Quilmes, 30 de julio de 2016.-

Mi amor:

                                                               Te escribo esta carta por si no nos volvemos a ver. Sólo es para decirte cuanto te amo y aunque el tiempo se fué y mi corazón quedara deshilachado por tu ausencia, jamás te guardaré un rencor y si ( por esas cosas inexplicables ) pensás en mí, ojalá se te dibuje una sonrisa, ojalá te recuerdes de mi mano. Sé, que la realidad oprimía tu espíritu, que el hogar, en vez de nido, se te hizo cárcel. Que el cariño, no te alcanzó y sólo te despertó la rebeldía y la furia.

Sé, que lo que te ofrecí no fué suficiente; entiendo (aunque me duela, lo entiendo). Seguir el camino es dificil, atenerse a las reglas, a los horarios, a los compromisos; no es para estos tiempos de levedades, amores líquidos, amistades virtuales y soledades infinitas. No te sientas mal ( Sos de este tiempo ) es lógico que muchas cosas no signifiquen nada para vos. 

Que te hayas ido un día sin decir porqué, sin un saludo, sin recordar mi cumpleaños. ¡No es un reproche! simplemente, es dolor por el fracaso de todo el amor que te tuve reservado.

 A pesar de todo, espero que seas muy feliz, que todos tus sueños se cumplan. A mí...ya me queda menos por recorrer, de lo que he recorrido. Se me acorta la ruta y, como todo viejo, de vez en cuando me invade la melancolía y te recuerdo: Cascada de rulos y risas de agua limpia. Sos una foto anclada en mi alma; extraño al niño que fuiste, al que me hizo madre; al que le dió sentido a mi esencia de mujer y, selló mi profundo amor por tu padre. Seguiré esperando...Otro día de la madre, otro cumpleaños...A lo mejor, te acordás de nosotros, de tu casa (que sigue estando en el mismo lugar). Espero que si ese día venís yo todavía esté viva, para poder abrazarte; pero (por las dudas) te dejo esta carta, para decirte que jamás dejaré de amarte, mi hijo soñado y esperado, mi dulce niño...

Se despide:

                                                                                       Tu mamá.