"Quisiera decirte muchas cosas, pero descubrirías quien soy. Tú eres muy lista y tengo que ser demasiado cuidadoso.

Hoy quiero decirte algo que sé que quieres escuchar, lo puedo ver en tu mirada cansada y casi puedo oírte gritar entre los miles de suspiros que das al día.

Estoy muy orgulloso de ti, de lo que fuiste, eres y serás.

Se que día tras día, sacrificas muchas cosas con tal de formar un futuro digno de ti, y sé que lo lograrás. También sé que tienes miedo al igual que yo y que te sientes muy confundida.

Pero... aunque me duela decirlo, porque eso significaría no verte más... por favor, no abandones tu sueño.

Yo seré feliz si tú lo eres.

-'ღ'-

Los labios de Sarada se curvearon en una cálida sonrisa.

Levantó el rostro, mirando a través de la ventana, donde el sol comenzaba a ocultarse.

¿Sería eso lo correcto?

Seguir su sueño siempre había sido su prioridad, pero lo que el chico de las cartas no sabía, es que su sueño se había divido en dos, volviendo dolorosa su decisión.

Sarada intentó encontrar la respuesta entre las nubes, ¿Qué era lo que realmente deseaba su corazón? 

-'ღ'-