Capítulo 8:Entrenamiento

¿Porque Kaguya estaba bailando con Bell?.

Esa era la pregunta la cual rondaba en la mente de la bella diosa de la justicia viendo desde la rejas a ambos bailar en el patio de la mansión Chimenea.

Bueno, pues para saber eso tenemos que retroceder en el tiempo.

Unas horas antes.

Sede de la familia Astrea.

Cinco de la mañana.

Por los pasillos de dicho lugar cierta bella oriental caminaba a paso lento en dirección a afuera de la sede para ver el correo.

Hoy era otro día en que llegaba una nueva carta del chico misterioso habiendo pasado una semana de su fracaso anterior.

Había estado por toda esa semana buscando a ese albino no pudiendo dar con él en los patrullajes, incluso cuando iba a su sede no estaba nadie allí, si seguía así llegaría el día del baile y ella no podría averiguar nada.

Así que ahora se levanto una hora antes para ver si tendría suerte y ver a ese chico colocar la carta, esta vez decidió no pasar toda la noche haciendo vigilancia ya que sería una pérdida de tiempo así que decidió levantarse un poco más temprano de lo usual.

—me pregunto si ya coloco la carta —pensó con el ceño levemente fruncido saliendo de la sede y caminar hacia el correo.

Si ya estaba allí pues ni modo, se levantaría más temprano la próxima vez o le pediría a Lyra que le diera una de esas sus famosas minas y la colocaría bajo el correo aunque era algo riesgoso ya que podría activarse con el cartero.

—.....

Al ya estar frente al correo lo abrió y observo el interior viendo que ya había una carta allí.

—lo sabía, esta vez lo hizo más tempra......

Las palabras de Kaguya se cortaron al ver que el sobre no iba dirigido a Astrea......iba dirigido a ella.

—¿Que es esto? —pensó confundida tomando el sobre y sacar la carta para leerla la cual no tenía casi nada de texto.

Solo unas palabras.

"Levanta la piedra que está a tú izquierda".

—.......¿Que?.

Kaguya extrañada dirigió su mirada a su izquierda viendo que a unos diez metros de ella había una roca un poquito grande en el suelo.

—¿Es una especie de juego de ese idiota?.

Con el ceño fruncido y curiosa por saber que estaba planeando camino hacia esa pequeña roca y se arrodillo un poco para tomarla y levantarla encontrando una nota.

—tsk ¿Se quiere hacer el misterioso? —pensó fastidiada tomando la nota y leerla.

"Vuelve al correo".

En el momento en que Kaguya leyó esas palabras una fuerte ventisca azotó atrás de ella dándose rápidamente la vuelta no viendo nada más que unos cuantos arbustos y árboles moviéndose levemente por ese viento repentino.

Lo más raro es que el resto de árboles y vegetación no se estaban moviendo......como si el viento......lo produjo.......alguien......

—......

Kaguya abrió los ojos en shock al darse cuenta de lo que sucedió.

—no, no, no, no, no.

Rápidamente Kaguya corrió hacia el correo y observo en el interior viendo que ahora habian dos cartas en su interior.

Mientras ella estaba leyendo la nota bajo la piedra alguien pasó a una velocidad monstruosa dejando esas cartas, alguien de primera clase para que ella no pudiera notar su presencia al momento.

Claro, por eso las notas, para que bajara la guardia.

"Para Astrea".

"Para Kaguya".

Obviamente una de las cartas iba a su diosa pero la segunda pertenecía a ella.

Lentamente y con sus manos temblorosas tomo el sobre que iba dirigido a ella haciendo el esfuerzo para no explotar.

—.....

Poco a poco fue sacando la carta....

—.....

Y leer las palabras que estaban escritas en ella....

—.....

Eso no podía estar pasando......

—.....

Parecía un chiste....

—.....

La hoja se arrugó por la fuerza que utilizo apareciendo unas venas en su frente y sus ojos se llenaban de ira.

—......

Y un fuerte tic apareció en su ojo.

"Mejor suerte para la próxima........tonta oriental".

Eran las palabras que decía la carta.....

Le habían visto.....

Le habían visto la cara de estúpida por segunda vez.....

Y lo peor de todo es que cayó redondita en su juego de las notas.

En un estúpido juego en el cual cayó fácilmente.

Tenía que ser una broma....

Una maldita broma....

Se volvieron a burlar en su cara....

—M......

Ella, la gran Kaguya....

