Capítulo 8 💌

Gracias a la lluvia los Ubers no están trabajando así que tengo que ir caminando del hotel al club, hoy no vi las noticias por ende no tengo nada para cubrirme de la lluvia.

Lo más probable es que me enferme de hipotermia, hace mucho frío, la lluvia no cesa y para colmo es de noche.

Hay pocos automóviles en la calle debido a la lluvia, un pequeño gato está en medio de la calle mojándose, un carro negro — o creo yo ya que la poca iluminación no me ayuda mucho a visualizar bien el color — va a toda velocidad, si no se detiene podría atropellar al felino.

No puedo dejar que eso pase.

Con ese pensamiento salgo corriendo a la carretera, el carro empieza a pitar, mientras que el conductor me llama “Loca” “Psicópata” “Demente” entre otros insultos más que prefiero obviar.

Me tiro sin importarme nada más que el pobre gatito que está asustado por todo lo que está pasando a su alrededor, al agarrarlo, tomó impulso y gire sobre mi espalda un par de veces hasta llegar a la otra acera, estando boca arriba me permití dejar mi cabeza en está, así estando recta y más relajada.

A la lejanía pude escuchar otro grito del señor que va en el carro, el gatito se acurruco en mi pecho, si no llegó a tiempo al hotel él también se podría resfriar.

Oh ¿Sera que en el hotel se permiten animales? Se me olvidó esa pequeña información.

— ¡Ashley! ¿Estás bien? — una voz me saco de mis pensamientos, una que he llegado a identificar, abrí los ojos y lo primero que vi fue a él a... Noah.

— Define lo que bien? — su risa suave pero a la vez gruesa me hizo sonreír, se puso de cuclillas, así quedando más de cerca nuestras cabezas, su cabello está todo empapado pequeñas gotas caen de las puntas cayendo en mi rostro.

Él como yo no tiene nada para protegerse de la lluvia, supongo que tampoco sabía que llovería.

Me senté y gire en mi propio eje quedando frente a frente, su sonrisa se amplió más y sus ojos grises me miran con cariño.

— Miau — bajo de un poste de luz lo puedo detallar mucho mejor, es de color amarillo muy peludo con ojos azules, mi familia se volvería loca al ver está belleza de gato, una de sus patas delanteras está lastimada, eso explica el porque no pudo irse corriendo para que el carro no lo pisará.

— Ven dámelo lo voy a meter en mi bolso así no se mojara más. — le di el gato un poco dudosa, Noah noto mi duda y me regalo una sonrisa sincera. — ya él felino en su mochila se paró y me estiró la mano, yo se la di, al pararme pude sentir lo pesada que está mi ropa por lo mojado que está.

— Vamos a mi departamento está mucho más cerca y estarán bien. — en mitad de análisis de la situación un trueno sonó así dándome una señal de contestar.

— Vamos.

Después de meternos por un atajo llegamos, el edificio es de color beige y tiene 10 pisos.

¿¡Como la gente puede vivir así?! Preguntas que no me dejan dormir.

Al llegar a la construcción el portero nos dejó pasar, dentro es un pasillo del lado derecho hay un lugar con una Santa María como en “Monster In” arriba tiene un letrero que dice:

Rentas.

Al final del pasillo está el ascensor, sinceramente esto me recuerda a los hospitales.

¡Todo es blanco!

Entramos al ascensor, él apretó unos botones, este cuando empezó a subir como no estaba preparada sino fuera por el barandal que esta allí me hubiera caído.

La mirada de Noah está puesta en mí aunque parece perdido en sus pensamientos o no se en que estará pensando.

Mi mirada fue al suelo, pude ver mi reflejo en el pequeño charco de agua que se formó por mi ropa, volví mi vista a Noah, sigue igual... Perdido en sus pensamientos.

Abrió la puerta de su departamento, un pasillo nos recibe con los brazos abiertos — bueno si tuviera brazos — al final está la sala, con un gran sofá negro.

Y otros dos sillones más pequeños uno a la derecha y el otro a la izquierda, al frente de estos se encuentra un mueble color marrón que encima lleva un televisor de pantalla plana.

Noah saco de su bolso al pequeño felino, al mirarme maullo, sacándome una sonrisa, el mayor lo colocó en el piso para que pudiera hacer lo que quisiera.

— Ven deberías bañarte o te puedes enfermar.

— Va...Vale — me siento estúpida tartamudeando, él me hizo una señal con su cabeza indicándome que lo siguiera.

Así lo hice, nos fuimos a la izquierda donde hay otro pasillo.

Las paredes también son blancas hay cinco puertas en la pared de la derecha y en la izquierda hay dos más.

Entramos a la primera puerta del lado derecho, es su habitación, las paredes también blancas, su cama esta a mi izquierda a cada uno de sus lados hay una mesa de noche, al frente de la cama un escritorio negro y una silla giratoria con una laptop pero no solo esta eso sino que... Mis cartas, en la derecha está un gran armario marrón.

