Capítulo 12:Una carta silenciosa
Kaguya siempre se había mostrado fría, sarcástica y desinteresada hacia los demás.
La típica chica que le podrías decir el peor insulto y esta actuaba como si nada no importandole ni un poco.
Alguien que no le importaban los demás más que ella misma.
Pero era todo lo contrario......
Si hay algo que le sobraba a Kaguya era el gran orgullo que tenía, ese enorme orgullo que impedía que mostrara lo que verdaderamente sentía.
Ya que aunque se mostrará desinteresada por fuera, por dentro quería mucho a su familia preocupándose por cada una de ellas, incluso siendo capaz de dar la vida por ellas si la situación lo ameritaba, incluso con Ryuu.
Kaguya siempre velaba por la seguridad de cada una de ellas aunque estas no se dieran cuenta a excepción de algunas como Neze o Alise que sabían muy bien lo que verdaderamente sentía su amiga.
Aunque fuera muy arrogante tenía su lado bueno y protector.
Y ese lado protector era mucho más grande cuando se trataba de su bella diosa.
Si había alguien que Kaguya protegiera mucho más que cualquier otra sin duda alguna era Astrea, después de todo había jurado jamás permitir que ella fuera dañada.
Cuando su diosa salía y le pedía que la acompañará esta siempre caminaba a su lado y miraba con unos ojos de muerte a todos los hombres que intentaban mirar con ojos lujuriosos a su pura diosa.
Los odiaba ya que a sus ojos todos esos tipos solo querían hacerle daño y jugar con ella.
Jamas permitiría que nadie se acercara a ella con segundas intenciones.
Pero eso cambiaría cuando alguien se acercó a su diosa de una manera distinta al resto.
Por medio de cartas.
Ese día la sede se puso patas arriba en el momento en que su diosa recibió esa carta de amor donde Astrea no sabía que pensar sobre ello notándose la leve incomodidad en su rostro.
Y obviamente Kaguya no sintió ni una pizca de confianza en esa carta creyendo firmemente que era otro enfermo queriendo aprovecharse de ella.
Por suerte pudo notar la incomodidad en los ojos de su diosa sabiendo que ese pobre idiota no lograria nada con sus estupidas cartas.
Pero eso con el pasar del tiempo fue cambiando.
Semana tras semana las cosas iban cambiando cada vez más.
Todos los lunes de cada semana una nueva carta iba apareciendo en el buzón de la familia, una carta de amor dirigida a Astrea.
Y con cada carta de amor la forma de pensar de la diosa iba cambiando con ese chico misterioso.
Esa expresión de incomodidad que tenía antes al leer la carta se había transformado poco a poco en una linda sonrisa leyendo cada párrafo de dicha carta notándose en sus ojos que le gustaba mucho leerlas.
Carta tras carta que Astrea leía con esa emoción y felicidad en sus ojos.
Todas sabían lo que estaba pasando y Kaguya fue la primera en darse cuenta de ello.
Su diosa se estaba enamorando de esa persona misteriosa solo con esas simples cartas.
¿Que tenían de especiales?.
Era lo que se preguntaba Kaguya cada vez que miraba la felicidad en los ojos de ella.
Una vez su diosa dejó la carta en el sofá mientras se iba a preparar un té y Kaguya aunque sabía que era algo de muy mala educación se acercó al sofá y leyó la carta para ver que las hacían tan especiales.
Y sus primeros pensamientos al leerla fueron.....
Cursis, llenas de palabras tontas y empalagosas.
¿Enserio le gustaba a Astrea ese tipo de cosas? No sabía que ella fuera alguien tan romántica y por lo visto le encantaba leer todas esas palabras dulces y llenas de amor.
Y eso frustraba a la oriental.
No la malentiendan, Kaguya no se oponía a que su diosa se enamorara y tuviera novio, ella estaba en todo su derecho pero al ser alguien muy sobreeprotectora con su diosa aunque no lo admitiera pues las cosas eran un poco más difíciles.
