C A P Í T U L O 67
Amores paralelos.
Parte 2.
Amy.
—¡Oh, por Chaos! ¡Rouge, estoy saliendo con él! —Exclamé desde mi computador.
—¿No decías que esa cita fue un asco? ¿Por qué le diste el sí?
—¡Y lo fue! Yo no "le di el sí".
Mi compañera de piso se acercó a la pantalla del ordenador, me encontraba navegando por facebook cuando me percaté de que César había cambiado su situación sentimental a "En una relación con Amy Rose".
—Mira, tiene comentarios. —Clickeé.
Para mi mala suerte, la mayoría de los comentarios eran propios de mis amigos, no de los de él.
—¡Ah! Olvidó configurar la privacidad.
—"Felicidades, les deseo éxito", el comentario es de Silver, da por hecho que Sonic ya se enteró.
Llevé mis manos a mi cabeza al percatarme de lo grave de la situación, ahora mis amistades piensan que lo tengo nuevo novio. Revisé las reacciones a la publicación.
—Lo sé. ¡Sonic le dio like!
Ese "me gusta" no es sincero.
—También tiene uno de Nathan. ¿Por qué no los eliminaste? Por lo menos bloquéalos.
—Lamentablemente tener a Nathan agregado sigue siendo una buena referencia para mi trabajo, y Sonic... Bueno, creí que volveríamos pero después de tu infantil discusión con Knuckles ya me quedó claro que no lo haremos.
—¿Y qué si uno te es de ayuda para conseguir trabajo y al otro aún no lo superas? Son las principales normas aplicadas a los ex. Dime que borraron sus fotos.
—Eh... Creo que aún tengo una o dos...
—Bueno aún hay tiempo para borrarlas.
—O quizá sean cincuenta en mi biografía y unas cinco de perfil. —Rouge emitió un suspiro.
—Ve por pañuelos, esto va a tomar un rato.
[...]
Sonic.
¿En verdad Amy me cambió por eso? Según su perfil estudió maestría en política y gestión pública, es licenciado en derecho y actualmente hace un posgrado en medicina.
Podrá tener mil carreras, pero el hecho de que yo soy más guapo no lo niega nadie.
—¿Esa es tu banda? —Preguntó Lowell señalando la televisión, era uno de los vídeos grabados del festival de hace un año.
Aparté mi vista del móvil y lo guardé en mi pantalón. Miré la Tv junto a Mina y su colega.
—Sí, en teclado mi hermana Sonia, batería mi hermano Manic y en bajo Scourge, un amigo.
—¿Qué es esto? ¿Los Jonas Brothers? —Bromeó.— Al menos Mina no mentía, se escucha muy bien. ¿Tú eres el compositor?
—Compositor, vocalista y guitarrista. —Respondí petulante.
—Escucha las letras con detenimiento, yo aún no entiendo muchas. Detestablemente, a Sonic nunca le gusta explicarlas.
—El punto es que el público lo interprete conforme a su propio criterio. Cuando las letras se exponen, pierden la magia. —Debatí.
—Qué bien, porque para un hit necesitaremos a un buen compositor. —Lowell me dio múltiples palmadas en la espalda.
—Bueno chicos, los dejo con su música. —Mina se levantó del asiento.
—¿A dónde vas? —Indagué haciendo contacto visual con ella.
—Hay un desfile de moda en el centro, vine desde mi ciudad para verlo, no me lo pienso perder. —Rió.
Vamos a terminar, pero auch, me dio justo en el ego. Creí que había venido por mí.
Mina se despidió brindándome un beso en los labios y abandonó el estudio de Lowell. Era raro, yo ni siquiera sabía que habían estudios de grabación en mi ciudad y él —siendo de otra parte del país— tenía el suyo.
Mientras mi acompañante le daba continuas caladas a su cigarro, yo saqué mi teléfono celular nuevamente, Sonia ya lo sabe, por lo que supongo que ya se lo habrá comentado a Manic. Ahora sólo falta Scourge.
Sonic:
—Desocúpate en estos días, haremos una colaboración.
Scourge:
—¿Con quién? ¿Mina?
Sonic:
—No, un tipo llamado Lowell.
Scourge:
—¡Fua! ¡¿Qué?! ¿Hablas del Lowell de verdad?
