C A P Í T U L O 68
Amores paralelos.
Parte 3.
Sonic.
—Es funk, si algo caracteriza al género son los espacios entre los instrumentos. No intenten abarcar más tiempos, ni improvisar. —Avisé.— ¿Listos?
Manic contó los tiempos con sus baquetas y la canción comenzó. Scourge, Lowell y yo hacíamos una fuga, sobreponiendo nuestras voces, una sobre otra. Y así, hice el coro inicial.
—Esas son puras mentiras, esa noche yo no andaba allí, debes de estar confundida o había un tipo igualito a mí. —Repetí.
Lowell cantó la siguiente estrofa, notaba algo incómodo, algo no me encajaba y parece ser que a su productor tampoco.
—Paren. —Pedí.— La canción se escucha muy plana, hay que modificar algo en la estructura.
—Necesitamos encontrar que es lo que le da soporte. Repítanlo sin el teclado y la guitarra. —Demandó el productor.
Volvimos a intentarlo, terminó sonando aún peor, pero al menos ayudó a identificar el complemento que nos faltaba.
—Bajista, necesito que lo hagas tensar más en el precoro, hay que aumentar la rítmica. —Ordenó.
—Creo que lo que le da esa esencia es el teclado. Sonia, hay que cambiar los arreglos, tienen que sonar más agudos.
Volvimos a tocar, choqué miradas con el productor. Nos sonreímos, aquello ahora realmente sonaba a groove.
.
[...]
.
Y el día del lanzamiento llegó, Lowell la incluyó en uno de sus álbumes. Mi banda y yo únicamente lo subimos a youtube, me sentía un poco humillado, pero al menos aquello tenía toda la pinta de tener un buen resultado.
—¿Tú la escribiste? —Preguntó mi madre.
—La mayor parte la hizo él, lo mío sería más metafórico. Lowell simplemente utilizó mis vivencias.
—¿Vivencias? —Cuestionó.
Carajo, olvidé que ella nunca supo de Mina.
—¿Sabías que Lowell en realidad se llama Juventino?
.
[...]
.
¡La canción ha sido un éxito! Incluso ya grabamos el vídeo musical.
Después del lanzamiento, los sábados y domingos comenzó a acudir más gente al café donde tocamos.
—Hey, Hollywood. —Bromeó mi compañero de trabajo.— Nueva entrega.
Ahora en mi trabajo me conocían como Hollywood por ser reconocido ya más de cinco veces en mis entregas a domicilio.
Coloqué la pizza en la mochila térmica y partí rumbo a Maryland número cincuenta y cuatro.
Tal había sido el impacto de "Mentiras" que logré escucharme en el estéreo de uno de los autos. Era innecesario, pero quise pasar al lado del conductor únicamente para subirme el ego.
—Es buena ¿no? —Los pasajeros voltearon a verme.
Observé como sus cejas se elevaban casi tanto como sus comisuras, mientras que su boca se abría asombrada. No dije nada más y me marché corriendo, síp, me he subido el ego.
[...]
En cuanto llegué a mi destino, mi mente me bombardeó con recuerdos de Amy. Exactamente con los de aquella ocasión en la que pasé por ella a su escuela en un día lluvioso. Tuve que llevar a sus amigas a sus respectivas casas... Maryland cincuenta y cuatro es la casa de Blaze.
Me acerqué con cuidado, evadí la ventana para que nadie me pudiese ver. Realmente no quería tener contacto con alguien así de cercano a mi expareja. Toqué el timbre.
La gata salió con una mirada dirigida a su monedero, no me notó.
—¿Cuánto es? —Levantó la mirada.— ¿Qué haces tú aquí?
—Nada, sólo me encanta sacar a pasear la masa. —Respondí sarcástico.— ¿Pues qué más? Estoy trabajando.
—¿Ahora eres repartidor?
—Es una larga historia. Son ciento treinta. —Me entregó un billete.— ¿No tienes lo exacto? No tengo nada de cambio.
—Pues ve por dinero, no puedes estar mucho tiempo aquí.
Amy.
Terminé de colocar el proyector, hoy tendríamos cine en casa. Rouge sólo texteaba en su celular, Blaze había ido a atender nuestra orden de pizzas. Caminé con actitud cansina hacia el sofá, posicione mis manos en el brazo del mueble dispuesta a tomar asiento. Mis tímpanos vibraron a causa del melodioso sonido de una voz fácilmente reconocible.
—No voy a regresar hasta el local por setenta de cambio.
Rouge y yo nos miramos con atención en un silencio demasiado incómodo. Me incorporé del sofá y corrí hacia la puerta, fui halada por la murciélago inmediatamente.
—Ni cagando te dejo que vayas a verlo.
Con algo de esfuerzo logré safarme de su agarre, al menos quería descubrir si lo que había oído era cierto.
—Sólo busca el dinero y me voy, es simple. —Pidió casi desesperado.
