Nueva perspectiva

Al finalizar las clases Atsushi salió primero, tomo un autobús con dirección a la universidad. Suspiro agobiado ¿Qué se supone que hacia viajando a verlo? Sea lo que sea, él dijo que iba a ayudarlo. ¿Qué más daba? Si le hacía algo podía cortar relaciones con él y todos felices.

Bajo en la estación de la universidad, miro a los lados antes de cruzar la calle y se adentró en el campus, mandaba un mensaje con su ubicación, soñando ser encontrado por el azabache, el lugar era enorme. Akutagawa solo le respondió con "Ve a la cafetería" y con ello la dirección de cómo llegar.

Atsushi anduvo por el campus hasta llegar a la cafetería, desde que la vio su mente se llenó de colores y posibilidades, había tanta gente de diferentes etnias, y la cafetería en si estaba llena de color con ventanas enormes que dejaban la luz entrar, y lleno de floreros. Atsushi busco una silla vacía, allí mismo comenzó a bosquejar, los minutos se hicieron horas, Atsushi terminaba aquel dibujo a puro carbón cuando se dio cuenta del azabache a su lado – A-Akutagawa

― Vaya que te concentras, igual que en secundaria, pero... - miro al albino un momento – ahora te pierdes más ¿verdad?

― N-no puedo evitarlo. – se excusó arreglando su cabello. Miro su celular – do-dos horas... ¿Por qué no me llamaste?

― Te vi tan concentrado que me puse a hacer tarea, termine hace unos 20 minutos – le acerco unas galletas - ¿quieres café?

― ¿eh? Oh ¡sí!

― ¿Cómo lo quieres?

― Mmm... Quiero un Moka frio con crema batida, y chispas de chocolate

Akutagawa sonrió – si comes tanta azúcar siendo tu tan dulce vas a explotar – le reclamo

El azabache se levantó dejando al albino completamente sonrojado, ¿Cómo era que lograba aquello? Se hizo pequeño en su mismo asiento mientras comía galletas al igual que un pajarito – Akutagawa tonto.

El azabache volvió con su moka y un americano. – toma tus cosas, quiero llevarte a otro lugar

― ¿o-otro?

― Te dije que te ayudaría a desaparecer tu bloqueo.

― E-Es que yo

― Lo he notado - menciono orgulloso y engreído ― Te vi todo un año, tu y yo solos en ese salón ¿creías que no lo vería? - se levanto mirándolo ― Yo puedo ver, que tu vez más allá de lo que nosotros vemos, me he preguntado ¿será por tus ojos? - Atsushi miro a otro lado 

― Ni los doctores saben...

― Creo que es grandioso - extendió su mano ― ¿vamos?

Atsushi trago saliva, guardó su cuaderno y cosas en su mochila. Tomo su moka y guardo las galletas en su bolsillo. El azabache lo comenzó a guiar por el campus, saliendo de ella. El albino estaba curioso porque nueva parada lo llevaría. En realidad fue bastante su sorpresa cuando el azabache lo llevo a los barrios bajos. Todo era tan gris, tan abandonado y enterrado.

Atsushi no dudo en pensar en todo lo que pasaba la gente, se sintió desafortunado, pero el azabache solo siguió andando hasta llegar cerca del puerto en aquella área. Era un parque para niños abandonado, los tubos estaban oxidados, había pasto crecido y una banca empolvada. El azabache fue hasta ella y se sentó, el albino lo miro - ¿no te romperá?

― Para nada, siéntate

Atsushi aunque temeroso obedeció, se sentó en la banca y pudo mirar el precioso puerto, algunas aves volaban, las aves pasaban por los árboles. El azabache saco un pañuelo y allí dejo las galletas – pon tu moka. Acomódate

El mayor no dijo más, se dejó caer en la banca, cerró sus ojos relajándose. Atsushi aunque sonrojado sonrió. Saco de nuevo todo, y comenzó un nuevo bosquejo.

Uno tras otro, no paro hasta el atardecer, aquel que lleno sus ojos con colores y un precioso recuerdo. Mordió sus labios un momento, el azabache dormía. Se permitió bosquejar más de lo que sus ojos podrían, la oscuridad estaba llegando, lo dejo como incompleto, pero dejo la base preparada. Guardo todo, bajo de la banca y se acercó al rostro del azabache – Akutagawa, está oscureciendo – le llamo.