Si Astrea llegara a tener un novio primero tenía que averiguar que clase de hombre era, que tipo de intenciones tenía con ella y lo más importante, si verdaderamente la amaba.
En pocas palabras lo único que quería Kaguya era saber que tan digno era esa persona para su diosa, si era un buen tipo para ella y no solo un patán que quería dañarla.
Pero el gran problema era que no podía averiguar nada de eso ya que ni siquiera sabía quién era ese misterioso chico que escribía las cartas y eso era algo que la frustraba mucho.
Un hombre se estaba ganando el corazón de su diosa y ni siquiera sabía su nombre.
Odiaba eso.
Y eso se mantuvo así por un tiempo, un corto periodo de tiempo.
Hasta ese día donde conoció a su primer y único sospechoso en esa fiesta donde su familia formó una alianza con la familia Hestia.
Y ese era nada más ni nada menos que Bell Cranel, alias el conejo poseído.
Su mayor sospechoso en ser el dueño de esas cartas.
Lo que más la sorprendió fue enterarse que ese albino ya era cercano a su diosa como una especie de amigos.
Eso hizo que sospechara más y más de él tomando la decisión de acercarse y convertirse en una especie de amiga para averiguar más y saber si era el dueño de las cartas.
Y digamos que eso fue lo más entretenido y frustrante que había hecho los últimos tiempos.
Como por ejemplo sus intentos de atraparlo poniendo la carta que en todo momento fallo de maneras sospechosas, hasta la fecha aún no sabe como lo hizo ese chico y eso la enojaba.
Pero a la vez en todo ese tiempo sin querer fue conociendo más y más al albino.
En medio de su investigación descubrió muchas cosas, que podía tocar la guitarra, podía cantar, era pésimo en el baile, era un asustadizo pero si el momento lo necesitaba era el más valiente, alguien amable y bondadoso.
Y lo más sorprendente que descubrió fue......
Que la compañía de ese idiota era agradable.
Kaguya sintió un poco de gracia en esos momentos.
Ya que su verdadera intención fue fingir ser su amiga para averiguar su secreto pero al final y sin darse cuenta a sus ojos Bell se convirtió en un amigo para ella, un buen amigo del cual podía burlarse y golpear cada vez que quisiera.
Y respecto a su investigación pues por momentos dudaba que fuera él y en otros momentos sus sospechas se hacían más fuertes.
Era tan confuso.
Pero......
Esos últimos días sus sospechas sobre él habían aumentado.....
Cada vez sentía más que él era el chico de las cartas aunque aun no estaba segura al cien por ciento......
Pero......
Ella lo había conocido, sabía sobre sus gustos, su forma de ser y demás.....
En todo ese tiempo ella había conocido mucho de Bell Cranel, del posible pretendiente de su diosa......
Y si en el dado caso él llegara a ser esa persona......
Ese chico que había estado intentando averiguar quien era y que le causó muchos dolores fuertes de cabeza....
Pues.......
Su veredicto ya había sido tomado desde hace mucho antes......
Su decisión de saber si era o no era digno para ser pareja de su bondadosa diosa.....
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
-y llegamos...
Con una sonrisa Kaguya puso los pies en el césped del piso dieciocho después de haber recorrido todos los pisos y haber asesinado al Goliat.
Y atrás de ella se iba arrastrando cierto albino con su cuerpo adolorido gracias a que fue molido a golpes en múltiples ocasiones.
-y‐ya no puedo más -susurro Bell sintiendo como sus huesos crujian.
-oh vamos Bell, eres nivel tres, estos pisos no deberían de ser nada para tí -hablo Kaguya viendo con decepción al albino.
-t‐tienes razón pero no fui golpeado por los monstruos.......f‐fuiste tú -se quejo viendo con enojo a su amiga aunque era más dolor que enojo.
-eso te pasa por meterte en medio cuando iba a lanzar mi ataque final hacia el Goliat.
-p‐pero lo esquive.....
-pero me enojo que te metieras, imagínate si mi ataque te hubiera dado, en estos momentos estarías muy lastimado si fuera así.
