III

Tres años después

En la pequeña casa Hyakuya, había un alboroto desde hacía menos de quince minutos, los gritos de los amigos eran fáciles de identificar y de saber quién había comenzado esa pequeña batalla

—¡VUELVE AQUÍ, YUICHIRO!

—RUN BITCH RUN

Mika correteaba a Yuu por toda la casa, pues el ojiverde había entrado a la habitación del ojirojo y le robo aquellos dulces de cereza que tanto atesoraba

Su argumento era que al ser un vampiro completo, ya no necesitaba de esos dulces mundanos y no le hacía daño compartirlo con él

Con ese pobre diablillo

—DAME SOLO UNO MIKAAAAA

—QUE NO

En su gran intento por escapar de él intentando brincar el sofá de la sala, su pie se atoro con el respaldo, haciéndolo caer de cara y sacándole una sonrisa victoriosa al mayor. Aprovecho que el ojiverde estaba en ese estado para arrebatarle ese preciado pequeño saco rojo con los dulces de cereza dentro

Yuuichiro resopló molesto aún con el rostro en el suelo

Dejo salir un alarido que casi hizo que sintiera lástima por él, pero eso no iba a suceder ni en un millón de años

—No seas llorón y levántate, pensé que la fase de princeso se te pasaría después de los quince  —se burló dándole una pequeña patada en las costillas —Eso te pasa por tomar mis cosas

—Ugh, Mika, pero si solo son dulces —resoplo poniéndose de pie y sobándose el rostro y las costillas pues si le había dolido aún que está hubiese sido con suavidad, ignorando por completo que le había dicho princeso—Ni siquiera puedes comerlos, sería un desperdicio que se queden ahí

—Yuu, estos dulces caducaron hace años

Lo vio con horror, ¿Como que ya habían caducado? Pensó en todos los dulces que había tomado de su habitación y el color abandono su cuerpo al descubrir que esa había sido la causa de sus infecciones estomacales

—¿Q-que? E-entonces ¿Por qué los tienes todavía?

—Por que eran de TN

—Hombre, se que estás tratando esos temas de trauma con el terapeuta y vas paso a paso ¿No? Pero, en serio, tienes que tirar esos dulces —señalo los dulces en su mano —Es espeluznante

—Gracias por tu preocupación, en serio —respondio con sarcasmo

—Bueno, dejando de lado el tema de lo espeluznante que es —aclaro su garganta y le sonrió cómplice —Hemos sido invitados a una cena de gala, todos los del pueblo estarán ahí

—¿Por qué hacen una cena? —cuestiono totalmente confundido —La guerra aún no ha terminado ¿Y si vienen los vampiros o el ejército? Ni siquiera podremos protegerlos, son muchas personas

—Oh, vamos Mika, han pasado tres años desde que nos fuimos, si todavía hubiesen vampiros o estuviera el ejército activo, ya habrían llegado hasta aquí ¿No crees?

Lo vio con una cara de obviedad haciendo, bueno, tal vez tenía una pequeña pizca de razón, pero igual no podía dejar de estar alerta

—¿Que día es? —indago rendido

—Es la próxima semana, el miércoles en la noche

—Mira, será divertido —murmuro sarcástico sin aún estar convencido

No dijo nada más y fue a su habitación para poder dormir un poco y resguardar esos preciados dulces que en realidad no habían caducado

Saco uno de la bolsita y se lo metió a la boca, sus mejillas se coloraron de un rosa suave mientras una sonrisita aparecía en sus labios. Amaba esos dulces

(...)

—Yuu, ayudame a limpiar el ático —le dijo asomando la cabeza a la habitacion del azabache

—¿Qué? ¡No! —dejo caer su cómic al lado de la cama y dio un salto en la misma para poder sentarse sobre sus piernas

—Anda, no lo hemos limpiado desde que llegamos aquí

—No quiero ¡La ultima vez me salto una tarántula en la cara! ¡No sabes lo asqueroso y aterrador que fue!— expreso mientras un escalofrío recorría su cuerpo

—Eres un demonio y has matado vampiros y jinetes ¿Cómo te puede dar miedo una tarántula? —exclamo burlón recargandose en el marco de la puerta —Debemos limpiar por eso mismo, no sabemos que más hay ahí a parte de nuestras cosas o si hay insectos. Recuerda que las casas son abandonadas

—Pero...

