parte de Lucía, así que decidieron hacer un convenio para poder llevar la fiesta en paz.

—¿Estas bromeando? —preguntó Alex riendo mientras leía el encabezado de la hoja que tenía en su mano.

—Si quieres vivir aquí, necesitaras cumplir con todo lo mencionado en el acuerdo, así que léelo completo, y te recomiendo que también lees las palabras chicas, no te gustara para nada.

Alex comenzó a leer lo que sería su tortura en voz alta.

"Por medio del presente acuerdo Lucía Carter, me comprometo a fingir una falsa relación amorosa con Alexander Mendoza siempre y cuando él acate las siguientes condiciones:

1. Bajará la tapa del inodoro siempre que utilice el mismo.

2. Pondrá su ropa sucia en el cesto de la lavandería.

3. Dejará de tirar la basura de sus porquerías por toda la casa.

4. Limpiará las gracias de su maldito perro.

5. No llevará amigas, compañeras, amantes, amiguitas o cualquier clase de mujer, ajena a la familia, a casa.

6. Tendrá que hacer las compras del hogar el solo.

7. Me acompañara a comprar mi ropa, sin importar lo que tarde.

8. No podrá andar en ropa interior, al menos cuando yo no esté.

9. Tendrá que dejarse de comportar como un patán.

10. Los gastos que haga, necesitan de mi aprobación.

En caso de lo contrario, tanto el matrimonio como el tratado para hacer las cosas más sencillas terminará roto y no habrá dinero alguno para la familia Mendoza y Alexander será echado de la casa lo más rápido posible."

—¿Estas bromeando? —volvió a repetir fingiendo una sonrisa.

—No—respondió sin pensarlo y haciendo una cara de chica mala, la cual le quedaba muy bien, pero en realidad Lucía era puro amor, pero un idiota como Alex hacía que se comportara de esa manera.

—Si esto es por lo de ayer, solo fue una aventura, ya no volverá a pasar, aquella chica necesitaba de mi apoyo y yo la estaba consolando.

—Ella no necesita ayuda, ni mucho menos que se la dieras en la cama, en mi cama—señalo furiosa.

—De acuerdo, ¿Dónde firmo tu estúpido acuerdo?

—Aquí y en cuanto firmes tendrás que comenzar con todas las reglas y eso incluye que te pongas ropa—respondió señalando al rubio que estaba en ropa interior.

—Pero sabes que esta vista te agrada—dijo con una voz picara.

—Idiota—habló marchándose.

Alex firmó aquel acuerdo que Lucía había hecho, la fiesta apenas estaba por comenzar, todo a partir de hoy cambiaría totalmente, ambos estaban casados y tenían que convivir más tiempo de lo que querían, pero vamos, solo sería estar en una casa con tu peor amigo, es muy poco probable que termines enamorándote.

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¡Bienvenidos! No importa si eres nuevo o ya tenías esta historia guardada en tu biblioteca, la historia después de varios años será subida, la historia esta terminada, pero iré subiendo uno o dos por semana, esto para editarlos, espero disfruten esta historia y que comience un gran viaje.