-e‐eres un monstruo.
-ya no llores pequeño conejo, eso también es parte de tú entrenamiento -dijo tomando el cuello de la camisa del albino y empezar a caminar llevándolo arrastrado-. Vamos a Rivira por una poción.
-m‐mi guitarra -susurro Bell dolido llevando su instrumento en su mano viendo que una cuerda se había roto-. Porque acepte venir al calabozo con ella.
A veces Bell detestaba no tener la capacidad suficiente para decirle "no" a las personas y más a Kaguya sabiendo que siempre saldría lastimado si estaba con ella.
En fin ahora lo único que le quedaba era seguirle el juego y ver que era lo que tenia la oriental planeado.
Un rato después.
-listo, como nuevo -dijo Kaguya después de que Bell se tomará una poción de mediana calidad curando sus heridas-. Deberías de agradecer que gaste parte de mi dinero en esa poción, aquí en Rivira todo es caro.
-para empezar tú me lastimaste.
-pequeñeces sin importancia.
-¿Y bien? -pregunto Bell posicionándose a un lado de la oriental y ver el pueblo de Rivira el cual estaba un poco vacío, no habían muchos aventureros además de los vendedores-. ¿Cuál es el plan?.
-¿Cuál plan?.
-me trajiste aquí en contra de mi voluntad, me imagino que tienes alguna razón por la cual bajar tantos pisos ¿Tienes alguna misión aquí? -pregunto curioso.
-ahora que lo mencionas.
Kaguya podría ir directamente a su plan pero podía ver claramente que Bell seguía con la guardia en alto y así sería difícil hacerlo confesar la verdad, tenía que hacer que bajara mucho más la guardia.
Además que acababa de recordar que tenía unos asuntos pendientes allí en el piso dieciocho, serviría mucho para el entrenamiento del albino y que se relajará más.
También sería una actividad como alianza de familias.
Y......porque ya le estaba enojando posponer mucho esa misión.
-tenemos una misión importante aquí.
-¿Misión? -pregunto Bell mostrándose interesado.
-hay un pequeño grupo de personas que se dedican a vender sustancias ilícitas en Orario y según se tienen su base en alguna parte del piso dieciocho -explico la oriental cambiando su expresión a una sería.
-¿Que clase de sustancias? -pregunto mucho más curioso.
-de esas que te hacen volar.
-ah.
-el punto es que su base está en alguna parte de este piso así que nuestro deber es atraparlos y tú como mi subordinado tienes que ayudarme.
-¿Subordinado?
-dudo mucho que ese grupo estén en Rivira, probablemente estén escondidos en alguna parte del bosque -susurro empezando a caminar siendo seguida por Bell-. Más vale que tengas cuidado Bell, la gran mayoría son niveles dos y tres así que puede que sea algo complicado para ti.
-dinero y miedo son dos cosas que no tengo.
-así se habla.
-por cierto, si ya sabían que ese grupo de criminales estaban escondidos aquí en el piso dieciocho ¿Porque no atraparlos antes? -pregunto Bell extrañado saliendo de Rivira junto a su compañera.
-no teníamos las pistas suficientes....o bueno, si las teníamos pero el gremio creía que no eran suficientes -explicó frunciendo el ceño-. Pero a mi no me mienten, se muy bien que los peces gordos como el gordo de Royman les conviene este tipo de negocios en Orario, aunque sean ilegales producen una gran cantidad de dinero y eso los beneficia ya que es probable que reciba cierto porcentaje, porcentaje que utiliza para otros negocios en la ciudad y para el mismo, en pocas palabras corrupción.
-¿No es eso bueno? -pregunto Bell extrañado-. Digo, utilizan ese dinero para ayudar otros negocios legales de la ciudad.
Al escuchar esas palabras Kaguya se detuvo y se dio la vuelta para darle un pequeño golpecito con su dedo en la frente al albino.
