Kate II

Presioné la nota contra mi pecho y observé a Peter.

—¿Alguna Yelena en el registro?—Pregunté y negó.—¿Y ya te sabes el nombre de la hermana de Wanda?

—No, espera.—Observó su móvil.—Hay tres Yelenas. —Hizo una mueca.—Y una es... Romanoff, pero si Wanda es Maximoff... No creo que su novia sea de apellido Romanoff, eso sería raro.—Murmuró.—Sería como si fuesen familia.

—Eso no tiene sentido alguno.

—Yelena Grace tal vez.—Murmuró.—Una chica castaña y se hace llamar Els, va al taller de dibujo.

Sonreí levemente.

—¿Els? ¿Cómo sabes?

—Así firma sus dibujos.—Me señaló una fotografía en la página de la escuela.

Asentí.

—¿Yelena Grace?—Pregunté nuevamente.

—¡Sí, eso dije!—Se quejó Peter.

—¿Patitas?—Pregunté y el cachorro de mi mejor amigo tomó mi bolso comenzando a correr.—¡Peter, tu perro!

Mi mejor amigo se levantó corriendo tras su perro. Yo también comencé a correr tropezando con una chica rubia, cayendo sobre su pecho y viendo como Patitas lanzaba a Peter a una fuente.

—¡Kate, ayuda!—Gritó mi mejor amigo empapado.

Patitas se sentó a observarlo y dejó caer mi bolso en el agua. El realmente es malvado.

—No me molesta que estés arriba de mi, pero creo que podrías decirme tu nombre al menos.—Bromeó la chica rubia bajo mi cuerpo.

Me levanté avergonzada.

—¡Lo lamento!—Comencé a correr en dirección a mi mejor amigo y vi como la rubia se quedaba con la palabra en la boca.

—¿Estás bien, Peter?—Pregunté sacando a mi mejor amigo del agua.

—Sí.—Dijo avergonzado.—Se me ocurrió que tal vez tú podrías dejarle una carta a Yelena Grace, en su taller, ya sabes.

Asentí rápidamente, quiero hacer eso, quiero dejarle una nota a Yelena Grace.

—Le diré que se reuna conmigo luego de clases.

—No, primero le dices que agradeces sus notas, esperamos su reacción y...

—¡Quiero verla!—Me quejé.

Tomé un papel de mi bolso, anoté rápidamente y comencé a correr sabiendo que Peter no podría detenerme.

Corrí lo más rápido que pude hasta el taller de arte y por suerte estaba abierto, entré, dejé la carta y salí. El taller de arte siempre huele a pintura fresca, es como si siempre alguien estuviese pintando algo.

—Y allí va mi blusa.—Murmuró nuevamente aquella chica rubia y noté la mancha gigante en su blusa negra.—Tienes un serio problema al ver por donde caminas, Kate Bishop.

—¡Yo en serio lo lamento!—Me disculpé y traté de limpiarla.

Ella tomó mis manos y me detuvo mientras me observaba divertida. Pasó por mi lado y la seguí con la mirada.

—¡No me sé tu nombre!—Grité y ella no contestó.—¡Perdóname!

Mierda. Que vergüenza.

[•••]

—¿Y manchaste la blusa de la chica que dices que cayó al suelo?

—¿No la viste?—Pregunté y él negó.—¡Peet! Ella estaba allí, y... —Suspiré.—Olvídalo, fui una tonta, además estoy arrepentida de haber ido a dejar la carta. ¿Ya viste a Yelena Grace? ¡Es hermosa! ¡¿Cómo podría gustarle a ella?!

Es en serio, la chica es preciosa.

—Bueno, nos queda Yelena Belova y Yelena Chase.

—¿Quién es Yelena Chase?

—Yelena Chase es aquella de los debates de historia, ya sabes. Veremos sí Yelena Grace contesta y luego interferimos, no te desanimes, Kate.

Recuerdo a Yelena Chase, bajita y de gafas, también es linda.

—Bien, está bien.—Murmuré y apoyé mi cabeza en el hombro de mi mejor amigo.—Yelena Grace o Yelena Chase.

—¿Wanda Chase?—Preguntó y vio en su móvil que la castaña lo había bloqueado.—Mierda, tu novia esta tratando de esconderse.

Joder.

—¿Cuál de las tres?—Pregunté y Peter sonrió nervioso.

—No te desanimes, ya verás que pronto sabremos cual es tu Yelena.

—Peter, probablemente su hermana ya no irá a la biblioteca. La espantamos.

Peter suspiró.

—Mejor piensa en Yelena y sus cartas a Bishop, yo solucionaré lo de tu cuñada.

—¿Wanda? Comienzo a sospechar que incluso nos equivocamos en eso, no parece llamarse Wanda Grace Maximoff.

—Yelena Grace puede ser su media hermana, anda no te preocupes.

Asentí lentamente.

—¿Lograste atrapar a Patitas luego de que huyó?—Pregunté.

Peter tiene un problema con Patitas, jamás logra mantenerlo tranquilo, y eso es terrible, ya que su padre, el señor Stark, le dijo que solo podría conservarlo si lograba mantenerlo en orden, y en casa ha destruido la mitad de su habitación, y es la razón por la que lo ha traído a la escuela al venir a buscarme mientras pensábamos en la forma de acercarme a mi anónima.

—Logré que se duerma. —Observó su móvil. —¡Me ha desbloqueado en instagram!

Asentí.

—Oh, oh.

—¿Qué?—Pregunté.

—No es Yelena Grace, Wanda sólo tiene dos hermanos, no más.

Tragué saliva.

—¿Es la hermana de su novia?

—Parece...

—¿Cómo borraremos lo de Yelena Grace?

—Salieron de la clase de arte hace una hora...—Dijo con un hilo de voz.

Mierda.

—Hice el ridículo frente a la chica más linda de todo el instituto.

—En efecto.—Murmuró.

No puedo hacer nada bien.

Nota de autor:

Este fanfic no será muy largo, es algo así como mírame pero sin tanto dolor.

-Codi.

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