C A P Í T U L O 17

Viaje.

Amy.

Joder, joder, joder. Se me hizo tarde, todavía necesito cambiarme, peinarme y desayunar. En estos momentos me encontraba duchándome y a su vez cepillándome los dientes.

Escuché el timbre de la casa. Que no sea él, que no sea él, ¡que no sea él!

—¡Hola, Sonic! Pasa. —Escuché a mi madre hablar desde la planta baja.— Siéntate, enseguida baja Amy.

¡Mierda! Sí es él.

—Sí, muchas gracias. —Oí su bellísima voz en el piso bajo.

¡Hay que bañarse rápido, Amy!

Sonic.

Su padre bajó las escaleras corriendo en pijama. Se sentó en el sillón frente a mí y comenzó a entablar conversación desbordando entusiasmo.

—¡¿Lo tienes?! —Reí por su comportamiento.

—Aquí está. —Le entregué un disco que había traído conmigo.— "Agitar antes de usar" tal como me lo pidió.

Aunque pudo haber conseguido exactamente lo mismo si lo hubiese descargado en una USB.

—¡Gracias, gracias! —Me abrazó inesperadamente. Aquello me extrañó y a su vez incomodó.— ¡Eres el mejor yerno que he tenido! —¿Yerno? O sea, sí pero... Pero en realidad ella y yo... Bueno.

Me soltó y se marchó corriendo a festejarlo con su esposa en el patio trasero. Reí por aquello.

Escuché a alguien toser a mi lado, volteé, un erizo ya de unos años muy notorios estaba mirándome con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo ¿y éste cuándo llegó aquí?

—Así que tú eres el tal Sanik.

—Eh, no... es Sonic.

—Sanik, Sonic, Sunic. Lo que sea, es lo mismo. No sé cómo lo has hecho, pero que sepas que a mí no me vas a poder comprar con tu educación o con tu música estúpida.

Y... Creo que ya encontré al familiar aburrido y tajante que ve conspiraciones en todo.

—¿Y usted es?

—Soy el tío de Amy, Alexander Rose. —Alexander Rose... Ese nombre me suena.

¿Algún vecino? No. ¿Maestro? Tampoco... ¿Dónde lo he escuchado?

Alguien en una ocasión me dijo algo de él, pero ¿quién fue? ¿Mis amigos? ¿Mis hermanos? ¿Mis padres?... ¡Mis padres! ¡Lo tengo! Ya me acordé.

—¿Usted no iba en la secundaria del centro de la ciudad? —Me miró alzando una ceja.

—¿Y tú cómo sabes eso? —¡Bingo!

—Era compañero de mi mamá, no tiene mucho que estábamos viendo un álbum de fotos, ¿usted es el que sale haciéndole cuernos a la maestra en la foto de generación, verdad?

—¡Sí! ¡Ja, já! Qué buenos tiempos. —Creo que ya di en el clavo.— ¿Quién es tu madre?

—Aleena The Hedgehog.

Qué conveniente.

Amy.

Apenas terminé bajé con mi maleta las escaleras. De seguro tardé mucho, él ya se debió de haber aburrido de esperarme.

Pensé en la probabilidad de que él se hubiese ido pero aquello quedó descartado al verlo platicando y riendo con mi tío, sí, el tipo que ayer estaba comportándose como un total  obstinado, aferrándose a la idea de que Sonic era un fracasado.

Ambos me miraron.

—Oh, ¿ya se van? —Preguntó mi tío, pidiendo a gritos indirectos que Sonic se quedara para continuar con su charla.

—Sí, nos vamos desde temprano. —Afirmé.— Iré a despedirme de mis padres.

Él me quitó de las manos mi maleta, sonrió y comenzó a caminar hacia su auto para dejarlas en los asientos de atrás. Mi tío caminó tras de él siguiéndole hablando.

Me paré en el marco de la puerta que da al jardín mis padres estaban allí besándose aunque en cuanto me vieron se alejaron.

—¿Ya? —Cuestionó mi padre, yo asentí con la cabeza.

Ambos caminaron hacia mí y me abrazaron fuertemente.

—Ten mucho cuidado, Amy.

—Sí mamá.

—Espero vuelvas con buenas fotos. —Animó mi padre despeinándome mi flequillo.