—Ma.....

La que siempre había estado un paso por delante del resto.....

—Mal.....

Le habían visto la cara dos veces.....

—.......

Sentía que le habían escrito la palabra "estúpida" en la cara.

—.......

Ahora si podía explotar....

—¡MAAAAAALDIIIIIITOOOOOOOOO!.

El fuerte grito resonó en toda la sede despertando a todas las que estaban durmiendo.

—¡¿PORQUEEEEEEEE?! ¡¿PORQUEEEEEEEE?!.

A excepción de una la cual después de cumplir su trabajo se había ido a su cuarto y observar la escena.

—¡NOOOOOOOO! ¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO!.

Y ver a su amiga en ese estado lo único que pudo hacer fue contener la risa que quería salir de ella, le daba mucha gracia verla enojada cuando las cosas no le salían como ella quería, de verdad estaba disfrutando eso.

—¡IMBECIL! ¡¿TE CREES MUY GRACIOSO?!.

Grito Kaguya viendo a todos lados.

—¡PUES VEAMOS CUANTO MAS TE DURA ESA DIVERSIÓN! ¡TE CORTARE EN PEDACITOS!.

E hirviendo de ira Kaguya azotó el correo dejando la carta de su diosa allí y caminar a pasos grandes y furiosos en dirección a un solo lugar.

La sede de la familia Hestia.

—......

La chica que se estaba riendo dejó de hacerlo al ver a donde se estaba dirigiendo Kaguya.

—hay no.......espero que no se pase —pensó arrepintiendose de haber hecho ella esa broma ya que la hizo ella por voluntad propia, su único trabajo era colocar esa carta.

Y ahora el que pagaría esa broma seria Bell.

—l‐lo siento —y con esos pensamientos se fue a su cama para fingir que estaba durmiendo esperando que Kaguya no matará al albino.

—¿Uh? Juraría que escuche a Kaguya gritar —susurro Astrea extrañada saliendo de la sede—. ¿Lo imagine?.

Astrea camino un poco hacia el correo y sonrió feliz al ver su carta semanal como siempre.

—bueno, mejor regreso a mi habitación —pensó con una sonrisita llevando la carta con ella.

Mientras en la mansión Chimenea.

—¡Que buen día para ser Bell Cranel!.

Fueron las palabras que grito un albino de pie en las dos grandes puertas de la entrada a la sede.

—el sol brilla, los pájaros cantan, este día tiene de todo para ser perfecto —dijo motivado—. ¡Bien! Comenzare con mis entrenamientos matutinos.

Aunque se miraba feliz Bell se sentía un poco nervioso, ese día decidió no colocar la carta semanalmente y mejor dársela a su aliada para que la pusiera allí, así evitaría el riesgo de ser descubierto, solo esperaba que ella la haya puesto y no se le haya olvidado.

—¿Uh?.

Bell se confundió al ver como de pie en las rejas de la sede estaba cierta oriental con una expresión de ira y con su katana en mano.

Pero no le dio importancia.

—¡Buenos días Kagu.....!.

—¡Nada de buenos días conejo de mierda!.

—ugh......¿Q‐Que hice?.

—hoy te mueres.

—¿Que?.

Y sin darle aviso Kaguya dio un salto las rejas y empezó a correr hacia el albino.

Como era su mayor sospechoso desquitaria su ira con él.

—¡AAAH ¡AYUDA! —grito Bell alarmado empezando a correr por el patio de la sede—. ¡POLICIA!.

—¡YO SOY LA POLICÍA! ¡VEN PARA ACA!.

Mientras en una de las ventanas de las tantas habitaciones de la mansión cierta diosa se asomo un poco soñolienta viendo la persecución en el patio de su sede.

Ver eso hizo que una sonrisa maternal apareciera en su rostro.

—me alegra que Bell‐kun invite a sus amigos de otras familias para jugar y entrenar —susurro viendo como este esquivo un tajo que iba a su espalda y seguía huyendo—. Hace unos meses atras le daba vergüenza socializar con los demás y ahora tiene muchos amigos......estoy orgullosa de ti.

—¡AYUDA!.

—¡DEJA SE CORRER!.

—iré a preparar el café.

Y con esas palabras la pequeña diosa se fue a la cocina dejando que su hijo y su amiga oriental siguieran jugando.

Un rato después.

Bell respiraba con dificultad tirado en el césped y Kaguya estaba de pie con su cabello desarreglado guardando su katana.