Sonic:
—Eh, ¿hay más Lowells? No lo sé, pero se llama Juventino Amiano jaja.
Scourge:
—Vaya mierda de nombre, definitivamente prefiero llamarlo Lowell.
—Hasta que colaboramos con alguien que nos saque de esta ruina. Tú eres músico y pizzero, yo tengo que hacer magia de lunes a viernes.
Sonic:
—¿Hablas metafóricamente?
Scourge:
—Ojalá, soy mago de fiestas infantiles.
Sonic:
—¿El tipo que se drogó en mi fiesta de cumpleaños anima las de los niños? ¿Qué le estamos dejando a esas generaciones?
—¿Cuántos trucos haces?
Scourge:
—No muchos, sólo estafar a sus padres con pagos por adelantado.
Sonic:
—Qué vil hijo de puta estás hecho JAJA.
Scourge:
—Al menos sé desaparecerme con una sábana mientras digo Hocus Pocus.
Sonic:
—Es un truco viejísimo y tu palabra mágica es una película de los noventas. ¿No te avergüenzas de cobrar?
Scourge:
—Ventajas de ser un sinvergüenza.
Reí, no había forma de cambiarlo.
—¿Y bien? ¿Tienes inspiración? —Preguntó Lowell, sacándome de mi ensimismamiento.
—Eh, aún no me has dicho sobre qué será. ¿Romance, desamor, despecho, alegre?
—Tomaré esa respuesta como un no. Yo tampoco tengo inspiración, ¿te parece si nos vamos? Conozco un lugar buenísimo.
—Es una broma ¿no?
—Nah, vámonos.
Me citó en su estudio para grabar, ni siquiera hemos decidido la temática y a pesar de ello ¿ya quiere marcharse?
Salimos del local, subí como copiloto a su auto. Tiene un Audi A3, qué envidia.
Encendió el motor e inmediatamente el estéreo, arrancó. Cabeceé al ritmo de la canción, un clásico del los ochentas "Private Idaho".
—¿Te gusta B-52's? —Le pregunté.
—Yep. Quizá podamos hacer algo así, ¿qué opinas de un poco de groove?
—Groove... Me gusta, quizá combinado con algo funk, similar al estilo de Prince.
—Podría funcionar. —Apoyó mi idea.
Seguimos recorriendo la ciudad en su automóvil, creo que ya sé a donde nos dirigimos. Estábamos a unas calles de uno de los callejones más transitados de la ciudad, una calle llena de pequeños y controversiales antros, bares y establecimientos para el entretenimiento erótico.
—¿Te verás acá con tu novia? —Indagué.
Lowell es apenas un conocido con quien comienzo a entablar amistad, no somos tan cercanos aún como para terminar borrachos.
—¿Novia?
—Sí, la chica con la que estabas ayer en el karaoke.
—No es mi novia. —Rió.
—¿Amante? Vi que se besaron.
—A veces me sorprende lo inocente que eres, Sonic. Estás por entrar junto con tu banda a lo que realmente es vivir de la música, la chica de ayer sólo fue una aventura de una noche.
Creo que estoy empezando a forjar una amistad con alguien aún más mala influencia que Scourge.
Lowell, el drogadicto con putas. Sí, definitivamente es un compañerismo que promete.
[...]
Amy.
—Y eso fue lo que pasó. —Resumió.— Oye, no es para tanto. —Rouge intentó animarme.
—¡Ahora no sólo tengo que solucionar lo que Knuckles y tú causaron, sino que también lo que acaba de provocar este imbécil! —Lloriqueé recargada en los brazos de Blaze.
—Me voy de vacaciones con mi familia por unas semanas y ustedes ocasionan una sexta guerra mundial.
—Sólo han habido dos. —Murmuró la murciélago.
—Ese es el punto, Rouge. Sus dramas son catástrofes de proporciones enigmáticas. —Exageró.— ¿Y ya han intentado hablar con el chico?
—Ya lo hice y aún no me contesta. —Sollocé.
—Rouge, pásame el celular. Ya veré como hacer que responda. —Ordenó con autoridad.— Maldigo el día en que Messenger y los zumbidos se extinguieron.
La situación era tan absurda, me sentía como una niña pequeña berrinchuda, acudiendo a su madre, la única suficientemente capacitada para encargarse de solucionar el problema; siendo la felina quien cubría el papel.
