Charla de amores
El fin de semana termino, así que Gin fue a clases, debía prepararse para los exámenes de la universidad. En la mañana, temprano. Gin vio a su hermano con ropa deportiva - ¿Qué haces?
― Salí a correr, te prepare jugo de naranja ¿quieres?
― ¿tú saliste a correr?
― ¿quieres jugo sí o no?
― Me alegra que hagas ejercicio, será bueno para tu salud
― Bueno, también estoy preocupado por tu salud. Los exámenes desgastan mucho. Te estaré apoyando
Gin sonrió y fue a abrazar al mayor – eres el mejor hermano mayor
― Sí, sí. Ahora desayuna y ve a clases
― ¡sí!
...
La entrada de clases, Atsushi no llegaba temprano por los exámenes, no podía entrar al salón de artes y eso estaba molestándole, llevaba estrés en los hombros, y entonces abrió su casillero. Se sorprendió de lo que vio. Un sobre blanco, lo tomo y miro de lado a lado, no tenía remitente, ni nada.
Lo abrió y se encontró con una hoja blanca, doblada a la perfección. Comenzó a leer.
"tus ojos son el claro camino de una flor, tan única como tu mirada"
El albino vio tanto detalle en ello que no le importó el hecho que no tenía un seguimiento, se sonrojo de igual manera. No había nada en participar más que una pegatina de Hello Kitty al final de la hoja.
Miro alrededor pero no había alguna chica que estuviera cerca, alzo los hombros, la volvió a doblar y guardo en su sobre, de allí directo a su mochila.
Estaba llevando una mala racha en la semana de exámenes, pero ese día fue especial, se había tropezado en las escaleras, le cayó agua que tiraron de un tercer piso. Olvido su almuerzo, sus libretas estaban mojadas, lo bueno fue que su examen fue fácil, sabía todo y a la perfección, pero después del examen choco con unos compañeros y termino lleno de comida. Así que decidió llamar a su padre Nikolai, de por si sentía que se iba a enfermar.
En casa, Gogol tomo las llaves del auto y salió, claro estaba que Akutagawa estaba en el jardín arreglando las flores de su mamá cuando lo vieron salir – Gogol-san, ¿iras al mercado? – le pregunto Elise curiosa
― Oh no, no, voy por Atsushi, se siente un poco mal
― ¿puedo acompañarlo?
― Claro
― Mamá
― Ve, yo seguiré con mis rosas
El azabache dejo los guantes y fue con el albino, a pocos metros llegaron al auto, Gogol conducía bien teniendo al azabache al lado – Gogol-san
― ¿si?
― ¿Atsushi sabe conducir?
― Oh no, Dos-kun no quiere que le enseñemos
― ¿Por qué?
― Tiene ese sentimiento de "mi bebé está creciendo" No le ha dejado hacer muchas cosas desde hace unos años, de por si con sus exhibiciones ya genera dinero entonces, lo tiene orgulloso y frustrado
― No me imagino a Fyodor-san frustrado por el pequeño Atsushi
― Es divertido verlo, lo admito ¿y tú? ¿sabes manejar?
― Sí señor, cuando necesite puedo ayudarles
― Ryu-kun, te has vuelto un hombre esplendido
― Gracias
Hubo un pequeño silencio entre calles, hasta que llegaron a un semáforo – Ryu-kun ¿tienes novia?
― ¿Qué? Ah... no, ninguna
― Ya veo... pero ¿has tenido?
― No, intente salir con unas chicas pero nunca funciono, tenía otras cosas en la cabeza. ¿Por qué?
― Solo estaba curioso – menciono sonriente – recordé un día de hace algunos dos años.
― ¿puedo saber que recordó?
― ¿puedes guardar un secreto?