Permanecía de brazos cruzados, de vez en cuando solía moverlos de manera exagerada a consecuencia de la frustración.
—¡Que no tengo la cantidad exacta! ¿A qué clase de repartidor lo mandan sin cambio?
—Bien, la culpa es de ambos. Ya vuelvo. —Actuó resignado, dando media vuelta para marcharse.
—Nop, sólo tuya.
—Tú te niegas a buscar los ciento treinta.
Sin saber qué hacer, saqué un billete y unas cuantas monedas de mi jean de mezclilla. Abandoné mi escondite atrás de la pared y me mostré frente a ellos.
—Am... —Ambos llevaron su mirada hacia mí.
Sus luceros verdes conectaron con los míos, me sentía nerviosa y mi mano tiritaba. Me acerqué, ambos mos mantuvimos en un intenso contacto visual que finalmente Sonic no pudo aguantar. Él giró la cabeza hacia un lado, fingiendo haber mirado hacia la calle.
—No te apures Blaze, yo pagó.
Él estiró su mano, recibió el dinero causando un roce entre nuestros dedos. Un toque tan tenue tuvo como consecuencia una sensación electrizante.
Me contuve, guardé esas ganas de sólo abrazarlo y pedirle que todo volviese a ser como antes.
Sonic dejó el dinero en un compartimento de la mochila, de otro sacó la caja de nuestro pedido. Me la entregó y se limitó a observar a Blaze y a mí con una sonrisa fingida.
—Gracias. Disfruten su pedido. —Dio la vuelta.
Antes de abandonar el patio delantero, volteó a verme y arrugó su entrecejo, formando así una mueca de molestia.
—Amy... —Llamó.— Si quieres decirme algo, hazlo de frente. No había razón alguna para atacarme con esos estúpidos. —Finalizó, sin más, aceleró para irse en dirección contraria.
¿Qué?
[...]
Sólo bastó con su aparición para arruinar nuestra tarde de películas. Ahora estaba repleta de desconcierto.
—¿A qué se refería con lo de "atacarlo"? ¿Que le hable de frente? ¿Quién se cree? —Interrogué con fastidio.
—No lo sé, pero he pensado que quizá lo decía por Rouge. —Hipotetizó Blaze.
—Explícate, porque como me entere que no sólo me llamó estúpida, sino que me cambió el género, le romperé cosas que ni siquiera tienen huesos. —Amenazó.
—Creí que se refería a ti ya que tú interviniste junto con Knuckles... Pero... Ahora que lo pones así, es verdad. Sonic habló con un sustantivo masculino, no uno femenino... ¿Le has dicho de esto a algún chico?
—Pss... ¿A mi padre? —Inhalé lentamente.— ¡Oh! Nathan también lo sabe... Y ahora que recuerdo César también, aunque él no sabe toda la historia, además ya ha quitado nuestra relación de su biografía así que imagino que no fue él.
Me recargué en la palma de mi mano derecha, cerré los ojos con fuerza y emití un berrinche.
—Si esa relación ya estaba más que perdida, ahora por la culpa de Rouge, Knuckles y el idiota que se metió con él, ahora está completamente exterminada. Ya no sé qué hacer para que me note.
—¿Seguir encargando pizzas a domicilio? —Entonó sarcástica la gata de orbes dorados.
—Quieras o no, los celos siempre funcionan. —Ambas la miramos.— Mientras ustedes discutían, yo estaba stalkeando a Sonic, adivinen quién no está en su lista de amigos, su "noviecita" Mina.
—¿Y eso qué prueba? —Cuestioné.
—Se eliminan de facebook, se dejan de seguir en instagram y no hay que dejar a un lado el hecho de que Sonic ha lanzado una nueva canción, ¿ya la escucharon? Me duele admitirlo, pero es pegajosa.
—¡Rouge! No te desvíes del tema.
—Ah, ya, ya, disculpa. Las tres hemos visto el proceso de creación de las canciones de Sonic, normalmente son sobre sus experiencias, por lo que intuyo que esta no será una excepción. La letra son básicamente excusas para pedirle disculpas a una chica, es obvio que terminó con Mina.
—El FBI debe de envidiarte a ti y a ese cerebro entrometido. —Enunció Blaze.
—Gracias, cariño. En fin, tienes dos opciones: la primera es sencilla, rogarle día y noche, arrojando lo poco que te queda de dignidad a la basura... O, puedes hacer la segunda opción... Noviazgos, no te preocupes, es imposible que no se entere, te notará sí o sí.
—No creo que sea buena idea.
—Tú sólo confía en mí, si tus dos relaciones anteriores fueron para superarlo, éstas sólo serán para provocarlo así que no te comprometas sentimentalmente.
Escrito: 11/12/2018.
Publicado: 19/10/2019.
Shh, hagan como que de verdad actué responsablemente y publique ayer JAJA.
Créditos a xDavid547
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