Carta 27: Todos los fantasmas dan miedo - Parte I

Hotel Empire en Manhattan, New York, domingo

Tu solías ser un desastre, Demon del pasado... y ahora yo también.

Todo ha estado yendo de mal en peor desde anteayer, cuando recibí un llamado de conserjería en mi habitación de hotel.

"Señora Ewing, tiene visitas esperándola en el lobby" dijo la cordial voz de Alex.

¿Señora Ewing? Oye, eso suena bastante bien. —¿Visitas? Debe haber algún malentendido, Alex... no espero visitas de ningún tipo.

—Son los señores Grant, señora —replicó, con un tono alegre y casi pícaro.

—¿Grant? No conozco a... eheh... ¡YA MISMO BAJO!

Salté a ponerme las zapatillas y bajé corriendo al lobby por las escaleras de servicio, tratando de parecer lo más normal y educada posible (fallé). En cuanto llegué a la planta baja y vi a Timothy en el mostrador y a Katey aguardando para sorprenderme junto a uno de los ascensores no pude menos que soltar un gritito y asustarla. Nos abrazamos riéndonos y lloriqueando. Me emocioné profundamente  al escucharla susurrarme al oído "¡No tienes idea de cuánto te extrañaba, amiga!". Ella tampoco tiene idea de lo mucho que me ha hecho falta.

Quisiera describirte lo bello que fue observar, una hora después, la cara de sorpresa e inmediata alegría que puso Adam al reencontrarse con nuestros amigos. Saludó educadamente a Kate, y luego rió alegre al ver a Tim. Se palmearon las espaldas con unos sobrios "qué tal" y algunos "mate", pero sé que si no fueran tan pero tan británicos se hubiesen puesto a saltar de alegría como hicimos Kate y yo en cuanto se distrajeron.

En un tono un poco más frívolo: ¡Kate está preciosa!. No parece la misma chica. Sonríe todo el tiempo; con su bronceado de película, enfundada en esos vestidos largos y sueltos que le quedan fantásticos. Se la escucha alegre cada vez que describe los lugares que vio en Francia (y haciendo gala de un talento para los idiomas que me da un poquitín de envidia). Hay algo tierno y dulce en la forma en que se ven con Timothy, tan llenos de cariño y algo asustados; exactamente de la misma forma en la que yo solía mirar las fotos de Nick Carter en la primaria, con el corazón repleto de amor y sueños. Me atrevo a decir que están enamorándose, y si se dan el tiempo para formar una relación y sanar las heridas en el proceso... no creo que nada pueda separarlos.

Y justo ahí termina la parte positiva de este asunto.

Ayer por la tarde cenamos juntas en la terraza del hotel. Tiene un enorme letrero de neón que es un ícono de Manhattan y reza HOTEL EMPIRE en grandes letras de luz roja. Me fascina mirarlo, pero no me gusta nada escuchar el ruido que hace. Me hacía pensar en abejas y eso no me dejaba comer en paz. Nos sentamos en una mesa junto a la piscina, disfrutando de la vista de los edificios y casas bajas brillando contra el cielo despejado. Los muchachos estaban a pocas calles en una cena de negocios gentlemen only. PPFFF. Comenté el asunto del ruido de abejas y Kate rió diciendo que era una tonta, me cedió su lugar (aún más lejos del cartel ruidoso) y luego me pidió por billonésima vez que le contara lo que sucedió con Skylar la última vez que la vi. Bufé (comportamiento totalmente impropio de una damita sureña neoyorkina) y se lo expliqué detalladamente una vez más, con pequeñas pausas para deglutir rollitos de langosta. La observé sorprendida, porque una arruga de preocupación se acentuaba más a medida que hablaba y Kate mantenía la vista fija en su copa de vino.

—Estoy muy preocupada, D —comentó al fin, mirándome con una mezcla de disculpa y vergüenza en sus ojos oscuros.

—¿A qué te refieres? ¡Todo va a estar bien! Ya no tenemos que pensar en Skylar ni un segundo más

Esa vez ni siquiera levantó la vista para contestarme. —No es por ella... es que... no puedo dejar de pensar en qué les pasará a Tyler y Andrew

Y aquí sonó alguna especie de alarma en mi cerebro malherido. Pon atención, Demon, hazte la tonta. —Pues... no les va a suceder nada, cariño —repliqué, alegre y despreocupada. —Todo el asunto de Victoria Belfort es sólo un cuento con moraleja, ya sabes, "sé buena y no te robes el novio de nadie"

—Pero Demon, estuve investigando un poco en la web y hay algunos casos que dan miedo —prosiguió, esta vez mirándome a los ojos.— Mujeres que han desaparecido, incluso hombres, los que traicionaron a sus novias. —se acercó a mi rostro y dijo con voz temerosa— Dylan ¿y si fuera cierto? ¿Si esto existe, y eso... ella... lastima a alguien?

