Carta N°80 a mi querido Layne Staley

Miércoles 31-07-2024

❤ Hola, mi Layne, 

Sé que ha pasado un tiempo de que no te escribo, así que ahora quiero hacerlo.

Han pasado un sinfín de cosas agradables y otras no tanto, las que te iré contando.

Estoy aquí en mi escritorio de la recepción, los demás no han llegado aún y aprovecho para escribirte, cariño, y escucho a tu amigo Mark Lanegan.

El día está gris, corre un agradable y tibio viento; se asoma la lluvia y recurro a ti y a tu acogedor recuerdo, el recuerdo de tu voz, tu risa y tus ojitos que me llenan el alma.

El sábado fui al oftalmólogo porque últimamente no me he sentido muy bien, he tenido dolores de cabeza y de vista, en especial del ojo derecho. Todo esto me pasó desde que estuve haciendo el reemplazo de mi jefa, que por suerte ya volvió.

La cosa es que afortunadamente no es nada grave, mi Layne. El oftalmólogo me dijo que era una cefalea producida por el estrés, que es manejable, aunque también pueden ser otras causas, las pastillas que empecé a tomar hace menos de dos meses, esas que solo tú sabes cuales son, y que tal vez me puedan estar produciendo otro tipo de síntomas. Bueno, tengo que ver cómo va evolucionando todo.

El oftalmólogo me echó esas condenadas gotas en los ojos, me hizo la revisión completa y se me borró por completo la vista. Amor, no veía nada, y para colmo, la luz del sol más me enceguecía.

Llegué agotada a mi casa y con un horrible dolor de cabeza. Solo quería dormir y ver oscuridad y me recosté en la cama y me quedé dormida profundamente, toda la tarde.

La noche llegó y yo aún dormida, mi madre me preguntó si quería cenar, y yo somnolienta le dije que no y abrí con pesar los ojos, fue cuando vi tu silueta en la pared viéndome, entre toda la oscuridad; lucías tu cabello largo y con rastas. No sentí miedo, al contrario, me sentí muy contenta, tranquila y volví a quedarme dormida.

Fue tan extraño, tal vez estaba delirando, por lo cansada que estaba y todo lo que había dormido, pero tuve esa sensación, esa bonita imagen tuya visitándome y viéndome mientras yo dormía. Después te me acercaste, te encuclillaste junto a mí y te me quedaste viendo, apoyado tu rostro en el brazo, con tu tierna sonrisa.

Tengo claramente esa imagen tuya en mi mente y corazón.

Después soñé contigo. Soñé que te colocabas sobre mí, comenzabas a besarme y yo te abrazaba. Amor mío, en verdad pude sentirte, sentir que te abrazaba.

Fue tan mágico, irreal y real a la vez.

No lo sé, pero amo la idea, saber que en verdad estuviste conmigo viéndome y cuidándome por esos instantes, mientras yo dormía.

Te amo, mi Layne y no hay día en que no te lo diga.



Siempre tuya
Stephanie. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top