Quedo hipnotizado por sus largas pestañas, sonrió tiernamente imaginando verlas por más tiempo. Aun así, la noche le gano, tomo el hombro del azabache para moverlo – Akutagawa

El azabache despertó, miro al albino - ¿anocheció?

― Si, perdón me concentre mucho y

― No, está bien. – tomo su mano – siéntate

― Pero Akutagawa, esta oscuro.

― Siéntate

Atsushi estaba temeroso, se abrazó a sí mismo, la temperatura comenzaba a bajar con el pleno otoño. Akutagawa no lo había soltado. Esto lo tenía peor que nervioso.

El faro del puerto se encendió, pudieron escuchar un barco hacer sonar su corneta. El azabache comenzó a reír, Atsushi lo miro confundido - ¿Qué te pasa? – cuestiono confundido

― El mundo es como un suelo

― ¿Qué?

― Lo pisamos todo el tiempo, jamás notamos lo que hacemos, solo corremos por el camino de la vida, pero... Jamás nos detenemos a ver que el suelo que pisamos puede brillar también

Atsushi seguía confundido. El azabache señalo el pasto con su dedo índice, fue cuando lo vio, había luciérnagas en el pasto. Atsushi se levantó en la banca, estaba sorprendido de ello, emocionado, jamás había visto algo así. Con el pasto algo, las luciérnagas parecían estrellas y el suelo el cielo. - ¡Akutagawa! ¡Estamos en el cielo!

― No, es la tierra

Atsushi tomo sus manos haciendo que se levantará - ¡podemos caminar en el cielo! – grito emocionado. El azabache sonrió.

― Me alegra que te guste

― ¿sabes bailar?

― ¿eh?

El menor busco su celular, todo había quedado atrás, estaba tan emocionado que simplemente actuó. Puso "Funny how time slips away – Elvis Presley" Akutagawa trago saliva seca. Atsushi se inclinó - ¿me permite está pieza?

― No estamos en parís

Se quejó intuyendo donde había aprendido aquello. Tomo la mano del albino pegándolo a él y comenzaron a bailar al son de la preciosa canción, sobre una banca vieja, rodeados de pasto alto lleno de pequeñas y luminosas luciérnagas

Al terminar la canción, Atsushi se sonrojo, tenía de frente al mayor. – no sabía que te gustaban los clásicos del rey del rock and roll

― E-Elvis Presley es todo un romántico poeta

― ¿puedo?

― ¿conoces sus canciones?

― Claro. Hay una que entiendo perfectamente

Can't help Falling in love. Era la canción que sonaba ahora, acompañada por la voz del mayor. Atsushi puso total atención al azabache. Quien estaba frente a él, de espaldas al mar, e iluminado por las estrellas, y luciérnagas.

Los ojos de Atsushi estaban tan llenos que ni las lágrimas podían bajar.

...

Akutagawa llevaba a Atsushi de regreso a su casa. No podía evitar verlo revisar sus bosquejos mientras iban en el transporte. – Jinko

― ¿mmm?

― Tienes un gran talento

― ¿mmm? – el albino lo miro - ¿tú crees?

― Tienes una pintura en un museo y me preguntas si lo creo

― Si

El azabache jalo la nariz del albino haciéndolo quejarse – claro que lo creo, bobo. - Atsushi sonrió.

Con algunos minutos, bajaron del transporte, su casa no quedaba tan lejos, aun así lo llevo. Gogol estaba a punto de salir cuando vio a ambos chicos llegar – Atsushi, iba a ir por ti. Me sorprendí ahorita que Arthur llego solo

― Perdón papá, Akutagawa me dio un pequeño tour

― Lo siento Gogol-san, quizá no es buena hora pero lo traje sano y sano

― Eso veo – tomo los hombros del menor - ¿Qué tal tu día?

― Increíble

― Entra, tu padre hizo panqueques

― Yo debo irme, debo volver a mi departamento, tengo clases a primera hora

― Es una pena

― Atsushi, puedo decir una última cosa

― Claro

― Te espero adentro.

Gogol entro, Atsushi ahora estaba en su jardín y el azabache en la calle. – Jinko, no dejes pasar las cosas. Sea como sea, te ayudaré. Lleva un cuadro a Francia esté invierno, por favor

― Pero...

― Por favor ― dijo el azabache mirándole a los ojos 

El albino se sonrojo, sonrio. – in-intentaré...

― Suerte

― Regresa con cuidado

― Si

El azabache se fue, Atsushi se quedó viendo hasta que el azabache se perdió en la oscura noche, suspiro. En casa le esperaban unos deliciosos panqueques.

