C A P Í T U L O 75

Tarde a solas.

Amy.

Me desplacé velozmente por el campo sinuoso, fruncí los hombros y agaché mi cabeza a la par de mi carrera. Me barría en el suelo de manera constante hasta conseguir llegar a algún objeto que actuara como cubierta.

Viré por el rabillo del ojo cómo una de las paintballs impactaba en la pared ubicada a un costado de mi cabeza. Me arrojé al suelo para protegerme hasta que la ráfaga finalizara.

—Amy. —Me llamó desde atrás de uno de los automóviles puestos para resguardarnos.

Me dirigí a él con rapidez. Se quitó la careta del rostro, tenía dos gotas de sudor en su sien y sus púas yacían un tanto desordenadas.

—Vamos a hacer esto: yo capturo la bandera, tú cúbreme. ¿Hecho?

—Hecho. —Él me sonrió, volvió a colocarse el equipo y se posicionó para correr.— A mi señal. —Me incorporé, vislumbré a mis contrincantes a lo lejos, estaban distraídos.— ¡Ya!

Sonic se trasladó fugazmente sobre la terracería, acercándose cada vez más a una de las "bases enemigas". Mientras tanto, yo apuntaba hacia ambos dúos de  adversarios y halaba el gatillo.

—¡La tengo! —Anunció yendo conmigo otra vez.

Sonic pronto me rebasó, lo seguí de cerca; las pisadas de los dos percutían el césped del suelo, levantando una pequeña nube de polvo en la ejecución. Él portaba la bandera del equipo contrario en su mano derecha, mientras que mi rostro era adornado por una divertida sonrisa detrás de mi máscara, éramos la dupla perfecta. El ágil y veloz ladrón acompañado de la Hawkeye del gotcha.

Estando a escasos metros de llegar a nuestra fortaleza, una de las balas chocó en el abdomen de Sonic, inmediatamente soltó la bandera para tallar dicha zona.

—¡Imbécil, acordamos no disparar desde tan cerca!

—¿Ups? —Knuckles se mofó.

—Argh. Me pido un descancito. —Solicitó cansino.

Él decidió sentarse en el suelo cubierto de césped, colocó sus manos en el área alcanzada por el proyectil. Me le acerqué, levanté un poco su camisa, aquello le había dejado una marca en un intenso color rojo.

Y justo me disparaste donde no me cubría el chaleco. —Rió de su propia desgracia.

—¿Y bien? ¿Otra ronda? —Preguntó Rouge.— Jamás creí que dispararnos los unos a los otros fuese tan divertido.

Palpé con delicadeza la parte afectada, Sonic soltó un pequeño gemido de dolor.

—Se arreglará con una compresa y un poco de cuidados.

Él apartó su careta, me miró y posteriormente me despojó de la mía. Hicimos contacto visual.

—Obviamente los cuidados serán dados por ti ¿no? —Enunció atrevido.

—Nop, tú vas a necesitar reposo. —Negué riendo risueña.

Arrugó el entrecejo, frunció sus labios y refunfuñó sin dejar de observarme. Últimamente se había vuelto un poco insistente respecto a nuestro estado de relación.

Sonic me robó un beso sin darme previo indicio. Rodé los ojos sintiendo cómo mis mejillas se teñían de rojo.

Sabes que va a pasar tarde o temprano. —Me sonrió enternecido.

Sí, sí, sí, muy lindos y todo pero alquilamos el equipo por dos horas y no es como que nos descuenten las pausas. —Bromeó Silver desde lo lejos, su acompañante felina sonrió tenuemente

Tenía que admitir que hacer una cita triple en los campos de gotcha no había sido tan mala idea; tratándose de Sonic, Silver y Knuckles en un mismo espacio, esperaba algo más doloroso, sangriento y degenerado.

   .
[...]
   .

Desperté, tras haberme aseado para trabajo, me coloqué ropa cómoda y holgada por mientras. Bajé a desayunar acompañada de Rouge.

Me serví comida en mi plato, mi compañera de cuarto tan sólo vestía una elegante bata blanca, siempre era glamurosa, incluso para dormir.

