C A P Í T U L O 14
Fotografía.
Amy.
-¿Y entonces ya se llevan bien?
-Eso creo. -Respondió con duda.- La verdad no me ha quedado claro.
Seguimos caminando por aquel camino de tierra, césped y hojas caídas de los árboles.
-¿Y bien?
-¿Y bien qué?
-¿Tú y tu padre se han puesto de acuerdo para hacerme llegar aquí?
-Ah, eso. No del todo, yo estaba cerca de aquí y ya que tú no tenías nada planeado pensé que dar una vuelta a un parque sería buena idea. -Asintió.- Y en cuanto a mi padre, pues... Sólo le dije que no te pusiera incómodo y que no te retrasara tanto, no imaginé que te daría la dirección y vendrían ambos hasta acá.
-¿Y cómo ha hecho él para volver?
-Existe el uber, los autobuses, los taxis y muchos medios de transporte, Sonic. -Me burlé de él, aún si sabía que aquello era más que obvio.- Suele ser alguien muy tacaño, así que para que haya gastado en llegar a casa teniendo como opción nunca haber salido de ella, yo creo que le caes bien.
-Es una buena noticia. -Sonrió mirando el suelo y colocando sus manos detrás de su cabeza.
Llegamos hasta la zona de los juegos para niños, no había nadie, sólo habían 3 columpios. Uno de los columpios era una llanta gigantesca amarrada de sus costados a modo de dejarla de manera horizontal, los otros dos eran columpios tradicionales, los cuales se conformaban por una superficie plana sujetada por cadenas en ambos extremos.
-No sé qué planeas hacer tú, pero yo voy a subirme. -Corrí hasta uno de los columpios normales y comencé a impulsarme aprovechando que no hubiera infante que lo ocupase.
-Y decías que tu padre y yo éramos niños. -Pronunció al verme columpiarme alegremente.
-Hay otro por si quieres subirte. -Bromeé.
Aunque él se hiciera del rogar, terminó por aceptar y subir al columpio de mi lado izquierdo. Comenzó a columpiarse hasta ir a mi ritmo.
No obstante, un estrepitoso ruido recorrió mi oído, el columpio estaba en mal estado, lo que lo llevó a romperse y tirar a Sonic estando en la parte más alta del trayecto. Bajé rápidamente de mi columpio, él seguía en el suelo.
-¡Ja, ja, ja, ja, já! -Reí a carcajadas.- Te juro que en cuanto te vi salir volando del columpio en mi mente comenzó a sonar Shooting stars. -Me miró de mala gana.- ¿L-La conoces? Es la de los memes, Titiri titiritiri ¿No-No te suena? -Siguió sin reír, incluso se volteó, aún si en esa posición sólo alcanzaba a mirar el suelo.- Ay, qué amargado eres. -Me acerqué a él.- ¿Estás bien? -No respondió.- ¿En verdad te has enojado por eso?
Y ¡Fum! Ahora tenía la cara llena de hojas. Algunas quedaron enredadas en mis púas y un par en mi boca, las escupí por supuesto.
-Entre tú y una libreta, ¿qué tiene más hojas? -Rió levantándose del piso. Había aprovechado estar a ras de suelo para tomar dos puñados de hojas y arrojármelas.
No me quedé atrás y lo hice caer a un montón de hojas, quedé sobre de él algo que llevó a teñir sus mejillas de un color rojizo. Reí por su reacción, cuando por fin pudo asimilarlo, me tomó por las mangas de mi suéter y tiró de ellas para dejarme caer en a su lado, empujando más hojas secas hacia mí.
Logró pararse del suelo, me ayudó a levantarme y por supuesto no perdí la oportunidad para retomar el juego y llenar de hojas sus prendas. Así aquello se transformó en una persecución, él corría de mí y de vez en cuando se defendía golpeando las ramas de los árboles con el fin de hacer caer las hojas ya sueltas o a punto de.
[...]
-Ya me he cansado. -Recargué mi mano derecha en el tronco de un árbol. Él paró y me miró extrañado.- Si planeas vengarte hazlo rápido. -Sonic no se lo pensó dos veces y me arrojó dos puñados de hojas desde arriba de mi cabeza.- Lo veía venir. -Rió.
Él miró hacia el columpio conformado por una llanta, posteriormente se giró hacia mí y movió su cabeza en señal de que lo siguiera. Yo exhausta lo hice.
Se subió de un salto, sus brazos, hombros, piernas y parte de la espalda quedaron sobre la llanta mientras que su espalda baja y cadera en el hueco que aquella formaba.
