Capitulo
-...
Lo alejó, lo hizo un burrito con las sabanas y lo puso en la cama. Se sentó en el suelo pensativo.
"Se sintió... nostalgico ¿Porqué?"
Se levantó, miró el rostro dormido de Alexander, la fiebre le habia bajado, su rostro estaba sudoso, pero frio como si hubiera besado a un fantasma.
A uno del pasado, pero que el no lo recordaba. Unos labios que ya conoció pero el podria asegurar jamás haberlos tocados hasta ahora.
-John...
Ahora pronunciar su apellido se sentía diferente, como si el alma de Alexander lo llamara, chasqueó la lengua fastidiado.
"¿En que estoy pensando? Por un beso... No me hare tacu tacu la cabeza" pensó saliendo de la habitación del pelirrojo. La madre al parecer ya había llegado y Francis estaba hablando con ella. Ambos se despidieron y la mayor agradeció por cuidar de su hijo.
El camino hacia sus propias casas fué en silencio, uno en sus pensamientos y otro no sabia que decir.
-... Llegamos.
John miró la fuente del parque, aquí ambos tomaban caminos diferentes, se despidieron con una sonrisa ya que afuera no se demostraban muestras de afecto aunque morian por darse un abrazo. John al voltear suspira, sintiéndose raro mas solo no le tomó importancia llegando a su hogar, tan bullicioso por como son sus hermanos menores que aprovechan la ausencia de su padre para hacer todo el ruido que quieran.
-John, ¿Pasó algo en la escuela? Vienes con una cara.
-Es la única que tengo hermana-dice John mirando a su segunda hermana comiendose un pomo entero de helado-... Si sigues comiendo helado en esa cantidad de helado te dolerá el estomago y si padre descubre que no hay mas helado.
-Ya metí otro, esté sabor me gusta mas-dice metiéndose otra cucharada de helado a su boca-Cierto, Martha dijo que hoy tiene misa con sus padres y se quedará a dormir.
-Esta bien ¿Padre sigue en el trabajo?
-Así es, pero dijo que llegaría para la cena.
-¿De mañana? Jajaja.
Recibiendo un ligero codazo se rio junto a su hermana.
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Francis vio la gran iglesia frente a el, su rostro tan tranquilo frente a sus padres, todos ahi lo conocían, el iba a esa iglesia desde pequeño junto a sus padres, se le enseñó a seguir las leyes del cielo desde que era un niño, el siempre se sentís bien consigo mismo a ir y rezarle religiosamente todos los días e ir todos los domingos a escuchar misa.
Ahora se sentía un hipócrita siguiendo su rutina diaria aunque mientras mas crecía mas se daba cuenta que había mas como el que seguía yendo a pesar de no seguir las enseñanzas que daban en este lugar. Saludando a los que conocía con una sonrisa se adentro, estatuas de ángeles y querubines, altos muros, una casa divina preciosa. Empezaron a decir sobre la palabra de Dios, aunque el hombre en ese alto lugar era nuevo. Y daban la típica charla del pecado.
-...
"Si todo el mundo supiera que tengo una relación con un hombre... No quiero ni imaginármelo como me mirarían con horror" pensó sudando un poco, no es como que le importara la opinión de gente ajena pero si la de su familia, sobre todo la de sus padres.
-¿Oh? Martha.
Saludó en voz baja al verla sentarse a su lado, ella le sonrió y miró afrente.
-Asi que... la tipica charla del pecado-dice la chica en voz baja.
-Si...
-Ahi se equivocan en algo.
-¿Hm? ¿Uhm, en que?
-Que el nos ama así seamos pecadores.
-... Ja-
"Entonces... ¿Porque nos condenan?" pensó mirando denuedo afrente para escuchar al señor que recitaba la palabra.
-Oh Francis ¿Es una amiga tuya?
Preguntó su madre después de que su hijo se despidiera de Martha, Francis asintió.
-Es novia de un amigo, la conocí por medio de el, su nombre es Martha.
-Se ve que es una linda chica, espero que me traigas una nuera así de linda.
-...
"John tambien es lindo" pensó solo sonriéndole y yéndose junto a ella, al parecer su padre se quedaria un rato mas.
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Alexander despertó sin saber que había pasado por muchos segundos se quedó observando una media que había en el suelo.
-... No se porque soñé que John vinó a mi casa, que raro.
-Hijo, tus amigos te dejaron algunas tareas de la escuela, toma-dice Martha poniendo los apuntes en el escritorio de su hijo-Mañana le agradeces a John y Francis.
¿Espera, quienes?
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¿Adivinen quien casi se muere? Literalmente.
¡PERO NO ESTABA MUERTA, ANDABA DE PARRANDA!
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