Y yo... Pues... Ahora mismo parezco miembro de una tribu nómada.

Timbraron a la puerta, la murciélago y yo intercambiamos miradas.

—Te toca ir a abrir a ti.

—Rouge. —Berrinché.

—Yo tuve que aguantar toda la entrevista del chico del censo de población la vez pasada. —Refutó.

Caminé hasta la puerta con una solemne pereza. Al abrirla me topé con un hombre uniformado, su vestimenta era blanca con azul y portaba el logo de una empresa de paquetería en el lado izquierdo de su pecho.

—Entrega para Amy Rose.

—Yo no he ordenado nada.

—Es de parte del señor Sonic The Hedgehog. —Informó.

Sonreí torpemente. En verdad que él no era un tipo que se diese por vencido fácilmente.

—Firme aquí por favor. —Acaté.

Se despidió de mí con afabilidad y se marchó. Dejándome con una pequeña maceta en manos, ésta contenía dos claveles, uno azul y otro rosa.

Observé que al igual que la ocasión pasada, el tallo tenía amarrado un hilo, el cual lo unía a un trozo de papel.

Sonic:
Supuse que con el cambio de casa, ya no tendrías contigo todas esas rosas blancas que plantaste. Tal vez sea tiempo de redecorar el jardín de tu nuevo hogar ;).

—¿Quién era? —Cuestionó Rouge.

Me di la vuelta, ella vislumbró la flora que cargaba en mis manos, enarcó una ceja y dobló sus labios con picardía.

—¿Son de Sonic?

—Todo un romántico, ¿no?

—Todo un desesperado por volver, diría yo. —Rió.— ¿Por qué no le has dicho que sí?

—Es algo complicado.

—¿No se supone que tú también querías volver con él? —Suspiré. Dejé las flores en el comedor.

—Teníamos una relación estable. Éramos tan felices juntos.

—¿Y por qué no regresar a ella?

—Porque ambos nos derrumbamos muy fácil. ¿No lo viste? El problema de su madre nos afectó directamente, alguien externo destrozó lo que nos unía.

—¿Te estás escuchando? Era un asunto del ser que lo crió, es completamente entendible que a él le haya dolido tanto.

—No lo malentiendas, sé por lo que pasó, ruego por nunca sufrir algo así con alguien tan cercano como lo puede ser una madre... Pero lo que me hace dudar de mi respuesta es el porqué me alejó.

Rouge selló sus labios, recargó sus antebrazos en la mesa y entrelazó sus dedos. En ningún momento apartó la vista de mí, proseguí.

—No sé qué lo hizo tomar esa decisión tan absurda de seguir él solo. Comprendo que necesitaba espacio, reencontrarse, despejarse un poco de las presiones... Pero si Sonic no comprende que la forma para sostener una relación es afrontando los problemas juntos, no le veo caso a intentarlo.

—Vaya... —Exhaló tardíamente.— Qué cosa tan más profunda, eh.

—Sabía que debía hablarlo con Blaze, a ti no se te dan este tipo de cosas. —Quejé.

—¿Y por qué no directamente lo hablas con Sonic? —Dirigí mi campo de visión hacia ella.— Te enfada el hecho de que se hayan distanciado por un factor externo, ¿entonces por qué vas a dejar que otra tercer persona, como lo seríamos Blaze o yo, interfíramos en una elección de este tipo?

Me quedé en silencio. La fémina blanquesca tenía absoluta razón, quizá era pésima respecto a consejos, pero su sinceridad era tan abrupta que lograba esclarecerme. ¿Cómo puedo ser tan hipócrita como para pedir que cada obstáculo lo logremos juntos, cuando realmente quiero esquivarlo entrometiendo a partes ajenas?

—Ya vengo. —Enuncié yendo a mi habitación con rapidez.

—¿Qué harás?

—Primero, cambiarme e irme a mi trabajo si es que no quiero vivir del salario mínimo. Y segundo, arreglar lo que tengo pendiente con Sonic.

   .
[...]
   .

Ay no me creo que justo hoy me haya ocurrido esto. No, no, no, siempre suelo ser regular, ¿por qué en el momento que quedo con Sonic el periodo tiene que venir a joderme todo?