Al lado izquierda de la cama está una puerta que supongo que es el baño, delante de mi está un balcón

Noah fue al armario y sacó un par de ropa y dos paños, me entregó uno de las toallas con una chaqueta negra y unos shorts hawaianos.

— Te quedarán un poco grande pero te servirá para estar abrigada.

— Gracias.

— Está puerta es el baño.

— Bien. — asintió para salir de la habitación.

Cuarenta minutos después, termine de peinarme el cabello y sonreí, al mirarme en el espejo veo como la chaqueta me queda como una bata, recuerdo como en mi adolescencia imaginaba tener puesta una chaqueta de él... Pero está vez la escena es totalmente diferente.

Suspire agarre mi ropa, unos toques en la puerta me hicieron ir para abrir, me encontré con una escena un tanto chistosa y adorable.

Noah tiene el cabello mojado haciéndolo ver sexy como atractivo, en las manos tiene una bandeja con perros calientes y jugo, en sus piernas está el pequeño gato velando la comida.

Abrí toda la puerta para dejar que el pueda pasar, puso todo en la cama, se posicionó frente a mi y tomó mi ropa.

— La voy a poner a secar, no te preocupes.

Me senté en la cama viendo el televisor de pantalla plana en la pared donde está el escritorio, reí por lo ciega que estoy.

Minutos después Noah entró, prendió el televisor y puso Netflix.

— ¿Quieres ver Enola Holmes? — sonreí asintiendo con la cabeza.

— Perfecto — me sonrió, después miro el gato. — Ya comió y sigue mirando mi perro caliente.

— Le gusta comer perros — reímos de mi chiste, esto es una de las cosas que me gustaba de él y veo que no lo perdió... Entiende mi sentido del humor.

Después de cuatro horas viendo las dos películas de la pequeña hermana de Sherlock Holmes, nos acomodos en la cama para hablar un poco.

Recoste mi cabeza en la pared que esta atrás de la cama, él por su parte se acomodo frente a mi en la esquina derecha con las piernas cruzadas en forma de mariposa.

— ¿Sabes? Después de todo lo que pasó, seguí pensando en tí, en mi... En nosotros. — empece a hablar sin saber mucho del porque le estaba confesando eso. — Un día decidí ya no pensar en ello, pero mí parte ilusionista, pensaba, que algún día nos conocieramos en persona, en una firma de libros, que yo viviera solo para conocer tu país o simplemente que si llegarías ir a Venezuela, pero de tantas personas en el mundo, empece a creer que era imposible.

El me miraba callado, como si estuviera analizando cada palabra.

— Sin embargo, esa pequeña parte empezó a escribir esa historia, que al final no ha salido a la luz, con todo lo que pasé contigo desde mi perspectiva, hasta pequeñas aventuras que imaginé contigo, que quería, anhelaba en que pasarán.

— ¿Y porque no la has subido?

— Fácil porque no lo he terminado y mucho menos ahora que pasó eso que ví lejano...

— Vernos en persona. — me interrumpió con la mirada perdida.

— Exactamente. — murmure abrazando mis piernas, como si estas me vayan a reconfortar.

— Espero que algún día lo puedas terminar, para que lo publiques en Wattpad y lo saques en físico.

— También yo... — el silencio es sepulcral, nuestras miradas se encontraron y quedamos perdidos viendonos uno al otro.

Hasta que un “miau” hizo que voltearamos a ver abajo de la cama para ver al pequeño gato.

— ¿Y que haremos con él? — pregunte acariciando la cabecita del felino.

— Me lo quiero quedar, incluso puedes venir cuando quieras a visitarlo, se que a Alyshi le va a encantaría que vinieras.

— Gracias. — susurre y en eso sonó un relámpago haciendo que el pequeño gato y yo saltaramos, escuche de fondo la risa suave pero a la vez gruesa de Noah. — hablando de Alyshi ¿Dónde esta?

— Con mi mamá, hoy se quiso quedar allá.

— Entiendo — un bostezo salió de mis labios.

— Vamos a dormir. — nos acostamos quedando Noah en la izquierda apagó y apagó la luz.

— Buenas noches Ashley.

— Buenas noches, duerme bien.

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Otro capítulo 💖💖 lo siento mis amores por la tardanza, no había tenido tiempo de escribir y ya se me han acabado la reserva de capítulos escritos 🥺 espero que en estas vacaciones pueda adelantar un poco los capítulos que vienen, tanto de “¿Por qué yo?” como de esta historia. Tengo tantas cosas planeadas para ustedes... Para nosotros juntos que espero que se den.

También me siento mal con las personas que estaban o están leyendo “¿Por qué yo?” por abandonarla tan feo, en serio lo siento mucho y si la terminare ya verán.

Intentaré no descuidar las historias.

Ahora si su escritora con ojeras de mapache 🦝 se va los amo muchisimo ♥♥♥

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