C A P Í T U L O 20
Rouge y su fiesta de cumpleaños.
Sonic.
Los días pasaron. Amy ya había entregado su proyecto, fue la más alta calificación. Me alegró el hecho de que hubiera incluido un par de fotos mías.
Las próximas salidas que tuve con Amy fueron acompañadas con nuestros amigos, era de esperarse que todos se comenzaran a llevar bien. Gracias a eso, Rouge nos invitó a su fiesta de cumpleaños, la haría hoy en un antro de la ciudad... Me invitó desde hace una semana y apenas hoy estoy preocupándome por qué regalo llevarle.
Silver:
—Oigan... Alguien tiene idea de que darle a Rouge? :v
Y por lo que veo no soy el único.
Knuckles:
—Noup
Tails:
—Ni idea. ¿Creen que se enfade si llevo gente de más? ¿A Cream?
Sonic:
—Nah, ni siquiera notará que habrá más gente de la que invitó.
—Pd: Yo tampoco tengo idea de qué mierda llevarle.
Knuckles:
—Retomando lo de Tails... Creen que se enfade si llevo gente de más? 5 putas? Ah, olvidaba que Sonic es casado y Tails tiene novia, mejor 3.
Silver:
—Pues yo no me enfadaría si mi cumpleaños terminara por convertirse en un burdel 7w7
Sonic:
—Si las llegan a contratar negaré el hecho de conocerlos.
Tails:
—×2
Silver:
—Ah claro, como ustedes sí traen algo de lonche >:'c
Knuckles:
—Y tú que dices Shadow? Sí te la encargo? ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Shadow:
—No. Yo no pienso ir.
Sonic:
—¿Por qué?
Shadow:
—Me da fiaca asistir.
Silver:
—¿?
Sonic:
—Que le da hueva.
—Anda, no creo que esté tan mal.
Shadow:
—No me interesa, no iré.
Sonic:
—¿Se te abre?
Knuckles:
—Creo que alguien no ha comprado despensa y le faltan huevos :v
Silver:
—Puto si no.
Shadow:
—Nos vemos a las 10:30.
¡Ja, ja, já! Misión cumplida. Nadie puede desistir al "Puto si no".
Bien, y ahora lo verdaderamente importante... ¿Qué le regalo? ¿Se dará cuenta si no llevo nada?
Sonic:
—Hey Ames! Necesito ayuda, ¿qué llevo de regalo a la fiesta?
Amy:
—Cualquier cosa que tenga que ver con joyería.
Sonic:
—¿No hay algo más barato? No lo sé, ¿chocolates?
Amy:
—¿Chocolates? Sólo se regalan cuando no tienes ni idea de los gustos de la cumpleañeraxd.
Eh... Bueno, he de admitir que eso es cierto.
Sonic:
—De acuerdo, de acuerdo, le cumpliré el capricho. Thanks, Amy.
Bloqueé el celular y revisé mi cartera. Todavía me quedaba algo de dinero aunque tendría que sacar más de lo que llevo ahorrado.
Apenas terminé de cargarla con el dinero que consideré vasto salí de casa con Sonia. Ella me ayudaría a escoger puesto que yo era pésimo en ello.
[...]
—¿Qué dices de ese collar? Está bonito. —Señaló a través del cristal del mostrador.
—No, tiene un corazón.
—Ah, cierto. No hay que enfurecer a Amy. —Rodé los ojos ante su burla.
—El de allá tiene varios adornos. —Opiné.
—¿Cuál? ¿Aquél? —Señaló el que dije.— Es bonito... Pero parece de señora. —Y... Mi sugerencia se fue a la mierda.— Mira éste. Le lucirá fenomenal con el color de su piel. —¡Sí! ¡Sí! ¡Lo que sea! ¡Pero ya quiero irme!
Compramos el collar, tuvimos la fortuna de que en el mismo lugar lo pudiesen arreglar y decorar con un moño sobre la caja. Claro, con un pequeño pago adicional.
Bien, ya tengo el regalo ahora... ¿Cómo me peinaré esta noche? ¿Qué ropa me combinará mejor? Tch, seguro que sólo yo soy el único estúpido divoso que le preocupa, Knuckles es tan sinvergüenza que no le importaría ir en ropa interior y pantuflas de conejito.
Caminé hasta la puerta de la salida del establecimiento. Sonia sólo me miró desde adentro ¿que no piensa salir?