¡No, maldición! Quiero hablar seriamente con él, me pondré muy sensible.

O puede que comience a exagerar todo y cause que él se aburra de mi estúpido carácter para finalmente abandonarme otra vez con las esperanzas de volver... Justo como estoy exagerando en este instante.

Amy:
Oyeeee.

Sonic:
Presente.

Amy:
¿Sí vendrás?

Sonic:
Sí, voy saliendo del estudio. ¿Por qué? ¿Desesperada de no tenerme a tu lado?

Amy:
Lo decía porque necesito un favor :'(.
¿Crees que puedas pasar al centro comercial?

Sonic:
Está camino a tu casa, no veo porqué no. ¿Qué necesitas?

Amy:
Es muy vergonzoso, no te burles :'(. Necesito toallas.

Sonic:
¿De qué te avergüenzas?
Por cierto, ¿qué tamaño? Supongo que lo suficiente como para cubrirte al salir del baño.

Amy:
Hablo de toallas sanitarias, genio.

Sonic:
¡Oh! Ya, ya.

[...]

Sonic:
Em... ¿Con alas o sin ellas?

Amy:
Con.

Sonic:
¿Nocturnas? ¿Flujo abundante? ¿Algún estampado? ¡Chaos! ¿Ustedes las mujeres hacen todo esto cada que les viene el periodo?
¿Sabías que venden unas con dibujitos de dinosaurios? Se ven muy tiernas, una pena que su propósito sea tan desagradable :'(.

Amy:
¿Desagradable dices? ¡Claro que es dedagradable estar así! Pero tú no tienes derecho a quejarte. Gracias a la menstruación es como me aseguro que no tienes hijos, maldito irresponsable.
"Ni tingi cindinis". ¿Tienes idea de todo el descontrol que causan las pastillas anticonceptivas?
Aaaah, por eso se me adelantó.
Por cierto, sí a todo, trae las de dinosaurios jiji. Te quiero.
Ese "te quiero" no debe malinterpretarse como un "hay que volver".
O bueno... Puede que.
O no. Ay no sé :(.
¿Puedes apurarte? Están pasando Siempre A Tu Lado en la tv y necesito llorar con alguien.

Sonic:
Ay, ¿qué me espera en tu casa?

Permanecí sentada en el sofá mirando la televisión. En tan sólo diez minutos, él ya se hallaba tocando mi puerta. Abrí.

—Toma. —Depositó el paquete de toallas en mi mano.— El código de barras tenía algún problema y tuvieron que anunciarla por megafonía desde la caja para que trajeran otras. —Confesó avergonzaso mientras se adentraba a mi casa.

Reí, Sonic tomó asiento en el sillón. Dejé mi encargo en mi cuarto, me preparé y bajé a hacerle compañía.

—¿Y Rouge? —Indagó.

—En una cita con Knuckles. El "encuentro casual" en la Plaza le funcionó. —Él rió.

—Fue más difícil con Silver. —Sinceró.

—¡Es verdad! ¿Qué tal les fue? Blaze suele ser muy cerrada cuando charlamos sobre su situación amorosa.

—Silver tampoco quiso entrar en detalles, pero por lo poco que nos dijo, parece que después de la ida al gotcha han seguido saliendo. —Sonreí por la noticia.

—Me sorprende que aún no sean nada, sólo son amigos que se besan, no les cuesta nada dar el siguiente paso. —Sonic enserió su semblante.

—¿Es en serio? —Arqueó su ceja.

—¿Qué cosa?

—Nada. —Suspiró.

Sonic.

Quizá es mi imaginación pero el caso me suena increíblemente parecido a lo que ahora somos.

Ella se acurrucó en mí, pasé mi brazo por sobre sus hombros. Nos cubrimos con una manta gruesa y recargué mi mandíbula sobre su cabeza.

Pasamos el rato así, tan sólo mirando la película, por supuesto ella lloraba en cada escena.

—Pero esa ni siquiera es la parte triste.

—Lo sé, pero recuerdo el final y lloro.

Reí ligeramente.

