Eso que no nos dijimos


—Aquí estoy —Ethan contestó a la llamada, en voz alta.

Antes de que pudiera preguntarle de quién se trataba, ella ingresó por el portal que dividía el estar de la cocina. Si había una persona a la que hubiera querido ver incluso menos que a Norman era a ella, su hija.

Brittany ingresó con grandes pasos y se colgó del cuello de Ethan.

—¡Primo! —lo saludó con dos ruidosos besos.

Él le correspondió el abrazo. Luego ella volteó hacia mí.

—Jackie, no sabía que estarías aquí —me saludó con la más falsa de las sonrisas.

—Vamos a comer lasaña —se apresuró a contestarle Ethan. Tal vez notó mi expresión de desagrado por la presencia de su prima.

—¡Oh! —exclamó ella. —Yo venía a llevarte a comer algo afuera. ¿Qué me dices de tu restaurante favorito?

—Tal vez otro día —se disculpó él y trató de dirigirla hacia la puerta.

—Entonces tendrá que ser otro día —respondió ella haciendo un puchero.

Le volvió a dar un abrazo de despedida y fingió susurrarle en el oído (porque fue un susurro perfectamente audible) "Tendré que decirle a Cindy que la verás mañana".

íEthan le devolvió una sonrisa nerviosa y ella desapareció por el umbral.

Nos quedamos en silencio hasta que se oyó la puerta cerrarse al otro lado del estar.

—¿En qué estábamos? —preguntó Él, viniendo hacia mí.

Volteé bruscamente y encendí de nuevo la cocina. ¿En verdad le daba la cara para querer continuar en donde nos quedamos, luego de lo que yo acababa de oír? Me hervía la sangre de sólo haber escuchado ese nombre.

—Yo estaba haciendo la cena —contesté sin poder disimular mi disgusto.

Él se posicionó detrás de mí, otra vez, y llevó sus manos a mi cintura, con mucho cuidado. Era obvio que se había percatado de mi enojo.

—Jackie... —su voz sonó como un ruego—. Estábamos tan bien.

—Sí, hasta que vino ella —solté.

—¿Por qué detestas tanto a mi familia? —pareció molestarse él también.

Volteé y lo encaré.

—No es sólo el hecho de que no soporte a tu prima, sino que me siento una completa idiota —no pude atajar mi rabia.

—¿Por qué? —separó sus manos de mi cintura y cruzó sus brazos.

—¿Por qué? —repetí con sorna. —¿Crees que no oí a Brittany mencionar a Cindy Preston? ¿Piensas que me olvido que tienes algo con ella? ¡Y yo como tonta antes besándote!

—No tengo nada con ella —se defendió.

Puse los ojos en blanco y volteé, aunque no tenía sentido seguir fingiendo que preparaba la comida. Estaba tan molesta que sería en vano intentar concentrarme.

—Jackie, no tengo nada con ella, ni con nadie más —repitió.

Sus palabras me hicieron suavizarme un poco.

—¿Por qué debería creerte? —pregunté sin mirarlo.

—Porque te digo la verdad —volvió a abrazarme por la espalda. Tengo que admitir que sonaba sincero. —Brittany está celosa de ti, por eso dijo lo que dijo.

Tomó mi mentón y lo giró hacia su rostro, dándome un delicado beso en los labios.

Por una parte me sentí derretir en sus brazos, pero por otra tenía aún la odiosa imagen de Brittany en la cabeza. Y su voz, su horrorosa y chillona voz.

—Ella me odia —mascullé.

—No te odia, y si lo hace es porque tiene un mal concepto de ti. Ya le demostrarás que no eres como piensa.

Me acunaba en sus brazos con tanto afecto que me hizo sentir protegida, como no me sentía desde que perdí a mis padres.

—Es que siento que ellos nos van a hacer la vida imposible...

—¿Ellos...? —inquirió él sin comprender.

—Ella y su padre. Los dos me detestan.

Resguardada en él supuse que podía decirle todo lo que pensaba. Me equivoqué.

Cortó el abrazo y se apartó de mí.

—¿Por qué? ¿Por qué tienes que encontrarles algo malo todo el tiempo? —su voz pasó de mansa a agobiada.

—No es eso —intenté defenderme, pero él no me dejó continuar.

—No has parado de quejarte de ellos desde que los conoces. Entiendo que no te lleves bien con Brittany, pero Norman apenas te ha dirigido la palabra. ¿Tanto te cuesta entender que son importantes para mí? Son mi familia —sentenció.

Por supuesto, él no sabía de mi encuentro con Norman en el negocio. Y en realidad prefería dejarlo así, a pesar de que sin ese relato, quedaba como que ese hombre no me había hecho nada malo. Y que yo estaba exagerando. Pero sabía que no lo hacía, así que me mantuve firme.

—Yo me llevo muy bien con la parte de tu familia con la que me tengo que llevar bien —le dije. —David y Evelyn me caen de maravilla, y yo a ellos.

Oh, no. Cometíí el error de mencionar a Evelyn, y ahora Ethan estaba enfermo de rabia.