-¿Te vas a quedar ahí viéndome? -Preguntó egocéntrico. Yo reí levemente y me acomodé a su lado.
-¿Seguro qué esto nos aguanta a ambos?
-El hecho de que me haya caído del columpio de allá ha sido porque la cadena ya se encontraba en mal estado, no estoy gordo, apenas y alcanzo los 35 kilogramos. -Aquejó el señor diva.
Nos limitamos a observar el cielo y mecernos. Él respiraba lento y sereno al ver el firmamento.
-¿En qué piensas? -Cuestionó tomándome por sorpresa.
-Eh... En nada en sí, yo sólo-.
-¿No te provoca nada el que el cielo esté así? No es soleado pero tampoco nublado, es el punto medio y con distintas tonalidades. -Creo que se ha puesto filosófico.
-Lo único que me provoca es tomar una foto, no siempre se consigue una toma así.
-¿Y por qué no lo haces? -Preguntó sin dejar de verlo.
-Es que... -Pausé.- Quiero que salgas en la foto. -Abrió un poco más de lo normal los ojos, no demasiado. Me miró y alzó ambas cejas dándome a entender que lo autorizaba.- Perfecto, tú sólo quédate aquí.
Bajé del columpio rápidamente y de mi mochila saqué mi cámara fotográfica, la misma que ocupo para mis estudios. Enfoqué e hice unas modificaciones en el lente, me posicioné en el suelo y le indiqué que hacer.
-¿Puedes pasar tus brazos detrás de tu cabeza? Tienes que simular estar relajado. -Obedeció.- Así está bien. -Tomé la foto y sonreí al ver mi resultado en la pantalla.
La fotografía había sido tomada casi a la altura del suelo, me encargué de que el ángulo hiciese que tanto los árboles como la llanta y Sonic se viesen en contraluz, de modo que pareciera sólo su silueta, por otro lado, el cielo destacaba aquellas tonalidades de rojizos y morados.
Me dirigí a él y volví a colocarme a su lado, le mostré la foto, sonrió y me felicitó por la calidad.
-Ahora es tu turno. ¿En qué piensas tú?
-En todo lo que ocasionó una simple salida con mis amigos y mucho alcohol. La verdad es que tampoco es tan malo estar casado contigo, por más raro que suene y se sienta decirlo. -Rió. No respondí.- Perdona si te incomodé.
-N-No, no me has incomodado, quiero decir, sólo me has puesto un poco nerviosa.
-¿Te pongo nerviosa? -Me miró arqueando una ceja. ¡Ah!
-S-Sí, pero, pero no de ese modo, o sea, yo, me refiero a que, bueno... Olvídalo. -Soltó una carcajada.- Sólo quería decirte que también me la pasó bien contigo, eres divertido. -No contestó, sin embargo, fue muy notoria su alegría al sonreír y marcar ese singular hoyuelo en su mejilla.- ¿Sabes? Mis amigas me molestan contigo.
-Al menos no soy el único. -¿A él también? No podía determinar con exactitud el porqué esa simpleza de frase hizo que en mi interior se formara una diminuta sensación de alegría.
-¿Y eso no te desagrada?
-Pueees... No del todo, tampoco es que me guste que lo hagan pero no llega a hacerme estallar en cólera. ¿Entiendes, no? -Confesó de forma tímida.- Hablando de ellos, ¿estás disponible pasado mañana? Iremos a echar un partidito, puedes invitar a tus amigas si quieres.
-No suena mal. Pero no pienso jugar contra ti, no se me ha olvidado que eras el capitán del equipo de fútbol en uno de los equipos más sobresalientes. Me niego a sufrir tal humillación. -Bajó de la llanta acompañado de una carcajada.
-Podemos tener un partido de básquet tú y yo después, ¿qué dices? Así ya estaremos a mano. -Me incorporé sonriendo.
-Creo que tenemos un trato.
-Permítame estrechar su mano de poeta a poeta. -Estiró su extremidad derecha.
-¿Eso no es un meme? -La tomé riendo.
-Knuckles me ha pegado la costumbre.
Pasamos todo el día juntos como ya se nos comenzaba a hacer hábito, ese día llegué feliz a mi casa, mi padre ya estaba allí cenando con mamá, no se les notaba ni una pizca de molestia, tal parece que a Sonic le había ido bien en la charla con él.
Me lancé a mi cama cansada por el día de hoy y me dediqué a mirar la foto que le había tomado.
Sin darme cuenta, su personalidad extrovertida comenzaba a gustarme. Antes de que me percatara, aquella chispa en sus ojos me hacía enamorarme lentamente.
Escrito: 18/12/2017.
Publicado: 17/06/2018.
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