—para ser un nivel tres eres muy rápido —susurro la oriental enojada ya que no logro darle ni una sola vez.

—e‐estoy orgulloso d‐de mi velocidad —dijo intentando recuperar el aire—. E‐Es mi fuerte desde niño.

—se nota.

—¿Y‐Ya no estas e‐enojada?.

—c‐callate.

Gracias a la persecución que tuvo en el patio la ira de Kaguya había disminuido un poco dándose cuenta que fue muy tonto e impulsivo lo que hizo pero la rabia fue tanta que fue directamente a atacar a Bell.

Pero ahora que estaba con la mente fría empezó a pensar mejor las cosas.

Y ahora dudaba mucho que Bell fuera el chico de las cartas.

No lo conocía demasiado pero lo conocía lo suficiente para saber que él no era la clase de chico que se burlaba de esa manera de una persona por medio de una carta, Bell no era de esos.

Y dado que esa mañana el "chico" de las cartas se burlo de esa manera de ella pues empezaba a dudar de sus sospechas, si estaba equivocada pues ya no tenía idea de quien seria esa persona.

Pero a pesar de eso Bell seguía siendo su primer sospechoso y no dejaría de serlo, por eso fue directamente hacia él para descargar su ira.

Aunque ahora estaba confundida dudando de lo que verdaderamente creía.

Esa última carta con burlas hacia ella habían cambiado todas sus teorías pero tampoco las había desechado del todo.

—¿P‐Porque estabas enojada conmigo? —pregunto Bell poniéndose de pie otra vez—. No te he visto desde hace días y apareces para atacarme de la nada.

—yo...........yo..........yo tuve un sueño en el que tú y yo eramos pareja pero tú me fuiste infiel, cuando desperté senti una gran ira y vine a atacarte —fue la respuesta inventada que dio.

—¿Tienes sueños donde somos pareja? —pregunto sorprendido.

—solo son sueños, uno siempre sueña cosas aleatorias así que no te hagas ideas equivocadas.

—esta bien.................¡¿Me atacaste a matar solo por un sueño?! —grito Bell al procesar las palabras anteriores.

—quizás pensé que aún estaba soñando pero ya estoy calmada —explico tranquilamente acomodando su cabello.

—ugh, no puedo creer que estuve a punto de morir por un sueño —susurro nervioso—. Además que es imposible, si tú y yo fuéramos pareja jamás te fuera infiel.

—¿Uh? ¿Cómo estás tan seguro de eso? —pregunto curiosa alzando una ceja.

—p‐pues porque eres una chica muy fuerte y muy linda, seria estúpido de mi parte serle infiel a una mujer así —respondió un tanto avergonzado—. Además que un hombre que le es infiel a su pareja y la lastima sin razón alguna es basura.

—.....

—.....

—.....

—.....

—.....

—¿Que? —pregunto Bell al ver que la oriental no lo dejaba de ver.

—......nada —susurro apartando la mirada.

—¡Good Morning!.

La platica de ambos se corto cuando la sonriente Hestia apareció en el lugar.

—¡Kaguya! Me alegra verte —saludo Hestia con una sonrisa feliz.

—buenos días diosa Hestia, perdón por haber interrumpido a su sede de esa manera.

—¡Para nada! Los amigos de Bell‐kun son bienvenidos a este lugar, además que nuestras familias tienen una alianza, me alegra que este funcionando.

—pues......gracias por sus palabras —susurro un tanto nerviosa no queriendo decirle que solo llego a la sede para rebanar al conejo.

—amigos —pensó Bell viendo a la oriental—. ¿Somos amigos? —seguía pensando dudoso no sabiendo que tipo de relación tenía con ella.

—estábamos a punto de desayunar ¿Quieres unirte? —invito la diosa.

—no quisiera molestar la verdad.

—no te preocupes, nuestra mesa es grande así hay espacio para tí.

—bueno, no veo porque no.

Kaguya había salido de la sede para atacar a Bell que ni siquiera había desayunado y conociendo a Alise al ver que ella no estaba allí se comería su parte.

Así que desayunar con la familia Hestia no sonaba tan mal, además que no quería rechazar la oferta de la diosa la cual se miraba feliz.

—esta bien, desayunare con ustedes —acepto.

—una buena elección, hoy le toca a Mikoto cocinar y cocina muy bien, te va a gustar —dijo la sonriente Hestia dándose la vuelta y empezar a caminar siendo seguida por ambos humanos.

