capitulo 5
Muy pequeña pero pequeñísima fue la sorpresa en los ojos azules del Esper, pero así de repentinamente como apareció así también se fue al instante en que vió a Azael, bajando las escaleras mientras su atención estába únicamente en colocar sus dos armás en su cinturón a cada lado de su cintura.
-... ¿Qué?-Sentí un repentino escalofrío y ahora me doy cuenta que se debía a este hombre.-¿Extraño?
Ese traje de combate y botas negras al estilo militar le quedaba como anillo al dedo, no había parte de su cuerpo que no resalte empezando por sus firmes y tan marcadas caderas, sexis piernas.
-Siempre te vez extraño.-Dio la medía vuelta.-Solo darte prisa que mi padre nos está esperando.
En realidad, Caín no esperaba que Azael bajará vestiendo de esa manera por eso se sorprendió al verlo porque, el Azael que el conocía prefiriria llevar cualquier otra ropa que lo hiciera ver bien antes de ir vestido con ropa de combate.
-No vayas tan rápido.-Se fue tan rápido que ni siquiera me permitió admirar su cuerpo. Sin embargo, se me compensa al permitirme ver su parte trasera... Es tan destructiva.
Caín sintió un ligero escalofrío y no es para menos si Azael se lo está saboreando con la mirada, solo que el Esper entiende de diferente manera ese escalofrío, como por ejemplo; que Azael está tramando algo que los podría perjudicar a él y a su padre.
-Ya estamos aquí.-Entran los dos auto.
-Bien, podemos irnos ya.-Le indica al chófer.
Ya en el interior y el parte de trás del auto la mirada del guía se fue a la persona junto a él, observando minuciosamente los sobresalientes musculos marcados sobre la ropa de Caín.
El de ojos azules intensos al percatarse rápidamente de la mirada penetrante fija en su cuerpo, ese sentimiento de sentirse desnudó es la primera vez que lo experimenta y no le agradó para nada más viniendo de Azael.
‹¡Vaya, que hombre para verse tan malditamente caliente en momentos como estos! Ni cuando estaba enmedio de un rescaté o pagando un incendio no sentí tal calor, en cambio de solo ver a Caín mi nariz podría empezar a sangrar. No se si nos estamos dirigiendo al campo de batalla o alguna pasarela de modelaje, seción de fotos.›
Azael quería llevar su mirada a otro lado pero no podía hacerlo no con el porte que se carga y esa masculina que exuda Caín, vistiendo con esas prendas de combate negras, pegadas a su cuerpo. Pero, lo que le causa picazón en la nariz es el arnes cruzado en su espalda y en sus torneados brazos.
‹¿A quién culpo que un cuerpo como ese tenga un cerebro como el de Caín... Si tan solo fuera algo descarado y me dijera que tengo que cumplir con mi papel de esposa en la cama presupuesto, eso sería fenomenal como en otras novelas. Pero, no. Me tocó un esposo que me quiere matar y no es mi culpa sino que del anterior Azael.› El guía no quiere que alguien más llegué a lograr lo que él está lejos de obtener, ser sostenido por Caín.
Azael desdé que despertó en este mundo empezó ver la vida de diferente manera, piensa que el amor ya no es tan necesario para disfrutar los placeres de la vida más cuándo se trata de los carnales. Por esperar ese amor tan sincero y genuino cómo el de sus compañeros con sus esposas, perdió mucho tiempo en su anterior vida.
por ello su mente y pensamientos han cambiado y si va ha perder su castidad entonces quiere que ese hombre sea Caín, sin importar cuan podrido este por dentro. De alguna manera cuando leía la novela nunca se sintió atraído por los protagonistas, era Caín el que llamaba su atención asi fuera un completo bastador.
Quizás sigue sin dárse cuenta que le atraen los hombres con personalidad déspota, esos que se les considera banderas rojas o negras. O, Azael solo está loco por experimentar los placeres que no a podía disfrutar en sus no tan largos años de vida.
-¿Quieres que te saque los ojos?-Preguntó muy cerca del oído de Azael, estremeciendo al ya nombrado. No se esperaba ese atrevido movimiento y mucho menos viniendo de Caín que lo sabe mirar como una peste.
-¿Te gustan tanto y por ello los quieres coleccionar?-Ligeramente y coquetamente mueve sus largas pestañas, viendo en todo momento esos ojos azules.
Azael no esperaba obtener ninguna reacción de Caín cuando ya sabe cómo es, sin embargo, fue casi imposible de detectar pero se percató de ese ligero desconcierto en esos ojos azules.
-Son los ojos más feos que haya visto.
