C A P Í T U L O 32
Parque de diversiones.
Amy.
—Necesito que pongas tu mano en la cintura de ella... Ajá, ahora mírense a los ojos... Una pequeña sonrisa. —Tomé la foto.— Perfecto.
Mi celular comenzó a sonar, miré el contacto, era Sonic.
—Eh... ¿Me permiten un momento? —Me alejé de ellos unos metros para poder contestar.— ¿Sonic? ¿Qué pasa?
—¿Que qué pasa? ¿No puedo llamar para saludar? —Cuestionó riéndose.
—Pues no lo considero muy factible en una sesión de fotos que no puede tardar más de lo planeado. —Él bufó, causándome gracia por su frustración.
—¿Qué es todo ese viento en la llamada?
—Estoy en plena costa, la pareja quería la sesión de fotos con vistas al mar.
—Entonces... Supongo que no estás libre por ahora.
—Noup. ¿Tenías pensado algo?
—Los chicos querían ir a un parque de diversiones de la ciudad vecina. Bueno, tienes mucho trabajo, te dejo. —Suspiré.
—Bien. Adiós.
—Ya iremos otro día. Adiós, linda. —Colgó.
Guardé mi teléfono móvil y caminé nuevamente hasta los prometidos. Se mostraban felices por lo aproximada que se veía su boda.
A veces me entristecía el hecho de ver a aquella chica sonriente con su vestido blanco junto a su prometido en traje, las fotos quedaban preciosas, ya había conocido el lugar donde se efectuaría la ceremonia... Y pensar que yo simplemente desperté en una cama de hotel.
Sin embargo, Sonic era un chico extraordinario, era coqueto pero no un obsesionado con el sexo, era detallista pero no un cursi total, era increíblemente talentoso pero no un princeso artista, me parecía la combinación perfecta.
—¡Vamos por la siguiente foto!
[...]
Sonic.
Entré a la casa de Knuckles, me dirigí a la sala donde estaban todos los demás.
—¿Sí viene? —Interrogó mi mejor amigo.
—No, tiene trabajo hoy. —Me senté en el sofá.
—Ya veo, Cream tampoco puede.
—¿He oído bien? —Knuckles se levantó del sillón puff.— ¿Ni Amy ni Cream vienen?
—Ajá... ¿Hay algo de malo con eso?
—¡No! Al contrario. ¡Por fin vamos a salir sin chicas! ¡Sólo nosotros! Los hombres de nuevo.
—Sí, eh... ¿Ahora qué? —Preguntó Tails sin tomar mucha importancia al tema.
—¡Hay que hacer cosas de hombres! —Propuso mi colega.— Le cancelaré a Rouge y ahora mismo nos vamos.
—¿Invitaste a Rouge? Podrás celoso a Shadow. —Solté una risa.
—¿Sabes que no estoy interesado en ella, verdad?
—Es su cumpleaños pasó lo contrario. —Me dio un golpé fuerte en el hombro.
—Ya, ya, tranquilas señoritas, ya le he dicho que no. —Presumió el equidna.
—Pero si ella nunca aceptó ir contigo. —Comentó Silver causándonos varias carcajadas a todos nosotros.
Esperó a que paráramos de reír para sólo dedicarnos una mirada humillada y cansada.
—¿Ya puedo seguir? —Aceptamos riendo.— Si vamos a salir entre hombres, hay que vestir como verdaderos hombres.
—¿Esperas que vayamos de leñador o algo así? —Cuestionó Shadow con sarcasmo.
—Tengo una mejor idea.
[...]
Llegamos al parque de diversiones, dejando atrás todo el trayecto en auto repleto de bromas malísimas por nuestros atuendos. Con tal de acontentar a Knuckles tuvimos que vestirnos con jeans y chamarras de cuero.
Shadow y Tails se formaron para comprar nuestros pases. Estaba a punto de únirmeles hasta que Knuckles me tocó el hombro.
—No vamos a perder tiempo haciendo fila.
—¿Qué sugieres? Son muchas personas, van a reclamar si nos adelantamos. —Respondí a la defensiva.
—No vamos a adelantarnos tampoco. —Sonrió pasa posteriormente ver a Silver recargado en la malla que impedía el acceso al parque.
Éste asintió moviendo su dedo índice de arriba a abajo. Knuckles salió corriendo a su dirección haciéndome señas para que lo siguiese.
—¿Qué hacen? —Interrogó Shadow al notarios.
—No sé, pero quieren que vayamos todos.
Dicho esto, caminé hacia ambos susodichos, siendo acompañado por Shadow. Tails al percatarse de nuestra inexistencia en la fila se alarmó.
—¡No pienso quedarme aquí a apartar sus lugares!