—¿Tú puedes cocinar? —pregunto Kaguya curiosa viendo a Bell.

—"hace unos momentos me quería matar y ahora esta hablando tranquilamente" —pensó con una gotita estilo anime—. S‐Si, cocino pero solo los viernes, a veces cocino también los sábados.

—mmm tengo curiosidad por saber como cocinas.

—puedes venir a desayunar con nosotros todas las veces que quieres, tú y tú familia son bienvenidos las veces que quieran —invito la pequeña diosa.

—gracias pero le recomiendo que no le diga esas palabras a Alise ya que abusara de la invitación y solo se la pasara aquí, la conozco muy bien para saber que es lo que hará —dijo con cansancio.

—¿La pelirroja? Parece una buena chica —se extraño la diosa.

—lo es......pero llega a ser muy irritante demasiado.

—jeje parece que las chicas de Astrea no son lo que aparentan —rio Hestia con gracia.

—comenzando con Kaguya-san —susurro Bell.

—¿Que dijiste?.

—n‐nada.

Un rato después.

Ahora estamos en el comedor de la sede donde todos ya estaban reunidos tomando el desayuno manteniendo una platica tranquila.

—espero que le guste el desayuno Kaguya‐dono —dijo Mikoto un poco nerviosa de que la oriental probara su comida.

De todas las chicas de la familia Astrea a la que más admiraba era a Kaguya por la sencilla razón que era una oriental.

—gracias por la comida —agradeció de forma educada dejando a un lado su lado sarcástico y burlesco.

—¿Que hace Kaguya‐sama en la sede? —pregunto Lili extrañada.

—vino temprano a visitar a Bell‐kun —respondio la sonriente diosa.

—si......visitar —susurro Bell con leve tono de sarcasmo, algo que no solía utilizar mucho—. ¡Auch!.

Aunque se arrepintió al recibir una fuerte patada de Kaguya debajo de la mesa.

—suerte que decidiste venir a desayunar cuando le toca a Mikoto cocinar, Lilicuajo es pésima y Hestia‐sama solo da jakamarukun —comento Welf comiendo sus panqueques.

—al menos mis jakamarukun no se queman —se defendió la diosa.

—por décima vez, lo hago a propósito porque me gusta la comida así.

—pretexto para no admitir su error.

—¡Callate Lilicuajo!.

Kaguya solo miraba curiosa las interacciones en la mesa, por alguna razón las sentía similares como en su familia aunque allí mantenían un poco la calma por respeto a su diosa.

Pero aquí hasta Hestia se unía a las discusiones.

—p‐perdónalos, siempre son así de animados —susurro Bell con una sonrisa nerviosa al ver la expresión de la oriental.

—tranquilo, no me molesta —dijo viendo como Lili y Welf discutían y Hestia también se unía a la discusión mientras Mikoto comía felizmente.

A pesar que eran una familia pequeña se oía en la sala como si fuera una gran cantidad de personas.

Una curiosa familia.

.
.
.
.
.

Los minutos fueron pasando y el desayuno continuo sin muchas complicaciones con platicas a cada rato.

A pesar que no era su hogar ni su familia Kaguya se sintió de cierta manera cómoda en ese lugar, tenía un ambiente agradable y familiar.

Por algo la diosa Hestia era la diosa del hogar.

—por cierto Bell‐kun ¿Ya tienes el dinero para las clases? —pregunto Hestia curiosa.

Y en eso una interesante platica comenzó llamando la atención de la oriental.

—no, aun no, son muy caras y me esta tomando un poco de tiempo reunir todo el dinero —respondio Bell con una sonrisa nerviosa—. ¿Es necesario?.

—¡Muy necesario! Tienes que aprender para dejar a todos impresionados.

—¿Uh? ¿De que están hablando? —pregunto Kaguya curiosa por la platica.

—Bell esta ahorrando para pagar unas clases de baile que son absurdamente caras —explico Welf terminando de beber su café.

—¿Clases de baile? —dijo más confundida.

—creo que ya sabes que la virgen de Freya hará un baile en su sede dentro de unas semanas ¿Cierto? —pregunto Hestia alzando una ceja.

—si, Astrea-sama también recibió una invitación ¿Ustedes también?.

—¡Si! Obviamente Bell‐kun irá conmigo pero no puede bailar ni un poco así que tiene que tener esas clases de baile para que no haga el ridículo —explico Hestia ansiosa por ese día.