― Si, si viene de usted morirá antes de decir algo
― Bien, confió en ti ¿de acuerdo? No puedes decir nada
― Si señor
― Hace unos años... medio año de irnos de hecho, - menciono nostálgico – en el baile de invierno fui por Atsushi a la escuela, estaba llorando, el intento ocultarlo pero soy su padre, por más que me oculte ese tipo de cosas, sé que está pasando
― ¿lo supo?
― Ese día, logre hacer hablar a Atsushi, - le miro de reojo y volvió a ver a la calle – En aquel Atsushi estaba enamorado de ti
― E-eso...
― Lo sé, sé que eres hetero, pero no te molesta saberlo ¿o no?
― No... ¿Cómo sabe que yo?
― Bueno, ese día conduje en silencio, hasta un semáforo, pude ver en sus pupilas el rojo del semáforo y poco a poco comenzó a llorar, y cuando le pregunte el solo decía "él es tan hetero que es realmente lejano para mi" hasta que dijo tu nombre. Jamás pensé que mi pequeño se enamoraría de ti – menciono sonriente – ahora lo sé, eres un buen chico.
― Gracias señor...
― Pero bueno, nos fuimos, conoció a Arthur y su enamoramiento termino. – le sonrió de nuevo – me alegra que puedan ser amigos ahora
― Si...
Habían llegado a la escuela, Gogol bajo para ir por Atsushi a la enfermería, mientras el azabache miraba la entrada de la escuela – "Tan hetero que soy lejano" – golpeo su cabeza con la guantera del auto – debió decir "Tan estúpido para no aceptarlo"
Después de unos minutos vio a Gogol salir de la escuela con Atsushi a su lado, el albino iba contándole cosas, obviamente. Cuando vio al azabache en el auto se sorprendió y sonrió. Entro en la parte de atrás – Ryu ¿Qué haces aquí?
― Quise acompañar a tu padre
― Es una gran compañía – decía Gogol entrando al auto también – estoy seguro que debes tener locas a las chicas
― Estoy enfocado en mis estudios
― Mejor, estoy seguro que si tuvieras novia tu madre ya estaría arreglando tu boda ¿verdad?
― Si – respondió sonriente aunque pudo ver por el espejo retrovisor el rostro del albino - ¿no te sientes bien?
― ¿eh? – pregunto el albino menor – no, no estoy muy bien, no tuve un buen día
― Pero ¿no me acabas de decir que hubo algo que te alegro en el día?
― Ah si – se recostó sobre el asiento del auto – solo recuerdos que ahora pienso... Duelen más
Gogol se giró para mirarlo - ¿Atsushi? – el pequeño albino se había dormido y el mayor suspiro
― ¿estará bien? – pregunto el azabache
― Si, solo debe estar agotado, tiene fiebre leve
― Sus exámenes aun no terminan ¿verdad?
― No, así que lo llevaré a casa –menciono y suspiro – tengo que ir a una galería por trabajo pero si compro la medicina y
― Vaya, yo puedo cuidarlo
― No Ryu-kun, te lo agradezco pero para eso estoy yo, un trabajo viene y va, los demás quedan en segundo plano. Mientras amas a la persona a tu cuidado, no importa nada más
El azabache le miro, el mayor encendió el auto y comenzaron a andar. Las palabras de Atsushi resonaban en sus oídos. ¿Qué significado tenían para él?
Para cuando llegaron a casa, Gogol cargo a Atsushi con cuidado – Ryu-kun, ayúdame con las cosas de Atsushi y a abrir la puerta
― Sí, claro.
El azabache solo llevaba el maletín del albino y las llaves de la casa, mientras Gogol cargaba al menor evitando la luz del sol en su rostro, tal devoción le hizo pensar en mil cosas más.
En casa, por fin. Gogol acomodo a Atsushi, le cambio la ropa y le dejo dormir más, puso un difusor y beso su frente. Lo despertaría más tarde para darle un medicamento preventivo. El azabache esperaba en la sala – Ryu-kun, fuiste de gran ayuda
― Gogol-san... ¿pu-puedo hablar con usted?