Sonreí, ellos me siguieron hasta la puerta de la sala. Mi tío estaba conversando con Sonic afuera. Éste último recargado en el auto, volteó a verme y posteriormente me abrió la puerta. Me despedí de mi tío y entré. Sonic se despidió de todos ellos con una sonrisa y un movimiento con su mano derecha, para luego subir al automóvil en el asiento del conductor.

Arrancó, yo seguí despidiéndome de ellos a través de la ventana.

[...]

Apenas entrar a carretera el decidió desmontar el techo del auto, me impresionó el hecho de que tratándose de un auto clásico, él no lo hiciera a mano.

—¿Clásico y automático? —Interrogué riendo.

—Sí, bueno, un pequeño favor que me hizo Tails. —Bajó su cristal para quedar completamente descubierta la zona superior, yo hice lo mismo.— Si te soy sincero no sé si esto tenga que reportarlo para legalizar las nuevas piezas.

—¿O sea que esto puede ser ilegal?

—Meh, 50/50. —Reí por su despreocupación.

El camino fue genial, nos gastábamos bromas entre ambos, cantábamos música que tenía en su estéreo, él se divertía frenando de repente en las zonas despejadas de autos —Por supuesto, él solamente, yo terminaba estambada contra el parabrisas mientras él reía.—

—Amy, mira eso. —Señaló hacia adelante.— Las nubes están tocando el suelo de la carretera.

Unos metros más adelante una nube había tocado el suelo, detrás de ella a podían vislumbrar los cerros sobrepoblados de flora y el sol junto con el cielo azul adornaban el fondo.

—¡¿Dónde está mi cámara?! —Me colé entre los dos asientos delanteros intentando alcanzar mi maleta.

Sí, sé que mi trasero está quedando al lado de Sonic y le mostraría importancia... ¡Pero necesito mi puta cámara!

Después de mucho batallar para sacarla de la maleta la tuve entre mis manos y volví al asiento del copiloto. Encendí la cámara, ajusté el lente, él bajó la velocidad, y tomé la foto parándome y recargando mis antebrazos en el parabrisas.

Le eché un vistazo a la foto desde la pantalla para asegurarme de que no se movió o algo por el estilo. Estaba increíble.

Bajé y me senté, valga la redundancia, en el asiento.

—¿La tomaste?

—¡Sí!

—Entonces prepárate para tocar una nube. —Aceleró entrando en aquella niebla.

Él sacó una de sus manos del auto yo hice lo mismo con ambos brazos. La música animada del estéreo y la situación me hacía sonreír, lo mismo para su caso.

Salimos de aquella niebla, lo miré de reojo, se veía tan guapo cuando sonreía. Definitivamente esto era mejor que simplemente viajar en un autobús.

Al cabo de una hora él tomó una desviación, siguió tomando más y más desviaciones, creí que nos habíamos perdido hasta que topamos con una zona cubierta de pasto corto.

Intercambíamos miradas, yo estaba confusa mientras que Sonic observaba el panorama con alegría.

—Vamos, hay algo que quiero que veas, lleva la cámara. —Salió del auto, yo lo seguí.

—¿No deberías de cerrar el auto?

—Tranquila, aquí nadie se lo va a robar. —Me tomó de la mano comenzando a llevarme caminando, luego trotando y finalmente comenzó a correr a un ritmo en el que yo le siguiera el paso.

Caminamos pasando varios desniveles, algunas zonas con pastizales altos, otros con flores. Llegamos a un barranco, él comenzó a acercarse al borde aún tomándome de la mano, yo ponía resistencia.

—No creo que sea muy seguro acercarse tanto, Sonic. —Rodó los ojos.— ¡Sonic! —Exclamé al sentir que tiró bruscamente de mi mano, quedé a su lado, es decir, extremadamente cerca del abismo. Cerré los ojos por miedo.

—Abre los ojos, te vas a llevar una sorpresa.

—El que digas eso no me tranquiliza. —Respondí aún con los ojos cerrados y aferrándome a su cuerpo.

—No pasa nada, abre los ojos. —Me sujetó por la cintura.

Abrí los ojos con suma lentitud.

—Wow... —Pronuncié al mirar el paisaje.