—¿Que clase de baile estas practicando? ¿Ballet? —pregunto Kaguya viendo con burla al albino.

—¡Claro que no! Es el baile normal que todos practican, nada más —susurro avergonzado ya que le daba vergüenza que alguien que no sea de la familia sepa de sus próximas clases de baile.

—¿Usted puede bailar Kaguya‐dono? —pregunto Mikoto curiosa.

—Obviamente. Puedo muchos tipos de baile, los aprendi desde que era una niña, curiosamente nunca he bailado con alguien, es un fastidio —respondio recordando aquellos tiempos en los que practicaba su baile.

—yo pase casi toda mi vida intentando sobrevivir así que no se nada de esas cosas —explico Lili.

—yo menos, yo solo puedo forjar —dijo el pelirrojo.

—no es tan difícil, con un buen maestro aprendes en dos semanas.......creo —susurro Kaguya no muy segura.

En eso un foco apareció en la cabeza de Hestia señal que se le acababa de ocurrir una idea.

—¡Ya se! —exclamo la pequeña diosa—. ¿Que tal si tú le enseñas a Bell‐kun a bailar?.

—¿Yo?.

—¿Ella?.

Ambos hablaron al mismo tiempo, la oriental confundida y el albino nervioso.

—¡Si! Dices que puedes todo tipo de baile así que serias una buena maestra para Bell‐kun —dijo Hestia emocionada—. Y él puede pagarte por las clases.

—K‐Kami‐sama no creo que deba molestar a Kaguya-san con eso —susurro Bell nervioso, nervioso de lo que le fuera a suceder en esas clases.

Kaguya parecía de las que no tendría  piedad a la hora de entrenarlo.

—nunca le he enseñado a alguien a bailar —respondio Kaguya honestamente.

—tengo la corazonada que seras una buena maestra.

—mmmm.....

Kaguya dudosa volteo a ver a Bell pensando si aceptar o no viendo como este tenia una sonrisa nerviosa deseando que no aceptara.

—n‐no es necesario que aceptes, eres una chica muy ocupada después de todo —dijo Bell nervioso.

—de hecho tengo demasiado tiempo libre —confesó la oriental para después sonreír—. Creo que no suena tan mal enseñarte a bailar, será divertido.

Obviamente el entrenamiento lo ocuparía como una fachada para averiguar más de Bell e interrogar disimuladamente a sus amigos, quizás en una de esas tendría suerte y soltarían información de más.

A pesar de todo Bell seguía siendo su principal sospechoso.

Esta vez estaba segura que no fallaría.

Talvez se burlaron en su cara dos veces pero no se burlarian tres veces.

Estaba segura de eso.

—¿Entonces aceptas? —pregunto Hestia con esperanza.

—claro, no veo porque no —acepto sonriente haciendo que Bell sintiera un escalofrío en la espalda al imaginarse como serían sus clases—. Y lo del pago no es necesario, no lo necesito, somos una familia aliada, tenemos que apoyarnos entre nosotros como la alianza que somos.

—¡Así se habla! —exclamo Hestia feliz—. Estoy segura que Bell‐kun aprenderá mucho de tí, confío en que le enseñaras muy bien.

—he escuchado que Bell tiene dos pies izquierdos así que no la tendrás fácil —comento Welf viendo la mirada nerviosa de su amigo.

—no hay problema, necesita una maestra estricta para tener su pie derecho —dijo viendo con una amable sonrisa al albino—. Te convertiré en un gran bailarín Bell.

—g‐gracias.

Tenía miedo de Kaguya, no solo porque probablemente sea una maestra muy estricta si no también porque ella sospechaba que él era el chico de las cartas, su miedo era que sin querer descubriera su secreto.

—lo dejo en tus manos Kaguya.

—no la voy a decepcionar diosa Hestia.

—ugh.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Un rato después.

—¿E‐Es necesario comenzar ahora?.

—no tengo nada que hacer así que si.

Después del desayuno Kaguya y Bell fueron directamente hacia el patio para entrenar por orden de la oriental para practicar el baile, obviamente Bell se sentía nervioso temiendo de como seria la chica como maestra.

Kaguya a la vez se sentía extrañada, llegó a la sede para despellejar al conejo y ahora le iba a enseñar a bailar.

Un giro raro en el día.

—¿De verdad no sabes ningun tipo de baile?.

—¿El baile de la gallina cuenta?.