—Llevate la escoba si quieres, pero me vas a ayudar —finalizo lanzándole la escoba y saliendo de la habitación

Yuu con rapidez tomo la escoba pues sabía que por más que se negara, tendría que ayudarle a su amigo rubio. A regañadientes se acercó hasta Mika que lo esperaba debajo de la puerta y a su lado tenía varias bolsas

—¿Estas listo? —le pregunto el rubio tomando el gancho que se agarraba de la manija para abrir la puerta

—Dale —respondió tomando con firmeza la escoba

Con solo decir eso Mika jalo la manija, el sonido del rechinar de las escaleras fue lo único que escucharon

—Hay que ponerle aceite a esa cosa —opino Yuuichiro antes de subir

—Y mantenimiento

Ambos comenzaron a subir, lo primero que se asomo en aquel ático fue la cabeza de Mikaela. Con la mirada reviso el lugar y no noto nada fuera de lugar, comenzó a subir y al estar dentro comenzó a buscar el interruptor

El sonido de las tablas crujir debajo de sus pies hacia que se volviera incómodo el ambiente

—Ugh ¿En donde está? El lugar no es tan grande como para que no lo encuentre

Yuuichiro caminaba con cuidado y como Dios le daba a entender, no veía nada y por cada paso que daba sentía que sería su perdición. Intento armarse de valor para caminar con más seguridad, pero al hacerlo, se tropezó contra unas cajas cayendo de frente nuevamente, Mikaela solto una risa divertida mientras seguía buscando el interruptor

—¡Ah! ¡No otra vez!

—Se nota que tenemos que limpiar

—Ah ¿En serio? —pregunto con fastidio en su voz

—¡Ja! Lo encontré

La habitación se ilumino por completo dejando ver al azabache nuevamente con la cara en el suelo

—Bueno, empecemos a ver que hay en las cajas para ver que tirar ¿De acuerdo?

—Si, justo pensaba en eso —concordo sentándose en el suelo y tomando la caja con la que tropezó —Empecemos con esta

Mika se acercó hasta él y también se sentó para ver lo que había dentro. Una vez abierta la caja, ambos miraron su contenido

La mirada del azabache se ilumino mientras que la del rubio fue una de fastidio

—De todas las cajas que hay ¿En serio tuvo que ser esta? —gruño con un rostro de molestia

Dentro de aquella caja estaban sus uniformes y todo lo perteneciente a lo que ocurrió hace unos años. Sus katanas se encontraban en sus habitaciones colgadas en la pared

Yuuichiro tomo su uniforme y lo alzó, ahora que lo veía después de tres años, había notado lo mucho que creció

—Woa, es tan pequeño ahora —murmuro con un brillo en sus ojos —Recuerdo cuando me lo dieron, estaba muy emocionado de poder ser parte del ejército

Mikaela lo escuchaba atento con una sonrisa, le gustaba escucharlo hablar de cuando esté era más pequeño y lo que había sido de su vida después de que se separaran

—¿Si? Te imagino diciendo que matarías a todos los vampiros y salvarias al mundo —rio bajito haciendo que las mejillas del ojiverde se coloraran por la vergüenza —Bueno, mira hasta donde llegamos

—¡Oh! Aquí también está tu traje —exclamo mientras lo sacaba e ignorando lo que había dicho —Por todos los cielos, solo mira lo mucho que has crecido, y pensar que éramos de la misma estatura

Era cierto también, en esos tres años había crecido quince centímetros, quedando en uno ochenta y siete, pero no solo creció de estatura, sino que se volvió más fornido. Sus músculos crecieron haciendolo ver mucho más grande de lo que era

Ni de chiste entraba en su traje viejo

—¿Que más hay ahí?

—Mmhh, pues también hay papeleo y fotografías —respondio rebuscando en la caja —Todo es de los años que estuvimos en el ejército

—Pense que serían más cosas —dijo asomandose para ver también lo que había dentro

En realidad no había mucho, la caja era mediana y las cosas que habían ahí ni siquiera eran suficientes como para hacer un bulto. Tomo una de las hojas que había dentro y la leyó, frunció el ceño al reconocer la letra de Ferid, simplemente hizo una mueca y arrugó la hoja, para después lanzarla

—¿Por qué nos trajimos todo eso? —pregunto leyendo cada hoja —No nos sirve de nada, literalmente es basura

—Bueno, pensé que serviría de algo algunas cosas —respondio también leyendo las hojas —Lo que no entiendo es por qué tu trajiste esto

—¿A qué te refieres?