El paisaje consistía en un par de cascadas, una pequeña y otra gigantesca, ambas conectaban en el mismo lago y posteriormente desembocaba en bifurcaciones transformadas en ríos. A sus lados habían árboles y flores con una predominancia de un color morado en ellas.

Tomé una foto desde allí. Era increíble.

—¿Quieres tomarla más de cerca? —Interrogó con un tono coqueto.— Agárrate fuerte. —Me cargó posicionando una de sus manos en mi espalda y otra en las piernas. Yo enlacé mis brazos en su cuello, sujetando la correa de la cámara con una de mis manos.

Él comenzó a correr por el terreno, cada vez bajábamos más la altura, agradezco que no hiciera la locura de saltar desde ese barranco, conociéndolo no se me haría raro.

Me bajó de sus brazos, habíamos llegado a exactamente el lugar que mi cámara enfocó. Sentía las gotas de agua dulce salpicarme a causa de la caida. Comencé mi sesión de fotos, algunas del sitio, otras de los animales que habitaban ahí... Y en otras tantas Sonic admirando el paisaje. Me encantaba cada pose que hacía inconscientemente, sin duda, tomarle fotos sin que se percatara era lo mejor.

Después de que dejara de prestarle atención a mi cámara, me percaté de que él estaba preparándose para saltar todo lo ancho del pequeño lago. Tomó vuelo y saltó, llegó hasta el otro lado sin problema alguno.

—Nada mal. —Aplaudí. Él rió por aquella acción, era muy risueño.

—¿Quieres que lo repita? —Articuló egocentrista. Tomó carrera y saltó nuevamente.

Aunque creo que olvidó que en las orillas del río está húmedo y resbaladizo. Cayó al agua, yo me eché a reír. Él emergió poco después, no era muy profundo.

—Creo que no debiste haber alardeado. —Seguí riendo. Con su palma impactó el agua, salpicándome de tal modo.— ¡Hey!

—Creo que no debiste de haber reído. —Soltó una carcajada.

—¡Me las vas a pagar Hedgehog!

Me quité la correa de la cámara del cuello y dejé a la misma cerca de un árbol.

Me miró confuso por aquello, desamarré mis púas e hice algo que probablemente luego me arrepentiría, saltar al agua con él.

Comencé una guerra entre Sonic y yo, golpeaba el agua en su dirección salpicándolo, el respondía de igual modo. Paramos a los pocos minutos, justo cuando yo ya me había cansado, el agua crea más resistencia, por lo tanto es más difícil moverse en ella.

—¿Te has cansado tan rápido?

—Para ti es fácil decirlo, eres una cosa rara que corre rompiendo la barrera del sonido. —Bromeé. Él rió. Comencé a nadar hacia el centro, donde se comenzaba a hacer más hondo, lo volteé a ver, él seguía en la orilla.— ¿No vienes?

—No, yo... Yo no sé nadar. —Regresé hasta él.

—Entonces hoy aprenderás. —Lo tomé de las manos para que viniese conmigo.

—No, no, yo no quiero aprender. —Intentó retirar sus manos e irse.

—Yo tampoco quería acercarme al puto borde de un barranco. —Comenté con gracia.— Ahora ven aquí. —Suspiró al ver que no tenía de otra más que hacerme caso.— Vamos a empezar enseñándote flotación. Mantén el aire en los pulmones, respira profundo y relájate. —Lo tomé de la espalda para ayudarlo a recostarse.

A pesar de que no estaba muy convencido accedió a confiar en mí, se recostó en el agua.

—Te recuerdo que tú me diste una charla larguísima sobre las partes de la guitarra, que la guitarra eso, que la guitarra aquello. Ahora es mi turno de enseñarte teoría. —Rió. Yo me recosté a su lado.— Mientras más grasa tenga tu cuerpo más fácil será flotar-.

—¿O sea que mientras más rellenito esté más difícil me hundo? Ah, eso explica porque DiCaprio se hundió como roca. —Solté una carcajada.

—En realidad...

—¡Shh! No arruines mi chiste, ya es lo suficiente malo.

[...]