—¿Quieres que te de un golpe?.

—perdón.

Kaguya soltó un suspiro cansado al ver que entrenar a Bell desde cero en el baile sería algo muy difícil.

Pero no imposible, no para ella.

Convertiría a Bell en el mejor bailarin de esa ciudad y de paso descubriría su secreto......si es que tenía uno, después de lo de hace unas horas tenía sus dudas.

—no creas que voy a ser amable con el entrenamiento.

—eso es obvio —susurro el conejo.

Casi que preferiría tener un entrenamiento de como ser un buen peleador a eso, bailar nunca fue lo suyo, su talento siempre fue cantar y tocar la guitarra.

El baile lo estresaba.

Mientras apoyados en la ventana de la sede estaban Welf y Mikoto queriendo ver como sería el entrenamiento de su amigo.

—yo se que Bell‐dono aprenderá muy rápido.

—¡Ja! lo dudo, tal vez sea un prodigio en subir de nivel y en manejar armas pero en estas cosas es un asco o al menos eso dice él —dijo el pelirrojo recordando como su amigo albino le tenía miedo a ese tipo de cosas—. Espero que Kaguya tenga paciencia o Bell sufrirá.

—vamos Bell‐dono, yo creo en usted.

—......¿Y que hacemos? —pregunto Bell nervioso viendo a su maestra.

—dame la pata —ordenó Kaguya extendiendo su mano.

Bell obedeció y le dio la pata a Kaguya.

—espera........yo tengo manos —dijo el conejo al darse cuenta que lo trataron como un animal y él obedeció.

—me da igual, ahora pon tú otra pata en mi cintura.

—¿En dónde? —pregunto empezando a sentirse nervioso.

—no es nada del otro mundo, solo hazlo —ordenó con cansancio al ver lo nervioso que era Bell respecto a esas cosas.

Cada vez dudaba más que él fuera el chico de las cartas, teniendo en cuenta que esa mañana esa persona se burlo de ella, no miraba al albino haciendo ese tipo de cosas.

Bell avergonzado y aun un tanto dudoso llevo su mano a la cintura de Kaguya y la toco levemente.

—¿Y‐Y ahora?.

—mmmm necesitamos algo de música —dijo Kaguya ya que bailar así sin más no era lo mismo para ella.

Aunque en eso una música empezó a sonar en el lugar captando la atención de los dos.

—¿Que les parece la música de fondo? —pregunto Welf inclinándose en la ventana y dejar un pequeño aparato en el césped, otro invento de Asfi que le gustó mucho a las personas.

—bien hecho pelirrojo, por lo menos sirves de algo —dijo la oriental satisfecha con la música para después volver a ver a Bell—. Bien, ahora comencemos con esto.

—pero aun no se que hacer —susurro nervioso.

—¿Nunca has visto a nadie bailar?.

—u‐unas pocas veces.

—bien, entonces solo recuerda los movimientos que hacían e intenta también seguir mis pasos, cuando menos lo sientas ya lo habrás manejado.

—e‐entendido.

—y una última cosa —susurro tomando la barbilla de Bell y levantarla un poco—. Tú mirada siempre tiene que estar en los ojos de tú acompañante, nunca la apartes.

—b‐bien —acepto nervioso por estar viendo los ojos de la oriental.

Eran raros, eran muy afilados y llenos de sarcasmo poniéndolo nervioso.

Pero a la vez sus ojos eran lindos, podía ver a una mujer que se preocupa mucho por las personas que quiere en esa mirada.

—ahora comencemos.

—s‐si.

—a la cuenta de uno, dos......tres.

.
.
.
.
.
.

Un minuto después.

Bell estaba tirado en el suelo con las marcas de un puño en su rostro.

—¡¿Cómo es posible que en menos de un minuto me hayas pisado el pie más de veinte veces?! —grito Kaguya con una vena en la frente queriendo darle más puñetazos en la cara.

—p‐perdón.... —se disculpo Bell como pudo adolorido en el suelo—. T‐Te dije que no p‐podía bailar.

—pensaba que eras malo en esto pero resulta que eres un asco para el baile —dijo intentando calmar su ira—. ¿Y se supone que tengo que entrenarte hasta que seas bueno en el baile?.

Kaguya ya empezaba a sentir la montaña de estrés que le iba a causar todo eso y ya no podía negarse ya que se lo prometió a la diosa Hestia y no le gustaba romper sus promesas.

