Carta 16: Encendiendo la luz en la Ciudad de las Luces


Le Maison Ewing, París, viernes por la mañana

Bella pelirroja del pasado:

Estupefacta.

No hay otra forma de explicarlo.

Miro el reloj y han pasado sesenta y tres horas desde mi arribo a esta ciudad y, la verdad, hace como treinta minutos que finalmente pude mirarme al espejo, darme un pellizcón en el brazo y hacerme a la idea de que estoy aquí. "Ya estás aquí, llegaste... viviendo con Cosmo, viviendo con él... ahora ve a hacerte un café y haz algo productivo, por Jebús" me dije. Terminé el café, verifiqué que Cosmo estuviera cómodo (dormido al sol sobre una camita muy mullida que le regaló su autoproclamado tío Tim) y luego vine aquí, a la terraza, con mi cuaderno y mi iPod. Y lloré hasta cansarme... y luego reí hasta que me dolió la panza y Cosmo apareció trotando para ver qué sucedía. Se ve precioso con su pelo cepillado y la nueva corbata de moño a lunares verde agua y celeste que le compré para viajar.

-París te sienta bien, dulzura -le dije acariciándole el lomo, y creo que él también lo nota, porque está de lo más derecho y gruñón. Mon garçon parisienne.

Llegamos aquí el miércoles en la madrugada. Adam viajó hacía aquí el sábado anterior. "Necesito saber que todo está listo en casa" me repitió mil veces durante los pocos días que estuvo en Atlanta. Tengo línea directa con su cabeza, así que sé de primera mano que por más que intenté distraerlo algo seguía preocupándolo. Y créeme que puse todo mi empeño: le hice el curso rápido de sureño-todo-terreno, con una especialización gratuita en yerno.

Si mal no recuerdo, esta sería la agenda que tuvo en los pocos días que estuvo aquí... es decir allá, en Atlanta:

*Domingo/Lunes: nos estuvimos poniendo al día con nuestras cosas... sí, tú me entiendes, chica mala. También pasó un buen tiempo conociéndose con Cosmo. He aquí algo interesante: creo que se amaron desde el primer instante. Para el lunes en la tarde Adam era el encargado oficial de la correa, el pretal y el agua. Sí, leíste bien: el agua. Escuchó con una ceja levantada y mueca de disgusto cuando le expliqué que, al fin y al cabo, es un perro y puede tomar agua donde y cuando se le antoje y que no necesito llevar agua cada vez que salimos a pasear. No le gustó para nada, y después de media vuelta al Jardín Botánico (el paseo de ese día) se le ocurrió sentarse en un café y ordenar dos cafés fríos, una botella de agua envasada y un vaso extra. Ni te explico la cara de la mesera cuando lo vio servir agua en el plato del café y dejarlo en el suelo, rellenándolo a intervalos. Quise huir escondiéndome bajo las mesas, pero no había mantelería para cubrirme. "Discúlpelo usted, es inglés" le susurré a un anciano que estaba sentado justo detrás mío, y como toda respuesta revoleó los ojos y me dijo "eso lo explica todo".

*Martes: remoloneamos toda la mañana hasta que Timothy irrumpió por Skype. Por la tarde fuimos a Grove Park, porque aún sigo siendo un miembro activo de las Atlanta Foxes y Casey considera que "debo seguir moviendo mi culo gordo si pretendo conservar ese novio guapo que tengo". Que conste en actas que no tengo el culo gordo; de hecho, mi viejo uniforme me queda más que suelto y parece que tuviera unos pañales a medio llenar. Todo fue corridas, risas y juegos hasta que vi algo que hizo sonar una alarma a través de todo mi cuerpo. Estaba arreglándome el cabello en un rodete alto y secándome el sudor de la cara cuando vi, a pocos metros, a Skylar. Me saludó alegremente con la mano, y yo respondí tímidamente sacudiendo la mía.

-¡DEMON! ¿Qué haces? -pegué un salto y me encontré a Kate caminando a encontrarme con cara de pocos amigos.

-Yo... eh... me estaba arreglando el cabello... vuelvo en un segundo

Resopló disgustada y murmuró por lo bajo cuando llegó a mi lado. -Qué haces saludando a esa tipa, quiero decir

La miré aturdida. ¿Será ésta una de las personas que la Comisión por la Memoria de Dylan no aprueba?. -Es... ehhmm... ¿mi vecina?

-No, pelirroja... ésa es la perra novia de mi hermano -Casey se nos unió por detrás y nos abrazó a ambas- ¿te recomiendo algo, cariño? Mándate a mudar de ese edificio donde vives... urgente

Y de pronto recordé lo que Skylar me había dicho hacía unos días: novia de un entrenador guapísimo. El Couch. El ex novio de Kate. El ex novio que le quitó una fulana, según Pattie. Mi mente hizo mil conexiones en un segundo. Tomé a Casey del brazo y le di un sacudón. -¡¡NOVIA DEL COUCH!! Eso dijo... que era la novia de un couch... y que era una aburrida por tener las amigas que tengo... ¡debe saber que somos amigas!