Observamos el filme durante una hora y media. Ella emitía cuestiones o comentarios sobre la película, yo remataba con algo gracioso o sarcástico en la mayoría de veces. Era agradable sentir su respiración tan cercana a mí.

Finalmente, el largometraje concluyó, ambos terminamos con lágrimas en los ojos, aunque las de Amy iban en abundancia. Me burlé, ella me golpeó en la cabeza.

—¿Y qué tal te fue con tu banda? —Interrogó aún sumergida en mi pecho.

—Bien, hoy terminamos la grabación de una canción. Aunque ya quieren comenzar con otra.

—¿Cómo se llaman?

—Una es "tu cicatriz en mí" y la segunda va algo así... —Llevé mi mano a su cabeza, comencé a masajear sus púas con la yema de mis dedos. Acerqué mis labios a su oído.— Trepan las palabras, saltan de mi boca desvelada. Un desliz que imaginabas, una frase que solté. —Canté susurrando.— Ah, me conoces como nadie. Ah, te amo como nunca antes amé. —Concluí con dulzura.

Me aparté, ella levantó su vista. Nos quedamos quietos, mirándonos en profundo silencio, sin nada que pudiese salir de nuestras bocas. Desplacé mi tacto a su mejilla, quería acercarla a mí, besar sus labios como lo he hecho en contadas ocasiones.

—¿Por qué siempre tienes que hacer las cosas tan difíciles?

—¿Qué? —Articulé dubitativo.

—Tienes esa manía de ser insistente y siempre te sales con la tuya. Haces todo esto para que vólvamos a estar juntos como pareja, pero me atemora separarnos cada vez que algo se nos complique. ¿De qué serviría estar comprometido el uno con el otro si cada quien lucha por separado?

Suspiré fuerte, posé mis brazos sobre el sofá, apoyándolos a los costados de mi espalda, recargué mi peso en ellos y proseguí a sentarme correctamente. Aquella declaración me había tomado por sorpresa, aunque ya ansiaba una explicación sobre su conducta.

—Creí que sería lo mejor para ambos. —Aclaré desviando mi mirada.

—¿Y funcionó? Aquello sólo hizo que nos odiáramos.

—Con lo del coma... Bueno... Consideré la posibilidad de que se extendiera durante mucho más tiempo, no quería que te estancaras conmigo. Quizá tu lugar era con alguien más y yo tan sólo estaba estorbando. Además, con todo ese embrollo del hospital, me quedé sin dinero y tiempo, las contadas ocasiones en las que hubiésemos estado juntos te aburrirías.

—Sigues sin enterderlo ¿verdad? Cuando realmente hay amor no es necesario salir a comer y tener diferentes planes cada día, como hoy por ejemplo, la pasé increíble con sólo tenerte a mi lado mirando una película estando arropados por la manta. —Me abrazó.

—¿Entonces aún me tienes amor? —Entoné atrevido. Amy se limitó a reír y esconder su rostro en mi cuello.

—Cállate y no arruines el momento.

Emitimos una risa suave, me acomodé y proseguí a enroscar mis brazos en su espalda, abrazándola por igual. El ambiente se volvió silente. Ella tenía razón, una tarde a solas era suficiente para pasarla bien.

—Aún tengo una duda... —Informé, Amy alzó su rostro para observarme.— ¿Cómo esperas que te demuestre que aquello va a cambiar si no me das una oportunidad? —Sonrió por mi perseverancia.

—Tal vez estás en lo correcto con eso de no ser los "indicados" el uno del otro, eso será algo que sólo podrá responder el tiempo. Pero...

—¿Pero?

—Pero no habrá forma de averiguarlo si no lo intentamos. —Pegó su frente con la mía.

Me le acerqué con una sonrisa en los labios, la besé de manera casta, me correspondió. La temporalidad de nuestros roces fue breve, nos separamos y preferimos dedicarnos a divagar en los ojos del otro por largos intervalos.

—¿Eso quiere decir que ya puedo llamarte oficialmente mi novia?

Rió y retomó su serie de besuqueos en una clara contestación, era un rotundo sí.

Escrito: 12/01/2019.
Publicado: 09/12/2018.

Créditos a user93538706.

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