7. Primera respuesta.
Llego a la oficina y dejo todas mis cosas encima del escritorio. Me siento y cojo la carta de M. Vamos a ver si leerla me sube el ánimo y me despejo de lo que acaba de pasar. Comienzo a leerla y algo dentro de mí se encoge. Me está contando sus problemas.. tener un padre borracho debe ser horrible, y aparte que una niña pequeña lo vea así todos los días... debe de estar pasándola muy mal. Ahora me dan aún más ganas de conocerlo, no puede pasar por todo esto solo. Termino de leer la carta y sonrío levemente. ¡Quiere que le escriba una carta! Claramente lo voy a hacer, y hoy mismo, apenas llegue a mi casa. Quiero hacer cualquier cosa para que esté mejor, para que no piense por un momento en sus problemas... ¿Qué te está pasando, Helena? ¿Te está empezando a gustar un desconocido?
Termino mi trabajo en la oficina y conduzco camino a mi casa. Llego, como algo y subo a mi habitación. ¿Cómo comienzo una carta? Igual, técnicamente sería la primera vez que yo hablo con él, aunque sea por escrito. Tomo lápiz y papel, y comienzo a escribir.
Carta #1 de Helena
Hialeah, Florida; 14 de mayo de 2019
Querido M:
¿Cómo estás? Quiero pensar que bien... después de lo que me contaste no puedo no preocuparme por ti y tu familia. Y no, no te siento lástima, es más, agradezco que me cuentes tus problemas, así te conozco un poco más.
Para que nos conozcamos yo también te contaré algunos de mis problemas; mi madre falleció hace dos años y yo sigo culpando a mi papá por eso. No sé cuándo podré perdonarlo, me cuesta trabajo hacerlo.
Y sí, ya van dos meses que me escribes cartas, y cada vez me estoy acostumbrando más a recibirlas, a la vez que siento mucha más curiosidad por saber quién eres.
Técnicamente no eres un desconocido, ya que tu dijiste que me conocías... ¿serás algún amigo de la familia? ¿vecino? Por favor dame alguna pista, ya que en algún momento tendremos que vernos en persona. Espero que en la próxima carta me escribas aunque sea una pista muy pequeña, yo creo que ya he esperado mucho, ¿no crees tu Sr. M? Ya no puedo referirme así a ti, necesito saber tu nombre, aunque sea la inicial. Es injusto que tu me conozcas, y yo no a ti.
Aquí está la tan esperada respuesta a tus cartas. Y espera las próximas, porque si tu me sigues escribiendo cada tres días, yo te responderé todas las cartas que me envíes. Te lo prometo.
Un abrazo, Helena.
---
Termino de escribir la carta, la introduzco en un sobre y salgo de la casa a dejarla en el buzón. Apenas de giro veo a alguien sentado en la puerta. Es mi papá.
—¿Qué haces aquí? —le pregunto, sorprendida. Él nunca me viene a ver, y eso porque aún no he logrado perdonarlo.
—Te vi..ne a verrr —dice, tratando de juntar las letras. ¿Está borracho? ¿Y él desde cuando bebe?
—Se está poniendo a llover. Ven, entra —lo hago entrar a la casa. Tampoco quiero que se enferme aquí afuera— ¿Has bebido? —le pregunto, mientras hago que se siente en el sofá.
—Só..lo un po..co —me dice— ¿Tú sabías que a tu mamá le gustaba mucho pintar? —así que por ahí va la cosa... ¿extraña a mi mamá?
—Sí lo sabía. Y pintaba muy lindo.
—Sí... los cuadros que están en la casa, todos los hizo ella. Los miro y me acuerdo de ella —dice bajando la cabeza— Tenías razón —me dice.
—¿Qué? ¿En qué tenía razón?
—Yo soy el culpable de todo —dice, y unas lágrima bajan por sus mejillas— Yo soy el culpable por su muerte.
—¡No! No digas eso, yo a veces digo cosas sin pensar —lo consuelo. No puedo seguir acusándolo y discutiendo con él, así en el estado en el que está.
—Si lo dices, es porque lo sientes... ¡Yo arruiné todo! ¡Siempre lo hago! —dice secándose las lágrimas— ¿Cuando se supera esto?
—No lo sé, papá. No lo sé... —digo, y lo abrazo. Es lo único que puedo hacer. Él apoya su cabeza en mi hombro, hasta que escucho unos ronquidos. Se quedó dormido.
Con mucho cuidado tomo su cabeza y como puedo lo recuesto en el sofá. Lo observo unos minutos. Todos extrañamos a mi madre, y puede que a él le cueste más superarlo ya que sigue viviendo en la misma casa en la que cuando ella estaba viva, y todo le recuerda a ella. Quizás no sea tan malo comenzar a recuperar la relación padre e hija, y lograr finalmente dejar de culparlo por lo que le pasó a mi mamá.
En silencio subo a mi habitación, me pongo pijama y enciendo la lámpara. En eso veo por la ventana y veo que alguien se acerca a la casa, abre el buzón y saca una carta. ¿¡Es M!? Lo miro fijamente, observando todos sus movimientos, tratando de encontrar algo que me dé alguna pista para saber quién es, sin embargo, por la oscuridad, no logro observar nada sospechoso o algo que me recuerde a alguien que haya conocido antes. ¡Ay M! ¿Quién eres?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top