—¿Sabes como irás vestido?
Justo en eso venía pensando. Si te apresuras a salir ¡quizá pueda llegar a debatirme mirando mi ropa en casa!
—La verdad es que no.
—¡Entonces ven! —Corrió hasta mí y me haló fuertemente del brazo.
Recorrimos tienda por tienda, ella me buscó cantidades inamedidas de ropa, ¡Chaos, pero si voy a un antro! No es necesario todo esto.
—Regresa al probador y ponte esto. —Me dio dos ganchos de ropa.
—¿No crees que estás exagerando?
—No vas a cualquier fiesta.
—Sonia, es en un antro y para colmo van mis amigos, no creo necesario escoger tanta ropa.
—Ajá, pero que no se te olvide que no sólo van los vagos de tus amigos, también va tu esposa. —La señorita de los probadores nos dieron una ficha con el número dos.
—No le digas así. —Protesté con mis mejillas calientes.
No me molesta, sin embargo, me hace sentir incómodo, lo siento como un paso muy lejano a lo que en realidad somos.
Ambos entramos al área de los probadores, yo entré a un pequeño cuarto cubierto por una cortina, Sonia me esperó afuera sentada en una pequeña banca.
Me puse las prendas sin brindar importancia a lo que posaba en mi cuerpo. Mi mente se encontraba más ocupada pensando en lo que había dicho mi hermana, tenía razón, no era cualquier fiesta. Era una donde Amy iría... Y esta vez no planeaba despertar en un hotel con algún documento en las manos.
Me miré en el espejo del reducido cuarto, mi vestimenta estaba conformada por una camisa de manga larga abotonada de un tono blanco y por encima un saco de color negro. Lo acompañaría con unos jeans de mezquilla. Salí de allí, Sonia me miró de arriba a abajo orgullosa del resultado.
—¡Soy fascinante! He transformado a una cosa espantosa como tú en un galán. ¿A qué soy increíble? —Reí.
—Lo admito, me ha gustado. No es ni muy formal ni muy casual, perfecto para esta noche. —Sonreí.
—Perfecto para Amy, querrás decir. —Soltó una carcajada, yo puse los ojos en blanco aunque terminé por soltar una risa.— Ahora cambíate, nos llevamos ese conjunto, no quiero que lo ensucies, al menos hasta que llegue la noche.
—Tranquila, ni siquiera mamá es tan estricta. —Me devolví al probador riendo.
[...]
Eran las 9:30 pm, no tenía mucho que había salido de la ducha, ya estaba completamente vestido para hoy. Me cepillé las púas, no lo consideraba como algo primordial pues siempre solían estar así, a pesar de ello decidí hacerlo para estar aún más presentable y ¿por qué no? Parecer más atractivo.
Me rocié la colonia que Rouge me había dado —O creo que me la llevé sin que se diera cuenta, ¿cuenta como robo?— el día de la cena con los padres de Amy. Quería llamar su atención hoy, tener su interés.
Amy... Hablando de ella.
Fui a la habitación de mi madre ella estaba, como usualmente lo hace, mirando el cielo mocturno desde la silla en su balcón. Tomé asiento a su lado, me miró sonriendo.
—¿Me veo bien? —Cuestioné viéndola.
—Todo un galán. —Sonreí con egocentrismo.— Se nota que eres hijo mío. —Reí.
—Quiero hablar contigo. —Volvió a mirar el firmamento.
—¿Sobre Amy? —Reí apenado, aquello le dio luz verde.— ¿Qué pasó ahora?
Platicábamos tanto de ella que ya le era imposible no adivinar.
—¿Crees que ella... Bueno... Pueda reconsiderar lo del divorcio? —Me miró estupefacta y una curva de oreja a oreja se formó en su rostro.
—¿Ya no quieres divorciarte?
—Es... Algo complicado. Creo que ella me empezó a gustar y no quisiera dejar de verla cuando se cumpla el año de matrimonio.
—No puedes creer estar enamorado, ¿lo estás o no? —Me quedé callado meditándolo.
—Estoy enamorado. —Sonrió emocionada.
—¿Entonces qué esperas? ¡Hazla cambiar de opinión! Esa chica te tiene que dar una oportunidad, Sonic The Hedgehog. —Reí por su apasionamiento.
—Bien, bien, lo intentaré. —Me paré de la silla.