Blaze contactó a César desde Facebook y aquella web de citas. Los minutos pasaban, finalmente yo me rendí y únicamente miré la televisión.
[...]
Las tres mirábamos un show de comedia, la noche estaba siendo completamente soporífera y hastiada.
Mientras la pausa comercial transcurría, un sólo sonido fue capaz de tensar la piel de tres féminas... El glorioso sonido que hacen las notificaciones de mensajes.
Todas corrimos hacía el teléfono móvil que se encontraba en la cocina, sonreímos ampliamente al asegurarnos que era César. Irónicamente, un mensaje de él había emocionado a tres chicas.
César: Hola. ¿Pasó algo, amor? ¿A qué se debe la rebosante cantidad de mensajes?
—¿Te acaba de llamar amor? —Cuestionó Blaze enarcando una ceja.
—¿"Rebosante"? ¿Quién diantres liga así? Verbo mata carita, lo entiendo, pero no es necesaria esa mierda. —El semblante de Rouge se arrugó en una mueca de desagrado.
—¡Sólo díganle que quite la maldita publicación!
Rouge y Blaze escribieron por mí, tecleaban en la pantalla y borraban el texto sin decidirse sobre cómo decírselo. La gata optaba por ser cordial, mientras que Rouge... Bueno, si César estuviese cerca probablemente perdería la capacidad de reproducirse.
Amy: No me llames "amor", por favor. ¿Podrías explicarme por qué has publicado que "tenemos una relación"?
César: Em ¿Porque tú me lo has dicho? Claro, no directamente, sólo intento contentarte. En tu perfil decías que buscabas a alguien atento, supuse que aquello engloba el hecho de presumir nuestra unión.
Amy: ¡¿CUÁL PUTA UNIÓN, PEDAZO DE TRUÑO VIVIENTE?!
Sí... Creo que era muy notorio cuando Rouge tomaba el control del móvil...
César: Hey, tranquilízate.
Blaze alejó a Rouge del aparato. Una vez fuera de su alcance, la gata utilizó su piroquínesis para marcar un límite.
—¡Déjame decirle que es una pena que no se pueda abortar cuando el feto ya tiene 28 años!
—¿Y tú cómo sabes su edad? —Interrogué.
—¿Y tú quién crees que lo stalkeó para saber si te convenía?
Blaze rodó los ojos y prosiguió a responder en la conversación.
Amy: Disculpa, me he alterado. Me refiero a ¿de qué relación hablas?
César: Tú fuiste quien lo decidió.
Ambas me voltearon a ver con un rostro notoriamente confuso.
—Les juro que yo no dije nada.
Amy: Explícate.
César: Ayer creí que todo había ido mal, cuando llegué a casa me percaté de que opinaste lo contrario en la página de citas en la que nos conocimos. Dijiste que habías estado satisfecha con tu cita, parece ser que no lo sabías, al marcar "satisfecho/a" se refiere a estar satisfecha con la persona, es decir, no buscar otra cita, comprometerse a quedar sólo con una. Asumí que habíamos empezado a salir. ¿Pero a qué viene la pregunta?
—¡Pero si yo ni siquiera me he metido a esa página! Rouge fue la que organizó todo esto por una estúpida pelea con Knuckles.
La murciélago blanquecina jugó con sus dedos nerviosamente, aquel comportamiento levantó sospechas tanto en Blaze como en mí.
—Rouge...
—¡Creí que era como uber! Pensé que calificabas la cita, le di a satisfecha porque me dio lástima, pobre chico, le fue mal en su noche, al menos que tuviera una recomendación.
César: Perdona por mi entrometimiento, pero he notado una fotografía tuya abrazada de un erizo azul en tu muro. ¿Quién es?
—¿Ahora entiendes por qué es importante borrar las fotos de los ex?
Y sin más, César se desconectó... ¡Sin borrar la publicación! Cada segundo cuenta con esa bazofia andando en las noticias de mis amigos.
—Eh... Amy... Tu madre acaba de comentar. —Me informó Blaze.
Llevé mis ambas manos a mi rostro, moví la cabeza de lado a lado con desesperación.
A veces me pregunto qué hice para que la vida me odiase tanto.
[...]
Sonic.
Esto se ha salido de control muy rápido.
—¡Lowell! —Grité en medio del antro, lo había perdido.