Knuckles nos llevó hasta Silver, donde nos enseñaron un pequeño hueco en la red, detrás de la caseta encargada de cobrar el estacionamiento. Posteriormente, llamó con señas a Tails, él obedeció con algo de caprichos y lloriqueos por dejar su lugar en la fila.
—La vez pasada vine con Silver y notamos ese hoyo, es fácil de pasar, sólo habrá que apendejar al empleado aquél. —Compartió su plan.
—Ajá. ¿Y qué? —Enunció Shadow mostrando indiferencia.— ¿Te piensas que voy a hacer semejante estupidez?
—Escuchen, esto es algo que normalmente no suelo hacer pero... Estoy de acuerdo con el pedazo de emo éste. Es un parque de diversiones, no "la feria del pueblo", si nos ven nos pueden hasta arrestar. —Apoyé.
—¿Miedito? —Cuestionó Silver.
—¿Se le abre a los niñitos? —Incitó Knuckles.
—Putos si no. —Concluyó Silver, a lo que Shadow y yo nos miramos cruzando los brazos.
—¿Quién entra primero? —Pregunté.
—No hablan en serio. —Chilló mi mejor amigo.
Knuckles fue hasta el asalariado, recargándose en su ventana falta de cristales con el fin de obstaculizar su vista. Comenzó a hablar con él.
—No hagan ruido. —Ordené empezando a avanzar.
Cada uno fue pasando con cautela por entre la malla, no hubo problema alguno hasta llegar a Tails y sus indiscretas colas que fueron alcanzadas a ver por el trabajador.
—¡Hey! —Vociferó al vernos a los demás.
Knuckles le sonrió con nerviosismo corriendo hacia nosotros para luego atravesar el orificio con velocidad... ¿Por qué todo lo relacionado con esto suena tan sexual?
Corrimos, pues aquel sujeto no era un total peligro. Para mi sorpresa, habíamos logrado entrar al parque sin pagar.
Terminamos riendo a carcajadas en el centro del camino constituido por los mosaicos de un color amarillento y bordes grises.
—¿Por dónde comenzamos? —Interrogué al ver todas las atracciones.
[...]
Knuckles.
Subimos a un sin número de juegos. Sonic, como todo fotogénico auténtico, tomó fotos, selfies y vídeos de cada atracción.
—¿Nos subimos a la montaña rusa de por acá? ¿O al slingshot de allá? —Nos dio a elegir.
—Escojan por mí, iré a echar una meadita. —Compartí mi muy necesario aporte.
—Mínimo sabes dónde están los baños, ¿no? —Interrogó Tails.
—Preguntaré. —Planteé como solución.
Fui hasta un hombre de semblante serio, vestía de negro, portaba un radio y tenía un cinturón con herramientas propias de un guardia de seguridad. Creo que no me conviene el sólo hecho de acercarme, pero ya me ha visto, me veré más sospechoso si me doy la vuelta.
—Em... ¿Los baños?
—A la izquierda, todo recto hasta llegar al cartel de los mismos. —Informó con serenidad.
Asentí sonriendo, di la vuelta y escuché la estática de su radio.
—Otra vez se han querido pasar de listos, hay cinco hombres en el parque que entraron sin pagar. Tres erizos, uno azul, uno rojinegro y uno plateado; un zorro amarillo —Miró a mis amigos más adelante.— y un equidna rojo. Van vestidos como todo un John Travolta. —La voz detrás de la transmisión rió.— Llevan jeans y chamarras de cuero.
El hombre uniformado me miró fijamente, salí corriendo siendo perseguido por él. Mis amigos miraron con rareza el cómo corría hacia ellos, no tardaron en entender la situación.
El tipo hablaba por su radio mientras que nosotros corriamos por delante de él. Sonic y Shadow fueron quienes nos dieron ventaja al halar a los demás hacia más enfrente. No obstante, perdimos de vista al sujeto.
—Eh... —Todos me miraron.— ¿Entonces al slingshot? Jeje.
Sonic.
—¡¿Qué fue eso?! ¿Qué le dijiste? —Clamó Tails.
—¡Sólo le pregunté donde estaban los putos baños! —Defendió.— Su maldito radio sonó y le dijeron de nosotros. Describieron a cada uno y cómo vestimos.
—¡Te dije que no tenía caso vestirnos así! —Contradijo Silver.
—¡Te tirabas besos al verte en el espejo! No tienes derecho a reclamarme. Dijeron que éramos una especie de John Travolta... Y no sé si tomarlo como insulto o como halago.
—¿John Travolta de los 70's, verdad? No quisiera parecerme al viejo de hoy en día. —Todos me miraron con el entrecejo serio. Había ocasiones en las que sospechaba que me pasaba con lo narcisista y divo.— Bien, bien, me callo.