—Nada de intentar, asegúrate. —Se levantó también. Me acomodó el cuello de la camisa.— Ten detalles con ella, hazla reír; si ella te corresponde con detalles por igual, significa que lo has logrado. —Me dio unas diminutas palmadas en el cachete derecho. Aquello me hizo reír.
Sin duda tengo a la mejor madre de todo Mobius. Me retiré de su habitación animado, caminé hasta casa de Shadow, afortunadamente me quedaba cerca. Me fui en su camioneta con Tails, Cream y claro, él. Knuckles y Silver llegarían en el nuevo auto de éste último.
Apenas llegar al lugar la calle estaba repleta de autos, había invitado a bastante gente. Estaciónamos donde pudimos y bajamos de la camioneta, noté el automóvil de Silver cerca del nuestro, ellos ya habían llegado.
—Mira Miles, tenemos algunas reglas cada que salimos. —Informó Shadow.— Número 1, en este caso somos tres, si dos de nosotros saca a bailar a dos chicas guapas, el tercero deberá de entretener a la gorda para que no moleste. —Cream tosió.— Ah, olvidé su noviazgo... En este caso sólo será entre tú —Me señaló.— Y yo, Tails es todo tuyo, Cream.
—Sonic está casado. —Recordó Tails. Shadow me miró confuso.— La vez pasada le dijiste que la respetara.
—¿Piensas hacerlo? —No respondí, sólo desvié la mirada y pasé mi brazo detrás de mi cabeza evadiendo la pregunta.— Regla número 2, si alguno de nosotros dos —Hizo énfasis en "dos".— está alcoholizado y por acostarse con.- —Lo interrumpí.
—Creo que hoy sólo hay que repasar la 3 y 4. —Indiqué de que en esta ocasión yo no obedecería ciertas reglas, pensaba pasarmela con Amy. Él agachó la mirada.— Regla número 3, si alguien se mete en problemas y necesitamos irnos, nos veremos en la camioneta, activen la alarma. Regla número 4, el conductor no puede tomar más de 3 copas. —Shadow no levantó su mirada del suelo. Tails se dio cuenta de ello.
—Yo puedo conducir si quieren. —Shadow soltó un suspiro en señal de aceptación. Aún sentía la atmósfera un tanto pesada.
—¿Quedó entendido? —Pregunté recibiendo una respuesta positiva de todos ellos.
Entramos, en el piso de arriba estaba lo que parecía ser una mesa destinada para los regalos. Subimos únicamente para dejarlos, puesto que la bodega parecía estar en el mismo piso había gente de seguridad pasando con frecuencia y cuidando que un borracho no se los llevara o rompiera.
La música ya había comenzado, Tails y Cream se separaron de nosotros rápido. Yo buscaba con la mirada a Amy, mas no la hallaba, en su lugar sólo veía a Shadow seguirme.
Rouge estaba en el centro de la pista con varias personas. Caminé con Shadow hasta ella, no tardó en percatarse.
—Vaya, si vinieron. —Me abrazó.
—Claro, feliz cumpleaños. —Correspondí, me separé. Ella abrazó a Shadow, reí pues sé que él no es muy expresivo.
—Sí, sí, feliz cumpleaños y eso. —Solté una carcajada.
—¿Y Amy? —Cuestioné.
—Aún no llega, querido.
—¿Y Knuckles y Silver?
—La última vez que los vi estaban en el área VIP, bebiendo en los sillones. —Señaló, era en el piso de arriba, más lejos de donde habíamos dejado los regalos.
—Bien, iré por algo de beber. —Di la vuelta.
—¿Y tú Shad? ¿No te quedas a bailar? —Puse atención en aquella propuesta.
—No. Yo también voy a la barra. —Rechazó.
Noté que hoy particularmente estaba más apegado a mí que de costumbre. A su vez, tenía una actitud más depresiva.
Me senté en una de las sillas, él se sentó a mi lado.
—¿Qué vas a querer, idiota? Yo invito esta vez. —Me extrañé.
—¿Qué tú qué? —Solté una risa.
—¿Quieres ordenar y dejar de cuestionar? —Rodé los ojos.
—Un whisky. —El barman pasó a mirar a Shadow.
—Lo mismo.
No tardó en servírnoslo, Shadow agitó su trago.
—¿Qué traes hoy? —Me miró.
—Nada. Ahora tómate esa cosa.