Pero el estrés no se lo quitaba nadie, jamás en su vida había conocido a alguien tan malo en eso.

—veamos, faltan tres semanas para el baile así que en ese lapso tengo que hacer que pases de una montaña de basura a una simple basura.

—uhg —soltó un quejido el conejo poniéndose de pie con la mejilla roja—. E‐Espero no decepcionar.

Todo eso se solucionaría si su diosa llevará a la fiesta a Welf, Lili o Mikoto pero quería llevarlo a él ¿Porque siempre tenia que ser él? ¿Acaso se olvida que él siempre trae problemas en esos eventos? La fiesta de Apolo es la más reciente y no termino de la mejor manera.

Aunque gracias a eso obtuvieron esa enorme mansión.

¿Que era lo que obtendría esta vez en la fiesta de la diosa Freya?.

—bien, hagamoslo de nuevo......dame la pata.

Bell obedeció y le dio la pata.

—ahora pon tú otra pata en mi cintura.

—¿Que vamos a hacer? Será el mismo resultado —susurro Bell nervioso por recibir otro puñetazo.

—volveremos  a bailar pero esta vez de una manera muy lenta para que te vayas aprendiendo los pasos y así poco a poco aumentaremos la velocidad hasta que tú cuerpo se acostumbre a bailar..........y si me vuelves a pisar el pie te corto en dos.

—e‐entendido —susurro ya sintiendo su cuerpo cortado.

—bien, ahora sigue mis pasos y lo haremos lento......uno......dos.......tres.......

Mientras ellos dos bailaban lentamente, en las rejas de la mansión estaba la diosa de la justicia viendo a ambos con una expresión con una mezcla de sentimientos confusos.

—¿Porque Kaguya esta bailando con Bell? —pensó la diosa con ese molesto sentimiento en su corazón.

No sabía que era lo que le molestaba más, ver a ambos bailar o sentir celos hacia su propia hija.

La diosa Astrea empezaba a descubrir que detestaba mucho los celos.

Ambos se miraban tan juntos viéndose fijamente mientras bailaban.

—......

Definitivamente no le gustaba ese sentimiento.

Su mañana comenzó muy alegre al recibir la carta del chico misterioso pero ahora se había malogrado un poco con esos molestos sentimientos de ver a ambos bailar.

No le gustaba.....

No quería verlos así de juntos.....

Detestaba sentir eso.....

Pero no podía evitarlo......

—¿Eh?.

Pero la tristeza y celos de Astrea pasó a confusión al ver como después de una serie de acontecimientos Kaguya empezó a moler a golpes al albino.

¿Razón?.

La oriental le ordenó al conejo que la tomará de la cintura con ambas manos y la levantara un poco y dar un giro pero este sin querer y dado que había estado aprendiendo mucho ese movimiento que quedo grabado en su mente y cuerpo le hizo un suplex a Kaguya estampadola contra el suelo.

Bell se asusto al ver lo que hizo pero a la vez se sintió orgulloso ya que le salio perfecto.

Pero después vino el arrepentimiento cuando Kaguya se puso de pie con una expresión llena de ira empezando a moler a golpes al albino mientras Welf y Mikoto saltaban por la ventana para detenerlo.

Todo eso era observado por Astrea la cual solo tenía una gotita estilo anime ya no sabiendo que pensar.

—c‐creo que mejor visitare a Hestia más tarde —pensó la diosa alejándose viendo como Mikoto intentaba detener a Kaguya en vano.

La relación de Kaguya y Bell le parecía muy rara a Astrea, antes le pareció que eran amigos, cuando empezaron a bailar parecían una pareja y ahora parecían un asesino y una víctima

No lo entendía.

Solo esperaba que las cosas no se complicaran, no quería seguir sintiendo más celos hacia su hija.

Definitivamente el sentimiento de los celos era lo que más detestaba.

Tres semanas para el baile.

===Fin del capítulo===

Bueno aquí termina el capítulo de hoy espero que les haya gustado si es así voten y comenten que les pareció ya que eso me motiva a seguir escribiendo.

Oigan, perdón por tardarme en actualizar pero como saben estoy trabajando y tengo poco tiempo para escribir, me gustaría actualizar más rápido pero me es difícil.

Además que estoy viviendo mi propia historia romántica en ese trabajo xd, me he convertido en una especie de amigo de ella así que aún tengo esperanza.

Sin más que decir me despido adiós cuídense y no tomen drogas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top