C A P Í T U L O 69

Relaciones vacías.

Sonic.

Lowell:
Wasaaaaa?!

Ya habían pasado dos días desde aquel diminuto reencuentro con Amy y mi enojo aún seguía presente.

¿A mí qué mierda debería de interesarme el nerd de su novio? Me cuesta creer que ella le haya dicho que me golpease, pese a que no lo logró, mi teoría no queda del todo descartada.

Para que ese sujeto fuese por mí en cuanto me vio, es seguro que Amy le habló de nosotros. Me carcome la curiosidad sobre si lo que le dijo fue para bien o para mal, pero de cualquier modo permanezco enfadado.

Sonic:
¿Pasó algo?

Lowell:
Sólo tenías que responder wasaaa. No era tan díficil.
En fin, mi productor quiere hablar contigo y tu banda, ¿cuándo puedes?

De la única cosa que estoy casi seguro es la finalidad con la que lo hizo, aunque me extraña que sea tan extremista para que vuelva a notarla. No era necesaria toda esa inmadurez...

Pero si ella así quiere jugar, bien, juguemos.

Sonic:
¿Puedo saber el motivo?

Lowell:
Creo que le ha gustado su música, si les va bien, él podría firmarlos.

Haré que me note por igual, tanto que no podrá sacarme de su cabeza por más que se aleje de mí, estaré en todos lados.

Sonic:
Dile que estamos disponibles para la fecha que el guste.

Lowell:
¿Eso es verdad?

Sonic:
No, pero siempre causa una buena impresión tener disposición ;). Pronto tú y yo seremos compañeros de trabajo, lo persuadiré hasta que nos contrate.

Lowell:
Eso me gusta, irnos de putas sin preocupaciones.

Sonic:
Eh, eres un tanto terco e irritante cuando te pones ebrio. Pero te aseguro que con Scourge te llevarás muy bien.

   .
[...]
   .

Me repugna, ella, su maldito rostro perfecto y su magnífica e envidiable falta de moral.

—¡Odio que consiga pareja tan fácil! —Exclamé mirando la pantalla de mi teléfono móvil.

—¿Celos? —Cuestionó mofándose el erizo de betas rojas.

—Para nada, me molesta el hecho de saber que sale con todos esos tipos por despecho. No siente nada por ninguno, sigue atada a mí.

—Y ahora que sabes que Amy sigue teniendo sentimientos hacia ti, supongo que serás sensato y arreglarás las cosas por medio del diálogo como el adulto que eres. —Articuló Tails sin ni siquiera mirarme, seguía trabajando en un circuito eléctrico.

—¿Estás tarado? Claro que no, corresponderé. Es un juego, pierde el primero que se extrañe.

—Me esperaba esa respuesta. —Rodó los ojos.

—Knuckles, necesitaré de tu ayuda. Eres la amistad más promiscua que conozco, enséñame dónde conseguir chicas.

—A la orden. —Respondió divertido, posicionando su mano a la altura de su frente.

   .
[...]
   .

Amy.

—¿Y a qué te dedicas? —Le pregunté.

Tenía la esperanza de que él si funcionara para esta tarea. Era guapo, vestía muy bien y un cuerpo atlético.

—Si vamos a salir es mejor que de una vez sepas lo que conlleva estar conmigo, soy cleptómano.

—Eh... —Curveé mis cejas.— ¿Hablas en serio?

—¡Nah! —Se recargó en la silla de forma excesivamente despreocupada.— Pero es una buena excusa para no ir a la cárcel cada que me descubren. —Guardé silencio.

Bueno, realmente no es necesario salir con él. Tan sólo es para presumirle a Sonic.

Sí... Bueno... ¿Nos tomamos una foto? —Cambié el tema drásticamente.

Él me miró confuso, sin embargo no se negó. Tomé su mano, entrelacé mis dedos con los suyos y capturé la imagen con mi teléfono celular.