—No pienso hacerlo hasta que contestes.
—Ya te he contestado. —Estuvo a punto de empinarse el vaso, lo detuve del antebrazo.— Entonces iré con Knuckles y Silver.
—Ellos probablemente ya están tirándose a alguien. —Se quedó callado.
—Por eso mismo no quería venir. —Lo miré.— Nuestros días de salir de fiestas ya están por terminar, Tails tiene novia... Además él nunca sale con nosotros. —Señaló la pista de baile en la que ambos bailaban.— Tú estás casado y lamentablemente haces muy bien en respetarla. Las fiestas ya no están para burlarse de los demás, para provocar peleas, ahora supongo que en todas te la pasarás con Amy.
—Por favor, sólo es por esta ocasión. —Rodé los ojos.
—Ésta sólo es la primera vez, comenzó con un llevarla a jugar fútbol con nosotros. Ya la integraste a nuestro círculo.
—¿Y eso te molesta o qué?
—No, sólo digo que con ella dentro hará que nuestras salidas a fiestas ya no sean iguales. No son de mis cosas favoritas, pero al menos me divierto con el dolor y la vergüenza ajena.
—Aún quedan Knuckles y Silver.
—Muy estúpidos, piensan con la bragueta.
Ahora lo comprendía, él y yo solemos pasárnosla en las fiestas bromeando, era su amigo más cercano aunque él no lo aceptase. Se sentía reemplazado.
Me quedé callado, tenía razones para decir que "sus días de fiesta" estaban terminando. Tomó un largo trago de alcohol sin ni siquiera dirigirme la mirada.
—Y ¿por qué no mejor te nos unes? —Propuse. Él me vio atento.— Hay una chica coqueteándote desde hace la noche de la graduación y tú la rechazas. —Señalé con la mirada a la pista de baile, él miró hacia allá.
—¿Rouge? No, ella no.
—¿Y por qué no? ¿Prefieres quedarte solo aquí bebiendo o pasártela en la pista con tus amigos y chicas? Sería lo mismo, sólo que con más integrantes en nuestro "círculo". —Me miró no muy convencido.— El día que fuimos a jugar con ellas te vi a ti y a todos muy a gusto, son geniales, divertidas. —Miró su vaso.— Tienes que salir de tu zona de confort de vez en cuando.
Él miró detrás de mí, me causó extrañeza aquello. Sentí unas manos taparme los ojos. Puse mis manos sobre ellas intentando apartarlas pero no tuve éxito.
—¿Quién soy? —Preguntó a mi oído para poder oírla con el volumen de la música.
—Ames, suéltame. —Pedí riendo. Quitó sus manos de mi rostro. Se sentó a mi otro lado.
Shadow estaba dándole otro trago a su vaso. No volteó a verme para darme más intimidad con Amy.
Me alegraba de verla, sin embargo, sentía que aún tenía mucho por hablar con Shadow.
Le di la vuelta al asiento para poder quedar de frente con ella. Su vestido sólo tenía un tirante, era ajustado y de color coral. El lápiz labial que traía puesto hacía resaltar aún más sus labios carnosos, ¿para qué fue eso? ¿para tentarme acaso?
—¿Quieres? —Le ofrecí de mi trago.— Venga, aún no le he tomado. —Aceptó tomándolo con su mano, antes de llevárselo a sus labios me miró.
—¿No está adulterado, cierto?
—Eh... Pues no lo sé.
—No lo está. —Shadow intervino.
—¿Cómo sabes? —Preguntó. Él suspiró agobiado.
—Remoja la punta de tu dedo. —Tocó la superficie del whisky con la punta de su índice derecho. Tanto Amy como yo lo imitamos.— Úntalo en tu contrapalma. —Pasó repetidas veces la su dedo en su contrapalma izquierda. Seguimos el paso. Este cabrón debe de estar tomándonos el pelo.— Huélelo. —Amy lo hizo.
—Huele a alcohol. —Habló con obviedad.
—Agítalo. —Movió su mano de extremo a extremo, Ames lo imitó.— ¿Ahora a qué huele?
—No lo sé, huele distinto, parece cebada. —Miré a Shadow.
—Si siguiera oliendo a alcohol, está adulterado. —Lo miré con sorpresa. Amy le dio un trago, posteriormente yo hice lo mismo.