‹En ese instante no ví mal, sus ojos si tienen esos pétalos dispersos alrededor de su iris, formando una flor. ¿Eso no estaba ahí anteriormente?›
Ambos hablan entre susurros y entré risas rígidas para no alterar al señor Long, ese que de vez en cuando mira hacia atrás para ver que tal se están llevando ellos dos. Y él también iba bien equipado con ese traje de combate.
-Son demasiado feos por eso quiero sacarlos...
-Lo siendo por ti porque tendrás que seguir viéndolos por mucho tiempo.-Lleva sus manos a los hombros de Caín.-Sería un desperdicio el no poder mirar lo que es agradable para la vista.-Sin intención de disimular ni un poco observó de arriba a bajo el cuerpo de Caín.
-Si que eres atrevido.-Susurró entre dientes mientras agarra con fuerza las manos de Azael.-¿Se te olvida a dónde nos estamos dirigiendo?-Recuerda.-En ese lugar ocurren accidentes con mucha frecuencia.
-Ya lo dijiste.-Se libera del agarre.-Los accidentes pasan.-Sonríe ampliamente, alejándose de Caín mientras observa fuera de la ventana por lo que no vió la extraña mirada en el Espers.
A una gran velocidad manejaba el chofer de la familia Long, era tan hábil que inclusive parecía corredor profesional en la pista de carrera, yendo de diferente carril sin rozarse con otro auto. Se le había ordenado estrictamente llegar antes que la familia Bianchi a la cede de la asociación, manejada por gente del gobierno.
‹Es bueno ser millonario y tener tal poder que con solo ver el logo en el auto de los Long, los demás conductores despejan o ceden el paso sin refutar. Ese gesto me hace recordar mi trabajo en mi vida anterior, conduciendo como loco al grado de asustar a mis compañeros que rara vez me permitía conducir por eso mismo..› Sin embargo, lo que le pareció raro a Azael es la calma de todos en esa basta carretera.
No había nada de ese tráfico que esperaba ver cuándo subieron al auto a toda prisa, y nadie estaba tratando de correr por su vida por lo que pensó en dos motivos para explicar tal acción, primero; ya fueron entrenados de como reaccionar en momentos como estos, segundo motivo y el último el más probable es que; la alerta únicamente se envía a los despertados, altos mandos y ejecutivos como Ceos de respectivas empresas.
-Azael.-Desde el asiento de enfrente Angelo llamo la atención del guía.
‹La verdad que estoy sorprendido al verlo tan relajado o solo está fingiendo no estar asustado para no preocuparnos, si es así entonces eso quiere decir que él a empezado a madurar. Lo cual es muy bueno porque a donde nos estamos dirigiendo no es el parque de atracciones, es un lugar cruel y donde caminas sobre cadáveres.›
Sus ojos se oscurecieron al recordar ese hecho que nunca podrá olvidar, sobré todo la impotencia de no haber podido salvar a lo que había jurado proteger, su esposa e hija.
-¿Sí?-¿Qué querrá? Desdé que salimos no ha dejado de observarnos desde el retrovisor de enfrente, ¿que espera ver en una pareja de recién casados que solo finge llevarse bien delante de él?
-No estes nervioso.-En mi familia ya no se perderá ninguna otra vida.-Tanto Caín como yo no vamos a permitir que te pase nada.-Asegura.
-Gracias.-Sintió la sinceridad del señor Angelo.-Pero no estoy nervioso, lo digo en serio.
En serio no estoy mintiendo ni haciéndome el duro, no estoy para nada nervioso si ya morí una vez para empezar, y aunque debería estarlo no lo estoy y eso que también estoy a minutos de conocer a las familias de los protagonistas de este novela, si es que no a ellos también.
Tanto el protagonista como el protagonista secundario son Espers de primera clase, si o sí tienen que estar presentes en esta reunión donde se les dará la información requerida para enfrentar la puerta. Sobre el guía protagonista ese todavía no está involucrado en ésto de las puertas, él debe de estar disfrutando de su último año de secundaria.
-Como ya lo dijo usted, padre.-Abraza y frota su rostro en brazo de Caín.-Si las cosas se ponen difícil Caín me rescatará.-Más bien me dejará morir sin dudarlo si es que no me empuja al enjambre de bestias.-¿Verdad?-Sonríe, viendo fijamente esos ojos tan profundos que solo le hacen saber las ganas que tiene de tirarlo fuera del auto.
-¿No es obvió?-Con su brazo rodea la la cintura del contrario, atrayendolo sin delicadeza más cerca de su cuerpo. Sin embargo, esa acción para Azael fue agradable en vez de incómodarse por tal brusquedad lo cual quería lograr Caín, pero no logró.
-Si.-Saquemos el máximo provecho a esta oportunidad caída del cielo.