—¡Esa mujer no es mi familia! —Se bebió mi copa de vino de un trago y cruzó los brazos.

—¡Es mucho mejor persona que tu tío Norman al que tanto defiendes! —No debí entrometerme, lo sé. Pero me dolía que no le diera una oportunidad a Evelyn, me dolía por David más que nada.

—Tú no sabes nada sobre Norman o Brittany. ¡Te dejas llevar por lo que ves por fuera y por lo que te dicen de ellos!

Ethan se había alejado por completo de mí y miraba a cualquier lado. Estaba tan molesto que podía ver sus venas marcadas en los nudillos de sus dedos apretados.

—¡Mi padre siempre ha odiado que su hermano sea mejor que él en todo! Y Evelyn, ¡Oh, ni siquiera me hagas empezar a hablar de esa vividora! Detesta a mi familia y se pasó los últimos años llenando la cabeza de mi padre, ¡y ahora también la tuya!

Sus palabras hicieron que colapse de ira.

—¿Eso es lo que piensas de mí? ¿Qué me dejo llenar la cabeza así nada más?

Él bajó el tono pero se mantuvo firme en su postura.

—Pienso que estás escuchando a las personas equivocadas. Eso es lo que pienso.

Tomé aire, en realidad no podía asimilar su actitud.

Los dos nos quedamos en silencio.

—Voy a pedir un taxi —murmuré mientras apagaba de nuevo la cocina. No tenía sentido seguir allí.

—No —objetó él, aún irritable. —Aún no hemos hablado de lo que tengo que decirte.

Me quedé en silencio, esperando. Él me miró a los ojos por fin.

—Es sobre tu casa —explicó. —No pude llegar a ningún acuerdo con la Comisión Directiva.

Mis temores empezaron a subir desde los pies hasta mis hombros. Me limité a mirarlo.

—No aceptaron ninguna de las modificaciones que propuse para el anteproyecto —se estremeció, nervioso antes de decir lo siguiente. —Tendré que volver a intentar comprar tu casa.

Sus palabras fueron claras, pero yo no entendí. No entendí cómo media hora antes estuvimos pasando el mejor momento desde que nos conocimos. Cómo pudo mirarme a los ojos, desde que fue a buscarme a casa, hasta cuando me tomó entre sus brazos y besó. ¿Cómo pudo besarme así, sabiendo que después tendría que darme una noticia como esta?

Mis ojos se aguaron de inmediato. No era yo la que no entendía. Era él. Ethan no entendía lo que mi casa significaba para mí. No entendía que por nada del mundo iba a venderla. Y que esto era importante para mí, que de haberlo sabido antes jamás hubiera estado así con él.

No pude contener las lágrimas y él se asustó. Se acercó rápido hasta mí.

—Jackie... —pretendió tomarme en brazos, pero lo detuve con un gesto de la mano.

—Tu posición en la Comisión es lo más importante para ti —le dije mientras una lágrima muda recorría mi mejilla. —Quieres proteger lo que te costó tanto trabajo conseguir, lo que es tuyo. Lo entiendo, yo también debo proteger lo que es mío.

Lo miraba decidida.

—Pondremos en disputa mi casa de nuevo, si es lo que quieres —me sequé la cara, debía mostrarme firme sobre lo que le iba a decir—. Pero eso que pasó esta noche entre tú y yo no se volverá a repetir —negué rotundamente.

Su rostro reflejó su sorpresa.

—¿Me estás diciendo que te arrepientes de haberme besado? — cuestionó con la mirada cargada de decepción.

—Te estoy diciendo que no volveré a hacerlo —impuse.

Estaba siendo dura, lo sé. Pero si tenía que volver a defender mi casa de Ethan, no podía dejar que mis sentimientos me confundan.

Él me miró a los ojos un largo tiempo. Amaba mirar sus ojos. Sumergirme en los matices de verdes y celestes que luchaban por destacar unos sobre otros. Ethan me hacía sentir muchas cosas, demasiadas. Tal vez yo también a él, pero ya no tenía sentido pensar en ello.

Todo el viaje en taxi nos quedamos en silencio. Yo pensaba en las palabras que había dicho David la vez que lo conocí en la quinta, "Está tan obsesionado con ser el mejor que sólo se enfoca en ello. Ninguna relación le ha durado más de dos meses".

Luego la voz de Norman me sonó como un mal recuerdo. "Él quiere ser el mejor", me había dicho. "No el más rico, ni el más poderoso, sino el mejor"

Por fin lo entendí. A Ethan no le aguantaban sus novias porque siempre ponía su trabajo por encima de sus relaciones. Lo peor de todo es que me lo habían advertido, los dos me lo habían dicho y no les hice caso. ¿Por qué pensé que conmigo sería diferente?

Él se bajó detrás de mí cuando llegamos a casa y me acompañó hasta la puerta en silencio. Se despidió con un beso en mi mejilla y, mientras lo vi alejarse por el jardín, sentí que había muchas cosas que no nos dijimos.

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