― Claro, me ha encantado tu compañía
― Yo... Dudo que siga queriéndola
― ¿perdón?
― Quiero hablar de algo serio con usted... - menciono con cabeza baja – y pedirle que no diga nada...
Gogol se sentó frente a él – te escucho Ryu-kun, nada saldrá de aquí...
El azabache seguía con la cabeza baja, aquello le avergonzaba, jugaba con sus dedos nervioso, así pasaron minutos hasta que Akutagawa respiro profundo y miro al mayor – Señor... Yo he sido una mala persona
― ¿en serio?
― Y a quien más dañe... Fue a Atsushi
Gogol cambio su rostro estaba sorprendido de lo que escucho – Vera... Le contaré todo... ¿podrías escucharme?
― Muy bien, escucharé todo atento
Akutagawa respiro profundo, casi igual como si estuviese a punto de sumergirse en las profundidades del mar – Todo comenzó... Cuando una compañera me dijo que teníamos de tarea hacer una poesía... Lo encontré ridículo pero ella me dijo que yo sabía de poesía, lo cual era completamente erróneo... - se rio de sí mismo y siguió – yo no había notado que tenía cartas con poemas en ellas, hasta que esa compañera me lo dijo. Cuando lo noté quise investigar quien era, me moría de la curiosidad. Cada poema era diferente, aunque solo leí dos en aquel entonces... Sabía que las dejaban en mi casillero temprano por la mañana. Entonces, un día me escondí y lo vi llegar. Aun lo recuerdo como él primer día... Era un día de neblina, y todo lo que se veía a lo lejos era su paraguas rojo. El mismo que usaba desde hace años.
Gogol con ello entendió quien era, y tapo su boca por un momento, el azabache lo miro de reojo y continuo – Ese día quede petrificado al verlo poner la carta en mi casillero, en cuanto se marcho logre moverme, definitivamente era suyo. Yo... - trago saliva – me sentí enfermo, y asqueado... lo enfrente, lo busque a la hora del almuerzo... Lo llame asqueroso, anormal y sociópata... Desde ese día deje de recibir cartas
Miro un momento a Gogol, esté seguía tapando su boca – luego llego el festival de navidad y resulta que el comité necesitaba a Atsushi. Seguí siendo grosero, le acosaba mucho... Pero de cierta forma él siempre fue amable y sincero. Sus obras me atrapaban y yo ni sabía que pensar o que sentir... Fui un completo idiota, lo eche a perder por completo... - tapo su rostro avergonzado – Sí Atsushi lloro ese día fue también por mi culpa. Lo besé, y le negué poder estar con alguien más, yo solamente no sabía qué hacer y se perfectamente que no es ninguna excusa... Después desapareció y yo quería verlo, simplemente se había ido a una competencia y solo eso me basto para saber que me gustaba. Pero seguía rechazándolo. – tallo su rostro, su nariz estaba roja pero no se permitiría llorar – lo rechace hasta el cansancio repitiéndome a mí mismo que estaba mal, jamás pensé que lo perdería, ni tampoco pensé en sus sentimientos. Pensaba en lo mal que era, y lo doloroso que fuese tan bueno. Simplemente me dedicaba a pasar mis días viéndolo pintar, y el nuevo año escolar él no volvió...
Gogol tallo su rostro, miro al azabache quien estaba a punto del llanto - ¿terminaste?
― S-si...
― Dime, ahora... ¿Cómo te sientes?
― Terrible, Gogol-san... Sigo enamorado de Atsushi y fue hasta hace poco que pude entender que mi miedo era estúpido
Gogol suspiro – no es estúpido, es normal. – Menciono con nostalgia – justo ahora estoy muy molesto contigo
― Tiene toda la razón
― Pero te entiendo
― ¿me entiende?
