29. Por fin se acabó ¿o no?
—¡Contigo quería hablar! —dice Jasmine apenas me ve, alzando la voz.
—¿Qué? ¿Por qué? —pregunto confundida. ¿Está enojada conmigo? ¿Ahora qué le hice? Le conté toda la verdad por su bien... y ahora viene a gritarme en mi trabajo. Yo le hago señas a Anna para que vaya mientras al restaurante, que yo me ocupo de esto.
—¡Eres una mentirosa! —me grita, apuntándome con su dedo índice. ¿Mentirosa, yo? ¿¡Quién se cree que es!?
—¿Qué te pasa? Hablemos afuera, por favor —digo tranquila, mientras camino hacia afuera del edificio. Daniel y Jasmine me siguen— Ahora sí, ¿Mentirosa yo? ¿A qué te refieres?
—No me contaste toda la verdad, Helena —¡pero si yo le conté todo! Miro a Daniel, él hace lo mismo conmigo y me sonríe, con unas de esas sonrisas pícaras que odio tanto. ¿Qué le contó ahora a Jasmine para que ella esté así?
—Yo te conté todo, Jasmine. ¡Este hombre no te merece! —le digo apuntando a Daniel.
—¿Me vas a negar que te acostaste con Daniel? —¡No! ¡No, no, no! ¿Por qué le tenía que contar esa parte? Aunque no nos acostamos, sólo nos besamos y casi pasa algo más, pero menos mal no pasó nada ¡Me arrepiento tanto de eso! Nunca debió pasar. Pero como es Daniel, claro que le tenía que contar, no podía quedarse callado.
—¡Lo siento! Pero espera... no nos acostamos —miro furiosa a Daniel— ¿Qué le contaste, Daniel? ¡No sigas metiéndole cosas a Jasmine en la cabeza! ¡Déjala tranquila, hombre por Dios! —le digo casi gritando. ¡Ya me tiene cansada este hombre!
—Le dije la verdad, Helenita —y ya va otra vez con ese apodo...— ¿Vas a negar que nos besamos en la cama que comparto con Jasmine? —¡¿Qué?! ¡Este hombre no tiene vergüenza!
—Está bien, nos besamos. Pero no pasó nada más, ¡te lo juro! Y eso fue hace muchos meses, ¡de verdad lo siento, Jasmine! —digo, ahora mirándola a ella.
—No me interesa escucharlos. ¡Y todo se acabó, Daniel! —dice dirigiéndose a él— Y a ti, no quiero verte nunca más —dice acercándose a mí— Gracias por contarme todo sobre él, pero te faltó lo más importante —dice eso y se va. Daniel sigue en su lugar, no se ha movido. Yo me giro y comienzo a caminar hacia el restaurante, pero él me toma del brazo.
—¿Qué quieres? —le espeto.
—¿Almorzamos juntos? —¿¡Qué!? ¡Este hombre claramente es bipolar y loco! Yo ruedo los ojos y sigo mi camino, sin responderle nada. Él no me sigue, y lo agradezco, ya tuve mucho con lo de recién.
Llego al restaurante y veo a Anna de inmediato. Me siento y ella me ve confundida.
—¿Qué fue eso, Helena? ¿Algún problema? —me pregunta.
—Otro hombre loco. Te contaré todo, pero primero comamos, que muero de hambre —río despacio, ella hace lo mismo. Pedimos nuestro almuerzo y comenzamos a conversar— Daniel es mi ex novio tóxico de la universidad. Y hasta hace algunos días fue mi cliente —ella abre la boca sorprendida.
—¿Y cómo pudiste sobrevivir a ello por tantos días?
—No lo sé —subo los hombros— La mujer que viste era su novia, y viven juntos. Cuando supe que iba a trabajar con ellos no le conté nada sobre Daniel, porque dije que solo era un trabajo e iba a terminarlo rápido. Pero no pude aguantarlo más, y le conté toda la verdad. Ahora lo que nunca le dije fue que cuando estuvimos solos un día con Daniel nos besamos, pero yo detuve todo a tiempo y no pasó nada más, menos mal.
—¡Wow! Menos mal ya terminaste el trabajo y no volverás a verlos.
—Eso espero —le sonrío. Y de verdad que espero no volver a verlos.
Terminamos de almorzar mientras seguimos conversando y caminamos de vuelta hacia el edificio. Cada una se va a su oficina y seguimos nuestro trabajo. Pasan varias horas y comienza a oscurecer. Tomo mis cosas y camino hacia el estacionamiento. Me subo a mi auto y conduzco hacia mi casa.
Llego, como algo y subo a mi habitación. Me lanzo de una vez a la cama. Necesito descansar después de este día. Aunque Jasmine me haya dicho todas esas cosas, igual me siento culpable porque besé a su novio, o ya ex novio, no lo sé, pero menos mal ya terminó todo, ya me siento mucho más tranquila. Inmersa en mis pensamientos me quedo dormida, sin embargo, después de unos minutos escucho que tocan la puerta. ¿Quién será a esta hora?
Bajo y abro la puerta. ¡¿Qué hace Daniel aquí?!
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