...

Akutagawa y Atsushi no se volvieron a ver, comenzaba la temporada de exámenes y ambos estaban muy ocupados, Atsushi no solo debía hacer sus exámenes si no cumplir con un promedio y satisfacer al comité de becas.

Sus padres y Rimbaud estaban encima de él para apoyarlo. Y como si el tiempo volará, los exámenes terminaron y el invierno también llego a Yokohama.

Akutagawa estaba de descanso ya, en su casa disfrutando de un momento en familia jugando turista mundial a petición de su madre. Cuando la puerta de su casa fue tocada, Rintarou fue quien se levantó a ver que sucedía. Abrió la puerta viendo a Fyodor y Gogol. – Fyo-kun, Gogol-san ¿Qué los trae por aquí?

― Atsushi – dijeron ambos - ¿podemos?

― Adelante

Gogol fue con Gin – Gin, ¿has visto a Atsushi?

― No desde que perdió el puesto en Paris

― ¿Qué? ¿perdió su puesto en Francia? – cuestiono Ryunosuke

― ¿Qué ha pasado? – pregunto Elise

― Después de las noticias, dijo que necesitaba algo de agua, después de un rato Arthur lo busco pero no apareció, lo hemos buscado toda la tarde y no aparece. – decía Fyodor

― ¿Por qué hace esto? – se quejó Gogol – le ofrecieron una galería aquí en Yokohama pero el solo desaparece cada que pasan cosas así

― ¿Y Rimbaud? – pregunto Gin

― Lo busca por las zonas de la escuela, dice que suele esconderse entre aboles

― Arboles...

Ryunosuke salió corriendo - ¡oye Ryu! ¿Dónde vas? – grito Fyodor pero el chico no respondió

Salió corriendo, estaba comenzando a nevar, así que debía apresurarse y llegar lo más pronto posible. Tomo un ataco en el puerto. Llego mirándolo.

Atsushi estaba tirado sobre la banca, con el reproductor sonando My way de Frank Sinatra. El azabache suspiro relajado. Se acercó a él, puso su abrigo sobre el albino sorprendiéndolo. Lo miro, le sonrió. - ¿Qué haces?

― Sssh – pidió con su dedo – es mi parte favorita

"Yes, there were times, I'm sure you knew when I bit off more tan I could chew but through it all When there was doubt I ate it up and spit it out. I faced it all and I stood tall and did it my way"

"I've loved, I've laughed and cried. I've had my fill, my share of losing and now, as tears subside. I find it all so amusing, to think I did all that and may I sai, not in a shy way, Oh, no, oh, no, not me, I did it my way"

Para entonces Atsushi comenzó a llorar, El azabache acaricio su cabeza. La canción termino, el azabache miro al albino tratando de ocultar su llanto - ¿Por qué te escondiste?

― No quería que me vieras

― ¿Por qué?

― Po-por qué hiciste ese esfuerzo para que yo pudiera inspirarme, perdiste una tarde por mi culpa. Yo... Está vez quería ganar – menciono entre lágrimas.

El azabache se sorprendió - ¿lo hiciste por mí?

El albino miro a otro lado – si-siempre he pintado por ti...

El azabache sonrió – vamos a casa, le dije a tus padres que te había encontrado y te llevaría

― ¿en serio?

― Si, les mande mensaje

― Gracias... - jugo con sus dedos - ¿una última canción?

El azabache se acomodó, tomo el reproductor del albino y se lo dio – una

Atsushi sonrió.

El reproductor comenzó a sonar Strangers in the Night, Frank Sinatra.

...

Caminaban por la calle oscura, solo los semáforos los iluminaban, la nieva había regresado. Atsushi saco de su maletín un paraguas, para gracia del azabache, era su eterno paraguas rojo. El albino lo miro - ¿compartimos? – el azabache solo tomo el paraguas y comenzó a caminar al lado del albino.

En aquella oscura noche, la nieve caía y pocosfocos iluminaban al paraguas rojo que cuidaba del amor.



...

No es por nada, pero los que me siguen por años saben que son una chica de música pero la música clásica es mi todo.

Espero que le estén tomando aprecio a está simple pero colorida historia, estoy dejando muchos sentimientos aquí y a veces la leo y digo "Es que es muy simple" pues bueno, es que mis sentimientos son simples pero verdaderos

¡Gracias por leer!

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