—Bueno, odias a los demás vampiros —recordo dejando las hojas de lado y viendo al rubio —No hay razón para que hayas traído algo relacionado a ellos

Alzó sus cejas intentando pensar en que responderle, nada salía de sus labios por qué sabía que era verdad ¿Por qué trajo papeleo referente a los vampiros si los odiaba?

—Ah, ya se por qué —salio de sus pensamientos para ponerle atención a su amigo —En todo menciona a TN

La hoja que tenía en la mano se la puso en el rostro al rubio y alcanzo a divisar una fotografía del moreno con una expresión de seriedad mientras veía de frente

Sus cabellos antes rizados, se habían vuelto lacios y blancquecunos poco a poco. Paso a otra hoja y en esta, su mirada estaba apagada, su cabello estaba completamente lacio y suelto

Imaginaba que la transformación ya estaba echa. Sintió una opresión en su pecho de solo pensar el dolor que este habría sufrido. Debía tirar todo eso sí quería que su salud mental se recompusiera pronto

(...) Una hora y media después

Ya habían terminado, Yuu se fue a la cocina a hacer unos sandwiches mientras que Mika se quedaba barriendo el polvo del ático

Si que era mucho

Barría cada esquinita lo más que pudiera. Realmente no quería usar uno de esas aspiradoras de mano por el tremendo ruido que hacía. Sus oídos al haberse agudizado, se habían vuelto sensibles a los ruidos fuertes

Mientras barría, iba levantando polvo que poco a poco fue llegando hasta su nariz y esa característica sensación del estornudo se hizo presente

—A-A-¡Achu!

Y con solo estornudar, la bombilla se fundió, dejandolo en completa oscuridad

Estaba seguro de que si el peliblanco estuviese ahí, no habría soltado ni de chiste su brazo

—No puede ser

Sus ojos comenzaron a acostumbrarse a la oscuridad poco a poco pero no veía ni una mierda, con pequeños pasos se fue acercando hasta la trampilla

La luna se había aparecido cuando menos se dio cuenta, dando así bienvenida la noche y con ella, la oscuridad absoluta. No veía nada pues al bajar, Yuuichiro no prendió la luz del pasillo

Justo cuando ya estaba por dar un último paso a lo que creía que era la trampilla, su rostro impacto contra una de las muchas repisas que habían ahí

—¡Maldita sea! —exclamo sosteniendo su nariz adolorido —Uggghhhh

Comenzó a tocar aquel objeto extraño con el que se golpeó, llegó a lo que le pareció la tapa. Lo tomo y comenzó a caminar a lo que parecía ser la luz para poder examinar mejor lo que tenía en sus manos

Un escalofrío recorrió su cuerpo al ver de que se trataba de ese cofre que había guardado desde hace tres años en el ático, lo había olvidado por completo

Este estaba lleno de polvo y tenía telarañas por doquier

Había olvidado dónde dejo la llave, por lo que era un misterio saber que había ahí

Bajo del ático y se acercó hasta la cocina en dónde estaba el azabache, lo vio darle un mordisco a su sandwich, se veía delicioso, si todavía pudiera comer comida humana, estaría seguro que lo disfrutaría mucho

Yuuichiro volteo a verlo y solo soltó una risa al ver la nariz hinchada de su amigo, mientras que el rubio resoplaba

—La venganza es dulce —dijo victorioso dandole una bolsita de sangre —Anda, es hora de meriendar. Te iba hacer un sándwich pero olvide que no puedes comer esas cosas, así que... Ajá

—Sí, sí —puso el cofre en la isla para que el azabache pudiese verlo mientras tomaba la bolsita y le ponía una pajilla —¿No has visto la llave? Es una plateada con un diseño de ave en el puño

—Ni idea ¿Por qué no solo usas tu super fuerza y lo abres? —sugirió el ojiverde sirviéndose agua en la taza que tenía en la isla —Digo, es más fácil

—Oh vamos, hay que ser civilizados ¿No crees?

—Hombre, tu eres un vampiro y yo un demonio ¿De que te sirve ser civilizado? —opino mientras tomaba agua en la taza que se sirvió

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