Aún no comprendo el por qué te quedas...

He dejado mis palabras plasmadas en cada carta que te he dejado, he sido presa del miedo, del dolor, del sufrimiento.

He encadenado a la alegría en ese sombrío agujero entre mis costillas, donde suele vagar hasta llegar a observar todo, sin sentir absolutamente nada, ya vacía, viendo a través de mis sueños congelados por el tiempo que son una celda lúgubre desde donde se aferra a gritar palabras que ignoro, que omito de mis recuerdos, que me atormentan en mis pensamientos, que me persiguen en mis sueños...

Una parte de mí, esa que ha escuchado tu lastimoso llanto, esa que cree en ti, se ha visto consumida por todo esto que habita en mi ahora, estas llamas que no han dejado más que cenizas que dejo salir al suspirar.

Y todo por ti,

Para que renazcas de las cenizas, cual fénix,

Para que brilles como yo no he llegado a hacerlo,

Porque eres la parte más pura de mí, esa que no se había ido, si no que intentaba ocultar de los demás, incluso de mí mismo,

Porque no soportaría el verte caer junto a mi, cuando tu destino es ser libre.

Debes huir y abandonar este cuerpo que muere lentamente, que se ve afectado por el tiempo,

Mientras que tú, eres el mismo tropiezo tan hermoso de la eternidad, ese que resiste a los años y que es la continuidad de un “para siempre”.

Huye tan rápido como puedas, no prometo acompañarte, pero si algún día encontrarte...y pedirte perdón.