27. Nueva amistad.

Me pongo de pie y voy al baño. Necesito mojarme la cara, así no podré seguir trabajando. Me estoy mirando al espejo y veo que entra Anna.

—¡Helena! ¿Cómo estás? —me saluda. Me mira a los ojos y su rostro cambia a preocupación. Se acerca a mí y acaricia mi hombro— ¿Te sientes mal?

—No, ahora estoy bien —trato de sonreírle.

Anna se ha convertido en una persona muy cercana a mí. Hemos salido a almorzar algunos días juntas y me he dado cuenta de lo parecidas que somos. Su madre también falleció, pero cuando ella era pequeña, entonces creció sólo con su padre y su hermana mayor. Actualmente su hermana trabaja en otra ciudad y ella vive con su padre, quien ya es algo mayor y trabaja para darle lo que necesite y cuidarlo.

A ella le conté que estaba conociendo a alguien, pero nunca le dije que nos escribíamos cartas y que lo iba a conocer ayer.

—¿En serio? Sabes que puedes confiar en mí... —me dice.

—Lo sé... ¿recuerdas el chico que te dije que estaba conociendo? —decido contarle todo. Necesito sacar afuera todo lo que siento, desde que pasó todo ayer, lo único que he hecho es llorar y ahora es necesario que lo hable con alguien.

—Sí, lo recuerdo —dice poniéndome atención.

—Lo que no te conté es que a él nunca antes lo había visto en persona. Nos escribíamos cartas y así me empecé a interesar en él, hasta ayer...

—¿Qué pasó ayer?

—Decidimos encontrarnos en un lugar para conocernos, y me di cuenta que era David, un chico que me hizo mucho daño hace algunos años —le digo cabizbaja. Ella no dice nada, yo prosigo— Me hizo bullying por casi dos años, y como yo era tímida nunca le respondía nada.

Recordar todo eso hace que las lágrimas vuelvan a caer por mis mejillas. Me tapo la cara con mis manos y comienzo a llorar desconsoladamente. Nunca pensé que volver a recordar lo que había ocurrido en el pasado me iba a doler tanto... yo pensé que ya lo había superado, pero creo que no.

Siento como Anna me abraza, yo apoyo mi cabeza en su hombro y sigo llorando.

—Llora, a veces es la única manera en que te puedas sentir mejor —me consuela. Pasan algunos minutos y me separo de ella.

—Nunca pensé que todo fuera a pasar así... Yo lo amo, Anna. Pero no puedo perdonarlo fácilmente.

—Eso está claro, después de todo lo que sufriste es obvio que no puedas perdonarlo así como así. Tienes que darte un tiempo para sanar todo, y él debe entenderte.

—No quiero sentir esto por él, lo odio por dejar que me enamore de él.

—Tranquila, Helena. El tiempo todo lo sana, y si necesitas a alguien para conversar, sabes que siempre voy a estar a tu lado —me sonríe, y me vuelve a abrazar— En el amor lamentablemente uno no puede mandar... ya me ves a mí con Chris. Años trabajando juntos y ocultando nuestros sentimientos, tratando de olvidarnos el uno del otro, pero no resultó. Y ahora míranos, parecemos unos adolescentes —se separa de mí y se ríe despacio. Yo me uno a su risa, mientras paso mis manos por mis ojos, secando las lágrimas.

—Muchas gracias, Anna. Y espero que sigas muy feliz con Chris, te lo mereces —le sonrío.

Me miro al espejo, tengo los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Abro la llave y me mojo el rostro con abundante agua.

—No me des las gracias, Helena. En estos meses te has convertido en una gran amiga —me sonríe, mientras yo me seco la cara— Para que no te pregunten si lloraste, podemos decir que tenías una gran alergia —me guiña un ojo. Yo me río.

Salimos del baño y cada una camina hacia su oficina.

Esa conversación con Anna me hizo relajarme un poco y sacarme de encima todo lo que sentía acerca de David y lo que ocurrió ayer. Ahora me siento con un poco más de ánimo para seguir mi trabajo. Pero seguiré el consejo de Anna, me daré un tiempo para sanar, necesito sanarme yo primero, antes de pensar en los demás.

(******)

Me levanto para otro día más de trabajo. Hoy debo ir a la casa de Daniel, donde espero por fin terminar el trabajo allí para no volver a verlo.

Conduzco hacia su casa y me estaciono frente a esta. Toco la puerta y me abre Jasmine. Me sorprendo al verla, ¿Daniel no me había dicho que ya se había ido a la ciudad donde trabaja?

—Helena, no te esperaba por aquí —me dice seria.

—¿Daniel no te dijo? Hablé con él para hoy venir a terminar los últimos detalles en la habitación —le respondo.

—Se le debe haber olvidado. Adelante —me hace pasar y cierra la puerta detrás de ella— Daniel acaba de salir, pero vuelve en unos minutos. Puedes subir a terminar todo lo que falte.

—De acuerdo. Permiso —digo mientras subo las escaleras.

O sea que Daniel me mintió, Jasmine sigue aquí. Quizás cuando termine mi trabajo, pueda hablar con ella y contarle todo. Necesito sacarme este peso de encima, ya no quiero tener más problemas de los que ya tengo.

Apenas llego a la habitación comienzo a arreglar los últimos detalles y después de unas horas todo queda perfecto. Me gusta el resultado, me encanta como quedó todo. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top