No, por favor, no.
Entré en desesperación y empecé a caminar en círculos. Los llantos eufóricos de Mashiho poco aportaban y hacía que mi cabeza se estrujará y sintiera toneladas de peso en ésta.
—Yoshinori... ¡Por favor, no me dejes!— gritaba Mashiho extasiado, lleno de locura y lágrimas.
De nada me serviría intentar calmarlo, sólo lloraría más fuerte y clavaria sus uñas en mis hombros. Volteé mi mirada a la sala de emergencias y empecé a sentir un peso en mi vejiga, cómo si me estuvieran tomando está y estripando entre sus manos. La mayor sensación de nervios que he llegado a experimentar.
Empecé a caer poco a poco en la realidad, en el inicio quería que Mashiho se callará para poder consentrarme.
Pero no.
Ahí estaba Yoshinori, en la sala de emergencias. Al parecer tuvo un accidente de regresó a casa y es lo peor que puede ocurrir en estos momentos.
Necesito poyo, necesito que alguién me acaricié los hombros y trate de calmarme con palabras coherentes. Pero la única persona capaz de eso ya no está.
Te necesito, Jun Kyu.
Comencé a llorar sin darme cuenta, mis manos estaban en un puro temblor y mi garganta estaba seca, no había tomado absolutamente nada en todo el día, llevaba casi todo el día escuchando el llanto agónico de Mashiho y los murmullos de demás personas.
Yoshinori es como un tío, fué siempre mi mayor fuente de apoyo, y junto a su esposo Mashiho, siempre estuve con una sonrisa, incluso en broma nos regalo unos condones rotos tanto a mí cómo a Jun Kyu.
Sonreí enternecido al recordar cómo Yoshinori hablaba con su pequeña hija, Nako, quien es como un pequeño cachorro de oso.
Empecé a limpiar mis lágrimas con anhelo, no podía pensar en otra cosa que sea lo malo, mire a los costados encontrándome con unos ojos pequeños mirándome con curiosidad, Nako ni sabía que ocurría, sólo miraba a su otro padre con pánico al verlo llorar de esa manera.
Debo de ser maduro.
Me levanté de la silla de plástico y me encamine a la niña, tomé su manita y la encamine a la soda del hospital.
Resoplé y mire cómo no dejaba de clavar su mirada en mí, sonreí de lado al recordar a Yoshinori dándole un sin fin de mimos.
—Pequeña— murmuré y esto provocó que me mirará aún más curiosa.
–¿Quieres comer chocolates?– mencioné con una sonrisa, animadamente asintió y levantó sus manitas de forma positiva.
Sentí mi corazón romperse en mil pedazos al recordar cómo planeaba tener un bebé con Jun Kyu.
Miré a la pequeña y mi imaginación cambió su rostro plasmando a una niña con la mirada oscura y la tez cómo la de Jun Kyu, pero con unos relucientes hoyuelos y felinos ojos cómo los míos.
—Me arrepiento tanto...— murmuré inconscientemente.
–Su– dijo la bebé con una sonrisa y ladeé la cabeza. —Suk— la corregí con una sonrisa.
–¿Guk?— preguntó y negué.
Sonreí enternecido y me imaginé enseñándole a decir "Papá" a alguna hija mía. —Ss— hablé para que repitiera conmigo. —Uuk— alargue la palabra y tras unos segundos Nako volvió a intentar decirlo.
–Suu— habló y negué.
Empecé a repetirle el sonido de la "K" y tras unos momentos volvió a intentarlo.
–SuKKK– dijo exagerando el sonido de la "K", justo cómo dije yo para que aprendiera.
Iba a corregirla, pero sería un caso muy complicado.
Me puse de rodillas para estar a su tamaño y la alcé a la altura de mis hombros, seguido caminé a la Soda y compré distintas cosas. Un sandwich, un refresco, unas papas, frutas y un chocolate.
Núnca suelo gastar dinero por comida, pero ya sea por una ternurita así lo haría sin arrepentimiento alguno.
Cómo padre de seguro sería muy cumple caprichos.
Finalmente, nos sentamos en una de las mesas y la mire comer, ¡Es jodidamente tierna!.
Lamí mis propios labios y deje mi mentón apoyado en mi mano, tengo hambre, pero no quiero gastar mucho dinero.
—Toma— habló la pequeña niña de tez blanca partiendo un pedazo de su pan con sus manitas para darmelo.
Sonreí enternecido y negué un par de veces.
Tan pronto cómo negué, recordé que el papá de ésta bebé está en peligro, y eso basto para que mi autoestima se bajara.
Mashiho es el mejor amigo de mamá Mi Yeon, mientras que Yoshinori es el esposo de este.
Después de todo, Yoshinori siempre fué muy cercano a mí.
Mamá Mi Yeon, me ha contado cosas de su adolescencia con Mashiho, incluso un día llegó a contarme que su primer encuentro sexual, fué con Mashiho... Cosa que me sorprendió exageradamente. Por alguna razón no puedo imaginarlos de esa forma, porque después de todo, estoy acostumbrado a mirarla con papá.
Mi Yeon tuvo una relación amorosa con Mashiho, pero después de todo, cada uno fue por su camino, mamá quedó con papá y Mashiho encontró al amor de su vida, Yoshinori.
Al reaccionar, mire como mini Yoshinori tomaba su refresco con una sonrisa plasmada en su rostro.
La comida de los hospitales son malas, pero después de todo, éste hospital tiene está soda la cual tiende comidas deliciosas.
Al llegar de nuevo, mire cómo Mashiho estaba con una sonrisa de media luna.
–Mashi— hablé sentandome a su lado. –¿Han dicho algo?— pregunté refiriéndome a Yoshinori.
–E-Está vivo...— empezó llorar con una sonrisa. –Pensé que lo iba a perder— murmuró con sus manos temblando.
Marqué mis hoyuelos e inmediatamente me tiré a sus brazos para abrazarlo con toda la energía posible.
—Él es mí vida, él es mi bebé, él es mi todo— dijo limpiando las lágrimas derramadas.
Así fué cómo mi autoestima cayó en empinada, ese tipo de cosas... Son las que yo le decía a Jun Kyu.
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