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—Oye amor, ya va a empezar el programa que querías ver. Ese de citas. Apúrate. — Javier recordaba desde el mueble mientras que Jane hacía palomitas de maíz.

—Si me dieras una mano terminaría más rápido.

—No me puedo picar la mano, amor, me quedaría con una sola.

Jane rodó los ojos por su naturaleza torpe. Entonces puso las palomitas de maíz a calentar. Javier se llenaba la boca con uvas contadas en la mano. El programa comenzó mostrando la asombrosa playa en la que los muchachos están, un increíble intro y mostraron al primer concursante: a Gulf.

Javier se atragantó con una uva.

Tosió e intentó respirar. Jane comía una palomita de maíz preguntando su bienestar cuando al verlo ahogarse corrió hacia él. Lo rodeó de la cintura con ambos brazos y apretó su abdomen desde atrás.

—¡¿Qué te hizo ahogarte?! — Ella miró la televisión entonces se atragantó con la palomita. Ambos se miraron asfixiados y sin remedio. Javier le preguntó por un lenguaje de señas no oficial qué hacer.

La chica se encogió de hombros mientras tosía. Caminó como momia tiesa hasta el teléfono y llamó a la mamá. —Hola, cariño, ¿Cómo estás?

¿Cariño? ¿Hola?

Los individuos se desmayaron, cayendo juntos en direcciones opuestas.

—¡Iré para allá! — Fue lo último que la madre gritó.

Al día siguiente, el anfitrión Tae iba de camino a despertar a los chicos. Pero algo atrajo su atención. Triss, Bible, Mew y Gulf ya estaban despiertos, meditando sobre tapetes de yoga. Todos con ropa deportiva. El ipad de la chica reproducía las instrucciones de cómo alcanzar el chakra dentro de ellos.

Al rotar los cuellos, Triss, sin darse cuenta, perdió un arete en la arena. El anfitrión se agachó a su lado, devolviéndole el precioso arete dorado. Ella calmó su sobresalto con una mano al pecho y sonrió. —Anfitrión Tae. Buenos días.

—Buenos días, Triss. Es un arete bonito. 'Ohana' es familia, ¿No?

—Sí. Un viejo perro mimado me espera en la casa de mis padres. Ellos son mi familia.

—Interesante.

—¡Buenos días, anfitrión Tae! — Saludaron los demás, asomándose al lado de Triss. El anfitrión respondió el saludo con una sonrisa.

—Es bueno verlos levantados, Amores. Ya aprendieron cómo es aquí.

—Oiga, ¿Quiere escuchar un chiste? — Bible sugirió.

—¡NO! — Todos le cubrieron la boca a Bible, confundiendo al anfitrión que sí quería oír el chiste. Mew se levantó, llevándose al anfitrión con la excusa de ayudarlo a levantar a los demás.

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.

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Cuando todos desayunan en la cocina, Inn llama a Mew desde el baño con un tono coqueto. Eso le pareció raro a Gulf. Los demás silbaron. —Espera. Ustedes no hicieron pareja. — El moreno repitió, autoconvenciéndose.

—No. Veré qué quiere. — Mew dice, tampoco sin entender. Toco tres veces en la puerta (que sólo podían dejar a medias), cubriéndose los ojos con una mano. Anunció su presencia. El individuó que lo invocó pidió una toalla porque ya no tenía. Mew fue a buscarle una toalla. Al regresar, ofreciéndole la toalla desde la puerta, Inn lo jaló adentro.

Luego lo acorraló a una pared, teniendo una toalla en la cintura.

—¡Ey! Sí tenías toalla. — Se indignó el pelinegro.

—Escucha. Se me ocurrió una gran idea. A ti te gusta Gulf. Yo no tengo pareja. Tú y yo podemos darle celos para que te quiera.

—Imposible.

—¿Por? Dar celos es muy fácil.

—No sentirá celos por mí.

—¿No quieres al menos asegurarte?

Gulf tomó un rápido vistazo del baño. Sin lograr mirar adentro. Preguntándose qué les tomaba tanto tiempo. Brincó una rodilla de arriba abajo. Siendo el único en no notarlo. Todos los demás susurraron cosas entre sí. Cuando el cirujano miró abajo a su rodilla, la detuvo con ambas manos.

La espera terminó. El hada de los dientes regresó y el cambia rostros volteó. —Te tardaste para sólo una toalla.

—Ah, sí. Es que luego me preguntó si tú y yo éramos pareja luego de la queja esta mañana. Le dije que sí luego le pasé la toalla.

—Sigue siendo muy poco tiempo.

—Porque resultó (y no te lo vas a creer) resultó que la toalla estaba detrás del retrete. Inn la tumbó sin notarlo. — Mew descaradamente supo arreglárselas. Sonriendo de verdad. Mew tenía baja autoestima con las mentiras, pero no porque se le dieran mal sino lo contrario. A veces era tan bueno mintiendo que eso lo aterraba. Para él mentir no era una opción. Sin embargo, estas eran mentiras piadosas.