Sonríe ligeramente ese acto perturbó a Caín arrepentido de ver hecho lo que hizo, seguirle el juego a Azael cuando ya sabe cómo es.
-Ya que hemos decidido dejar los malentendidos en el pasado.-Contemplo la idea de subir al regazo de Caín pero al final no lo hizo, tenía que ser respetuoso frente a su suegro.-Confiare en ti.-Ja, eso sí que va estar difícil y más si sigue teniendo esa expresión imperturbable aun cuando estoy frotando mi cara en su pecho, agradecido con el autor que le hizo un cuerpo como este aunque, soy más de espaldas.
-Hemos llegado y por lo visto somos los primeros.-Expreso orgullosamente.-Salgamos.-Desabrochando el cinturón.
Desde el instante en que bajaron y empezaron a caminar hacia adentro varias miradas se fueron a Azael, son pocos los que conocen el hecho de que está casado con Caín y que es el guía del Esper. Su boda no fue tan llamativa ni escandalosa por eso mismo, Angelo temia que sus enemigos entre otras personas quisieran eliminar a Azael.
Que los Espers de primera clase no tengan un guía junto a ellos es beneficio para los que se oponen a las reglas de este mundo, porque sin nadie que los controle tienen más posibilidades de volver el mundo suyo olvidado que las bestias de esas puertas también quieren lo mismo. Eliminar toda amenaza que les impide apoderarse de la tierra.
-Presidente y director Long.-Saluda respetuosamente el asistente del presidente de la asociación.-Los estaré guiando al...-Guardo silencio al notar la presencia de Azael.-¿Él es?-Preguntó.
-Soy...
-¿Qué te interesa quién es él o que es de nosotros dos?-Lleva al guía detrás de su espalda, mirándo tan fríamente al contrario.-¿Cuánto tiempo llevás trabajando aquí para no saber las reglas?-Preguntó con irritación.
Los empleados y mucho menos los altos mandos de la asociación tenía permitido hacer tales preguntas, si los Espers o las demás familias traían alguien con ellos simplemente tenían que permitirles el paso.
-Haz tú trabajo que es simplemente el guiarnos a la sala con esos viejos inútiles buenos para nada.-Azael se tenso al sentir la presión repentina liberada por Caín, es algo que no comprendía del todo.
-Hijo.-Ese era un indicador de que no siga.
Pero Caín tiene razón un asistente como este no debería de estar pidiendo nigún tipo de información, mucho menos sentir curiosidad por Azael pero eso es algo complicado con lo llamativo que es principalmente su cabello, es un color único y no conozco a ninguna otra persona con ese cabello al natural.
-Solo llevarnos a la sala con los demás, ¿Por qué ya vieron, verdad?
-Me disculpó por mi atrevimiento.-Casi no puedo respirar.-Siganme, por favor.-¿Era cierto el rumor sobré el guían compatible con el director Long?
Si es así entonces es lógico que no querían revelar su identidad, para evitar que los demás se enteren de ello. Sin embargo, puedo predecir que una tormenta no tardará en azotar este país. La lucha de los demás Espers por el único guía compatible con ellos, porque si es compatible con Caín Long lo es con los demás. Por algo han evitado registrarlo.
-Y son los primeros en llagar, los demás no tardarán en llegar.-Comunica, sin dejar de mirar a Azael.
‹No me gusta su mirada es como si al verme estuviera viendo una cosa rara, es molestó y presiento que nada bueno a de estar pasando por su cabeza.›
Mientras Azael estaba inmenso en sus pensamientos, poniendo mas de una diferente expresión pero todas decían lo molesto que se encuentra, no se dió cuenta que esos ojos azules lo veían y malentendido dichas expresiones. Caín lo tomo como si Azael estuviera enojado porque no lo presentó como su esposa.
-Tanto quieres presumir que soy tu esposo.-Comentó.
-¿Qué?-¿Qué vicho le pico a este?
-Entren.-Abre la puerta para ellos.-La información se les dará una vez que lleguen todos, solo pudo decirles que la puerta aún no se roto pero ese es el problema principal.
-¿Qué quieres decir exactamente?
-Sobre eso... Ya están aquí, Presidente, primero y segundo joven maestro Bianchi.-Saludo respetuosamente.
"¡¿Segundo joven maestro Bianchi?! ¿Por qué el protagonista guía viene a un lugar como este cuando aún no a despertado, y en la novela no le interesaba nada de esto hasta que despertó?" Azael era consiente que el efecto mariposa no tardaría en ocurrir puesto que su personaje estaba vivo cuando debería estar muerto. Sin embargo, no esperaba que fuera tan pronto cuando ni siquiera a logrado sus objetivos.
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