Tómamos dos tragos más, Shadow se mantuvo sin hablarme casi. Amy se levantó de la silla y me comenzó a halar levemente de la mano.
—Vamos a bailar. —Me sugirió... O mejor dicho me obligó. Suspiré para posteriormente hacerle caso.
Me incorporé y comencé a caminar con ella hacia la pista de baile. Me detuve antes de llegar.
—Dame un segundo.
Corrí hacia Shadow, él seguía sentado bebiendo.
—Buen truco, la impresionaste. —Volteó a verme.— Podrías intentar algo parecido con Rouge.
—No empieces con tus mierdas otra vez.
—¿Sabes? Tener a alguien con quien compartir el rato no es tan malo. —Enuncié viéndola esperándome a un paso de la pista de baile. Shadow la miró también. Un tipo se le acercó, le ofreció su mano para ir a la pista.
—¿Acaba de rechazar a ese sujeto? —¡Ay me emocioné! Ejem, no debo de parecer puberta frente a él si no quiero una burla por dos años.
—Síp. ¿Lo ves? Estar con una chica no es algo de lo que tienes que temer. —Me miró ofendido.— Si planteas golpearme que sea luego, tuve que hacer de todo para estar presentable para Amy, no me la cagues ahora. —Rodó los ojos aguantando sus impulsos de darme un golpe directo al rostro.— Dale una oportunidad a Rouge, quizá te sorprenda.
Me fui de ahí sin más, llegué con Amy y la tomé de la mano. La llevé al centro de la pista, cerca de donde estaba su amiga, esperaba que al termino del día Rouge le hiciese burla recordándole este momento conmigo.
Bailamos por un largo rato, desde aquellas canciones que seguían coreografías hasta aquellas que no tenía ni puta idea de como bailarlas.
Mis géneros favoritos implicaban saltar y moverse vigorosamente, sin embargo, mis preferidos ahora parecían ser todos aquellos que implicaran tenerla tomada de la mano y cerca de mi cuerpo.
Me la pasaba genial a su lado, llegamos a participar en una conga incluso, ¿qué importaba hacer el ridículo si era con ella?
Un ritmo funk y pop llegó a mis tímpanos.
—¿Sabes cómo bailar esto? —Reí.
—Para nada. —Negó contagiándose de mi risa.
—Yo tampoco tengo ni puta idea.
—En ese caso, veamos qué catástrofe pasa. —Sonrió seductora. Llevó sus manos a mis hombros, las mías fueron a su cintura.
Si ella se movía hacia atrás, yo iba hacia adelante, movía su cadera cada que daba un paso. Le di una vuelta. Apenas despegué mi vista de ella, a nuestro lado ya estaba Shadow bailando con Rouge.
—Mira eso. —Señalé. Ella los miró asombrada, aunque aquello pasó a ser una risa.
—¿Se puede saber qué le dijiste para que se animara a bailar con ella?
—Eres muy amiga suya, no pienso decirte nada. —Le saqué la lengua.
—¡No le diré! —Rogó.
—Para nada. —Reí acercándome más a su cuerpo.
El ritmo había cambiado, era algo mucho más movido, aunque a ninguno de nosotros parecía importarle ese hecho. Ambos nos habíamos perdido en la mirada del otro.
—Tienes una bonita sonrisa, también tus ojos. —Paró de bailar, sus manos seguían en mis hombros.— Me gustan.
—Lo noté con el tatuaje que me hiciste. —La hice reír. Me le acerqué aún más.— No sé lo que pienses de mí, no sé si sientas lo mismo o simplemente esté siendo rechazado, pero en esta noche... Estoy dispuesto a arriesgarme . —No respondió, sólo me miró confusa.
Me le acerqué aún más, apenas sentí el calor que su piel emanaba y el como su respiración chocaba con mi rostro, me lancé a sus labios.
Sus brazos pasaron a mi cuello, me correspondió al instante. Roce sus labios con los míos, era una rara y degustosa combinación. El alcohol previamente consumido más el sabor de su labial me hace desear que eso durara una eternidad. Mis labios se acoplaban a los suyos a la perfección, la felicidad me inundaba por dentro. No sabía el cómo reaccionaría apenas diéramos final al beso así que disfrutaría este momento lo más que pudiera.
Cada que ella quería parar a tomar aire yo volvía a acercarme, la acorralaba y atrapaba en mis labios, era inocente como una presa, la cual no tenía idea de que una vez que caía en la trampa, ya no había vuelta atrás.
