Las chicas decían que cómo era posible que Eva saliera con él después de haber estado contigo.

Tus constantes acosos con el pobre Carlos empeoraron.

Un día, en clase de Educación Física, le bajaste los pantalones frente a todos.

La clase estalló en risas, los únicos que te miraron mal fueron los amigos del chico.

Eva se quedó viendo la escena sin ninguna expresión.

Admito que también me reí, era una estúpida que celebraba cualquier cosa que hicieras, incluso si estaba mal.

"¡Qué malo eres! Imagínate que te lo hagan a ti" te dije.

"A mí no me apenaría. Sé lo que tengo".

Sí, mejor amigo, eras hermoso.

En ese momento acaricié tus rizos dorados con la esperanza de que la olvidaras para que te fijaras en mí.