― Cuando era joven... En Rusia, en mis años – sonrió ligeramente – recuerdo cuando conocí a Fyodor. Él tenía gran presencia, un porte excepcional, su familia tenía buena posición, así que él era un chico refinado y de buenos modales. Yo solo deseaba estar a su lado, pensaba que podía hacer cualquier cosa que él me pidiera, un día me dijo "¿yo te gusto?" y pensé que quizá mi fanatismo, no era eso, no era lo que creía y me di cuenta que en efecto, era amor.
― Entonces ¿comenzaron su relación?
― En absoluto. Fyodor se transfirió de escuela
― ¿Por qué?
― Por qué me temía... El amor de entrada da miedo, ahora amar a alguien del mismo sexo llega a crear pánico. Muchos reaccionamos de maneras diferentes, algunos lo aceptamos con el tiempo, otros nos sigue constando. – miro al azabache – algunos aprenden de sus errores.
― Gogol-san... disculpe que me meta pero ¿Cómo terminaron casados?
Gogol sonrió – con los años, mis trabajos comenzaron a ser populares, mi más celebre, fue un ave que salía de su jaula. Ese día en mi galería, vi a Fyodor con una hermosa mujer Francesa. Ella tenía un gran porte, de hecho creí que era su esposa.
― ¿lo era?
― No, era su maestra en las artes de la escritura, ella es una mujer de renombre, Agatha. Y hoy en día, una gran amiga.
― No entiendo...
― Fyodor me estuvo buscando por años, fue hasta ese día en la galería que me encontró, y me pidió salir. Yo lo rechace, no quería saber nada de alguien quien me temió, pero con el tiempo lo entendí. Basto un par de citas para confirmar mi amor y, míranos ahora, llevamos 21 años casados. Tenemos un hermoso hijo que heredo las amor por las artes. No necesito nada en la vida, tampoco pido insultos, pero mi familia es mi más feliz poema.
― Gracias por hablar conmigo Gogol-san...
― Sigo molesto
― Lo sé...
― No hagas llorar más a mi hijo
― Lo lamento en verdad
― Ryu-kun
― ¿si?
― ¿sigues enamorado de mi Atsushi?
― Estoy completamente enamorado de Atsushi
Gogol sonrió ligeramente – Te vez igual a Fyodor en aquellos años – menciono nostálgico – que no se entere mi esposo o él te golpeará por hacer llorar a Atsushi
― De acuerdo
― Ahora ve a casa, te avisaré si Atsushi se encuentra mejor
― Se lo agradezco señor
Akutagawa se levantó y Gogol lo acompaño a la puerta. Le miro de espaldas, realmente estaba recordando a Fyodor de joven y sonrió. – Ryu-kun
― ¿si? – pregunto mirándolo
― No es nada – menciono sonriente – que tengas una buena noche
― Hasta luego Gogol-san
Akutagawa se marchó y Gogol le miraba irse – pensar que ese pequeñito crecería tanto – menciono mirándolo. Fue al pasillo donde miro una foto de él y Fyodor de jóvenes –si el amor fuese tan simple... ¿Cómo podríamos llamarlo?
Atsushi salió de su habitación, desde la segunda planta podía ver a su papa aun estando somnoliento – papa – le llamo el albino menor
― Cariño ¿Cómo te sientes?
― Tengo mucho sueño y sed.
― Te llevaré agua y tu medicamento ¿sí?
― Papá ¿y Akutagawa? – pregunto y el mayor sonrió
― Se acaba de ir, cuido de ti todo esté tiempo
El albino se sonrojo – es-esperare en mi cuarto – menciono regresando a su habitación.
Gogol dejo la foto y sonrió – mi pequeño sigueigual de enamorado...
...
¿Qué les pareció está charla de amores?
¿Qué les pareció el adelanto de actualización?
La verdad, es que quiero terminar ya de publicar estas historias, o sea está y Beat Plectrum, nada más por que sí, soy rara en eso. En realidad ya quiero trabajar más en otras cosas y eso, entonces cuando me pasa eso suelo apresurar las actulizaciones. Espero lo disfruten
¡Gracias por leer!
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