A Gulf le costó creerle. Pero al final lo hizo, sonriendo en retorno.

REGLAS DEL JUEGO (REGLAS, ¡BOO!)

Habrá dos autos afuera. Formarán equipos de cinco para ir al mall en el mapa del auto. Las parejas vendaran los ojos de uno. El vendado le dará pistas sobre qué tipo de ropa quiere, la cuál compraran con una tarjeta de regalo, y qué tipo de comida quiere para la velada. Si la pareja queda mutuamente satisfecha serán salvados, la pareja que no cumpla sus expectativas mutuamente irá al Infierno.

En el auto fueron Mew, Gulf, Triss, Bible e Inn. Gulf al volante como toda mamá gallina cuidando de sus pollitos. —¿Alguien quiere escuchar música? Puedo poner la que les guste. — Gulf preguntó, esperando no arrepentirse.

Todos estaban callados hasta que Triss tímidamente alzó la mano.

—¿Qué música quieres, Triss?

—Tal vez no les guste, pero, ¿Conan Gray?

—Ok. Veamos...

El ambiente era deprimente. Todos parecían zombies menos la de mechas moradas que balanceaba la cabeza conforme el ritmo. Al menos la dejaron escuchar tres canciones.

—Yo tengo una. — Bible dijo.

—¿Cuál?

Bible dijo el nombre. Sus deseos fueron.

♪Making my way downtown, walking fast ♪ Gulf miró a Bible sobre un hombro con ojos letales. Bible se encogió de hombros mientras cantaba. Triss no tardó en unirse, Mew tampoco. El último recibiendo la misma mirada que Bible. Inn también se unió al karaoke, pero el conductor seguía callado. Arrepentido de hacerle caso al payaso del grupo.

—Vamos, Gulf, diviértete con nosotros–

Gulf lo interrumpió en el momento más alto de la canción. Cantando todo de sí. Mew aplaudió conforme cantaban el coro de la iglesia.

Cantaron hasta que la canción terminó. —¡Otra! Otra, otra.— Bible ofreció.

Llegaron al lugar en el mapa. Al entrar, todo estaba arreglado para ellos habiendo poca gente alrededor. Los anfitriones los esperan diciéndoles que llegaron antes que los demás.

Mew vendó los ojos de Gulf y lo guio por la tienda de ropa. Tomado de la mano. —¿Qué tipo de ropa te gusta?

—Me gustan las camisas sencillas. Algo sofisticadas. — Gulf le da una pista. Mew inspeccionó las camisas sin soltarlo. El moreno se sonrojó, pensando en cuánto lo avergonzaría que la mano le sudara.

Había olvidado lo bien que se sentía ir de la mano con la persona correcta. Es una sensación cálida e invernal, como un reflejo del corazón y la mente: Uno te protege del amor mientras que el otro te da todo lo que necesitas.

El teléfono de Gulf no dejaba de sonar. Eso los incómodo a ambos. ¿Quién llamaba con tanta insistencia? Gulf sacó el teléfono del bolsillo, mostrándole la pantalla.

—¿Puedes decirme quién llama?

El contacto leía 'Ex Culero' con emojis asqueados.

Luego llamaba la mamá.

Seguido de la hermana.

Así consecutivamente.

—Es tu mamá. — Mew le fue sincero.

—Seguro ya me vieron en televisión. — Sonrió. —Pero no me llama para celebrarlo. — Se entristeció. Mew regresó el teléfono al bolsillo, con cuidado.

—Mejor contesta después.

—Sí, mejor. — Ahí estaba esa sonrisa otra vez. La sonrisa a la que Mew le gustaba.

Sin embargo, los anfitriones mencionaron que llegó el otro equipo y añadieron una nueva y fantástica regla, nótese el sarcasmo. —Ahora que estamos todos: ¡Tendrán cuarenta minutos para hacer todo e ir a la plaza de comida! ¡A por sus citas, Amores! — Avisó la anfitriona.

—No puede ser... — Gulf gruño.

—Ya me siento como En Los Juegos Del Hambre. — Mew exhaló.

—Espero ser el Katniss de tu Peeta.

Ambos rieron. Mew tomó una camisa al azar junto a un pantalón entonces corrieron a pagar las cosas.

EPÍLOGO DEL CAPÍTULO:

Para que Inn no se quedará solo Bible fue su pareja y Triss se unió al anfitrión Tae. El hombre esperó por ella frente los bastidores y ella tímidamente salió. —¿Me veo bien? — Para cuando él volteó quedó atónito. Le había conseguido un traje azul de lo más bonito, corto y refrescante. Él no pudo contener su sonrisa, diciendo:

—Te ves hermosa.

NOTA DE AUTORITA: Holis, chicos y chicas. No me gusta decirlo, pero ya la historia está llegando a su final. Claro que aún nos faltan cosas por ver, cosas para reír y cosas para llorar, pero espero que les haya gustado la historia hasta ahora. Amé la escena en la que se atragantaron con la comida XD. ¡Nos leemos!

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