Estoy jodido, _____...

Horriblemente jodido, por cada estupidez, por cada tontería, cada maldita palabra que salió inconscientemente de mi boca o las que nunca llegué a pronunciar.

¿Sabes? Me hubiera encantado estar en cada momento importante...

Por algunos rumores comencé a dudar, por algunas coincidencias empecé a pensar... Por mi idiotez no quise darme cuenta.

Me perdí tu embarazo, me perdí la felicidad de ser llamado "papá" por primera vez.

L as ecografías, la revelación del género, esas estúpidas fiestas por el embarazo...

Quisiera haber podido decirte "te amo", quisiera poder volver el tiempo...

Las pataditas, ¡Joder! ¡Hubiera estado feliz de cumplir cada maldito antojo!

No te voy a culpar, yo solo busqué alejarte, yo solo provoqué esto...

¿Arlette y Eirwen?

Simplemente amo esos nombres... Espero que sean más parecidos a ti que a mí.

Estoy ebrio, con solo alcohol tuve el valor suficiente como para mandarte este mensaje...

Te amo, _____, amo a esos niños sin siquiera conocerlos...

Tranquila, no voy a aparecer después de perderme años importantes, no voy a exigir algo que no merezco, que es ser llamado "papá" por ellos...

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Las lágrimas caían sin parar por los ojos (c/o), mostrando cuan roto estaba su corazón en ese momento.

El mensaje le llegó, 3 meses después por lo que le dijo Berryblue, Freezer volvió a irse lejos y ella no lo sabía.

Abrazó el celular contra su pecho, soltando entre sollozos todo lo que guardó esos años.

A sus espaldas, y desde la puerta de su habitación, ambos niños miraban a su madre, sin entender cómo ella lloraba tanto.

Habían leído ese mensaje, mientras jugaban con el celular de la mayor hace unos días.

Entendían que era su padre, pero no lograban entender porqué no podían verlo...

¿Acaso ellos hicieron algo mal?

Arlette: Nosotros nos portamos bien...- murmuró con la voz entrecortada.

Eirwen: Hay que decirle a nuestro padre que comimos todas las verduras.- sonrió para calmar a su hermana, le acarició el cabello y la abrazó un poco.

Arlette: ¡Si!- levantó la mirada, mostrando sus ojitos brillantes - ¡Le voy a regalar un dibujo con mis marcadores especiales y mucho brillo!- sin decir más corrió a su habitación.

Eirwen era menor que ella, pero la cuidaba con su vida, al igual que a su mamá.

Miró a la mujer que le dió la vida, aguantando el instinto de correr y abrazarla con fuerza.

No era idiota, no le dejaría las cosas tan fáciles a ese emperador.

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Pronto voy a publicar el último libro <3

¡Gracias por darle tanto amor a esta saga! 💗💓