14. Promesa rota.
Me levanto feliz, porque la conversación que tuve el día de ayer con mi papá me hace sentirme más tranquila, así ya arreglé todo problema y rencor que sentía hacia él. No podía seguir culpándolo por la muerte de mi madre por toda la vida. Además, hoy recibo una carta de M, eso me hace estar aún más feliz. Sin embargo, mi felicidad se acaba al abrir el buzón, ya que no veo ningún sobre que tenga esa inicial, pero tampoco está la carta que le había escrito yo, así que eso quiere decir que sí la leyó. Pero qué extraño, si él me prometió que cada tres días me enviaría cartas, y yo ya me había acostumbrado a eso. ¿Por qué hoy no fue así? ¿Se habrá aburrido de mí? No, pero si él me dijo que me quería... Ahora, tampoco tengo cómo saber qué pasó con él, ya que no tengo su dirección, la única manera que teníamos para comunicarnos era que yo dejaba la carta en mi buzón y no sé nada más sobre él. ¿Qué le habrá pasado?
Un poco triste y extrañada entro a la casa, mientras tomo mis cosas y me subo al auto, para conducir en dirección al trabajo. Todo el camino pienso en M. Debe de haberle pasado algo para que no llegara su carta hoy, quizás hubo un problema con el correo y no pudieron enviar la carta en la fecha indicada.
Llego al edificio y subo directo a mi oficina, no sin antes saludar a mis compañeros. Trato de concentrarme en el trabajo, sin embargo no logro hacerlo. Todo el tiempo tengo a M en mi mente ya que al no recibir su carta hoy no sé como estará. Me preocupa que siga teniendo problemas con su familia, y no tengo manera de saber cómo se siente. Inmersa en mis pensamiento recibo suena mi celular. Contesto.
(Llamada)
—¿Hola? —pregunto.
—¿Helena? Soy Jasmine —¿¡Qué!? Se me había olvidado que tengo de cliente a Daniel y su novia. ¿Para qué me llamará? ¡¿Habrá sabido algo sobre lo que pasó con Daniel hace unos días?!
—¡Jasmine! Sí, hola —la saludo, con el máximo de ánimo que puedo tener, el cual en estos momentos es casi nulo.
—¿Cómo estás?
—Bien, ¿y tú?
—Bien, gracias. Te llamaba más que nada para saber acerca del avance de la redecoración de la habitación de mi casa —me pregunta. ¡Uff! Menos mal que no sabe nada. Si supiera algo, no me hablaría de esa manera.
—Bien, ¿Daniel te contó que fui a su casa el día lunes? —le pregunto tratando que no note en mi voz que me estoy colocando un poco nerviosa.
—Sí, sí me contó. Pero preferí llamarte personalmente y asegurarme que todo lo que me contó él es verdad. Quizás se le puede haber escapado algún detalle en la conversación, tu no lo conoces pero puede ser un poco mentiroso en algunas ocasiones —esto último lo dice en tono de broma, y escucho su risa a través del teléfono. Yo apenas le sigo la risa. Supiera ella lo que pasó ese día con su novio... y que sí lo conozco ¡Me siento mal por todo! Me siento mal estando hablando con ella muy normal, siendo que besé a su novio y casi pasa algo más, y que aparte soy su ex novia. ¡Diosito, ayúdame!
Si bien pude resolver uno de mis problemas, que fue arreglar la relación con mi padre, llega Daniel a cargarme de malos entendidos, y por otra parte está M, que hoy no recibí su sagrada carta de cada tres días.
—¿Helena? ¿Estás ahí? —escucho la voz a través del celular. Estaba tan inmersa en mis pensamientos que olvidé que estaba hablando con Jasmine.
—¡Sí! Aquí estoy —le respondo— Bueno, con respecto a la casa, he estado hablando con los trabajadores que irán en uno de estos días a comenzar a pintar los techos y paredes. ¿De qué color te gustaría?
—Mira, yo confío en ti. El color que tu prefieras que es el mejor para la habitación, lo voy a aceptar. Aunque había pensando en algún tipo de blanco...
—Sí, yo había pensando lo mismo —así seguimos conversando acerca de uno que otro detalle acerca de la decoración para su habitación.
Finalizamos la llamada y yo quedo de enviarle un correo electrónico con imágenes sobre ideas que podrían quedar bien en la habitación, para que así ella me diga si les gusta o no. Lo envío y sigo con el resto del trabajo.
El día se pasó lento porque aparte de estar triste por no haber recibido una carta de M, luego de haber recibido la llamada de Jasmine, me siento culpable por lo que pasó con Daniel hace unos días. ¿¡Por qué tenías que volver a aparecer en estos momentos en mi vida!? Todo estaba tan bien... Helena, saca esos pensamientos de tu mente. Saca a Daniel de tu mente, ese hombre no se merece que pienses en él. Es que no es que yo piense en él porque quiera estar con él, sino que me siento mal por su novia, ¡no puede estar con ella si no la ama! Espero que este trabajo se termine lo más pronto posible, necesito alejarme de Daniel.
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