34. Conversaciones inesperadas.
—¿Es tu novio? —me pregunta mi jefe mientras me siento en el sofá.
—No, no es mi novio —le respondo incómoda. No tengo por qué darle explicaciones, porque ni yo sé que somos en verdad— ¿Qué era lo urgente que tenía que hablar conmigo?
—Sí, lo siento —dice abriendo una carpeta y hojeando algunas páginas— Hay una inmobiliaria que nos quiere contratar para decorar algunos departamentos que se encuentran a la venta. Y cómo me ha gustado mucho tu trabajo desde que llegaste a la empresa, quiero dejarte a cargo de este proyecto.
Yo no puedo creerlo. ¿Es en serio que me quiere dejar a cargo de un proyecto muy importante? ¿A mí? Y eso que solo llevo algunos meses en la empresa. ¿Esto es real? Pellizquenme porque aún no lo creo.
—¿A mí? —abro los ojos como plato, incrédula.
—Sí, Helena. En muy poco tiempo te has convertido en una de nuestras mejores trabajadoras. Todos los clientes han agradecido tu trabajo —yo sólo sonrío, tímida.
—Pues, muchas gracias, Sr. Williams. Sigo sin creerlo, pero le prometo que no lo defraudaré.
—Y yo sé que no lo harás, Helena. Pero debes comenzar lo antes posible... ¿podrías mañana?
—Sí, cuando usted lo decida —respondo al instante. En estos momentos, frente a la responsabilidad de este gran proyecto, no puedo negarme a nada.
—De acuerdo. Espero que sea de tu agrado y bueno, sé que lo harás excelente. Confío en ti.
—Muchas gracias, Sr. Williams —mi jefe rueda los ojos divertido.
—¿Y otra vez con lo mismo? Dime Charlie, Helena —yo río tímida.
—Lo siento, no me acostumbro a tratar así a mi jefe.
—No te preocupes. Sé que es extraño tutear al jefe, pero míranos, somos de edad similar —dice caminando por la casa y apuntándonos con su dedo índice.
—Sí, tiene razón —vuelvo a reír despacio.
—Bueno, pasando a otro tema, hay que celebrar esto ¿no? —dice caminando hacia la cocina— ¿qué te parece una copa de vino?
—No tengo vino...
—No te preocupes —dice abriendo su bolso y sacando una botella de vino— Sabía que había que celebrar, entonces aquí está. Sólo necesitamos dos copas —dice sonriendo y dejando la botella encima del mueble de la cocina. Yo camino hacia otro mueble y saco dos copas y las dejo al lado de la botella. Mi jefe comienza a abrir la botella y vierte el líquido, repartiéndolo en las dos copas, las toma y me extiende una a mí. Yo la recibo— Por este nuevo proyecto, que sé que será exitoso.
Los dos nos bebemos todo el líquido de la copa. La verdad es que sabe bien, demasiado diría yo. Sé que Charlie Williams no traería cualquier vino para celebrar, sino que uno de los más caros, con todo el dinero que tiene.
Caminamos con nuestra copa en la mano y mi jefe toma la botella con la otra y nos sentamos en el sofá. Comenzamos a conversar acerca de nosotros.
Él me cuenta que hace algunos años estuvo casado, pero ella lo engañó, por lo que se separaron. Yo le cuento también de mis novios y amores pasados, exceptuando a Daniel, no quiero que sepa que lo tuve de cliente hasta hace algunas semanas. Esta conversación es agradable, mientras seguimos llenando nuestras copas y bebiendo todo su contenido. Luego, pasamos a un tema más delicado, nuestras familias, yo le cuento sobre mi madre, y el recuerdo de ella se me viene a la mente, incluyendo que ya las más de tres copas se me subieron a la cabeza, comienzo a llorar. Mi jefe me abraza, nos quedamos así unos minutos hasta que vuelvo a la realidad, ¡estoy abrazada con mi jefe! Me separo inmediatamente secándome algunas lágrimas.
—¡Lo siento! —digo con vergüenza.
—Está bien, Helena. Tenemos historias parecidas, yo tampoco tengo a mi madre conmigo ahora mismo.
—¿Falleció?
—No lo sé, no la conozco. Quiero decir, yo tenía tres años cuando ella se fue, y desde allí no he vuelto a saber nada de ella —dice cabizbajo— Sé que no es lo mismo, pero es extraño crecer sin tu madre.
—¿Tu padre no se volvió a casar?
—No, tuvo algunas novias pero con ninguna se casó. Ahora está conociendo a alguien, pero no sé, yo también quiero que sea feliz.
—Claro, pero no se preocupe, quizás algún día puede volver a ver a su madre, nunca se sabe.
—¿Y cómo haría eso? No conozco nada sobre ella, y lo único que sé es lo que me ha contado mi papá, que es que nos abandonó, ni siquiera sé su nombre, sólo su apellido, que es lo único que tengo de ella —vuelve a bajar la cabeza.
—Uno nunca sabe, ya me ve ahora a mí, volví a tener una buena relación con mi papá, lo cual después de la muerte de mi madre yo veía imposible.
—Eres fuerte, Helena. Sé que debió haber sido difícil para ti todo eso.
—Lo fue, pero aquí sigo, porque mi madre desde donde quiera que esté me da la fuerza para superar todo lo que pueda pasar.
—Y en estos momentos debe de estar orgullosa por lo que estás logrando y lo bien que vas a llevar este proyecto.
—Gracias Charlie por esta oportunidad.
—Gracias a ti por tu excelente desempeño en la empresa desde que llegaste —me sonríe. Es raro hablar tan íntimamente con tu jefe. Sólo espero que esto sea porque es buena persona, porque claramente no estoy pensando en nada romántico con él, es mi jefe y punto.
(××××××)
Les pido mil disculpas por la demora, pero la universidad me está tomando mucho tiempo, sin embargo, eso no significa que dejaré la novela, al contrario, solo que quizás me demora unos días más en subir capítulo nuevo.
Los y las quierooo, no lo olviden ❤ ¡Pronto volveré en gloria y majestad!
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