Casey me tomó de los dos brazos y agrandó sus ojos marrones tanto como pudo. -¡SÍ, LO SABE! ¡LO SAAABEEEEEEE! -me sacudió de lado a lado con la lengua afuera, muerta de risa- ¡Moría por decírtelo, pero no me dejaban! ¿Por qué tardan tanto en formarse las ideas en esa cabezota que tienes?

-Oye tú, no soy cabezona, tengo rulos

-Eres una enana cabezona culo gordo

-Tú eres una jirafa mal hablada y no me estoy quejando

-Ya basta las dos -Kate nos revoleó los ojos y le dio un empujón a Casey, que seguía sacudiéndome y abrazándome alternativamente mientras nos reíamos como idiotas- volvamos al juego antes de que tu hermano se enoje

-No te culpo por estar distraída, Demon, créeme -comentó Casey seriamente mientras nos alineábamos para batear y Kate se acomodaba en el montículo- quién no se distraería con ese muñecote precioso con el que sales

No sé si me siento cómoda con que crean que mi novio es un muñecote precioso. No, la verdad... no. NO. N-O. - Distrae bastante, para qué negártelo -admití, y las dos nos giramos a mirarlo. Y ahí estaba sonriendo, de pie junto al poste de la alambrada; las manos en los bolsillos del jean, remera verde sencilla, un buzo con capucha con el cierre abierto y Cosmo cómodamente sentado entre sus piernas abiertas. Yummie. Casey suspiró y yo estaba por hacer lo mismo cuando vimos que Skylar se acercaba presurosa hacia ellos.

Me dio una especie de ataque express mezcla de celos y terror. No soy celosa, y tú lo sabes. Es una actitud de derrotista crónica, lo sé... ¿pero para qué ponerme celosa cuando no hay nada, pero nada que hacer para cambiar la situación? En mi experiencia, los celos son muy dolorosos. Y son sólo la antesala de un dolor peor... el abandono. Prefiero saltármelos y llegar al abandono sin escalas. ¿Pero el terror? No señorita. No esta vez. No ahora que tengo el Remedio Contra la Inseguridad Patentado del Tío Timothy®.

"¿Sabes qué hago cuando tengo una reunión importante y estoy preocupado... o inseguro? Canto cualquier tema de AC/DC... me siento el maldito Iron Man a la mitad del estribillo, como si pudiera patearle el culo a cualquiera."

Sí, supongo que eso funciona si te sabes la letra de Shoot to Thrill. Pero no me la sé.

La fila para el bateo avanzó y tanto Casey como yo seguíamos petrificadas mirando a la alambrada. El Couch nos llamo la atención y avanzamos. "¿Cómo es que no la ve?" musitó Casey, y la verdad es que la escena era más que gráfica. Kate en el montículo tenía la mandíbula rígida, y yo estaba a punto de decir "cálmate Casey, no seamos tan dramáticas" cuando vi horrorizada que Skylar se arrodillaba frente a Adam para acariciar a Cosmo. Y Cosmo seguía entre las piernas de Adam.

¿A quién en el mundo entero que no provenga de la galaxia Putonia se le ocurre hacer una cosa así? ¿Por qué no le desprendió los pantalones y ya, si para el caso era lo mismo? ¡¡Inclusive tuvo el tupé de levantar la vista y mirarlo!!

Adam dio un paso atrás instantáneamente. Aún a la distancia pude sentir su incomodidad. Cosmo se revolvió cuando Skylar le puso la mano encima y se levantó en sus patitas traseras, apoyando las delanteras en las piernas de Adam para que lo levantara en brazos.

Oh mierda... si le toca la pierna voy a ir presa por asesinato.

Dejé la fila para batear con los primeros versos de Stiff Upper Lip (oh, la delicada ironía) sonando en la cabeza. Kate me vio acercarme totalmente azorada. Le entregué mi bate, si por entregar se entiende apoyárselo en el pecho con una fuerza demoledora. Le clavé la mirada.

-Bájate, es mi turno

-Demon, tú no sa-

-Dame las bolas y vete a la fila ya mismo... es mi turno -dije susurrando. Luego Kate me comentaría que se asustó al verme tan decidida, con los ojos echando chispas. "El apodo te hace justicia, demonio... das miedo cuando estás enojada". Tomó el bate y se fue presurosa.

Nunca lancé una bola en la dirección correcta en toda mi vida, que recuerde. Tampoco recuerdo haber bateado, pero heme aquí, y soy bastante buena. ¿Cuán difícil puede ser?. Miré hacia el umpire y la bateadora era Casey. Nos entendimos con la mirada. Asintió levemente. Comencé a cantar en voz baja.

-Bien, estoy trabajándolo... y lo he hecho todo...

Lancé la bola bastante derecho y Casey la abanicó. Le puedo dar dirección, bien.

-Y no puedo reformarme, no... ¿puedes sentir mi picadura?

Casey comenzó a cantar con una sonrisa digna del Guasón. El umpire le pidió que se callara, pero lo ignoró mientras yo tomaba la segunda bola. Aumentemos el volumen.

