Huening Kai no sabía que hacer. Por un lado se encontraba más que feliz de que el pelirrosa sintiera algo por él, pero por otro no quería traicionar a su mejor amigo más de lo que ya había hecho.

Lo mejor que se le ocurrió fue ir a hablar con BeomGyu.

—Hyung, necesito consultarle algo. ¿Puedo?—Dijo el menor en cuanto lo vio en un recreo sin SooBin.

—Hyuka, claro que puedes.—Le sonrió el castaño mayor.

—Es que... Tengo un amigo al que le gusta un chico, pero a su mejor amigo también le gusta. Y el chico está enamorado de mi amigo solo que a su mejor amigo le gusta de hace más tiempo. Entonces me preguntó qué debía hacer y como no sé mucho de eso te quería preguntar a ti.—Explicó Kai tratando de sonar convincente.

—Uhm...—Beom se quedó unos momentos en silencio.—Yo diría que tu amigo no lo acepte. Si a ambos le gusta el mismo que ninguno lo tenga. Pero, si el chico se declaró a uno, sería muy idiota rechazarlo. Es todo lo que puedo decir.

Huening Kai se quedó pensando.

—Está bien, ¡Gracias, hyung!

Se despidió y salió corriendo al salón pues habían tocado la campana. Después de clases le escribió un mensaje a YeonJun preguntándole si se podían juntar en el centro comercial, más precisamente donde se conocieron. Recibió una respuesta afirmativa por lo que se dirigió hacia el lugar acordado.

Al llegar se quedó esperando al mayor, cuando llegó lo saludó con un abrazo.

—¿Para qué querías que nos viéramos aquí Kai?—Indagó el mayor.

—Pues... Ya le tengo mi respuesta hyung.

—¿Y cuál es?—Consultó el mayor, curioso y emocionado.

—Es...

☆•☆•☆•☆

SooBin estaba haciendo tarea. La profesora de historia había tenido la grandiosa idea de mandarles de tarea una investigación sobre las dinastías del pasado y tenían que hacer un resumen.

Cuando logró terminarla decidió premiarse con su helado favorito por lo que se cambió su uniforme por ropa más cómoda. Cuando ya estaba por salir de la casa, lo sorprendió el hecho de que la puerta fuera abierta antes de que él lo hiciera. Vio a su madre que lo veía con una sonrisa.

—¿Mamá?—Dijo SooBin, incrédulo.

—Sorpresa.—Sonrió su madre.

—Pero, ¿Qué haces aquí?—Preguntó aún asombrado.

—Mi jefa me permitió salir temprano hoy, dijo que había estado trabajando mucho últimamente.

—Y sí que lo has hecho.—El más alto abrazó a la mujer que estaba delante de él.—Iba a salir a tomar un helado. ¿Me acompañas?

—Claro que sí, Binnie. Todo por pasar un rato con mi pequeño.

—Mamá, ya no soy pequeño.—Reclamó.

—Para mí siempre serás mi pequeño.—Sonrió.

—Como digas.—Rió.—¿Vamos?

Su madre asintió y luego de que dejara sus cosas en la casa salieron camino al centro comercial. Al llegar fueron al patio de comidas y pidieron helados. Los pagaron y recibieron para luego ir a comerlos mientras caminaban por el lugar.

—Mira, mamá.—Dijo el menor con estusiasmo.—Por fin perfeccioné mi habilidad para sacar peluches de las máquinas. ¿Quieres ver?

—Claro, mi vida, vamos a ver.—Sonrió la mujer al ver el entusiasmo de su hijo.

Caminaron hacia donde se ubicaban las máquinas pero SooBin se detuvo antes. ¿Acaso el universo se confabulaba para que se topara con ellos?

Sí, estaba hablando de YeonJun y Huening Kai. Los veía allí, en el lugar exacto donde se dirigieron la palabra por primera vez. No alcanzaba a escuchar lo que decían por lo que simulando que no pasaba nada caminó un poco más. En cuanto estaba seguro de que escucharía lo que dijeran, hizo como si se le hubiera desatado el cordón, haciendo que su madre se detuviera también.

Mientras fingía atarse los cordones, agudizaba sus oídos para oír la conversación. La cual hubiera preferido no oír.

—¿Y cuál es?—Oyó decir al pelirrosa. La verdad no sabía a que se refería.

—Es...—Escuchó titubear al menor.—Sí. Mi respuesta es sí, hyung.—¿Pero sí a qué? Se cuestionó el mayor.—Sí quiero ser su novio.