Dijo que iría por unas cervezas, regresó con tres chicas. Incluso me dijo que como regalo de bienvenida al medio, me pagaría una noche con una de ellas.
—¡Por un demonio, Juventino! —Exclamé. Creo que no lo volveré a ver, al menos hoy.
Recorrí el sitio, ni siquiera era tan tarde y la mayoría de los asistentes ya yacían ebrios. No era la primera vez que acudía a un lugar así, pero si la primera donde notaba un ambiente más pesado.
La gente bailaba de manera afrodisíaca, tanto en la pista como arriba del escenario. Unos cuantos besándose, otros consumiendo sustancias nocivas, incluso he visto a dos peleándose arriba de la barra.
Afortunadamente lo reconocí a un costado de la barra, caminé hasta él, abriéndome paso entre los roces y bailes de la multitud.
No pude evitar hacer una mueca de arrepentimiento al prestar atención a la nueva acompañante de Lowell, bailaban tan juntos que dudaba si un alfiler pudiese caber entre ellos, todo mientras permanecían tocándose lascivamente.
—¡Lowell! ¡Hey! —Llamé.
—¡Sonic, viejo! ¿Dónde estabas? De lo que te has perdido.
—¡Mírate! Tienes la nariz empanizada.
—Discúlpame, no te ofrecí.
—¿Qué? No, no, no.
—¿Entonces qué haces aquí? No seas amargado, diviértete, ahora si me permites, nos iremos un momentito a la bodega. —Bromeó sujetando a una de las chicas desde la cintura.— Te nos puedes unir si quieres. —Se retiró con ella. ¿Me acaba de proponer un trío?
Vagamente, alcancé a sentir una vibración en mi bolsillo, saqué mi móvil. Tragué hondo al notar que se trataba de una llamada entrante de Mina.
Si sigo por más tiempo aquí Mina me va a matar... O terminaré por pillar clamidia, una de dos.
Corrí apresurado hacia los pasillos previos al salón donde se estaba llevando a cabo todo este alboroto, ahí al menos podría contestar.
—Ho-Hola, ¿qué tal el desfile?
—Bien, ¿qué es todo ese ruido?
—¿Qué? —Maldita sea, no le he escuchado nada.
—He dicho que ¿qué es todo ese ruido?
—Ah, eh... Lowell le ha subido mucho a la música aquí en el estudio.
—Entiendo eso, lo que no comprendo es cómo pasaron de grabar una canción a escuchar a todo volumen un electro remix de Don Omar.
—Lowell y sus gustos abstractos, ya sabes. —Me giré con lentitud. Noté a un tipo con gorra mirándome fijamente.
—En fin, te llamaba para preguntarte si te gustaría pasar a cenar algo, ¿qué opinas? Paso por ti al estudio.
No, no, no, no, no, no y no.
—Mejor te veo allá, mándame la dirección por whatsapp.
Así sólo tendré que salir de aquí e irme. Pan comido.
—Como tú digas, Señor Complicaciones, trae a Lowell.
Y mi plan se ha ido al carajo.
—Okey, nos vemos en un rato. —Colgué.
¿Ahora cómo lo saco de la bodega sin llevarme un trauma?
Lo busqué con apuración, miré de un lado a otro, en su lugar, sólo logré darme cuenta de que el mismo sujeto de gorra que me observó hace un momento estaba siguiéndome, su rostro me parecía mínimamente conocido, mas no sabía de dónde. Más que asustarme, esto me está comenzando a enfadar.
Hice contacto visual con él. Estiré mis brazos hacia los lados y adelanté mi torso y cabeza, intenté ensanchar los hombros. Era abruptamente obvio el hecho de que yo me encontraba en mejor condición y forma que él.
Como contestación recibí una especie de amenaza. Él pasó su dedo índice por debajo de su cuello queriendo decir que me mataría. Sin más, se dio la vuelta.
¡A la mierda! Ahora sí que tengo que encontrar a Lowell.
A lo lejos vislumbré a un grupo de jóvenes —mayormente mujeres— bailando, empinándose una botella y haciendo un círculo al rededor de dos hombres... Si hay una baraúndula, lo más probable era que Lowell fuese el causante.
Me dirigí hasta allí, acerté.
—¡Lowell! ¡Tenemos que irnos!
—¡Sonic! Mira, él es Fredd, es el dueño del antro... ¡Y es increíble! Me ha dado tres botellas gratis.