Mientras todos bailaban, mientras todos tomaban, mientras todos permanecían en aquel panorama que ahora mismo me parecía el mismísimo infierno, yo podía disfrutar de probar sus labios y experimentar el cómo se movían al compás de los míos. El resto yacía en el infierno, un beso de ella me hacía viajar hasta el cielo.
Desgraciadamente, me separé de su cuerpo lentamente. El mundo parecía ir más lento, nuestras miradas volvían a conectarse.
Amy me abrazó.
—Nunca te rechazaría. —Correspondí levantándola del suelo con un abrazo. Giré mi cabeza buscando sus labios nuevamente, le robé un beso, esta vez fue corto.
Me pasé la noche acompañado de la música, caricias y sus deliciosos besos. Una vez que descubrías su sabor, era imposible parar, sólo avanzar. Estaba dispuesto a volver a retenerla en un flamante beso, pero ella sólo rozó con delicadeza mis labios, posteriormente se separó y movió mi cabeza en dirección de la cumpleañera.
—Creo que no somos los únicos que se la están pasando bien.
Miré sorprendido la escena. Rouge estaba besando a Shadow, sin embargo, él no se apartaba, en su lugar, parecía corresponderle.
—La única diferencia es que ellos no están para nada sobrios. —Rió.
Entrelacé sus dedos con los míos y junté nuestras frentes, adoraba el cómo su flequillo chocaba en mi piel. La besé de nuevo. Mordí uno de sus labios, eran suaves y carnosos, me enloquecían.
No obstante nos separamos, no porque quisiéramos un descanso o algo similar, yo me separé únicamente por la música de fondo. Sí, muy idiota, pero era Thunderstruck de AC/DC.
—Aaaah thunder! —Grité acompañando la música. Shadow también se libró de Rouge.
—Aaaah thunder! —Me acompañó, me causaba gracia el que su voz hubiese adoptado ese tono tan característico de un ebrio.
Amy.
Sentí mi teléfono vibrar, Sonic estaba ocupado cantando con Shadow, me marché a contestar al baño. Era mi madre y por lo que veía tenía ya 15 llamadas perdidas de ella.
Apenas llegué a los baños me percaté de que no sólo era una llamada de voz... Era una videollamada. Espero aún tener un look normal y no parecer una briaga de primera. Acepté la llamada. Ella tenía un semblante encólerado.
—¿Has visto la hora que es? —Miré la hora de la pantalla del móvil. Mierda, son las 3:18 am.— Habíamos quedado que a la 2:00 ya tenías que estar aquí.
—Mamá, por favor. —Rogué.— Me la estoy pasando increíble, déjame un rato más.
—¿Y cómo piensas regresar? Mira la hora que es, ¿qué tal sí te hacen algo de regreso? Y aún quieres venir más tarde.
Abrí la puerta del baño, hice que se alcanzara a ver la pista de baile y con ello, Sonic.
—Ya veré la forma de regresar, no me pasará nada. Él está más que contento, déjame quedarme por más tiempo, quiero hacerle compañía. —Mi madre me miró no muy convencida.
—Te quiero en casa a las 4. —Colgó. ¡Lo conseguí! Ni siquiera a papá le da esos permisos.
Guardé mi celular y caminé hasta Sonic, él seguía bailando muy animado con Shadow y Rouge.
—¡Pinky! ¿Dónde te metiste? —La escuché preguntarme con un tono particularmente gracioso, estaba borracha.
Reí. Posteriormente sentí a Sonic tomarme de la cintura y levantarme del suelo, me dio una vuelta y volvió a dejarme en el suelo. Me arrebató un beso y continuó bailando.
Noté un sabor a alcohol más reciente en sus labios, había bebido más mientras yo hablaba por teléfono, afortunadamente no a tal grado de quedar embriagado.
Ya no sólo éramos él y yo. Ahora nos acompañaban Shadow y Rouge, ambos ebrios pero muy alegres. Shadow comenzó a saltar con cada drop que sonaba.
—¿Él normalmente es así de encendido? —Pregunté, Sonic soltó una carcajada.
—No. —No sabía cuál era el motivo de que se animara a pasar a la pista, si era por lo que sea que le dijo Sonic, por Rouge o simplemente por el alcohol.