-aún eres muy inocente en muchos temas Bell -dijo negando levemente-. Eso es dinero sucio conseguido de formas ilegales, esas organizaciones incluso ocupan a pequeños niños para vender esas sustancias en algunos callejones de Dedalo, mismos niños que les dan de esas sustancias para que se vuelvan adictos y sigan trabajando para ellos, creo que es más que obvio que esos pequeños no tendrán una larga vida.
La mirada de Bell pasó a una enojada al escuchar esas palabras.
-¿Cómo el gremio puede permitir tales aptos?.
-como dije, aun eres muy ingenuo Bell, si a la gente como Royman les beneficia pues harán la vista gorda con esos temas -dijo soltando un suspiro decepcionado-. Aún hay muchas cosas de las cuales tienes que aprender pero no te preocupes, ahora tienes una alianza con la familia de la justicia y aprenderás mucho sobre esos temas, a nosotras no nos importa lo que piense el gremio así que actuaremos aunque Astrea-sama quería hacer las cosas de forma legal con la aprobación del gremio pero yo no esperare más.
-vaya........Orario es mucho más oscuro de lo que pensaba -susurro sorprendido.
-créeme y eso solo es la punta del iceberg, en el pasado incluso había traidores en el gremio en la Era Oscura.
-¡¿Enserio?!.
-si, aunque es una larga historia.
Así ambos compañeros se adentraron al bosque del piso dieciocho en busca de esa base de esa organización esperando tener suerte.
La primera misión importante de Bell.
-......¿Y que haremos? -pregunto Bell deteniéndose.
-¿El que?.
-una vez encontremos esa base ¿Que haremos? -volvió a preguntar con curiosidad.
-......
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
En lo más profundo del bosque del piso dieciocho había una cabaña mal hecha donde habían un grupo de personas bebiendo con cajas llenas de mercancía en una esquina.
Estaban celebrando ya que había aparecido un cliente que les iba a comprar una gran cantidad de mercancía y eso haría subir sus números a lo alto.
-genial, seremos millonarios.
-eso no es nada, una vez nuestro cocinero tenga listo ese cristal azul venderemos enormes cantidades -dijo el otro emocionado-. Las cosas están saliendo bien.
Pero su fiesta no duró mucho en el momento en que la puerta de la cabaña salió volando golpeando a uno de ellos en la cabeza dejandolo fuera de combate.
-lo siento pero su fiesta se termina aquí -dijo Kaguya entrando a la cabaña con su katana en mano y Bell atrás de ella con una sonrisa nerviosa al ver que no preparo ninguna estrategia y simplemente derribo la puerta en el momento en que encontraron la base-. Ustedes deciden si hacemos esto por las malas o por las muy malas.
-¡Maldición! Es una de las chicas de la familia Astrea.
-¡Y el conejo poseído esta con ella!.
-bien conejo, ahora viene la parte favorita de repartir justicia -dijo Kaguya con una sonrisa arrogante.
-¿Cuál?.
-destrozar las caras de esos imbéciles.
-ah.
-tsk ¡Solo son dos! Podemos contra ellos.
-¡Idiota! ¡Ella es nivel seis!.
-¡Muy tarde para que se den cuenta! -grito la oriental lanzándose al ataque junto con Bell el cual solo haría lo mismo que ella.
Los destrozos en esa cabaña habían iniciado.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Mientras en la superficie.
Astrea se encontraba en uno de los tantos balcones de su sede observando su jardín rodeado de plantas que florecían con colores vibrantes llenos de vida que ella había plantado con mucho cariño.
Normalmente siempre cargaba una bella sonrisa en su rostro, mucho más los lunes ya que se habían transformado en uno de sus días favoritos.
Pero esta vez esa expresión de felicidad no estaba en su bello rostro, solo había una expresión melancólica observando su jardín.
Y todo eso......por la ausencia de una carta.....
Cada lunes, la expectación llenaba su corazón.......
Cada lunes, un sobre con su nombre escrito en una elegante caligrafía la hacía sonreír mientras leia cada parrafo escrito con amor.......
Pero esta vez, el silencio era abrumador en su corazón no apareciendo la sonrisa en su rostro por la ausencia de ese papel....