-Nene mantengo rígido el labio superior... y disparo desde la cadera

Volví a lanzar. Esta vez sí que lancé derecho y con fuerza. Casey literalmente tuvo que hacerse a un lado para que no le diera en el cuerpo. Siguió cantando, y el umpire me hizo señas para que me callara de una vez. Lo ignoré, tomé la tercera bola y Casey comenzó a cantar más alto. Las demás chicas de la fila estaban desconcertadas, pero Kate tenía una sonrisa fantástica. Tarareaba.

-Mantengo rígido el labio superior... y disparo... y disparo

Miré a Adam, derecho y serio con Cosmo en brazos. Cara de Nada, pero de las malas. Skylar seguía frente a él, acariciando a Cosmo. Nos cruzamos las miradas por un instante.

No pienso permitir más de esta mierda. Ese hombre es mío y yo soy suya. Me preparé para lanzar, y puse el alma y la fuerza de mi vida entera en ese lanzamiento.

-Y DISPARO, DISPARO, DISPARO... ¡DISPARO DESDE LA CADERA!

Estrellé la bola a quince centímetros de la cabeza de Skylar, sobre el poste de metal. El estruendo que se escuchó fue impresionante, y la alambrada tembló completa. Adam había puesto en el suelo a Cosmo justo a tiempo y pudo sostenerlo de la correa, pero Skylar estaba de espaldas. Si esa alambrada y ese poste no hubieran estado ahí para protegerla, quién sabe. Dio un grito y se tapó los oídos, para girarse y verme con una mano en la cintura y el guante en la otra.

-¿Te asusté, Skylar? Ay, lo siento, cariño... -grité, y compuse una cara de compungida de lo más falsa- no te preocupes... no voy a volver a fallar... te lo prometo

Dejé el montículo caminando despacio, sin quitarle la vista de encima. Creo que entendió claro el mensaje, porque en cuanto me puse en el último lugar de la fila y Kate me cedió mi bate, ya se alejaba hacia el estacionamiento. Adam volvió a levantar a Cosmo en brazos y se apoyó en el bendito poste con una sonrisita burlona para ver el final del entrenamiento.

-¿Qué fue eso, si se puede saber? -comentó pícaro mientras caminábamos abrazados hacia el apartamento.

-¿Qué quieres decir? -pregunté tratando de caminar derecha y mantenerme abrazada a su pecho con los dos brazos, tarea casi imposible.

-Lanzaste ese bombazo a la cabeza de esa chica, cariño...

-Ah, eso... sí... -me tropecé y casi me voy de culo a la acera, pero por suerte estaba agarrada con fuerza. Adam se enredó la correa de Cosmo a la muñeca y luego me invitó a subirme a su espalda, como si fuera un caballito. Acepté riéndome y viajé colgada de su cuello algunas de las cuadras que quedaban hasta el apartamento.

-¿Y bien, princesa?

Caramba, este valiente corcel no me da respiro. - Sí... eso fue un, humm... no toques mis cosas... mi hombre, mi perro, mi territorio... no tenía nada que hacer ahí

Comenzó a reírse. -¿"Mis cosas" dijiste?

Le hablé suavemente al oído, que tenía al alcance de los labios. -Sí, mío. Tú eres mío. Yo te amo y eres mío. Lo dijiste... tú... -la Demon Iron Man Valiente se desvaneció en ese segundo y una duda terrible me asaltó- oh no... no lo decías en serio, ¿verdad?, oh no...

Me soltó en el medio de la vereda, entre la gente que pasaba y nos miraba impresionada. Se dio media vuelta y me abrazó con tanta fuerza que creí que iba a incrustarme en su pecho. Eso sería lo máximo. -Por supuesto que hablaba en serio, mi amor -me dio un beso tan dulce que sentí cómo se aflojaban mis piernas- yo soy tuyo y tú eres mía, nunca lo dudes

-No quise decir que fueras una pertenencia, sólo que esa chica me desagrada y sentí que debía protegerte

-Tu forma de protegerme me hace sentir muy, muy halagado, bebita -me besó la punta de la nariz y levantó una ceja - y caliente... sí... no puedo decidir si estoy más halagado que caliente... es un dilema terrible, ¿sabes?

Ay santa madre. -¿Puedo ayudarte de alguna manera con tu dilema?

-Bueno, sí... puedes comenzar a caminar bien rápido si no quieres que te lo haga aquí, en la acera - lo miré a los ojos, decidida, y él me guiñó un ojo- no me importaría... y sé que a ti tampoco

Le sonreí mientras rompíamos el abrazo, y aunque no lo creas, comenzamos a correr y a morirnos de risa hasta llegar a casa.

Oh, tengo que dejarte. Volveré en un rato a contarte más. Cosmo se ha ido saltando al piso inferior y eso sólo significa una cosa. Le seigneur Ewing est dans la maison.

++Franken-démon++ (ahora es francés, sí)

P.D: gracias Traductor de Google, qué haría yo sin ti

P.D.2: Adam dice que necesito clases de francés con urgencia. Ayer fui a comprar croissants y volví con las manos vacías porque no me comprendieron. Así de patético.


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