Capítulo 2

Los meses pasaban rápidamente, hacía tan sólo unos meses que había entrado al Instituto. Recuerdo mi reacción al ver que el chico de los ojos celestes venía aquí, pues ahora, no es sólo eso, su nombre es Jack, hablamos hace tiempo. Admitire que es extraño el hecho de que venga aquí, pues sólo lo vi unas veces, cuando fotografiaba el gran roble que hay en la entrada.


Al levantar la mirada pude observar que Jack y Edward, su mejor amigo, venían del primer receso que teníamos.


- ¿Eres de aquí Emm? Nunca te lo habíamos preguntado-dijo Edward


Recordé, que realmente nunca les había contado sobre el lugar que venía -Pues la verdad no, nací en un pequeño pueblo a las afueras de Irlanda, me mudé a Londres hace sólo unos cuantos años.


- Oh, debió ser duro, ¿Y qué me dices de la música?


- Es algo realmente hermoso, una manera de expresar nuestros sentimientos, así como liberarlos, es algo que sólo la música puede lograr, unir a las personas sin la necesidad de palabras


- Pues, Junto con Jack, tocamos, ¿Te gustaría acompañarnos en el próximo receso?- preguntó Edward con una ligera sonrisa en su rostro


- Claro-dije sonriente- me fascinaria.


Al acabar la hora ambos chicos se levantaron y guardaron los apuntes, luego a paso lento de encaminados hacia la salida, imite su acción y salí detrás de ellos. Caminaban por los anchos pasillos del instituto, la gente que se encontraba allí causaba un ruido tal que no lograba entablar una conversación con Edward o Jaco ya que no oía.

Se detuvieron delante de una puerta alta y ancha de madera vieja, muy hermosa a decir verdad, Edward sacó una pequeña llave y abrió la cerradura que ésta tenía. Al entrar, todo cambió, ya no se escuchaban los gritos de los distintos adolecentes del instituto, era un lugar calmado, con un gran escenario que tenía a su lado un gran piano negro de cola. Juntos se sentaron y comenzaron a tocar, pude reconocer El vals de la bella durmiente, de Tchaikovsky, y así, pieza tras pieza, me perdí en sus dulces melodías, en sonidos tan melifluos que todo desaparecía, y mi mente comenzaba a danzar al compás de la melodía.

Por un momento tomé mi teléfono, y al prenderlo pude observar la hora, llevábamos veinte minutos retrasados.


- Edd, estamos retrasados- hable con una voz suave, intentando no interrumpir demasiado su concentración, aún así, él logró escucharme, e inmediatamente se levantó junto con Jack para tomar rumbo nuevamente hacia el aula.

Los pasillos ya no se encontraban abarrotados de estudiantes, al contrario, nuestros pasos rápidos resonaban fuertemente, en el momento que estuvimos detrás de la puerta de ingreso al aula soltamos un suspiro y entramos.

- Alumnos- dijo la profesora cuando entramos- a causa de su tardanza les pediré que por favor, tomen sus cosas y se retiren de mi clase- al terminar se dio vuelta y siguió escribiendo en la pizarra.

Tomamos nuestras cosas y salimos, volvimos a aquel salón de piano, y sentaba en una de las butacas comencé a pensar, en mis sentimientos hacia esos dos chicos, en mis sentimientos hacia Jack, que cada vez se hacían más grandes, haciéndome dudar en la amistad que hace tiempo sentía, y dándome cuanta que ya no los quiero así, que ese chico de ojos celestes y cabello alborotado se robaba un lugar en mi corazón.

Y con aquellas melodías pensé que nuestra amistad podía acabar si lo decía, pensé en cómo hacer para poder hablar con él, y una fugaz e intrépida idea apareció en mi cabeza


¿Qué tal si le escribo cartas secretas de amor?



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top