Mi objetivo fue hacerte lo suficientemente feliz como para que olvides que alguna vez te hicieron daño;

Que desdicha fue que aquella sonrisa que te causaba el estar conmigo me hubiera enamorado.

Ahora extraño verla, recordándola, soñando lo que hubiera sido un futuro viéndola, como lo haría un preso imaginando como continuaría su vida detrás de esas rejas que lo encierran.

Pero sé que estas allí, en alguna parte, sonriendo para otros ojos y mirando otras sonrisas, mientras yo te dedico cada una de mis noches de desvelo...

Incluso llegando a implorarle a Dios que haga realidad tu regreso,

Pero no hay respuesta alguna, más que el silencio del que ahora me aliento...

Y tal vez dios no interviene por miedo al amor,

Tal vez Dios me compadece,

Tal vez Dios alguna vez se enamoró y por eso ya no está.