Entré al auto ya con un cambio de ropa, la que me había puesto ahora estaba empapada. Esperé a Sonic en el auto, él también tuvo que irse a cambiar en algún zona cubierta por la vegetación. Accedí a las fotos desde mi cámara, la mayoría me habían gustado aunque al imprimirlas tendría que decidirme cuál poner.

Una de las que más me había encantado, es cuando después de haber salido del agua, con el cielo ya más ennegrecido tomé una foto desde un ángulo bajo. Él no se percató, suele ser un tanto despistado.

Escuché pisadas, era Sonic, entró al auto y suspiró.

—Creo que tendré que desviarme un poco de la ruta, hay que buscar un lugar donde hospedarnos.

—¿Por qué no mejor dormimos en el auto por esta noche? Mañana ya podemos buscar un hotel pero-. —Me miró extrañado.— O no, olvídalo, creo que fue una pésima idea, es sólo que no quería que nos desviáramos tanto buscando un-. —Me interrumpió.

—No es mala idea. —Lo observé.— Aún tenemos un poco de tiempo, ¿Te parece si pasamos a comer algo en algún lugar sobre carretera? —Accedí.

Encendió el motor, comenzamos a avanzar, me la había pasado genial con él este día, y apenas era el primero.

[...]

Después de ir a cenar, condujo por carretera, estacionó a un costado de la misma, seguía habiendo mucha vegetación. Creo que sería ahí donde pasaríamos la noche y qué bien, porque yo ya estaba a punto de dormirme.

Sonic.

Luego de un rato de meditación me di cuenta que mi acompañante ya se encontraba bajo dominio de Morfeo.

Debía admitir que era preciosa y cuando dormía se mostraba tan serena y relajada. Noté que dormía con una sonrisa de oreja a oreja. Recosté su asiento para que pudiese acomodarse mejor. Yo aún no tenía sueño, salí del auto, abrí la puerta trasera, saqué una libreta y un lapicero de mi maleta. Los traje por si la inspiración llegaba en estos días y vaya que no fue un error.

Me subí al cofre del auto y recargué mi espalda en el parabrisas. Coloqué una de mis piernas flexionadas frente a mí, me apoyé ahí para escribir.

Aquello de intentar enseñarme a nadar me había dado una idea. Yo estaba estresado y preocupado por hundirme y ahogarme a consecuencia de no saber nadar, tengo ese trauma desde que soy pequeño. Sin embargo, Amy me enseñó que para no caer en esa ansiedad es mejor relajarse e ir con la corriente. La canción tendrá el mismo contexto, pero reflejado en la sociedad, mientras ellos entran en pánico ¿por qué no mejor ignorarlos e irme con las olas? Creo que tengo el nombre perfecto.

—Hombre al agua. —Pronuncié escribiéndolo como título.

Notaba como a medida que el tiempo pasaba, el lugar se hacía más estrellado, la Luna brillaba cada vez más y el rostro de ella me parecía más y más hermoso. Creo que debo empezarme a preocupar, ya había tenido una charla así con Tails.

—¿Qué hay entre Amy y tú? Digo, ya sé lo del certificado y eso, pero ¿emocionalmente qué hay? —Cuestionó mi amigo.

—Amistad.

—¿Sólo eso?

—¿Por qué debería de haber algo más?

—No estás enamorado de ella, eso lo doy por hecho, pero estás en la fase de atracción.

—¿Y tú por qué mierda deduces eso?

—¿Se te hace atractiva?

—Se me hace gorda. —Bromeé.

—¡Sonic, sé serio por Chaos!

—Bien, bien, tranquilo. —Tomé aire.— Sí, es muy bonita, ya lo dije, ¿y ahora qué?

—¿Te la, coloquialmente dicho, tirarías si surgiera la oportunidad? —Me quedé callado.— ¡Lo dudaste! —Rodé los ojos.— Por ahora sólo te parece "bonita" pero si siguen conviviendo así, no dudo en que vas a contradecirte cuando dices que no sientes nada por ella.

Amy es comprensible y un tanto —Demasiado.— juguetona y bulliciosa. Cada vez voy reconociendo e identificando más cualidades y más defectos; cada vez comienzo a compartir sus gustos y pasiones; cada vez disfruto aún más de su compañía.

Estoy en aprietos.

Escrito: 25/12/2017.
Publicado: 08/07/2018.

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