Estábamos en una etapa de la fiesta en la que la música de antaño comenzaba a sonar, desde hip-hop hasta Rock n' roll. Cuyo bailarín estrella parecía ser Shadow.
—Está borrachísimo. —Reí, él me dio su celular grabando.
—Sí, y está haciendo el ridículo. Es hora de aplicar la regla que rara vez utilizamos.
—¿Qué vas a hacer?
—Regla número 5, a un amigo ebrio nunca se le dejará hacer el ridículo solo. —Se lanzó al centro de la pista a bailar, solté una carcajada.
Nunca me los imaginé a ellos dos conviviendo así... Mucho menos bailando "Jailhouse Rock" de Elvis Preysler. Ambos eran todo un caso.
Al terminar su baile —O lo que sea que haya sido eso.— detuve la grabación del móvil de Sonic. Aprovechando miré la hora. ¡¿Qué?!
—¡¿Ya son las 4?! —Sonic me miró con confusión.
—¿Hay algo con eso?
—Mi madre me dijo que tengo que llegar justo ahora. —Agaché la mirada.— Bueno, tengo que irme, nos vemos otro día. —Le di un beso en la mejilla.
¡Ah! ¿Cómo es que él hace ver tan fácil robar un beso? Di media vuelta, él me tomó del brazo.
—¿Te vas a ir tú sola?
—Sí.
—Ya es muy tarde. No pienso dejarte ir así. —Era tierno, aún si tenía complejo de mamá y aliento a alcohol.— Te acompaño.
—Ni lo pienses. Vas a regresar solo.
—Sí pero a diferencia de ti, yo tengo velocidad sónica, no hay problema si alguien me quiere asaltar, ni siquiera me alcanzaría. —Comentó divertido.
No tuve de otra más que aceptar. Él me llevó corriendo hasta casa. Como era de costumbre él se quedó parado en el pequeño jardín delantero que tenemos mientras yo abría la puerta.
Descorrí el cerrojo y entré a mi casa, me despedí moviendo mi mano de lado a lado, él me sonrió y dio la vuelta. No, no me siento satisfecha con el resultado.
—Sonic. —Lo llamé antes de que se fuera.
Él volteó a verme, corrí hasta él y lo jalé de los laterales de su saco guiándolo hasta mis labios. Apesar de la sorpresa me correspondió al momento, llevó sus manos a mis brazos brindado caricias en éstos, rió por mi travesura sin despegar sus labios de los míos. Sólo escuchaba sus risas ahogadas por nuestros roces.
Me volvía loca su forma de besar, era obvio que había aprendido por medio de la experiencia, sin embargo, eso no me enfadaba. Sabía que había tenido relaciones anteriores a la mía, mas no podía reclamar nada; ahora lo tenía para mí sola.
Me separé de él, reí y acomodé su saco, lo había arrugado un poco.
—¿Vas a volver a la fiesta?
—Tengo que. Tails y Cream deben de estar hartos de esperar a Shadow. —Llevé mi vista hacia el suelo. Él se me acercó.— No estaré con ninguna chica más, por si te lo preguntabas. —Dijo a mi oído, yo sonreí como tonta por aquel detalle.— No olvides que a quién amo es a ti. —Susurró lentamente a mi oído. Me dio un beso en la frente y se separó.
Sonrió ampliamente y me guiñó el ojo. Posteriormente salió corriendo de regreso. Ese día entré a mi hogar increíblemente feliz. Ni yo me creo todo lo que acaba de pasar.
[...]
Sonic.
Busqué a Tails por toda la pista, no lo veía, ni siquiera en la barra de tragos. Por otro lado, Shadow seguía con Rouge. Decidí ir al piso de arriba a sentarme en los sillones de piel y acolchonados, para mi sorpresa ahí estaba él, se veía aburrido.
Y para mi doble sorpresa, en el sillón de al lado estaba Silver besándose con una chica... Holy shit! ¡La chica es Blaze!
Intenté ignorarlos aunque era casi imposible. Me senté al lado de Tails.
—¿Y Cream?
—La he pasado a dejar, ya estaba cansada. ¿Y Amy? —Me preguntó con el mismo tono. Reí.
—La he pasado a dejar también.
—Por lo que vi ustedes se dieron sus "gustitos" en la pista. Tienes los labios cubiertos de labial, parece que te los hubieses pintado. —Soltó una carcajada. Me desplomé en el sofá, mi cabeza quedó mirando el techo, tapé mi rostro con una de mis manos.
