Apresuradamente, un chico con los cabellos alborotados corría por toda su casa buscando las llaves del auto.

–¡Mierda!— exclamó al tropezar con uno de los muebles y lastimarse el dedo pequeño de su pequeño pie derecho.

Reafirmó su postura y siguió buscando el objeto que le ayudaría a la apertura de la puerta de su automóvil e inmediatamente se adentro en su auto turquesa.

Dicho auto que iba a ser futuramente regalado a Jun Kyu. Pero tras acabar la relación antes de tiempo no se alcanzó a poderlo dar. Después de todo, terminó siendo suyo.

–Ya voy mamá— habló por el teléfono, su madre lo apresuraba exageradamente para que llegará a la casa, tendrían una reunión familiar y hablarían sobre distintas cosas.

Aunque Hyun Suk tenía muy seguro que la señora Choi hiría directamente a preguntar por su ahora ex esposo.

Puso el auto en marcha y apresuró su pasó adentrándose en su anterior hogar. Y al mirar a su madre y a su padre viéndolo fijamente mordió su labio inferior esperando muchas preguntas.

–¿Por qué no nos dijiste nada Hyun Suk?— fue lo primero que dijo su padre, quien utilizó una voz ronca y demandante que le puso los cabellos de punta.

Hyun Suk no se digno a responder, sólo trago sonoramente y miro a su madre buscando un tipo de salvación, pero está sólo tenía una mirada triste.

–¿Por qué pasó Sukkie?— preguntó la mayor acariciando lentamente la mano de su hijo, entendía a la perfección cuanto él ama a Jun Kyu y por su mente se pasaba cuanto dolor sentía su hijo.

–La cague mamá, tan siquiera estoy seguro de que hice, simplemente no encuentro algún significado en sus palabras, aunque hable con Mi Dam de ello, me dijo que debió ser que Jun Kyu perdió un bebé nuestro— suspiró.

—Pero no creo que Jun Kyu hiciese eso, ocultarmelo y no dejar que el problema lo solucionemos juntos— terminó murmurando. –No quiero creer que lo perdí, y ahora tengo que creer que no sólo lo perdí a él— su voz se quebró de a poco y empezó a hiperventilarse.

Sollozó con mayor fuerza lo cual provocó que sus dos padres se apresuraran a abrazarlo con fuerza.

—Mamá, yo descuide a Jun Kyu— habló. –Quería cumplir tantos de sus sueños que hacía jornadas dobles de trabajo, incluso llegaba a hacer mucho horarios de veinticuatro horas sólo para comprarle cosas, materiales, me aparte tanto que no me di cuenta lo mucho que lo estaba perdiendo, no me di cuenta que lo que él necesitaba un esposo, no un cajero automático– lloraba sonoramente mientras sus padres acariciaban su espalda. –Él me esperaba en la noche, me esperaba en el día, dejaba la comida hecha en el microondas y al llegar nisiquiera la comía, a veces ni llegaba a acostarme con él, me tiraba al sillón para dormir, despertarme y volver a trabajar.

—Mamá... Yo deje de ver a Jun Kyu almenos tres días por eso mismo, incluso las veces que hacíamos el amor empezaron a ser contadas por los dedos. Me lo dijo, me ponía mensajes diciéndome que me extrañaba, diciéndome que me amaba y me esperaría. Pero cuando debía llegar a las ocho de la tarde, terminaba llegando a las ocho de la mañana para según yo hacer más dinero.

—No quiero que se aparte de mí... Lo quiero de nuevo, quiero aprender a amarlo, quiero poner mi trabajo en riesgo por llegar tarde por quedarme toda la mañana dándole mimos y por estar arrecostado en su pecho mientras dormimos.

–Lo quiero sólo para mí pero sin darme cuenta me atrase demasiado para darme cuenta de mis errores.

–¿Con qué cara me vera cuando después de todo éste tiempo... Hasta ahora vuelvo?.