Un papel que significaba mucho para ella.
-¿Por qué no ha llegado? -se preguntó, mientras sus dedos acariciaban el borde de la barandilla.
Su cabello castaño caía suavemente sobre sus hombros y el vestido blanco que llevaba parecía brillar con la luz dorada del sol.
La brisa era fresca, pero no podía evitar sentirse atrapada en un mar de dudas.
-¿Porque? -volvió a susurrar sintiendo ese vacío en su corazón levantando la mirada y ver el cielo azul.
La imagen de un sonriente albino pasó por su mente recordando la manera tan fría que lo trató la última vez.
-no -susurro bajando la mirada-. Ni siquiera se si es él para dar por hecho que mi actitud ocasionó esto.
Aun así todo ese fin de semana Astrea se había sentido culpable por la manera en que trato a Bell, se comporto como una niña solo por unos simples comentarios de Hestia.
Pero no pudo evitarlo, los celos le habían ganado.
-quizás se aburrió de escribirme -pensó desanimada viendo desde el balcón como el pétalo de una de sus rosas caía lentamente al suelo-. ........da igual, Solo es un día sin carta.
A pesar que decia eso la verdad es que todo eso la hacía sentir un vacío en el estómago, como si una parte importante de ella le hiciera falta.
Jamás se imagino que esas cartas se transformarian en algo muy importante para su corazón.
-¿Astrea-sama?.
La diosa soltó un suspiro al escuchar la voz de una de sus hijas atrás de ella dándose lentamente la vuelta y forzar una sonrisa para no preocuparla.
-¿Sucede algo Iska? -pregunto viendo a su hija amazona la cual rápidamente noto la expresión falsa en su rostro.
-¿Que hace?.
Tranquilamente Iska camino hacia su diosa y se apoyo junto con ella en el balcón.
-pues......observando mi jardín, desde aquí se mira muy hermoso -respondio sin borrar su sonrisa-. Deberías de ayudarme un día de estos, es muy lindo el sentimiento de ver crecer una flor que tú cuidas con mucho cariño.
-quizás la próxima vez la ayude.
-cuando quieras solo dímelo.
-....
-....
-....
-....
Después de eso ambas se quedaron en silencio observando el jardín viendo como algunas mariposas se posaban en las rosas llenas de vida.
-entiendo que este triste....
Pero el silencio fue roto por el susurro de Iska captando la atención de la diosa.
-¿Eh?.
-las cartas......se muy bien que cada una de ellas la hacían sentirse muy feliz, se notaba en sus ojos la felicidad -dijo viéndola con una leve sonrisa.
-Iska no....
-no hace falta que lo niegue, se nota a kilómetros su tristeza y la entiendo, me imagino que cada carta tenía palabras llenas de mucho cariño haciéndola sentir la mujer más feliz del mundo y que repentinamente dejara de llegar pues fue algo doloroso para usted -dijo mientras sacaba un dulce de su bolsillo y empezaba a quitarle el envoltorio-. Jeje a pesar que yo no soy la que recibía las cartas me siento triste, no me quiero imaginar como se siente usted.
Astrea solo bajo su mirada sintiéndose levemente avergonzada ya que su hija la había leído como un libro.
Así que no tenía más opción que admitirlo.
-¿Crees que se aburrió de escribirme cartas? -susurro su pregunta volviendo a esa expresión desanimada.
-lo dudo, ese chico le estuvo escribiendo cartas por muchas semanas como para aburrirse así sin más -respondio la amazona con una sonrisa emocionada de poder ayudar a su diosa con sus problemas amorosos.
-¿Entonces?.
-pero creo que si se ha desanimado.
-¿Desanimado?.
-por lo visto es un chico inseguro de si mismo así que es probable que piense que nunca va a lograr nada con usted, esa forma de pensar es muy normal en las personas inseguras.
-......
Astrea se quedó en silencio al escuchar esas palabras ya que jamás pensó en ello.
Ella simplemente pensó que siempre recibiría esas hermosas cartas, jamás pensó que algún día se detendrian por algo como eso.