Me reí a carcajadas. A pesar de que estoy casi segura de haberla visto junto a aquel rio, descartando todos los indicios que apuntan a la ilógica idea de que hay un fantasma involucrado, me reí. En algún lugar en el fondo de mi corazón entendí su miedo, pero seguí. Dejemos esto en claro: no quiero que los fantasmas existan, ni siquiera para aterrorizar a mi peor enemiga.—¡Es una metáfora! Sólo trataba de asustarla esa noche ¡y funcionó hasta contigo!

—¡Tenemos que investigar más! Iremos a la biblioteca, a un adivino, no lo sé... ¡No quiero que Victoria Belfort lastime a Tyler! —chilló, en un tono defensivo que comenzó a irritarme.

¿Está defendiendo a ese cabeza de alcornoque? JEBÚS. —Si me lo preguntas a mí, creo que a Tyler le vendría bien una lección, de este mundo o cualquier otro

—¿Y qué hay de Andrew, ah? ¿Vas a querer que le den una lección también?

Levanté los ojos al cielo y negué con la cabeza. —A Drew no le va a pasar nada porque no hizo nada malo, salvo aumentar sus posibilidades de pegarse una ETS con esa zorra

Kate se cruzó de brazos y me soltó de mala manera la frase que me ha tenido confundida desde esa noche "¿Nada malo, eh?¿Y ya te olvidaste del día en que los encontraste juntos en su apartamento?".

La verdad... es que sí. Lo había olvidado. 

Tú sabes, aquella vez en que me partí el cráneo.

Para cuando Kate se dio cuenta de que había metido la pata ya era demasiado tarde. Se angustió muchísimo, y entre infinitos pedidos de disculpas y sentimientos de culpa me pidió que lo olvidara, comentando que sólo era tontería. Como si fuese tan fácil. Amenacé con llamar a Atlanta y dejar de hablarle para siempre si no me contaba todo sobre el asunto, y en lo que tardé en acabarme media botella de vino me enteré que por un buen tiempo (casi un año) estuve saliendo con Andrew Montgomery.

Creo haber llorado durante una hora al menos, encerrada en el baño, deseando que Adam no se apareciera y comenzara a hacer preguntas. No podía creerlo. ¿Cómo es que me dejó completamente sola después del accidente?. Según Kate habíamos roto sólo unos días atrás. Debo haber sido una novia espantosa, pésima. Pienso en ello y siento la tentación de culparme y decirme a mí misma que soy patética e indeseable, pero no lo haré. No quiero invertir mi tiempo, energía y lágrimas en una parte del pasado que sin dudas fue horrenda. Él me dejó sola y yo no voy a reclamarle nada. Tal vez más adelante, cuando no tenga ganas de patearle la cara, pueda invitarle un café y charlemos de este tema como adultos.

O no.

Porque me engañó, cuando salíamos. Él me engañó con Skylar. De solo pensarlo me destruye el corazón. 

Ni siquiera sé por qué me afecta tanto, pero estoy tan triste... tengo tantas ganas de verlo y preguntarle por qué. Necesito saber qué hice mal. Es desolador, pero tengo que saber.

Miro el teléfono como una idiota, deseando que su nombre aparezca en la pantalla para poder hablar. No quiero escribirle, pero me muero por saber de él. Ojalá pudiera leerme la mente, como Adam, que sospecha sin duda que algo extraño sucede. Creo que Kate se lo ha dicho. No me ha preguntado nada, pero me pidió que lo abrazara más veces que lo habitual. Adoro abrazarlo y tenerlo conmigo, sentada sobre sus piernas mientras nos besamos. Mi dulce amor, daría la vida por él si me la pidiera.

Pero aún así, necesito saber de Drew; necesito verlo pronto. ¿Por qué me dejó sola?. No quiero cometer mismo error, sea cual fuere, que me cueste mi relación con Adam.

Creo que voy a llamarlo ahora mismo, no puedo aguardar más. Te contaré qué sucedió en un rato.

++Demon++

P.D: estoy aterrada.

   

  

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