SooBin sintió una fuerte punzada en el pecho y sus ojos llenarse de lágrimas. Intentó evitar que estas cayeran y se puso de pie. Mala idea. Vio el momento exacto en que el mayor rodeaba con sus brazos la cintura del castaño, el cual pasó sus brazos por el cuello del más bajo, acercándose hasta formar un beso. En ese momento lo único que quiso fue que la tierra lo tragara y no lo escupiera más. Mirando al piso se dio vuelta y le habló a su madre con voz temblorosa.

—Mamá... ¿Podemos ir a casa?

—¿Eh? ¿Por qué? ¿No querías mostrarme lo de las máquinas? ¿Te sientes bien?—Lo miró preocupada al notar su voz temblorosa.

—E-En casa te cuento.—Dijo aguantando botar las lágrimas acumuladas.

—Está bien, vamos.—Su madre se limitó a abrazarlo un poco y caminaron a la casa.

Cuando llegaron, SooBin le contó todo. Las lágrimas se hicieron presentes apenas la madre le preguntó que era lo que pasaba. Soobin habló y lloró un largo rato. Definitivamente ese beso había sido la puñalada final.

De una tarde alegre comiendo helado en un dos por tres se convirtió en una de llantos y abrazos tristes.

SooBin no quería, no quería sentir ese amor por YeonJun. Pero los sentimientos no se borran de un día a otro. Y definitivamente a SooBin le costaría deshacerse de ellos. Se odiaba por ello, por ser tan fácil de enamorar y que luego le costara tanto olvidar.

Quería sacar aunque sea un poco de peso por lo que decidió hacer una carta.

"¿Sabías que se puede morir de corazón roto? Una decepción amorosa es capaz de matarte si es lo suficientemente fuerte. Si se acumula demasiada tristeza en el organismo una vena del corazón puede romperse y ocasionar la muerte. ¿Quien lo diría? Dicen que el amor no mata, que es un sentimiento hermoso y lleno de rosas y chocolates.
¿Pero qué pasa si el amor es unilateral?
La cosa cambia, se vuelve doloroso, se llena de anhelo y cuestionamientos. Te quema hasta lo más profundo saber que esa persona que amas tal vez nunca te dé chances de tener tu futuro soñado.
Pero les pongo una situación peor. ¿Qué pasa cuando la chance se le da a tu "mejor amigo"? Es duro. No lo digo por nada.
Yo me negaba a creer en que el corazón dolía tanto frente a algo así. Vaya que estaba equivocado. La gente tiene razón. La traición de un amigo es de las cosas más dolorosas que pueden pasar. Yo confiaba en él y hasta soporté cuando me dijo que estaba enamorado de él. Pero no pensé que fuera capaz de apuñalarle a tal grado de hacerse su novio.
Los vi. Los vi besándose. Lo oí aceptando ser su pareja. Y dolió. Dolió como el mismísimo infierno.
Pero... ¿Qué puedo decir? Nada. No puedo decir nada pues nunca fui valiente. Nunca tuve el valor de decirle algo, con suerte podía hablarle.
Siendo sincero creo que lo merezco. Nunca tengo la valentía necesaria y cosas así me pasan. Y aunque sé que es así no puedo evitar pensar "¡Eras mi maldito mejor amigo! ¿¡En verdad fuiste capaz de hacerme eso!? ¿¡Yo te dije lo que sentía por él y aún así tuviste el atrevimiento de enamorarte!?"
Y no es tu culpa, es mía. Por ser un cobarde e inmaduro niñato."

SooBin le dio a publicar para luego ir a su habitación. Solo quería estar recostado, sin hacer nada. Esperó casi una hora para que su lector número uno hiciera su aparición. Cada que le llegaba una notificación la veía pero ninguna era de él. Incluso, en una hora su historia ya tenía más de 40 votos y ninguno era de él. Soltó un suspiro y sin siquiera cambiarse de ropa se quedó dormido.

♡•♡•♡•♡

Después de aquel beso, YeonJun y Kai pasaron toda la tarde hablando y jugando. Cuando llegó a su casa, luego de saludar a sus padres e ir a su habitación, el pelirrosa por fin checó su teléfono. Notó la actualización de scxy y se dispuso a leerla.

Luego de terminar su lectura, solo quería abrazar al pobre chico. Nadie merecía algo así. Dejó su voto y un comentario.

"Tranquilo, yo te apoyo desde donde estoy hasta donde sea que estés."

Después de publicar el comentario se puso su pijama y por último, antes de dormir, le envió un mensaje de buenas noches a su ahora novio.

Y ninguno sabía aún el daño que le habían causado a un hermoso pelinegro.

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Creo que me quedó algo largo, espero les guste. No me peguen ¿Sí?

-Hyxnꨄ︎.