Querido Ink,

Se que no leeras esto nunca.

Pero, ¿Sabes? No me dejaste tiempo nisiquiera de responder.

Ahora que lo pienso, tu lo sabias todo de mi.

Pero yo no sabia mucho de tí.

Sentía que te conocia, que teniamos una conexión.

Que me entendías.

Que yo te entendía.

Pero...

No fue así.

Me dejé llevar.

Cuando por fin pensé que estaba cerca de tí, te fuiste volando lejos, tan lejos.

Me hubiera gustado hablarte antes.

¿Habria cambiado algo?

No lo sé, pero...

Conocerte por segunda vez fue increible.

Soy un imbécil, tuve un accidente y sufrí de amnesia. Te perdí otra vez de mi cabeza.

Y cuando por fin te encuentro... Te vas.

¿Cómo se supone que me deba sentir?

Nisiquiera me dejastes decirte algo...

No pude tomar tu mano y decirte que te quedes.

Nisiquiera pude responder a tu confesión.

Eres egoísta.

Mucho.

Pero aún así no puedo odiarte.

Solo...

Decirte que gracias a tí, yo también me sentí menos solo en este hospital.

Me sentí menos miserable de saber que alguien me escribia y se acordaba de mí.

Gracias.

Quiero decirte tantas cosas, y siento que la mejor forma de transmitirlas es en cartas.

¿No es así?

Tu me lo enseñaste, Ink.

La importancia de las cartas...

Gracias por eso.

Eres mi medicina, Ink. Así como yo era tu felicidad. También eres la mía.

Espero...

Encontrarte en otra vida.

■Err■r■