—Hermano, esta es la mejor fiesta a la que ido. —Rió.— ¿La viste no? Estaba hermosa con ese vestido. Y sus labios... ¡Uff! —Él soltó una carcajada.
—Recuerdo la vez que comencé a salir con Cream y se me salió algo así frente a ti, tú me dijiste puto.
—Sí, sí, ya sé adónde vas. ¿Quieres que lo repita?
—Por favor.
—Amy estaba hermosa con ese vestido. Y nada iguala a sus labios que.-
—¡Puto! —Casualmente la canción de Molotov del mismo nombre comenzó a sonar.
—Anda, disfrútalo. —Eran raras las ocasiones en las que él decía palabrotas. Tails era el amigo más sano de todos nosotros.
Me señalaba y pronunciaba juguetón cada vez que aquella maldición era nombrada en la canción.
Las personas que llegaban nos miraban raro. No los culpo, un tipo casi tirándose a una chica en un sillón y dos tipos en otro diciéndose maldiciones el uno al otro.
Al poco rato Blaze se tuvo que ir, Silver se unió a nuestra plática, sin embargo, ya tenía que retirarse por igual.
—Te ves ya algo cansado, ¿por qué no te vas a casa? —Abrí la conversación de nuevo.
—Se supone que yo voy a conducir.
—Ve a casa con Silver y Knuckles. Yo me quedo cuidando al idiota de Shadow. —Él me sonrió y se levantó del sofá.— Por cierto, conduce tú. Silver está un poco imbécil por los tragos y Knuckles, bueno, supongo que lo viste hace un rato.
—¿En la competencia de shots? —Cuestionó riendo.
—Exactamente. Ábrele la ventana, es capaz de vomitarte.
—Gracias por arruinarme el viaje. —Reí. Él se fue.
Me levanté del sillón y sólo me dediqué a observar a Shadow y Rouge desde arriba recargado en el barandal.
—Hola, oye. —Una chica tocó Mi hombro.— Mi amiga, la de allá. —Señaló detrás de ella, la chica se escondió con timidez.— Dice que le pareces súper guapo y quiere invitarte unos cuantos tragos. ¿Qué dices? —Me dio un codazo en señal de que aceptara. Su amiga se veía bastante joven.
—Tengo 25. —Informé intentando evitarlas de tal forma.
—No hay problema, ella ya cumplió los 18. Ya es legal. —Rió. Creo que no entendió la indirecta.
—Estoy casado y dudo que eso le agradaría a mi esposa. —Bromeé, su petición tampoco parecía tener una mala intención, pero no le rompería una promesa a Amy. Su rostro reflejó una sorpresa, rió disculpándose, me dio la espalda y se marchó.
Pensándolo bien, el "mi esposa" no me suena tan mal... Algo de incomodez, pero supongo que con el tiempo me acostumbraré.
Fui al piso de abajo, tuve que atravesar la pista. Shadow seguía besándola, Chaos ¿cómo mierda no se le entume la lengua o algo? Ya quiero irme.
Mi teléfono vibró.
Amy:
—¿Sigues ahí?
Tengo una idea.
Sonic:
—¿Esto responde tu pregunta?
-foto-
En la foto yo salía sonriendo y alzando el pulgar, era una selfie con Shadow y Rouge besándose de fondo. Me moví hasta quedar detrás de Rouge y le envíe otra foto, en ella yo hacía una mueca de sorpresa y me tapaba la boca con una mano, como fondo estaba el trasero de su amiga siendo agarrando por la mano del emo... Que ahora no sabía si continuar diciéndole así. Acompañé a la foto con un texto "¿Crees que deba irles a comprar unos condones?". Ella respondió con una siempre risa en mayúsculas.
Me pase todo el rato tomándome fotos graciosas y enviándoselas, incluso una en la que le pintaba la cara, a un tipo inconsciente que estaba en la barra.
Fue hasta las cinco y media cuando a Shadow se le ocurrió que era hora de irse. Yo lo ayudé a subir a su camioneta, lo puse en el asiento del copiloto y conduje hasta su casa.
Posteriormente volví a mi hogar, por supuesto, lo primero que hice fue sacar a Sonia de mi habitación.
Escrito: 30/12/2017.
Publicado: 02/08/2018.
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