—Oigan... —Llamó mi mejor amigo mirando hacia la tienda de recuerdos.— Si el problema es la ropa... Siempre están las playeras de recuerdo.
[...]
La única opción que teníamos de por mientras era llevar a cabo la sugerencia de mi amigo, ir a la tienda de recuerdos. Gastándonos gran parte del dinero y terminando luciendo ridículos con todas aquellas playeras del parque.
Aunque Tails insistiese en que dejaramos el parque, era ignorado constantemente por el resto. Yo reflexionaba aquello, lo meditaba y concluía en que tenía razón... Sin embargo, mi cordura sólo duraba mientras no me dijesen algo relacionado a mi valentía y hombría.
—¡Subamos a esa! Es una atracción que simula un río. —Propuso Silver.
Para mi mala suerte, la mayoría lo apoyó yendo a formarse en una fila, tristemente, corta.
—Eh... Creo que yo los espero aquí, en tierra firme... Sin posibilidades de ahogarme... —Sonreí.
—¿Aún eres así de maricón con el agua? —Preguntó Knux entre risas.
—Métanse a ese estúpido juego y por mí, ahóguense. A ver si continúan bromeando. —Crucé mis brazos.
Ellos abordaron una especie de balsa ancha con asientos en sus costados. Subieron, abrocharon sus cinturones y sacudieron sus manos hacia mí para burlarse.
Levanté la vista para percatarme de un guardia de seguridad viéndome con el ceño fruncido y avanzando directamente a mí.
—Lo que me faltaba, puta madre. —Miré como mis amigos aún no abandonaban en su totalidad la zona de embarcación.— ¡Pensándolo mejor, sí voy con ustedes! —Subí de un salto causando miradas atónitas y molestas del resto del público al ver semejante irresponsabilidad.
La balsa empezó a recorrer por las aguas, me abroché el cinturón de seguridad y suspiré agobiado al ver la cascada a la que nos acercabamos y, obviamente, nos mojaría. No sé si preocuparme por el agua o por el guardia.
—Sé que no es el mejor momento, pero el tipo de hace un rato me vio subir aquí.
—¡¿Y venirte con nosotros fue lo mejor que se te ocurrió?! —Exclamó Tails.
—Era el único lugar donde podíamos huir.
—A lo que Miles se refiere, pedazo de imbécil. Es que al parecer olvidaste el hecho de que todas las atracciones de este parque dan un viaje redondo... ¡El tipo sólo va a esperarnos en la entrada! —Gritó Shadow.
—Pe-Pero podemos arreglarlo, ¿no? Sólo le pagamos las entradas y quizá se olviden de esto. —Comentó Silver bastante nervioso.
—Nos gastamos el dinero en esta porquería. —Recordó Knuckles estirando su playera.
—Pues... Eh... Creo que este será el último juego al que subiremos hoy. —Sonreí alzando los hombros.
[...]
Amy.
Regresé a casa agotada por la sesión de fotos de hoy, la pareja era exigente y querían cada fotografía con completa perfección. Decidí desquitarme con Rouge y Blaze, quienes también salían apenas del trabajo.
Nos reunimos en el café esperando ver a Sonic tocar con sus hermanos, cuando llegamos nos topamos con la sorpresa de que se había atrasado por 10 minutos, sus hermanos y Scourge tuvieron que salir a tocar únicamente pistas con los coros de Sonia y Scourge.
—Parece que a Blue se le ha hecho tarde. —Acto seguido su celular comenzó a sonar.— ¡Argh!
—¿Quién es? —Interrogó Blaze dando un sorbo a su bebida.
—No lo sé, no tengo el número en mis contactos. Probablemente sea Knuckles, el amigo de Sonic. Lleva estos días siendo muy pesado en que salga con él. —Blaze por mientras le brindaba miradas pícaras y pervertidas.
Pasados unos escasos minutos, mi móvil comenzó a emitir el tono de llamada, noté que, al igual que Rouge, no tenía el número agendado, tomé mi celular y acepté la llamada.
—¿Quién habla?
—¡Hola Ames! So-Soy yo, Sonic. —Contestó con entusiasmo.
—¿Dónde estás? Te están esperando en tu trabajo.
—Am... Bueno, antes de eso, cielo... ¿Sabes que te quiero mucho? Te amo, te adoro, eres el amor de mi vida y-
—¿Estás borracho?
—¿Qué? ¡No!
—¿Entonces por qué tanta cursilería? ¿Dónde estás? —Suspiró.
—Te daré una pista. Es frío, tiene rejas y sólo tengo derecho a una llamada.
Escrito: 27/03/2018.
Publicado: 23/11/2018.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top