50
Llegó la hora de abrir los regalos. Cuando viste el mío te emocionaste al ver que era un reloj con forma de balón de basquetbol.
Me agradeciste con regocijo y me abrazaste.
Después abriste el de ella: una playera de color rosa.
Sabía que no te gustaba usar ropa rosada porque según tú no te quedaba bien. Recuerdo que una vez, cuando éramos niños, tu madre te puso una camisa de ese color y estuviste enojado todo el día.
La verdad te veías guapísimo con cualquier cosa pero tus ideas eran un poco extrañas.
"¡Ja, es del color que menos te gusta!" se burló un idiota que considerabas amigo. No tenía idea de cómo él sabía eso pero no era relevante.
Sentí su mirada de reproche. La vi de reojo y pude notar su ira contenida; apretó los puños e incluso enrojeció un poco. De seguro quería matarme.
Pero la tranquilizaste.
"No digas idioteces, sí me gusta ese color..." dijiste.
"Pero hace un tiempo me dijiste que los chicos que usaban rosado eran ridículos".
"Claro que no, sí me gusta" le aseguraste. "Me encantó".
Eva me miró con duda. Sin embargo, eso hizo que no volviera a confiar en mí, jamás me pidió otro consejo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top