Lowell me haló, su brazo izquierdo me tomó del cuello, el derecho abrazó a el dueño del lugar. Nos tomaron una foto con su celular e inmediatamente, Lowell la subió a su estado de whatsapp.
Me tranquilizó el hecho de que aún estando briago, no la subiera a una de sus redes oficiales, sino a una privada.
—Lowell, Mina nos está esperando.
—Esperar unas horas más no la matará. —Excusó.
En mi fallido intento por hacerlo entrar en razón, vislumbré a el personaje de la gorra. Tenía un vaso de whisky en su mano, alzó la cara y finalmente logré reconocerlo. ¡Es el nuevo novio de Amy!
Lo que me lleva a la siguiente cuestión... ¿Qué hice yo como para que quiera golpearme? ¿Amy le platicó de mí?
Con sumo coraje, me lanzó el trago, lo miré venir de frente. Me agaché, halando a Lowell de igual forma. El vaso se estrelló en la camisa del tal Fredd.
El dueño se comunicó con su personal de seguridad, lo sacaron a la fuerza. Qué cosa tan más hermosa acaban de presenciar mis ojos.
[...]
Pasé un rato más convenciendo a Lowell, tras muchas discusiones, lo logré. Se despidió de su nuevo amigo y sus cuatro amantes. Antes de que salieramos, uno de los de seguridad nos detuvo.
—El chico de la gorra los está esperando con seis más.
Seis contra dos —viendo la embriaguez de Lowell, creo que lo correcto sería seis contra uno y medio— era jugar sucio.
—Vayan a la salida trasera, les llevaré el auto. —Le sonreí.
—Si fuera gay ya te estaría besando. —"Halagó" Juventino.
Reí con nerviosismo, el guardia no dijo nada más, le quité las llaves a Lowell Y se las proporcioné a él.
Volvimos a recorrer el salón, no tardamos mucho en llegar a la salida trasera donde el sujeto ya nos estaba esperando con nuestro vehículo.
Coloqué a Lowell en los asientos de atrás, yo subí al del conductor. Le agradecí al personal de seguridad, dándole un pequeño billete como propina por su excelente ayuda.
Pero tengo un orgullo y ego demasiado grande.
Decidí dar la vuelta a la discoteca, justo cuando pasé por la entrada principal los vi, el mismo imbécil acompañado de seis más, esperando mi salida.
Bajé el cristal, soné el claxón, ellos voltearon a verme, les mostré el dedo medio.
—¡Hocus pocus!
Arranqué muerto de risa.
[...]
Llegué al restaurante en el que me vería con Mina, bajé del auto, me miré en el espejo retrovisor, acomodé mis púas y justo antes de ingresar... Mi pareja ya estaba esperándome ahí, sus brazos yacían cruzados y su pie moviéndose desesperado. Tenía un vestido y maquillaje encima, se había arreglado para la cita. Ahora me siento peor.
—Trabajaron mucho en esa canción ¿no lo crees? —Habló sarcásticamente mientras se me acercaba.
Sacó su móvil de su bolso y me mostró la fotografía que había subido Lowell. ¡Claro! Era más que obvio que tendría a Mina en sus contactos.
—Qué rara técnica la de grabar en un table, estoy segura que sería mejor hacerlo en un estudio. ¿Tú qué dices?
—Escucha, entiendo tu enojo pero déjame explicarlo.
—¿Entiendes mi enojo? ¿En qué momento me he ido de fiesta con doce chicos?
Diablos ¿eran doce mujeres en ese grupo?
—Yo no hice nada. —La tomé de las manos.
La ventana del auto se abrió, Lowell sacó la cabeza para vomitar.
Mina apartó sus manos con brusquedad.
—Te creía diferente. Pero tu dote musical no te hace inusual, sigues siendo asquerosamente promedio.
Y sin hablarme más, se marchó.
Ciertamente nuestra relación ya tenía caducidad, pero no quería que aquello acabara así.
—Puede que a ella no le haya gustado mucho... Pero te aseguro que al público sí.
—¿De qué hablas? —Interrogué harto. Si no me hubiese marchado con él esto no habría pasado.
—Vamos al estudio, ya sé qué haremos.
Escrito: 10/12/2018.
Publicado: 12/10/2019.
Créditos a xDavid547.
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