-si usted conociera a esa persona sabría inmediatamente que causó esa desilusión pero como no sabemos quien es pues es más complicado.
-......
Una tonta escena de celos.....
En los recuerdos de Astrea no paraba de reproducirse la escena de ella dándole la espalda a Bell con un tono enojado.
A pesar que aún no estaba cien por ciento segura su corazón siempre le decía que era el albino y nadie más.
Y si era él pues ya sabía que fue lo que causó todo eso.
-si, el amor es muy complicado, por lo visto incluso para las dioses -dijo la amazona cruzándose de brazos.
-yo....
-no trate de negarlo Astrea-sama -dijo volteando a verla con una sonrisa divertida-. Nadie se pondría así de deprimido por una persona de la que no esté enamorada, usted es como un libro abierto jeje.
-......
Lo único que pudo hacer Astrea fue apartar la mirada avergonzada no pudiendo negarlo.
Parecía que ahora los papeles se habían invertido y ahora Iska era la diosa y ella la mortal.
-creo que lo mejor es hacer que ese chico vuelva a recobrar toda esperanza y motivación en su corazón si quiere volver a tener en sus manos otra bella carta -dijo la amazona con emoción.
-.....¿Cómo?.
-jeje pues ahora es su turno Astrea-sama.........escríbale una carta.
-.......¿Eh?.
Astrea parpadeo dos veces al escuchar lo dicho por su hija.
-¿Escribir una carta?.
-¡Si! -exclamo con emoción-. Siempre ha sido usted la que ha recibido esas cartas, es hora que usted le demuestre lo que siente por medio de una, seria algo muy lindo.
-y‐yo.....
-no tiene que ser una confesión de amor pero si puede ser algo similar, una forma de mostrar parte de lo que siente -dijo con una pequeña sonrisa-. Una forma de agradecerle lo muy feliz que la hacen todas esas cartas y lo vacía que la dejo la ausencia de una.
-e‐eso es....
Astrea empezó a sentirse un poco nerviosa al pensar en escribir una carta ya que aunque era una diosa esos temas eran un poco vergonzosos para ella.
-no tenga dudas de hacerlo Astrea-sama, no hay nada más bonito que aceptar lo que sentimos y estoy segura que ese chico se sentirá muy feliz al recibir una carta suya.
-pero ¿Cómo? Ni siquiera se quien es ese chico.
Iska solo sonrió levemente al escuchar esas palabras poniendo sus manos en cada hombro de su diosa.
-jeje se muy bien que usted ya sabe quien es.
-......
-usted no se enamoraría de esa manera de un completo desconocido que solo le escribe cartas, yo se que ya descubrió la identidad de ese chico -dijo viendo como las mejillas de su diosa pasaban a un color rojizo-. Aunque claro, yo no se quien es pero si usted se enamoro tanto de él es porque es un buen chico.
-......
-escribale una carta a él, puede mandarla con su nombre o de forma anónima, como a usted le parezca mejor y dígale parte de lo que siente pero no todo, tiene que guardar palabras cuando sea el momento de confesarse directamente -aconsejo cruzándose de brazos y asentir levemente -. Si, eso sería lo mejor.
-Iska.
-espero algún día yo también pueda conocer a un chico maravilloso como del que usted se enamoro Astrea-sama -susurro viendo en la jardín con una leve sonrisa-. Sería algo lindo si me sucediera algo así.
-.....
-¡Bien! Ya di mis consejos pero es decisión suya si al final quiere escribir la carta o no -dijo empezando a caminar fuera del balcón -. Aunque yo lo único que quiero es verla feliz..........¡Y ser participe de una hermosa historia de amor!.
Astrea no pudo evitar sonreír levemente al ver la actitud de su hija, probablemente la más femenina de todas y la que más le gustaban los temas de romance.
-Iska........gracias -susurro la diosa.
-je de nada Astrea-sama ahora si me disculpa iré de compras ¡Adiós!.
Y así la animada amazona después de haber dado sus maravillosos consejos se fue con una sonrisa feliz del lugar dejando sola a Astrea la cual seguía sonriendo levemente.