—Gracias. —Lo solté inmediatamente, proseguí a subir la foto como historia en mis redes sociales.

En cuanto un mesero se paseó entre los comensales, decidí llamarlo para pedirle la cuenta.

—¿Nos dividimos la cuenta o cada quien paga lo suyo? —Cuestionó al ver la nota de papel.

Busqué mi cartera entre las pertenencias de mi bolso, ir al tanteo no funcionó, por lo que decidí mirar dentro de ella, no estaba. Mi acompañante soltó una carcajada.

—¿Entonces mitad y mitad? —Entonó presuntuoso mientras sostenía mi cartera entre sus manos.

   .
[...]
   .

Sonic.

Sin lugar a duda, una de las mejores técnicas de ligue es la labia. Por más que me gustara hacerlo, esta ocasión no era por alardear, pero no podía negar que se me da muy bien.

—Disculpa el atrevimiento, pero desde hace un rato llevo viéndote, me pareces muy linda. —Comenté acercándome a ella.— Redefines el concepto de mujer y lo empujas a sus más grandes límites. —Ataqué.

—Ay qué bonito hablas. —Su acento y lentitud al hablar delataban las desmesuradas cantidades de alcohol previamente ingeridas.— Me sorprende que todavía haigan hombres como tú. —No...— ¿Cómo dices que te llamas, juapo? —No, no...

—Oh, am... Santiago. —Improvisé.

—Tú dime Ale. —Alargó la e. ¿Qué he hecho?— Siéntate, tinvito un trago. —Señaló la silla de al lado, ésta se enfrentaba con la barra.— ¿Quieres un bacardí?

—No, no, je. Estoy bien así. —Evadí.

Saqué mi móvil mientras que ella le pedía al bartender, revisé whatsapp, Amy había cambiado su foto de perfil a una de sus dedos enlazados con una mano notoriamente masculina.

¡Maldita competitividad!

La chica se giró para hablarme, tomé los costados de su rostro, la besé velozmente. Me separé, le sonreí y sin explicación alguna me marché.

Me dirigí al baño de hombres de manera cautelosa, no quería que ella me siguiera. Llegué al lavabo y comencé a enjuagarme la boca.

—Ay qué marica, ni que un beso te fuese a matar. —Bromeó Knuckles al entrar al sanitario.

—El beso no, pero la chica estaba tomando bacardí con soda.

—En ese caso, no hay suficiente agua y jabón para eliminar ese horripilante sabor. —Sequé mis labios con la manga de mi chamarra.

—¿La tomaste? —Pregunté.

—Claro, sólo recórtala de los bordes, se alcanza a ver mi mano. —Recomendó pasándome su celular con la fotografía puesta en la pantalla.

   .
[...]
   .

Amy.

Nuevo día, nuevo amante.

¿Y bien? ¿qué te gusta hacer?

—Escribir poesía.

Por fin un chico con apreciación hacia el arte. Claro, mi fuerte eran las visuales, pero también me encantaba la literatura.

—¡Vaya! ¿En verdad?

—Sí, bueno, es lo único que hago bien cuando estoy, ya sabes.

—¿Solo?

Noté que jugaba mucho con su nariz, algo parecía molestarle en su fosa nasal derecha.

—¿Qué? ¡No! Cuando estoy drogado. La cocaína realmente te hace un poeta.

¡Venga! ¡¿Es en serio?!

   .
[...]
   .

Sonic.

Logré ligar con éxito en el bar, ella me invitó a salir a dar un paseo por la ciudad. Acepté, la llevé en mi auto a lo que pensé era su casa, para mi sorpresa ella me había dado la dirección de un motel.

—Si vamos a tener sexo que sea rápido, tengo que llegar a cenar con Duch. —Bajó de mi auto.

A ver... ¿Qué?

—Eh... ¿Quién es Duch? —Indagué aún en el asiento del conductor.

—Mi esposo.

—¡¿No decías que eras soltera?!

