31
Erick y Ariana comenzaron su propia plática, dejándonos a nosotros en la nuestra.
Lo que más me dolió fue notar que enseguida te dirigiste a ella y que, peor aún, le coqueteabas descaradamente.
Le preguntaste cómo le hacía para tener magia en sus ojos, así que ambas te miramos con atención.
"Sí. Hipnotizan a quien los ve" fue tu ridícula respuesta.
Ella se sonrojó y yo me molesté porque, vamos, a mí nunca me halagaste mis ojos.
Me enojé más al ver que ella te siguió la corriente.
"Oh, vaya. Creo que pediré uno como tú en Navidad" dijo.
Rieron y siguieron platicando, ignorándome por completo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top