Sonrisa que desapareció en el momento en que se puso a pensar sobre esos consejos.
-.......escribir una carta....... -pensó aún no muy seguro sobre eso-. Escribir lo que siento.......
.
.
.
.
.
.
.
Minutos después.
Astrea se encontraba en su habitación sentada frente a su escritorio con una pluma en su mano viendo una hoja en blanco.
Sin darse cuenta había llegado a su cuarto y preparar todo para la carta.
-ni siquiera se que escribir -pensó nerviosa golpeando con la punta de la pluma la mesa.
Jamás pensó que escribir una carta de ese estilo seria tan difícil.
-además ¿A quien se la voy a mandar? Ni siquiera estoy segura que Bell sea esa persona -pensó dejando caer su rostro suavemente en la mesa.
"jeje se muy bien que usted ya sabe quien es".
Estaba segura que si Iska estuviera en sus zapatos mandaría esa carta sin dudar a esa persona aunque no estuviera del todo segura si fuera él o no.
La amazona era alguien que le hacía más caso a su instinto, en este caso a su corazón.
-......
Astrea se agacho un poco y abrió uno de los cajones del mueble el cual tenia todas las cartas que le escribió ese chico misterioso.
De entre tantas tomó una y la desdoblo suavemente teniendo cuidado de no romperla un poco.
-Bell -susurro leyendo todo lo escrito en esa carta.
La recordaba, después de todo fue la primera carta que recibió, la que la hizo sentir incomoda aunque ahora no la hacía sentir de esa manera.
Ahora que la leía otra vez despues de tanto tiempo podía ver como la manera de escribir era muy distinta a las actuales.
La letra estaba un poco mal hecha, como si a la persona le estaba temblando la mano a la hora de escribir por los nervios.
Incluso aunque fuera escrito podía notar lo nervioso que estaba con cada palabra que escribió.
Sin poder evitarlo Astrea sonrió de manera dulce ya no sintiendo esa incomodidad que sintió en el pasado, ahora era todo lo contrario.
-parece que ese chico se sintió igual de nervioso que yo con su primera carta -pensó leyendo cada párrafo-. ........
Aunque ya cerca de llegar al final se detuvo al leer una oración.
-.......
Una oración que hizo que abriera sus ojos comprendiendo todo y sintiéndose una tonta por no haberse dado cuenta antes.
-je.....
Todo ese tiempo había tenido su respuesta en la primera carta y no se dio cuenta.
-......
Con una dulce sonrisa Astrea dejo la carta a un lado y tomó la pluma llenándola con un poco de tinta y empezar a escribir lo que sentía por medio de esa carta.
No sin antes ver de reojo otra vez esa oración haciéndola sonreír con nostalgia.
No tenía nada de raro, solo eran unas palabras de amor.
"Y esta vez intentaré robar tú corazón con la esperanza de no fallar".
Unas palabras de amor sin nada raro.
Aunque si miraba bien podía ver como antes habían escrito otra cosa, palabras que fueron borradas y reemplazadas.
La mayoría de palabras no se miraban, solo una de ellas aún era un poco visible pero solo con esa palabra pudo saber que decía antes esa oración.
Y al darse cuenta su corazón latió lleno de calidez y alegría volviendo su atención a su carta y seguir escribiendo.
-te escribire lo que siento en esta carta......chico misterioso -pensó con esa bella sonrisa escuchándose solo el sonido de la pluma escribiendo.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
"Y esta vez intentaré robar tú corazón con la esperanza de no volver a fallar".
===Fin del capítulo===
Bueno aquí termina el capítulo de hoy espero que les haya gustado si es así voten y comenten que les pareció ya que eso me motiva a seguir escribiendo.
Perdón por la gran tardanza en publicar pero tuvo ciertas complicaciones, ademas que caí enfermo pues un buen rato pero ahora estoy bien, intentare no tardarme para el próximo capitulo.
Sin más que decir me despido adiós cuídense y no tomen drogas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top