—Estamos tramitando el divorcio, es casi lo mismo, no hay de que preocuparse. —La miré no muy confiado.— Pero tengo que llegar antes a prepararle algo a mis dos hijos.

—¡¿Hijos?!

—Tranquilo uno tiene sólo dos años. —Aclaró.

—¿Y el otro? —Calló.

—...No es tan mayor... —Enarqué mi ceja.— Creo que acaba de cumplir diecisiete.

Nope.

Nope.

—Un gusto, ja, ja, ja. Espero verte en otra ocasión, suerte. —Cerré la puerta y arranqué el auto.

No he gastado tanto dinero en condones durante toda mi vida como para terminar siendo padrastro.

   .
[...]
   .

Amy.

Chaos, qué incómodo está siendo esto.

—Entonces Adam... Em... ¿Por qué traes ese peluche a nuestra cita?

El chico no paraba de abrazar a su oso de felpa, intenté resolver el conflicto realizando teorías e hipótesis sobre ello.

¿Un regalo de su madre antes de morir? ¿Un recuerdo de su padre antes de abandonarlo? ¿Qué es?

—Él es Frank, me hace compañía con Marta.

—¿Marta?

—Mi foca de peluche.

Aparentemente tengo la habilidad de sólo encontrar pretendientes raros.

   .
[...]
   .

Sonic.

Había conseguido a la chica perfecta para una relación sin compromiso, ella tampoco gustaba de una responsabilidad así que no habría problema por ninguno de los dos.

Su rostro era hermoso, rasgos finos y labios con apariencia de ser suaves. Además me conocía, se declaraba fan de The Underground y apasionada de mi voz.

Sólo había un pequeño problemilla... Sus bíceps me daban miedo.

Tenía muslos musculosos, un abdomen no sólo plano, también marcadísimo y brazos robustos. Estaba hecha una mastodonte, en caso de que llegáramos a tener una pelea era muy probable que ella terminaría arrollándome.

   .
[...]
   .

—Manic... ¿Qué estoy haciendo con mi vida?

Pregunté mirando al techo desde el sofá de mi sala. Mi hermano rió.

—Si tú no lo sabes, ¿qué esperas que yo te diga?

—¿Qué es lo que tienes exactamente? —Cuestionó mi madre.

Sinceramente, no sé si contarle de todo lo que he estado pasando con Amy. Se enfadará, ella no me crió para ser alguien así. Pero odiaba que desde el día del coma la relación cercana que teníamos disminuyó.

—Tengo tres canciones escritas, un productor queriendo firmarnos y dos vídeos musicales pendientes. —Fingí entusiasmo.

Era momento de organizar mis tiempos, y plantearme sobre si hacia lo correcto al competir con Amy de esta absurda manera.

—¿Tres dices? ¿De qué tratan? —Interrogó Sonia.

—La primera es "Mi Novia Tiene Bíceps". —Me miraron extrañados.— Sólo es una broma que surgió entre los chicos y yo. —Mentí excusándome.

Al menos se podría decir que mi fan tendría una canción hecha para ella.

—La segunda canción se titula Karaoke, la primera estrofa dice "Sólo un corto tiempo y te buscaste un nuevo corazón", no hace falta explicar el contexto.

—Te pegó mucho lo de Amy ¿no crees? —Opinó Sonia.

—Sólo al principio, pero es gracias a Karaoke que llegamos a la tercer composición. —Imité el sonido del retumbe de los tambores, percutiendo un mueble de madera con mis dedos.—
"Paseo Inmoral".

—Un nombre bastante pícaro ¿no?

—Esa es la idea, hermanita. —Enuncié sacudiendo sus púas.

Si Amy quería seguir con esto, al menos sacaría provecho. Esta experiencia de conocer chicas y entablar relaciones sin realmente tener sentimientos compartidos me había dado una inspiración malévola.

Escrito: 12/12/2018.
Publicado: 26/10/2019.

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